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sábado, noviembre 26, 2016

La alcaldesa, el comandante y la memoria editada

Menos mal que ha muerto Fidel Castro.
Tranquilos, no se me encienda nadie. Lo digo solamente porque si únicamente hiciera mi pregunta y mi reflexión sobre la muerte de la inefable Rita Barberá alguien podría simplemente descartarla como un insulto de "podemita" o una falta de educación de "perroflauta".
Así que, menos mal que se ha muerto Fidel Castro porque así puedo hacer ambas cosas -pregunta y reflexión- sobre ambos, y unos y otros no podrán -o al menos no tendrán argumentos para hacerlo- echarme en cara ideología ninguna.
Y la pregunta es ¿qué es respetar la memoria de los muertos?
Parece ser que se ha impuesto -por lo menos en este país- una suerte de eterna y en apariencia indiscutible manta de hipocresía social que hace consistir ese respeto en ocultar las carencias, taras, delitos y faltas del muerto en cuestión en aras del respeto a su memoria.
O sea que respetar la memoria de un muerto es mentir, cuando menos por omisión.
Así, Rita Barbará debería ser recordada por lo bueno como una mujer que "dio su vida al Partido Popular" y Fidel Castro como el revolucionario que bajo de Sierra Madre para liberar Cuba de la dictadura de Batista, el por entonces proxeneta máximo del burdel caribeño de Estados Unidos que era Cuba.
Para empezar no sé que de bueno tiene entregar una vida a un partido político -sea este del signo que sea-. Porque eso haría dignos de ser recordados favorablemente a Goebbels, que se la entregó al Partido Nazi, a Kruchev o Stalin que se la entregaron al PCUS, Xiao Ming, que se la entregó al Partido Comunista de China o Pieter Botta, que la puso al servicio del Partido Nacional Afrikaaner. Y me temo que ninguno de esos personajes han de ser recordados favorblemente.
Y lo del criterio de la revolución está bien pero tambien tiene agujeros profundamente oscuros. Poque significaría que deberíamos fijarnos exclusivamente en ese aspecto y considerarlo favorable también en individuos como Mussolini, Pol Pot, Katanga, Mao Tse Tung o Adolfo Calero. Y todos sabemos que las vidas de esos personajes tienen más sombras en forma de cadáveres y sangre que luces en forma de revolución.
Así que me parece que esos no son criterios para respetar la memoria de los muertos. Aunque alguien dira que de lo que se trata es, en beneficio de esa memoria, destacar "lo bueno que hizo". Bien, lo compro. 
Entonces recordemos a Stalin por el milagro agrario soviético, a Hitler por la construcción de infraestructuras y el despegue industrial de Alemania, a Franco por el sistema hidraúlico, a Pieter Botta por el desarrollo de la industria armamentística surafricana, al Ayatolah Jomeimi por el sistema público de Sanidad en Irán y a Ariel Sharon por los sistemas de créditos para el asentamiento de empresas israelies en el extranjero.
Reescribamos los libros de historia y obviemos todo lo demás, para que su memoria sea respetada, volvamos a redactar sus biografías y sus necrológicas para que "lo bueno" haga respetuoso honor a su memoria.
¿Ah, que no se trata de eso? Pues entonces ya me pierdo.
Yo siempre he creido, a despecho de alguna que otra habitante de Las Rozas, que la principal muestra de respeto hacia alguien es decir de él y decirle la verdad. Así que, por extensión, para mi no hay mayor respeto a la memoria y el recuerdo de los muertos que decir la verdad sobre ellos.
Es eso o caer en la falacia de la mítica película Final Cut de Robin Williams y cometer el error de permitir que por conveniencia, política o mera y simple hipocresía social se manipule la vida y el recuerdo incluso después de la muerte.
Y, por puro respeto a la memoria de Rita Barberá, digo que fue una persona que entregó su vida a la consecución y el mantenimiento del poder político a través del Partido Popular, que no supo retirarse a tiempo, que dejó que su ciudad cayera en múltiples tramas de corrupción mirando a otra parte o recibiendo mordidas, pitufeo o como quiera llamarse por ello -estó último está por demostrar y nunca será ya demostrado, ¡que conveniente!-.
Alguien que dilapidó el dinero de los valencianos y del Estado Español en una Ciudad de Las Artes y Las Ciencias que se cae a pedazos, en un fallido Premio de Formula 1 que costó más de lo que dejó, en una Copa America que nunca pasó del rango de entelequia, en una visita del Papa Inquisidor Ratzinger cargada de facturas engordadas, nepotismo en los contratos y pérdidas millonarias.
Una persona que colaboró -con la consejera Catalá y otros tantos- en el desmantelamiento de la educación pública mientras cedía terrenos al Opus Dei y otras entidades religiosas para que abrieran colegios concertados en una sustitución flagrante de la educación por el adoctrinamiento -eso de lo que se acusa ahora tanto a la izquierda-.
Y sobre todo una persona tan mezquina e indigna que siguió refugiandose en su acta de senadora para eludir lo más posible presentarse ante la justicia para responder por sus actos en lugar de vindicar su inocencia adelantando lo más posible el proceso y presentándose con la cabeza bien alta defendiendo su inocencia.
Y por puro respeto a la memoria de Fidel Castro digo que fue un revolucionario que participó- repito, participó- en la Revolución Cubana y que mientras bajaba de Sierra Maestra ya comenzó a librarse de sus rivales políticos, los verdaderos ideólogos de ese movimiento para hacerse con el poder; que obtenida la victoria no supo hacer la transición hacia un gobierno justo, orilló a Ernesto Che Guevera hasta que se deshizo de él aprovechandose de su idealismo enviándole a combatir a una revolución en Bolivia que estaba fracasada antes de empezar.
Alguien que dejó de ser revolucionario, de izquierdas o como quiera llamarse cuando permitió que su población pasara hambre por no dar su brazo ideológico a torcer, al que no le importó mantener contacto y negocios con otros dictadores -por ejemplo un tal Franco, que también era gallego- pese a las pestes que echaba del capitalismo.
Y sobre todo alguien que abandonó toda ideología con tal de mantenerse en el poder en el mismo momento en el que ordenó que la PNR y el G2 ejercieran de policía política en purgas y represiones de opositores o que ordenó al ejercito disparar contra aquellos que abandonaban la isla en las tristemente famosas balsas.
Así que por respeto a la memoria  de Rita Barberá y Fidel Castro defenderé el recuerdo de ellos como una política corrupta y un dictador represor y no solo como una aclamada alcaldesa y un líder revolucionario. Con todos los matices y correciones que los historiadores hagan de ellos con el correr de los años.
Y si sus familias, deudos y allegados se sienten mal por eso, no lo siento por ellos. Para mi y creo que para nadie debe ser factor determinante. Deberían haberlo pensado cuando estaban en vida,sabian lo que hacían una y otro y, en lugar de reclamarles justicia e integridad, les seguían el juego solo por la falsa e inútil lealtad de la sangre.
El respeto a la memoria de cualquier persona es decir y escribir la verdad sobre ella, toda la verdad a ser posible porque, por si alguien no se ha dado cuenta, los muertos están muertos. No sienten ni recuerdan.

sábado, septiembre 17, 2016

Sigue así Antonio Cañizares, sigue así.

He conocido a muchos hombres y mujeres religiosas -y eso significa de varias religiones, que religiosos no son solo los católicos-. Entre ellos algunos me enseñaron a pensar por mi cuenta, otras a poner el foco en lo que somos y no en lo que queremos ser, otros que dios, se crea en él o no, no es ni puede ser excusa para nada. 
Como de los no religiosos, de los ateos, de los agnosticos y de los antiteistas que compartieron conmigo lo que sabían y lo que creían saber, estoy orgulloso. Fueran redentoristas, ácratas, mitzvotitas, jesuitas, comunistas, socialistas, franciscanos, sufíes o masotis, estoy orgulloso.
También conocí a Antonio Cañizares, hoy arzobispo de Valencia, ayer mano derecha doctrinal de Benedicto XVI, otrora sacerdote en una parroquia de barrio en Aluche. Y cada declaración que hace, cada noticia que de él aparece en una pulbicación, estoy menos orgulloso de haberle conocido.

Hoy Antonio, La Audiencia ha archivado la denuncia contra ti por tu carta contra los refugiados y los inmigrantes pregúntándote si la inmigración "es todo trigo limpio" y afirmando que la mayoría de los inmigrantes sirios no huyen de nada. Estarás contento.
Mañana es domingo así que te tocará dar un sermón, Antonio. 
Vuelve a escribirlo, aunque sea un esfuerzo supremo para alguien que parece creer que, pese a todo lo que diga Roma, el Vaticano, su iglesia y su mesías, habla exclusivamente con la voz de dios.
Reescribelo y cuando te pongas ante tus feligreses valencianos recuerdales tu pregunta. 
Pero antes diles que en España residián los ibéros y llegaron los romanos; luego residían los hispanoromanos y llegaron los visigodos. Hablales de cómo, cuando los visigodos estaban asentados, llegaron los musulmanes y con ellos los judíos. 
Recuerdadles que no son trigo limpio porque sus antepasados no nacieron en España, porque tienen una posibilidad entre diez mil millones de descender exclusivamente de esa población original que habitaba la Península Ibérica.
Y ya que estarás hablando en el litoral mediterrano, en el antiguo reino de la Dama de Elche, hablalés de Sagunto y esas gentes que llegaron de Cartago y de esos bizantinos que poblaron la tierra que los visigodos no querían ni siquiera mirar y de ese Cid que "al destierro con doce de los suyos" cabalgó huyendo de un rey injusto y de esos almohades que se asentaron para convertir una tierra de mala pesca en un vergel. 
Hablales de todos los que llegaron huyendo de otras tierras, de otras guerras, y diles que no eran trigo limpio, que cualquiera que descienda de ellos no tiene derecho a vivir en Valencia, que debe volverse a su tierra ancestral.
Recuerdales que son descendientes de inmigrantes, de refugiados, de gentes que llegaron a Helike, a la Colonia Valentia, a Segunto o a la Taifa de Denia y que por ello siempre vivirán y moriran bajo sospecha y no pueden pisar la tierra que les acoge desde generaciones.
Luego, cuando llegue el momento litúrgico adecuado, hincaté de rodillas y pide perdón a tu dios por tus mentiras, pide perdón a tu dios por tu odio a los de fuera, por tu miedo cobarde a ser incapaz de imponer a todos lo que piensas si llegan seres humanos de otras tierras que piensan, sienten y creen de modo diferente, 
Suplicale piedad a tu mesias por olvidar que su apostol, ese tal Santiago que le negó como todos mientras moría, llegó a esta peninsula de otras tierras, huyendo de aquellos que le perseguían, para poder ser y decir lo que quería ser y predicar.
Y luego viaja Antonio, coge tu capa carmesí de arzobispo y tu pensamiento cerrado, doctrinal y medieval de inquisidor, y viaja. 
Ve a Alepo, a Damasco, a Jordania, al kurdistan turco, ve a los frentes de guerra, ve a los campos de refugiados. Plántate ante esos que no huyen de nada y gritales que no son trigo limpio entre los bombardeos franceses y rusos, entre las ejecuciones de Al Qaeda y el Falso Califato, entre las limpiezas etnicas del gobierno turco y de los Phesmerga en Rojava. Ve y grítales que no tienen motivo para irse.
Deja tu cobarde odio en Valencia donde permanecerá al abrigo de los aplausos y los asentimientos silenciosos de otros tan absurdamente medievales como tú y ve allá donde están los objetivos de tu odio para poder hablar de frente a tu enemigo. 
A ese enemigo que has elegido tú y no tu dios, que ha elegido tu odio y no tu mesías, que ha escogido tu miedo y no tu fe.
Y ojala exista tu dios, Antonio, ojalá exista aunque sea solamente en ese instante. Ojala se haga de nuevo carne solo para ponerse frente a ti y escupirte en el rostro su desprecio por tu egoísmo, tu odio y tu intransigente cobardía.
Al final, Antonio, sí estoy orgulloso de haberte conocido. Lo he estoy porque otra mucha gente, religiosa o no, logró con su ejemplo y su enseñanza que tu miserable odio, tu fatua arrogancia y tu mezquita cobardía no pudieran entrar en mi cerebro.
Sigue así Antonio y todos y cada uno de los muertos de esta guerra, que desató en Falso Califato de la yihad y la sangre como secular respuesta a nuestros desmanes, caeran sobre esa conciencia cristiana tuya que ha quedado claro que no tienes.
Tú y los que piensan como tú Antonio sí han demostrado ser un caballo de troya en el pensamiento occidental. En ese que habla de justicia, derechos humanos y respeto.
Sigue así Antonio, eres un ejemplo para todos de lo que ni un ateo, ni un agnostico, ni un antiteista, ni una persona religiosa deben ser. Sigue así.
La realidad y la historia necesitan gentes como tú para poder rechazarlas y olvidarlas.

http://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2015/10/14/canizares-invasion-emigrantes-refugiados-trigo/1327304.html

miércoles, agosto 19, 2015

Matisyahu y la estupidez elevada a la sexta potencia

A ver si consigo explicarme.
No he escuchado una sola canción ni traducido una sola letra del tal Matisyahu pero me parece una estupidez de proporciones épicas que se cancele su actuación en el festival de Benicasim. Y lo que es peor, me parece una muestra del más absoluto desprecio por la cultura, los valores democráticos y lo que es más grave me parece un ataque frontal a la libertad porque si un gobierno no es quien para exigir una declaración política a nadie mucho menos lo es la organización de un festival musical: ¿quien se han creído que son los comisarios políticos de la antigua DDR?
Y las estupideces se suceden en cadena
La primera porque todas exigencias parten de hacer caso a una iniciativa de boicot supongo que salida de Internet. Así que no se trata de una cuestión de principios, sino de una decisión basada en el miedo de no vender entradas, no ganar dinero y no obtener beneficios. Algo que nada tiene que ver con la situación de la guerra en Israel y Palestina.
La segunda estupidez viene de los organizadores del boicot BDS País Valencià (Boicot, Desinversiones y Sanciones). El tal Matisyahu es estadounidense, paga sus impuestos en Estados Unidos y hace ganar dinero a una discográfica estadounidense. 
De modo que el Gobierno de Netanyahu no está afectado por el boicot, No supone ninguna desinversión en Israel y por supuesto no busca ninguna sanción para el estado israelí salvo en el caso de que el cantante done todas sus ganancias para la construcción de asentamientos ilegales en la franja de gaza o que la hija de Barack Obama sea acérrima seguidora del cantante y consiga convencer a su padre de que modifique toda su política en Oriente Medio para poder escuchar su actuación vía satélite en Benicasim. Hipótesis harto improbables, me temo.
La tercera estupidez es que Compromis, Podemos e IU se metan en ese carro. Porque ni Compromis ni ninguna otra fuerza política debería defender algo que está frontalmente en contra de nuestra constitución como exigir a alguien que se pronuncie sobre sus creencias o su ideología con presiones u amenazas. Como no estaban de acuerdo cuando el gobierno del PP de Aznar exigía a todo el mundo a diestro y siniestro que firmara o hiciera de palabra declaraciones contra el terrorismo y el independentismo vasco. ¿es que han perdido la memoria?
La cuarta estupidez parte del Gobierno de este país. El Ministerio de Asuntos Exteriores puede intervenir para deplorar el asunto, incluso para mediar pero no para decir que la decisión tiene "tintes antisemitas". A Matisyahu se le aparta por ser sionista -no hay derecho a hacerlo, pero es por ese motivo- , no por ser de raza hebrea ni por ser de religión judía, sino por defender la ideología sionista que mantienen los gobernantes de Israel. El antisemitismo no tiene nada que ver en esto aunque el Partido Popular lleve embarcado en una estrategia absurda de demostrar el totalitarismo de la nueva izquierda española comparándola con los nazis.
Y la quinta estupidez la cometen todas las asociaciones sionistas, de defensa de Israel o como quieran llamarse que se quejan y "se opone al boicot cultural en cualquiera de sus formas por considerarlo un atentado contra la libertad de expresión artística". Si eso fuera cierto no exigirán la retirada de discos de raperos neonazis alemanes y austriacos o de grupos de Hard Metal estadounidenses por sus letras contra el "poder judío" o incluso el boicot a libros de escritores tan reputados como Gunter Grass bajo la acusación de antisemitismo ¿no es eso un boicot cultural en cualquiera de sus formas?, ¿no es eso un atentado contra la expresión artística?, ¿también han perdido la memoria?
Y para rematar la media docena de estupideces que se han agrupado en este asunto entra en escena la embajada de Israel en España. Matisyahu es un ciudadano estadounidense y la diplomacia de este país, tan proclive a intervenir en favor de sus ciudadanos allende sus fronteras tengan razón o no, está más callada que una Madre Superiora en un burdel. La embajada de Israel no tiene nada que ver con Matisyahu aunque sea hebreo, aunque sea judío de religión. Ella representa los intereses de un país, no de una religión ni de una raza. A menos, claro está, que acepte la condición de teocrático del gobierno al que representa.
Así que al final todo este asunto del concierto de Matisyahu en el Festival de Benicasim es una estupidez. No sé si me he explicado con la suficiente claridad.

lunes, agosto 17, 2015

El suicidio del negocio evangelizador en Valencia

Hay situaciones y decisiones que todos sabemos lo que son mientras están ocurriendo pero que tienen que dejar de pasar para que tengamos verdadera constancia de lo que eran.
Y eso le pasa a esa iniciativa llamada Centros de Iniciativa Social que la antigua consellera de Educación del PP en la Generalitat valenciana, María José Catalá, intentó usar de ariete para convertir la educación pública de esa región en confesional y católica.
Ha bastado que el PP pierda el gobierno de la comunidad para que nos demos cuenta de lo que eran, de que no tenían nada que ver con la libertad de elección, con la iniciativa social ni con ninguno de los argumentos que la ínclita Catalá presentaba para justificarlos.
Los CIS -o sea ceder terreno gratuito a entidades educativas para que construyeran colegios a cambio de 75 años de concierto educativo- se han ido a pique ellos solitos. No ha hecho falta que los paralizara el actual gobierno autonómico
Catalá quería sacar diez CIS  a concurso y afirmaba que había 60 empresas dispuestas a licitar. Pero al final solo sacó dos y fueron declarados desiertos.
¿Por qué? muy sencillo porque llegaron en un momento en el que ni Catalá ni su partido estaban en condiciones de cumplir todo aquello que habían prometido. Porque todas esas empresas vieron que ya no podían beneficiarse de la connivencia de un gobierno corrupto ni de las dádivas prometidas. Porque vieron que ya no podían ser ninguna de las dos cosas que se pretendía que fueran: negocio y centro de evangelización. Porque la Educación Pública solo puede ser un negocio si las administraciones anteponen.
Y como muestra el botón de las entidad que licitaron a los dos únicos CIS que al final sacó Catalá a concurso.
El CIS de Calpe tenía como licitador con más posibilidades a Alfedel SLU, sociedad limitada unipersonal del empresario Alfonso Ferrón del Río. Pero entonces estalló Púnica y Ferrón fue imputado.
¿Por qué? ¡Que casualidad! por la concesión de cuatro CIS en Madrid y ¿a qué se dedicaban los implicados en Púnica? ¡Otra casualidad! al cobro de comisiones ilegales a cambio de la adjudicación de contratos públicos. Así que ya no era seguro, ya no había certeza absoluta de que se saliera impune y hubo de suspenderlo. Como el otro licitante estaba allí solo para decorar, no cumplió los criterios. Resultado, concurso desierto.
Y en Elche no les fue mejor. Una de las licitantes era el Trinity College Group of Spain SL que, de nuevo esas perversas casualidades que tienen la aviesa tendencia a parecer causalidades, es propiedad de un socio del ex presidente del Gobierno de José María Aznar. La otra licitante era Educatio Servanda, una fundación educativa de carácter cristiano que también tenía un CIS cristiano y que segregaba por sexo a los alumnos adjudicado por los mismos consejeros investigados en Púnica.
Conclusión otra licitación desierta.
Así que no ha sido el nuevo gobierno de la Generalitat quien se ha cargado la política de CIS. El fin de la política de "te enriquezco a cambio de que evangelices a los chavales" fracasó por su propia naturaleza ilegal y delictiva. 
Porque una actuación delictiva no puede llevarse a cabo sin cómplices, porque saltarse la ley y alterar las reglas del juego solo puede mantenerse si quien tiene poder para encubrirlo lo ejerce de forma omnímoda y constante.
Y eso dejó de ocurrir cuando Púnica y las encuestas comenzaron a hacer levantarse al Partido Popular valenciano de su sillón de padrino mafioso.

viernes, julio 04, 2014

Una charla y un gobierno que dejan a su suerte al adulto responsable porque ya no es negocio.

Hay decisiones y posiciones que se definen tan solo con su aspecto numérico pero hay otras que no. 
Existen situaciones que con tan solo hablar de porcentajes, gasto, incrementos y descensos quedan explicadas tanto en su fondo como en su forma pero hay otras a las en las que los números son solamente contexto o como mucho una prueba de cargo y la explicación es algo más sencillo, más directo. Más cruel.
Eso pasa en estos días con todo el sistema de ayuda a las personas dependientes que nuestro actual gobierno está llevando a la nada en su impenitente política de recorte austero que en realidad es de gasto irracional.
Se podrían llenar estas endemoniadas lineas con datos como que el copago en Dependencia se ha incrementado un 68% en los últimos años, forzando a familias y personas dependientes a detraer unas sumas de las que no disponen a causa de la sangría que para las familias supone la política económica, laboral y fiscal de los actuales inquilinos de Moncloa.
Se podrían aportar datos como que se han rechazado 77.000 peticiones de ayuda en los últimos años, como que se ha reducido en 28.000 personas el numero de profesionales dedicados a la Dependencia, como que el tiempo de espera ha aumentado hasta los siete meses o como que hay 55.000 plazas libres en las residencias que siguen libres porque las familias no pueden pagarlas de forma privada y las diferentes administraciones se niegan a subvencionarlas.
Pero todo eso no sería en este caso otra cosa que decoración. Por una realidad la llamada fría realidad de los números es poco más que los abalorios que adornan el árbol del verdadero drama, de la auténtica tragedia. De la crueldad criminal que define la auténtica realidad en la Dependencia.
Pero eso no nos diría nada sobre gentes que conservan uno de los pocos rasgos de responsabilidad que aún nos quedan en esta sociedad. Personas que se ven obligadas a asumir la dependencia y la natural decadencia vital de otros a costa de sus trabajos, de sus noches y sus días de sus ritmos y cadencias, de sus vidas en general porque no encuentran apoyo en nadie para compensar esa dependencia que otros tienen de ellos.
Y todo eso no se expresa en los números de los recortes en Dependencia. Se resume en una sola conversación.

- Yo al conseller le tengo que decir que no están cumpliendo porque a la fecha que estamos tendrían que estar llenas (las residencias).
- Bueno pues todavía no lo han hecho, pues cuando lo hagan y metan a todos nuestros privados como si fueran públicos, todavía les quedarán 300 plazas.

Son Enrique Ortíz, un empresario de la construcción, de esos que engordaron la burbuja inmobiliaria hasta hacerla explotar con sus continuados pelotazos y especulaciones y Arturo Alario, Consejero delegado de una empresa dedicada a la gestión de centros geriátricos.
Y no hablan de sacos de cemento, de productos perecederos, de contenedores con material radioactivo o de reses para llevar a u matadero. Están hablando de ancianos, de personas dependientes, de seres humanos que necesitan asistencia y apoyo para pasar los últimos años de sus vidas.
Esa conversación obvia todos los números, todos los recortes, todos los abandonos y los incumplimientos políticos. Esas dos frases definen lo que es la dependencia para aquellos que nos gobiernan: Un negocio.
Un conseller, Juan Cotino -ahora presidente del Parlamento Valenciano, no vaya a perder el aforamiento y esto sea un desastre de imputaciones y condenas- y dos empresarios tratan a las personas que más ayuda necesitan como si se tratara de material fungible que se puede mover de un sitio a otro según las conveniencias del negocio de unos y de otros.
Y lo hacen para ganar dinero, exclusivamente para ganar dinero. No por un sentido solidario de los empresarios, no por un compromiso social del político, sino porque el político y los empresarios ganan dinero con ello -que parte de las empresas son del político, conviene decir en este momento-. No hay nada más.
Y eso, que es lo ocurre en los tiempos de bonanza, en los días en los que el dinero puede fluir sin control desde las arcas públicas, explica y define lo que ocurre ahora, en los momentos de la austeridad suicidad, cuando se cierra el grifo porque hay que usar ese dinero para beneficiar a otros socios, a otros contactos que son más importantes y necesarios para la permanencia en el poder de los políticos.
Porque cuando los ancianos, los dependientes, dejan de ser negocio, cuando ya no van a reportar pingues beneficios soterrados para nuestras cuentas corrientes cifradas allende la Agencia Tributaria, cuando ya no se pueden convertir las ayudas públicas en beneficios para nuestra empresa, entonces dejan de importar. Chapamos el chiringuito y a otra cosa, a otro negocio, a otro pelotazo.
Y se deja en la calle a miles de familias que no tiene recursos para acudir a esas residencias sufragándolas por medios privados, se dejan apiladas las solicitudes que llevan el rostro, la vida y la tragedia de personas que no pueden defenderse por ellas mismas apiladas como contenedores de cualquier producto cárnico que no han pasado la aduana pudriéndose en el puerto.
Y no es porque no haya dinero. Es porque el dinero empleado en ello no irá a los bolsillos de aquellos que las conceden a través de testaferros, socios, nepotismo y empresas interpuestas.
Somos uno de los pocos países de este Occidente Atlántico nuestro que tienen una tradición de ocuparse de sus ancestros dentro del ambiente familiar -que igual que se dice lo malo, hay que decir lo bueno- Y se aprovechan de eso. 
Se aprovechan de personas que para ocuparse de ancianos dependientes que no pueden valerse por si mismos sacrifican parte de sus vidas y sus ocios, afrontan dificultades en sus entornos laborales, molestias en sus relaciones sociales. 
Personas jóvenes o adultas que se ven obligadas, por un sentido responsabilidad muy escaso en nuestros días y que los gobernantes no tienen ni tienen intención de desarrollar, a ralentizar sus vidas, a aclimatarlas al ritmo de otros que no pueden marcar por si solos el ritmo de su propia existencia, solamente porque a ellos, que han sido votados para que tengan en mente esas realidades en lugar de en sus cuentas corrientes, ya no ven ningún beneficio económico en ello.
Porque, claro, ellos tienen pensiones vitalicias y planes de jubilación millonarios sufragados con los beneficios de sus negocios nepotistas que les permitirán pagar cualquier residencia geriátrica cuando sean viejos.
Así que en esto de la Dependencia la realidad no la marcan los números. La marca el más absoluto egoísmo cruel e insensible. La marca una sola conversación.
Algo que no se puede evitar fácilmente si es un hijo o un familiar quien lo practica pero que no se puede consentir en un gobierno. Por más que lo decoren de otra cosa. Que un hijo o familiar sea egoísta e irresponsable es problema de su familia, que un gobierno lo sea es problema de todos. Aunque no afecte a nuestra familia.
A ver si lo aprendemos de una vez..

domingo, junio 01, 2014

José y Grego y el entierro de la verdad de género

Tiempo ha que no se asomaban a estas endemoniadas líneas estos asuntos sobre mujeres y hombres y su supuesta guerra encubierta y su inventado odio ancestral.
Creía yo que ya no me encontraba bajo sospecha de machismo o cualquier otro "ismo" recalcitrante e intransigente pero, como en los últimos tiempos se me ha hecho sospechoso de muchas cosas pues insisto, aunque sea redundante.
No es que me moleste en exceso que se me haga sospechoso de extranjero por las tonalidades epidérmicas, de yihadista por los adornos estadísticos de mi indumentaria y de traidor a la mujer que amo, amaba o amaré -que en estas cosas siempre se me confunde el tiempo verbal- por los susurros de pasillo, pero no está de más redundar en lo ya dicho por si alguien no lo escuchó o no quiso escucharlo, no lo leyó o quiso interpretarlo o no lo asumió y quiso tergiversarlo.
Existe un emporio mediático, político y vagamente social que se empeña en magnificar la violencia de género. Bueno se empeña en realidad en inventar que toda violencia en la que está implicada una mujer es por machismo.
Dicho esto, viajemos a Valencia.
"No tenían antecedentes de violencia entre la pareja y eran calificados como un matrimonio ejemplar. Sin embargo, José Montero, un hombre de 78 años, mató este miércoles a su mujer, Gregoria León, de 74, en su domicilio del número 18 de la calle Ruaya de Valencia, y después se quitó la vida".
Así empieza el periódico que ha empezado a perder toda credibilidad al convertirse en un elemento de propaganda más que en un medio de comunicación el relato sobre la aparición de dos cadáveres.
Y alguien dirá ¡Tampoco es para tanto! Pero sí lo es.
No dicen "no tenían antecedentes en el tráfico de drogas" -principal causa del as muertes violentas en España-, ni "no se les conocía relación alguna con el crimen organizado" -segunda-, ni "no estaban vinculados a ninguna banda delictiva" -tercera-, ni siquiera "no tenían antecedentes por contrabando" -novena-. Se van a la decimocuarta causa de muerte violenta en España, que es la mal llamada violencia de género.
¿Por qué resulta necesaria esa especificación? Hay preguntas que son en sí mismas una respuesta. Porque quieren que sea ese el móvil. Porque han decidido que ese sea el motivo de esas muertes. Porque sus apriorismos ideológicos necesitan que sea eso.
"Una de las dos hijas del matrimonio descubrió los cadáveres pocas horas después. Ella les visitaba a menudo, pendiente de su madre, quien desde hacía tiempo padecía un cáncer terminal, y parece que tras no recibir respuesta de sus padres decidió acceder al domicilio. Una vez dentro encontró en el dormitorio principal los cadáveres de José y Grego, como era conocida la anciana en el barrio. Alrededor de las diez de la mañana la policía recibía el aviso y al lugar acudían tanto efectivos de la brigada científica como del grupo de homicidios de la Policía Nacional, acompañados por el retén judicial y el forense".
Esa es la continuación del relato. ¿su hija dice que conocía antecedentes de malos tratos, de violencia? No -y todos sabemos que cualquier hijo sabe esas cosas y conoce esas circunstancias familiares-. Pero ahí en medio, como quien no quiere la cosa, como quien no da importancia a lo verdaderamente relevante, aparece un dato, un apunte que parece puesto para rellenar pero que en realidad está ahí para justificar "desde hacía tiempo padecía un cáncer terminal". A ahí queda la cosa.
Bueno, en realidad no queda ahí
"José, taxista jubilado, era conocido en el barrio por su afabilidad y el cariño a su mujer enferma. Se casaron en 1963 y tenían dos hijas y tres nietos. “Se casaron el mismo año que nosotros", comentaba una vecina, "y junto a nosotros fueron los primeros en mudarse hace ya 50 años. Eran muy buenas personas”.
¡Tócate los pies! Se casaron el año del asesinato de Kennedy, en el año del famoso sueño tenido por Martin Luther King, cuando España vivía la esperanza del Plan Marshall, el año del ascenso al solio pontificio del único papa que ha merecido la pena desde San Gregorio, Juan XXIII, y el tío que la ha odiado toda la vida por ser mujer, que ha reprimido durante medio siglo sus impulsos de macho alfa asesino y posesivo la mata cincuenta años después en un ataque de furia machista.
Cualquier ser humano de la tierra, cualquier periodista y desde luego cualquier guionista cinematográfico ya hubiera llegado a la conclusión en este punto de que el argumento de esta historia está claro, es casi tan cristalino como la intención ideológica de la redactora a la hora de presentar la noticia.
Pero resulta curioso, una redactora del mismo periódico que defiende la eutanasia, que realizó una campaña de opinión en torno al italiano caso de Eulana, que defiende el derecho a la muerte digna como si el sufrimiento restara un ápice de dignidad a la muerte que toda una vida ha hecho digna, ignora toda esa linea de pensamiento y barre para su casa y la de su feminismo trasnochado de confrontación y violencia.
A estas alturas, hasta Laurence Kasdam, uno de los menos brillantes guionistas de Hollywood -con perdón- ya estaría hablando de muerte asistida, eutanasia activa y máxima expresión del amor. No de violencia e género.
“Le vi la semana pasada y le pregunté que cómo estaba Grego… Ella había adelgazado mucho, había perdido un poco de pelo y estaba muy desmejorada”, añadía entre lágrimas una vecina de la finca. “Eran muy buenos, tenían un chalé y los fines de semana solían ir allí donde tenían huerta y más de una vez me han traído bolsas de naranjas de allí. Además, era el manitas entre los vecinos, era el que lo arreglaba todo: desde la puerta del patio hasta pintar, más de una vez, la puerta de entrada, porque era muy mañoso”.
Y esto es en sí mismo un epitafio. Pero no de Greco, ni de José. Es un epitafio, frío, triste y doliente, de algo que en otro tiempo, antes del periodismo ideológico y de la agitpro, se conoció como objetividad informativa.
Todos, desde las lectoras de novelas románticas a los consumidores de culebrones venezolanos, desde los analistas de políticas sociales hasta los observadores de los derechos humanos, sabemos de que va esto. Los policías o guardias civiles saben de que va esto, hasta los políticos y políticas saben de qué va esto.
Y lo peor, la más triste, lo absolutamente indignante es que Pilar de la Fuente, la redactora, sabe de qué va esto.
Va de dolor, va de miedo, va de incapacidad para ver sufrir a alguien que te ha hecho feliz durante 50 años, va de suicidio asistido, va de alguien que quiere tanto que puede pedirte que la mates, va de alguien que ama tanto que puede asumir la muerte con aquella a quien ama. Va de locura, va de Shakespeare, va de tragedia, va de amor -quizás malentendido por los dos, pero de amor-. 

Y Pilar Fuentes lo sabe y finge ignorarlo y culmina su información con  "El titular del juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Valencia instruye el homicidio, segundo caso de violencia de género en la Comunidad y el 25º en el país, a lo largo del 2014".
Si lo hubiera hecho una madre con su hijo, se desharía en lágrimas y justificaciones; si lo hubiera hecho un padre con hijo o un hijo con un padre, le encumbraría como adalid de la muerte digna asistida.
Pero lo ha hecho un hombre con su esposa. Y ella, su ideología y una ley que pretende justificarse contra toda justificación posible necesitan que lo haya hecho por machismo.
En la muerte e José y Grego hay un tercer cadáver y un cuarto y un quinto.
Junto a ellos yace Pilar Fuentes como periodista, El País como medio de comunicación y La Ley Orgánica 1/2004 como representación del a justicia en este país.
Las dos primeras tumbas han logrado la paz. Las otras tres nos la niegan a todos los demás.
Y quien tenga oídos para oír, que oiga.

viernes, mayo 16, 2014

Wert, Las NNEE y la laxitud y el rigor de la norma

Mientras nuestra sociedad y nuestra prensa se hacía cruces sobre el "inexplicable" crimen que acabó con la vida de una política leonesa y que ha terminado siendo de todo menos inexplicable, nuestro Gobierno, que se ha llenado la boca durante tres días de decir y repetir que no hay que banalizar el sufrimiento, que todas las vidas son iguales y demás lugares comunes que todos sabemos que ni se creen, ni esperan que nos creamos, ha seguido a lo suyo.
A acrecentar el sufrimiento de los que menos recursos tienen en aras de algo que no es más que su obsesión, su obtusa y pretenciosa manera de ver el futuro. Y esta vez le ha tocado a los autistas.
Centenares de familias han visto como desde las oficinas del ministerio que preside el proceloso José Ignacio Wert han salido cartas denegándoles las becas para la terapia extra que precisan estos niños enfermos para poder integrarse en el mundo que les rodea con unas garantías mínimas de existencia normalizada.
Y así, de un plumazo, echan por tierra toda su demagogia funeraria sobre que "toda vida es importante", sobre que "no se debe banalizar la existencia humana" porque ellos, los inquilinos de Moncloa y del Ministerio de Educación toman como nada la existencia de estos niños y sus necesidades, la vida de sus padres y familiares y su esfuerzo y su sufrimiento, las necesidades de cohesión y solidaridad de toda una sociedad.
Porque no hay nada que haga más banal la existencia humana que medirla por su coste monetario.
En otro de esos ejemplos de maltusianismo social que les caracteriza y que tiene como principal abanderado al ministro Wert vuelven a considerar que el gasto en los autistas no es necesario, es prescindible. Y como Leónidas y los espartanos arrojan por las laderas del monte a sus vástagos no perfectos para librarse de ellos. 
Porque consideran que no merece la pena gastar dinero en alguien que es posible que nunca llegue a estar en condiciones de ser las máquinas de producir sin pensar que ellos quieren que sea todo español para su beneficio y el de toda su clientela.
Y poco les importa que el nivel intelectual entre los autistas tienda a ser extremadamente elevado, nada les importa que la pérdida de esas becas suponga un retroceso evolutivo, les estanque, les impida salir de una enfermedad que les hace muy difícil relacionarse con su entorno y sus semejantes.
Desde Murcia a Alcalá de Henares, desde Baleares a Cantabria, desde Andalucía a esa Castilla León donde han estado todo este tiempo diciendo que no hay que "hacer de menos el sufrimiento humano", deniegan las becas de 20.000 euros para las terapias especiales mientras consienten que la consejera de educación valenciana -que parece querer iniciar el camino hacia Génova- gaste lo que no está escrito -bueno sí está escrito, pro lo oculta- en subvencionar colegios religiosos, en ceder terrenos y edificios a universidades privadas -también católicas, claro-.
Les niegan el pan y la sal a aquellos que más lo necesitan mientras consienten que Lucía Figar, consejera de Educación de la Comunidad de Madrid, se conceda a sí misma una beca de ayuda el sueldo combinado de ella y su esposo es uno de esos de seis cifras que rara vez se ven en las nóminas de los españoles.
Y la excusa que dan para denegarlas es de traca. Sería divertida si no fuera trágica, sería esperpéntica si no fuese dantesca. Afirman que ya están tratados en sus colegios.
Colegios en los que un solo logopeda tiene que atender cuatro aulas con ocho niños con necesidades especiales, colegios en los que el mismo profesor especial debe tratar a la vez con autistas, alumnos con síndrome de Down, con parálisis cerebral o con déficit de atención pese a las diferencias mas que evidentes que suponen cada una de las afecciones y su tratamiento y evolución.
Pero al ínclito ministro y a toda la corte genovesa que busca dinero para cuadrar unas cuentas públicas que ellos mismos han descuadrado en las comunidades autónomas en las que gobernaban nada de eso les importa.
Dicen que lo único que han hecho es ponerse más "estrictos" con el cumplimiento de los requisitos exigidos y hasta podría ser elogiable tal actitud.
Si también hubieran abandonado su laxitud a la hora de conceder becas de comedor hasta el punto de que han dejado colar una concedida por una consejera de educación a sí misma, si también hubieran abandonada su laxitud a la hora de pasar por alto la indolencia criminal con la que algunos directores de centros de enseñanza han tratado la pedofilia de alguno de sus profesores, si también hubieran recuperado la rigidez a la hora de exigir a los centros religiosos concertados que no cobren dinero alguno -disfrazado de lo que esté disfrazado- a las familias de sus alumnos cuando el Estado les subvenciona.
En todo eso permanecen laxos, relajados, dejando que el dinero circule a espuertas y siga saliendo de las cajas públicas para acabar en las privadas. En eso parece que no hay que ponerse estricto.
Hay familias que se han endeudado hasta las cejas pidiendo préstamos para adelantar -como todos los años- los gastos en espera de recibir la beca y ahora no pueden afrontar los pagos. No solo dejan a la intemperie a los autistas, sino que abocan a la miseria a sus familias.
Porque es obvio que en una sociedad moderna, solidaria y equilibrada hay que ser comprensivos con los gastos multimillonarios de las empresas que construyen carreteras privadas inviables y hay que compensarles por su fracaso empresarial, es evidente que para que un país sea justo y se preocupe por sus ciudadanos hay que gastar miles de millones de euros en el rescate de una burbuja inmobiliaria, financiera y bancaria que ha estallado por la furia especulativa de quienes se beneficiaron de ella.
Pero dar 20.000 a las familias para que puedan afrontar con unas mínimas garantías el esfuerzo y las dificultades que supone que uno de sus miembros tenga necesidades educativas especiales no, eso no debe hacerse. Eso no es justo, no es liberal, no es procedente.
Así que la próxima vez que, enlutados hasta las cejas, repitan que todo asesinato es execrable alguien debería recordarles al oído que no pueden decirlo, que es mejor que se callen.
Porque Wert, su ministerio y su absurdo maltusianismo social están matando las esperanzas de futuro y de integración de autistas y otros niños con necesidades educativas especiales.
Eso es casi peor que dispararles a bocajarro. Es matarles en vida. Y que un gobierno haga eso sí que es "inexplicable".

lunes, enero 13, 2014

Valencia y la libre competencia sanitaria segun el PP

El Partido Popular, esa organización que se dice política, que gobierna en España por mor de los votos que se le dieron, tiene la oportunidad perfecta para hacer una propuesta a Las Naciones Unidas. Debería proponer el día de hoy como el Día de La Libre Competencia.
Ellos, tan garantes según parece de la libre competencia, el mercado libre y todo lo que realmente no es libre pero se llama así, tienen hoy la oportunidad perfecta para dedicarle la jornada a quemar incienso en el altar de ese falso librecambrismo.
A la paralización judicial de su privatización en Madrid, precisamente por atentar contra esa libre competencia, y a la fotografía que demuestra lo que hace su sacrosanta libre competencia en los menús escolares de la Educación pública actualmente en venta se une otro modelo de libre mercado en la gestión privada que de lo público se empeña en hacer el Partido Popular.
Ahora parece que la gestión sanitaria privada valenciana, esa que hundió hasta la necesidad de rescate el Hospital de Alzira, esa que fue puesta como ejemplo y usada como ariete para percutir contra la sanidad pública en otras comunidades por ellos gobernadas, también se nuestra como un ejemplo del más puro mercado de competencia perfecta.
Porque perfecto debió ser para la empresa adjudicataria de cinco de los seis hospitales valencianos presentarse en soledad a los concursos, perfecto debió ser para Ribera Salud -no, no nos sorprende que sea Ribera Salud, ¿verdad?- poder hacer en solitario el camino que le llevaba a hacerse, casi en situación de monopolio con la gestión de la sanidad pública valenciana.
Y no lo digo yo, no lo dicen los "egoístas" profesionales sanitarios, no lo dicen los "irresponsables" jueces. Lo dice la Comisión Nacional de Competencia.
Alguien debe estar recibiendo un buen rapapolvo en Génova, 13 en estos días por no preocuparse de poner gente afín en esa institución en concreto.
La CNC considera la participación "alarmantemente reducida". Y eso podría ser normal, pero deja de serlo cuando los garantes nacionales del mismo concepto que el Partido Popular dice defender a capa y espada afirman que "las seis licitaciones han sido adjudicadas a agrupaciones de empresas participadas todas ellas por la empresa Ribera Salud". 
Y así, en un escenario de falta de competencia, que no de competencia perfecta, se hicieron con los hospitales de Alzira, Torrevieja, Dénia, L'Horta-Manises y Elx-Crevillent.
Los criterios utilizados fueron parciales, los plazos demasiado comprimidos salvo para aquellos que o ya se habían presentado antes o tenían información previa -o sea Ribera Salud- y así sucesivamente hasta que deja claro que el objetivo era que Ribera Salud obtuviera todos los contratos.
Y por si todo esto fuera poco, por si no fuera lo suficientemente fuerte y sonoro el bofetón con el revés de la mano que el sistema liberal capitalista da a aquellos que hacen de ese de ese sistema la excusa perfecta para su enriquecimiento personal y el de sus socios y aliados, la Comisión Nacional del Mercado de Valores concluye con algo demoledor
Cuestiona el modelo de gestión privada de la sanidad publica porque entiende "que puede adulterar el libre mercado, ya que se pueden utilizar las infraestructuras públicas para dar servicios a clientes privados, uso que no está limitado".
Y así descubre el verdadero objetivo de Ribera Salud y de todos los que quieren hacerse con la gestión privada de un hospital público. Aprovecharse de la inversión del Estado en Sanidad a lo largo de años, de décadas, para su beneficio; aprovecharse de infraestructuras, aparatos y herramientas compradas con el dinero de todos y que sus empresas nunca podrían comprar por su cuenta para poder dar servicio a sus clientes privados, a los que pagan -por puro snobismo, si se permite el matiz- por algo que podrían tener deforma gratuita en la sanidad pública. Esperando su turno, claro.
Así que ya no son los que están en contra del sistema liberal capitalista para los servicios públicos los que les enmiendan la plana. Ahora también son los que están a favor.
Porque unos y otros entienden que Libre Mercado no es un mercado en el que los que tienen el poder son libres para hacer lo que les dala gana, para favorecer a unos a costa del beneficio común, para regalarle beneficios a una sola empresa a costa de todas las demás.
Aunque el Partido Popular no lo sepa, no lo recuerde o prefiera olvidarlo.
Feliz día de la Libre Competencia en Génova,13 y sucursales.

sábado, enero 04, 2014

Valencia, Catalá, y "que los niños se acerquen a mi"

Hay personas que deberían llevar un especiero colgado de la espalda para poder condimentar al gusto sus palabras antes de tener que ingerirlas. Y una de esas personas es sin duda Alberto Fabra, presidente y principal dolor de muelas de la Comunitat Valenciana 
Cuando el ínclito Fabra fue abucheado por esos potenciales terroristas antisistema de seis años atrincherados tras la verja de alambre de un colegio por quitarles los dibujos animados y cerrarles Canal 9, el presidente valenciano recurrió a la tragedia de telenovela venezolana y con los ojos fijos en la cámara aseveró que "no cerraré un colegio o un hospital para mantener abierta la televisión valenciana".
Bueno pues su dramático momento pasó, su elección shakespiriana se diluyó. Porque ahora, con RTVV cerrada a cal y canto, con sus profesionales despedidos, a Fabra no le tiembla el pulso para cerrar colegios.
Y no uno. Tres y subiendo.
Gandía, Monovér y Torrevieja se han quedado sin un colegio porque la mano de Fabra en Educación, María José Catalá, así lo ha decidido en un "arreglo escolar" publicado con nocturnidad y alevosía en plenas vacaciones de navidad para que los centros, los consejos escolares y los afectados en general no puedan siquiera organizarse para presentar las alegaciones.
Como Catála teme a un grupo de padres protestando ante su consejería mas que a la ira de dios -y debe temer mucho al altísimo porque no hace otra cosa que ofrecerle lo público en sagrado holocausto para apaciguarle-, cierra el plazo de alegaciones el dos de enero, cuando todavía las uvas nos recorren el intestino grueso, y deja a niños obligados a ir a otro colegio y a profesores sin plaza obligados a volver a hacer unas oposiciones que ya hicieron en su día para conseguir una nueva plaza.
Y dicen que se cierran estos colegios por el descenso de la natalidad y mantiene que se debe a la reducción de la inmigración y es posible que en parte sea cierto. Pero el descenso de la natalidad en España no justifica que se eliminen 190 aulas de educación infantil en toda la Comunitat Valenciana. Y no debe tratarse de la inmigración porque los colegios de los barrios en los que más asentada está la población de origen extranjero, como la Malva-rosa, que tienen demanda de infantil también pierden sus aulas de infantil.
¿Qué les pasa entonces a Catalá y a Fabra?, ¿han decidido que las madres y los padres enseñen a los niños en sus casas hasta la escolarización obligatoria?, ¿han confundido el papel en el belén educativo que están liando en Valencia y se han disfrazado de Herodes?
Por supuesto ellos no contestan. El arte de no contestar es uno de los que mejor dominan los políticos valencianos del Partido Popular pero en realidad está claro.
Catalá dice que no son recortes. Y por una vez tiene razón. No son recortes, son trasvases.
Lo que la Consejería está haciendo es trasvasar alumnos de la enseñanza pública a la privada por la puerta de atrás, a empujones, por orden de la autoridad.
Porque si cierras aulas de infantil en lo público, si cierras colegios públicos, en zonas en las que lo único que hay como alternativa son colegios privados concertados, los padres terminarán optando por llevar a sus hijos al concertado en lugar de tener que recorrerse media ciudad para llevarlo a otro público.
Aunque no estén de acuerdo con el ideario del centro, aunque se tengan que tragar unas clases de religión que no desean. Lo harán porque no les quedará otro remedio.
Y eso es lo que está paando o lo que Catalá quiere que pase.
En el barrio de El Cabanyal de Valencia solo existe un centro público, Les Arenes, por tres privados. El propósito de la Administración es suprimir en aquél un aula de infantil, tras la eliminación de otra el curso pasado ¿a donde irá el alumnado de infantil que se quede sin plaza en ese solitario y recortado centro público? 
Obviamente su primera opción serán los privados concertados. Su primera y única opción.
Y lo mismo es Torrent, en Xativa o en muchas localidades, donde los centros públicos son obligados a cerrar aulas mientras que los privados concertados aumentan sus unidades de infantil.
Si no hubiera niños suficientes, los colegios privados concertados no aumentarían sus unidades de infantil, si no hubiera bastante dinero, la Consellería no podría firmar conciertos con esos centros por sus aulas de infantil al igual que está cerrando las de los públicos.
Como lo que no hay es vergüenza, Catalá y sus huestes trasvasan de forma artera alumnado de la enseñanza pública a los centros concertados religiosos -sí, son religiosos, por si quedaba alguna duda al respecto- a fuerza de cerrar unidades de infantil en los centro públicos para forzar a la población a optar por los centros concertados. Para que su negocio y su evangelización prosperen al mismo tiempo a costa de la libertad educativa de los valencianos. 
"Dejad que los niños se acerquen a mi", decía su profeta galileo. "Y si no se acercan cerradles el cole", apostilla María José Catalá.

viernes, diciembre 06, 2013

Y el maestro salvará a Fabra de niños de seis años

La forma de reacción de las personas antes las críticas es el principal baremo de su capacidad de convivencia, de su madurez y sobre todo de su humanidad.
Hoy, en el día en el que Nelson Mandela se ha ganado su definitiva libertad de un mundo en el que, pese a su lucha, sigue habiendo demasiada gente que no lo es; hoy, que se celebra el día de una Constitución que a fuerza de ser usada de excusa para todo amenaza con no ser útil para nada, desayunamos con una de las reacciones ante las críticas más desmedidas desde la matanza de los varones por el tetrarca Herodes.
El gobierno de la Comunitat Valenciana ha alcanzado la máxima expresión del ridículo totalitario. Anticipándose a la nueva Ley de Seguridad para Políticos -Uy, perdón, quise decir de Seguridad Ciudadana- el concejal de Seguridad de Xativa se dedica a grabar a unos niños. Ya sabemos que Valencia es, por desgracia para sus gentes y su futuro, la punta de lanza de todas las aciagas ideas que tiene el Partido Popular para nuestro país.
Como un pedófilo de esos de capítulo de CSI pasa su móvil en horizontal por delante de una valla de colegio para tener constancia de los rostros y los actos de niños de seis años a doce años que están en el recreo.
¿Están esos niños consumiendo litros de alcohol?, ¿están preparando mezclas sospechosas en botellas de cristal con trapos rezumando en su boca?, ¿están cargando tirachinas con bolas de acero y haciéndolos girar hendiendo el aire cual nuevos Davides con su honda? Pues no. 
Lo que están haciendo los infantes que merece la atención del móvil de última generación del señor concejal es protestar contra el cierre de Canal 9 cuando ven pasar al presidente de la Comunitat Valenciana. Están pidiéndole a Fabra que les devuelva los dibujos animados. A poder ser en valenciano.
Y eso debe ser un delito muy grave. El ínclito gobernante debe sentirse escarchado por un grupo de niños que tras la valla, debe sentir que su vida corre peligro o que su honor está siendo injustamente cuestionado y por eso los responsables de la seguridad más cercanos toman medidas.
Puede que no sea ilegal, pero es ridículo.
Como puede que no sea ilegal abrir un expediente informativo contra el personal del centro, en concreto el colegio Taquígrafo Martí, pero es un ejemplo del totalitarismo más absoluto.
No hay ninguna duda de lo ocurrido así que no hay nada que aclarar. No hay incumplimiento de ninguna ley, así que no hay nada que investigar., no hay ningún riesgo para los menores, así que no hay nada que perseguir. Entonces ¿Para qué servirá el expediente informativo que se abre?
Todos lo sabemos. Para el único arma que nuestros actuales gobernantes utilizan para combatir la protesta, para enfrentarse a la indignación ciudadana por sus actos, por sus manejos y sus desaguisados: para infundir miedo.
Y esa reacción a las críticas, esa airada amenaza a aquellos que se oponen a sus deseos y actos, esa reacción visceral de señalar con el dedo e intimidar con la represión es lo que delata el tipo de individuos que son nuestros gobernantes, su visión del mundo y su concepto de ejercicio del poder.
Porque lo único que se pretende es lograr que por puro miedo los profesores y cuidadores de los niños dejen de hacer su trabajo y se dediquen a hacer de comisarios políticos que acallen la protesta; que por el más completo de los terrores al castigo la dirección del colegio deje de hacer su trabajo y se transforme en el Politburo que dicte las nuevas normas de propaganda para alabar al heroico prócer que rige los destinos de Valencia hacia el desastre más completo.
Lo único que se busca es que la gente, hasta la más pequeña, calle para que los oídos de Fabra no estallen por las continuadas protestas por dejar a los valencianos sin su televisión, sin su educación, sin su sanidad y sin gran parte de su futuro.
Y todo ello mientras el presidente de la Comunidad Valenciana, que no tiene dinero para mantener la Televisión Valenciana, que no tiene dinero para sacar a los alumnos de los barracones de muchos colegios, que no tiene dinero para garantizar la asistencia a los dependientes o los medicamentos a los enfermos crónicos, va a entrar a visitar un convento para cuya rehabilitación ha logrado obtener fondos milagrosamente, por intercesión de San Pancracio, es de suponer.
Así que el concejal graba con su cámara de 15 megapixels y la Consejería de Educación abre expediente informativo en el colegio Taquígrafo Martí de Xátiva porque sus docentes hicieron su trabajo. Dejen que lo repita. Porque hicieron su trabajo.
Porque si esos niños son capaces de protestar y de reclamar sus derechos es porque sus profesores -y seguramente sus padres y madres - les han educado en la libertad, la democracia y la defensa de lo que consideran justo.
Y eso, les quieras meter el miedo que les quieras meter y moleste al político que moleste, es hacer bien, pero que muy bien, su trabajo.

domingo, noviembre 10, 2013

Concertados o la verdadera división educativa del PP

Parece que una de las dicotomías que se han impuesto desde el Gobierno que nos echamos a las espaldas en las últimas elecciones en el distingo entre educación concertada y enseñanza pública.
Pero, no nos engañemos, ni Wert ni sus avatares autonómicos -Catalá, Figar y demás-  tienen esa dualidad en su maniqueo concepto de organización de la sociedad, en su mapa en blanco y negro de con nosotros o contra nosotros. Sus dicotomías son otras, sus divisiones son otras.
Y una de las pruebas más trasparentes, más meridianas de ello es Alberto Fabra, ese presidente de la Comunitat Valenciana que destila públicamente la poca vergüenza de cerrar una televisión pública que no se pliega a sus necesidades de propaganda política argumentando que "no cerrará un colegio por mantenerla abierta" o que necesita ese dinero para "educación, sanidad y unos servicios sociales de calidad".
Él y su senescal educativa, María José Catalá, no hacen distingo a la hora de destruir la enseñanza y la educación entre pública y concertada. Para ellos es lo mismo.
Y lo demuestra el hecho de que le deban millones a centros y entidades educativas concertadas. Al Patronato Intermunicipal Francisco Esteve le deben 433.000 euros y Bienestar Social, 393.000 euros. El Colegio La Unión de Torrent, 760.000 euros. A Torrepins le debe el Consell 300.000 euros.
Y así hasta catorce colegios concertados.
Pero no hay que confundirse. Cuando asistimos a las protestas de estos centros exigiendo el dinero que Fabra y Catalá les deben y les niegan no veremos a monjas con pancartas, a profesores de religión con lemas en sus camisetas ni a miembros de la Conferencia Episcopal Española apoyándoles.
Porque estos colegios no cobran cuotas "voluntarias" que bordean la legalidad, no rezan el ángelus ni dan clase de valores cristianos. Estos colegios son concertados sí, pero no son religiosos.
Son los colegios que se hacen cargo de los más débiles, de los que necesitan más apoyo en el desarrollo de su proceso educativo. Son los colegios concertados que atienden las necesidades educativas de los discapacitados psíquicos y físicos.
Así que la diferencia, la división dogmática e ideológica no se encuentra entre lo concertado y lo público, no se halla entre lo gestionado directamente por el Estado -o el Gobierno Valenciano, en este caso- y lo gestionado por entidades privadas -sin ánimo de lucro, se presupone-. 
Porque entonces estos centros que atienden a discapacitados no tendrían que manifestarse en Torrent, Paterna o Valencia y nadarían en fondos y exenciones fiscales como lo hacen aquellos a los que Catalá ha concedido suelos gratuitos por valor de varios millones de euros, como lo hacen esos otros concertados a los que ha aumentado las becas de comedor mientras elimina físicamente los comedores mismos en muchos centros públicos.
Si la diferenciación que hace la política educativa del Partido Popular en Valencia y en el resto de España enfrentara a la dicotomía entre lo público y lo concertado, estos profesores, directores y alumnos no tendrían que protestar porque recibirán los mismos edificios gratuitos para asentarse que algunas universidades privadas, porque verían aumentar y alargarse sus conciertos dentro de los 663 millones de euros que la Consellería va a dedicar a pagar conciertos con entidades privadas educativas.
Pero, si no es la división entre la gestión educativa pública y la concertada la que marca la política educativa del Partido Popular ¿cual es entonces?
¿De verdad hace falta que lo diga?
Es la maniquea y perversa elección entre servicio y negocio. Y entonces todo cuadra. 
Porque la educación de discapacitados no está concebida como un negocio y por ello, por muy concertada que sea, no entra dentro del tipo de enseñanza que quiere y se esfuerza por promover Catalá en Valencia, Figar en Madrid y Wert en todo el territorio nacional.
Porque la educación de discapacitados nunca dará beneficios por su condición ineludible de servicio público a un colectivo con necesidades especiales más allá de su renta y posición económica y por ello cae en el mismo saco que la enseñanza pública obligatoria convencional, sean los centros concertados o no.
Porque lo único que les importa es que sus socios ganen con el negocio y que ellos no pierdan dinero que pueden usar para sus cosas en prestar un servicio.
Esa es la única división que entienden: Servicio o negocio, prestaciones o ganancias.
Y eso hace que hasta los profesores de la concertada vayan a la huelga cuando se dan cuenta de que los recortes en la educación afectarán a sus centros y el gobierno hace todo lo posible para que sus contratadores sigan ganando dinero aún a costa de sus salarios, de sus jornadas y de sus condiciones de trabajo.
Por más que unos y otros hayan intentado establecer una falsa división entre lo público y lo concertado, esa división no existe en la mente de los ideólogos del desmantelamiento educativo español.
Solamente existe la que pone a un lado a los que precisan el servicio educativo y de otro a los que quieren ganar dinero a costa de esa necesidad.
Bueno, esa y la otra división. Entre los que enseñan y los que adoctrinan. Que otro gallo nos estaría cantando si en esos colegios concertados para discapacitados se rezara el Ave María a la entrada, el Ángelus a mediodía y el Jesusito de mi Vida a la hora de irse a acostar. De eso tampoco cabe la menor duda. Y mucho menos a la ínclita hija de La Obra, María José Catalá.

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