Y la primera en la frente.
Nunca un frase hecha vino tan al pelo de lo que ocurre en la actualidad.
Durante meses aquellos que han decidido votar a quienes ya les habían traicionado una vez, a quienes ya habían incumplido sus promesas electorales, han vuelto a hacer el ejercicio casi enfermizo para autoconvencerse de que esta vez no, de que ahora el Partido Popular cumpliría sus promesas por fin y no haría que la insistente actitud de sus fieles se transformara en el epítome de la incosciencia. Ya se sabe, eso de repetir una y otra vez la misma acción esperando que tenga un resultado diferente, como diría el personaje cinematográfico.
El PP prometió en sus dos campañas regeneración, lucha contra la corrupción, transparencia y honestidad política y se nos descuelga colocando en un ministerio a una ministra que le debe dos millones de euros a Hacienda. ¡Vaya, va a ser que no, que todo sigue igual!
Mientras Montoro, ese hombre pequeño que ansía que le vean enorme, intentaba acorralar a los actores para "dar ejemplo", y persigue a los deportistas de élite con el famoso 85 -15 porque "todos deben contribuir", Rajoy coloca a una morosa en un ministerio y los ecos de esa prometida regeneración de esa frase de "el PP no es corupto, son solamente algunas personas" resuenan para convertirse en un chiste de mal gusto.
Los votantes del PP callados como tumbas mientras tanto, los mismos que corren a llenar las redes de recriminaciones al senador Espinar de Podemos por agenciarse una plusvalía de 36.000 euros -que no digo yo que esté bien ni mucho menos- siguen como monjes trapenses, no se indignan, no se alteran lo más mínimo por los dos millones que la flamante ministra debe al fisco, es decir a ellos, a todos.
La primera en la frente. Y la segunda será que no dimitirá, otro gran ejemplo de regeneración dentro del partido, y la tercera...no hay que esperar.
Margarita Mariscal de Gante, ex ministra del PP, será la que tramite la ponencia para revisar la condena que obliga a dos alcaldes de su partido a pagar cuatrocientos mil euros.
No se ha enfriado aún la tinta de la firma, no se han apagado aún los ecos de su juramento -ante la biblia, por supuesto- cuando el nuevo Gobierno ya coloca a alguien en un puesto para tapar las vergüenzas de los suyos.
Todo muy regenerado, muy transparente.
Y que politicos y votantes de Génova no se atrevan a decir que lo de la españolista catalana -que por eso está en el ministerio, no nos engañemos- les ha pillado de sorpresa. Porque antes de las elecciones la buena de Dolors y su señora madre ya le debían al fisco la nada despreciable cantidad de 1.277.000 euros. Estaba publicado, redactado, sabido y hasta tuiteado pero... ¡para que se va a preocupar el PP de esa minucias!, lo suyo es la regeneración y la transparencia.
Alguien, alguien del Partido Popular, se intentó hace un tiempo arrogar el mérito de haber salvado la democracia española como parte de los siete millones de sufragios que había recibido el PP.
No sé si han salvado la democracia española de ese monstruo ficticio que ellos quieren ver porque les conviene, pero lo que sí sé es que esos siete millones de votos han mandado un mensaje claro.
"Seguid robando, seguid defraudando y estafando, no nos importa con tal de que la bandera rojigualda de tres bandas ondee en Catalunya y de que nuestros alimentados e irracionales miedos estén a salvo".
Y el Gobierno ha captado el mensaje. Desde el primer día.
Ahora, queridos, os toca callar o seguir hablando de Espinar, de los ERE y de Pujol, que para eso os los ponen en las portadas los medios que os gusta leer porque escriben lo que quereís leer.
Hora de volver a entrar en Matrix.
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