viernes, junio 16, 2006

La sombra de Yalta

Un amigo y una de las mejores personas que conozco, me ha contestado al post "el alma y la víctima", como esperaba de la mayoría, en desacuerdo con mi forma de ver las cosas con respecto a la negociación con ETA. Si alguien quiere leer en su integridad lo que ha escrito puede verlo en los comentarios, así como mi respuesta -y la contrarrespuesta, si es que la llega a haber-.
Pero, aunque se dice de nosotros, los demonios, que somos egoistas, quiero compartir un párrafo en especial con todos aquellos que aún no esteís hartos de mis largas reflexiones y sigaís accediendo al blog.
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¿No fue Francia la que se rindió gratuitamente frente al ejército Nazi hasta que las fuerzas aliadas los liberaron? ¿Hemos de admirarles por haber evitado ir a la guerra? Pregúnta a cualquier francés, que con lo choministas que son, no creo que sea la parte de su historia que más les guste...
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En mi respuesta le he dicho que una guerra mundial no es equiparable a la actividad de una banda armada que no representa ni siquiera a los que defienden lo mismo que ella -reconozco que he sido un poco más duro- Pero ahora querría seguir, por un momento, con la ficción de que sí lo es.
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Antes de empezar con ello, sólo quiero hacer una matización. Francia no se rindió gratuitamente. Francia cometió un error estratégico con la Linea Maginot que le costó 16.000 hombres y tuvo que sacrificar otros 5.000 junto con los británicos en la evacuación de Dunquerque. Eso le impidió tener tiempo para movilizar al resto del ejercito. El gobierno francés no pudo hacer otra cosa que rendirse si no quería enviar a hombres desarmados y sin la miníma instrucción a combatir contra los panzers del más poderoso ejército del mundo. No me hubiera parecido en nada admirable que hubieran dejado morir a otros cientos de miles de forma gratuita por no reconocerlo. Sinceramente, buscar la solución en el heroísmo épico me parece más de comic que de la realidad y, por tanto, frívolo.
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Y ahora a lo nuestro.
Acabada la segunda guerra mundial -en la que por cierto no medio rendición incondicional de Alemania, ya que lo único que se rindio oficialmente fue la guarnición de Berlín y tan sólo hubo rendición militar con condiciones de Japón-, cuatro personas se reunieron en una ciudad llamada Yalta. Tras repartir los territorios a su conveniencia, comenzarón a fijar los términos de la paz con Alemania.
- Lo primero que se hizo fue reconocer que Alemania seguía siendo un Estado soberano con derecho a un gobierno propio.
- En el segundo punto del preámbulo se diferenció al pueblo aleman de "la jauria furiosa" que había gobernado el país en su nombre durante los anteriores diez años.
- Se impusieron sanciones económicas a Alemania.
- Se impuso la disolución de las Hitlerjugend (las juventudes hitlerianas), la Gestapo y las SS, así como otros cuerpos paramilitares nazis, pero nadie propuso el encarcelamiento y procesamiento de todos aquellos que hubieran pertenecido a ellas por el hecho de haber formado parte de las mismas. Tan sólo se persiguió -policial y no militarmente- a los que eran denunciados por crímenes de sangre.
- Se abrieron los procesos de Nuremberg con la cláusula de que no se juzgaría, pese a que se entregara o fuera detenido, a ningún militar de la Bermach o de las SS que no hubiera ostentado un mando en plaza o una graduación por encima de la de Capitán.
- Se obligó a la disolución del partido nazi, pero ninguna de esas cuatro personas propuso siquiera el procesamiento de los ocho millones de alemanes que les habían encumbrado al poder en unas elecciones democráticas.
- Se convocó un referendum sobre el modelo de estado que querían los alemanes -reino o república- en el que deberían participar sólo los alemanes -refererendum que no llegó a celebrarse porque USA y URSS dejaron de ser "amiguitos" y decidieron posteriormente dividir Berlín y repartirse el pastel.
Y luego firmaron, se hicieron la foto y se marcharon a casa.
Charles DeGaulle tardó tres meses en restablecer relaciones diplomáticas con Alemania y en suspender el pago de la deuda de guerra.
Winston Churchill tardó un mes más y además firmó un crédito a Alemania para ayudar a su reconstrucción.
Los Estados Unidos se sumaron al carro en 1947 y Alemania fue el principal beneficiario -aunque encubierto en muchas ocasiones- de su famoso Plan Marshall.
- Stalin nunca hizo acto oficial alguno, pero el gobierno de la URSS jamás reclamó un solo marco del pago de esa deuda.
Ni en París, ni en Londres, ni en Moscú, ni siquiera en Whasington hubo manifestaciones pidiendo que la guerra continuara hasta que el último de los nazis, el último de aquellos que los habían apoyado o los habían consentido estuviese muerto o en prisión, no se pidió que siguieran bombardeando ciudades alemanas o barriendo los bosques hasta que el último de los que habían lucido el uniforme gris o negro de las "elites guerreras nazis" afirmara publicamente que Hitler estaba equivocado.
Habián muerto 28 millones de personas en una guerra de poco más de seis años. Nadie quería seguir derramando sangre y odio en su memoria. Europa hizo la paz con la unica intención de poder continuar con su vida.
A lo mejor la paz hay que hacerla así. A lo mejor el final de la violencia es mucho mejor que la victoria.
Puede que esto parezca frívolo, pero a De Gaulle se le condecoró con la Legión de Honor y se le declaró, no vencedor de los alemanes en la segunda gran guerra, sino Pilar de la Paz.

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