Mostrando entradas con la etiqueta Podemos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Podemos. Mostrar todas las entradas

viernes, junio 01, 2018

De la elusión al oxímoron para defender una mentira por el bien de Ciudadanos

"No está tan claro que un gobierno débil sometido a los vaivenes de unos socios peligrosos (Podemos, ERC, PdCat, PNV, Bildu...), vaya a contribuir a estabilizar o regenerar nada. ¿No hubiera sido mejor negociar una fecha para convocar elecciones generales, más pronto que tarde, para que sean los españoles los que decidan quién quiere que lidere el proceso de estabilización y regeneración institucional?"
Es maravilloso como se puede colar como un argumento algo que a la vez es una elusión, un sofisma, una manipulación y un oxímoron.Vayamos por partes.
La elusión del cuarto partido
El PSOE estará supuestamente "sometido a los vaivenes" de esos socios por un único motivo. Ciudadanos se ha negado a apoyarle y solo seguirá sometido a ellos si Ciudadanos se mantiene en la negativa de no apoyarle haga lo que haga. Ni una palabra sobre la responsabilidad que tendría el partido de Rivera en esa inestabilidad.
El sofisma del peligro
¿"Peligrosos"?, ¿peligrosos para quién?, ¿por qué Podemos o PNV son peligrosos?, ¿por qué no lo es Ciudadanos? No hay ni una sola iniciativa parlamentaria de Podemos o el PNV -o incluso Bildu- a lo largo de la legislatura que sea "peligrosa".
A menos que la abolición de la Ley Mordaza, el levantamiento del impuesto al sol, la eliminación de los elementos de precarización de la Reforma Laboral, la fijación de un criterio general de cálculo de las pensiones, la fijación de un calendario de cierre de las nucleares, la supresión por ley de la posibilidad de amnistías al fraude fiscal o la reducción de impuestos a las compañías sociales se consideren "peligrosas" para España y para la democracia.
¿Por qué el PNV es un socio peligroso ahora y era un socio responsable hace diez días con la aprobación de los presupuestos?
No puede considerarse peligroso a un partido que lleva desde el comienzo de la última fase democrática de nuestro país haciendo lo mismo, lo que tiene que hacer. Preocuparse de lo que ellos consideran que son los intereses de Euskadi. Que para eso les votan.
¿Por qué no se considera "peligroso" a Ciudadanos?
Resulta curioso que no se haga hincapié en que es el único partido -no independentista- que defiende posiciones anticonstitucionales y antidemocráticas.
¿No es anticonstitucional defender la eliminación del cupo vasco cuando figura expresamente reflejado en la Carta Magna española?, ¿no es anticonstitucional y antidemocrático defender la extensión del artículo 155 solamente para controlar TV3 y los mossos, ninguna de las cuales es constitucionalmente competencia del gobierno central?
De nuevo silencio al respecto
La manipulación de la estabilidad y la regeneración.
Se afirma que es dudoso que el nuevo gobierno "vaya a contribuir a estabilizar ni regenerar nada", pero se omite que la sola presentación de la moción de censura ya ha contribuido más a la estabilidad que todo el gobierno de Mariano Rajoy. En el asunto de Catalunya ha propiciado que llamaran al orden a Torrá, que desbloquear la formación del Govern y que obligara al PP a levantar el 155. Puede que no nos guste ese gobierno, pero la situación política en Catalunya ya es estable, ya no depende de los juicios.
En el resto de España, si hace diez días el presupuesto garantizaba la estabilidad en la legislatura, ¿por qué ahora no lo hace si todos los partidos se han comprometido a respetarlo?
De nuevo, los únicos que podrían desestabilizar esos presupuestos son aquellos que votaron a favor de él si ahora le ponen trabas o votan en contra de leyes que emanen de él. O sea el PP o Ciudadanos.De nuevo se omite tal posibilidad.
Y con la regeneración tres cuartas de lo mismo.
¿Qué impide al nuevo gobierno poner en marcha la Ley de Transparencia?, ¿o la modificación propuesta para los delitos de corrupción en el Código Penal? Los únicos que han bloqueado esas propuestas han sido el Partido Popular y Ciudadanos. Sí Ciudadanos deja de hacerlo la regeneración podrá comenzar. La responsabilidad está en ellos y no se incide en ese aspecto.
Por no hablar del hecho de que esa regeneración en la política pasa por recuperar el diálogo y la negociación -según el mismo periódico ha defendido en múltiples ocasiones cuando quienes se negaban a dialogar eran otros-. Así que la necesidad y la disposición al dialogo entre fuerzas políticas ya es en sí mismo un comienzo de regeneración. Y quienes se nieguen a participar -que ya sabemos quienes son- son quienes la impiden.
El oxímoron del proceso electoral.
Abordar la pregunta retórica final del razonamiento de El País es lo que transforma el razonamiento completo en un oxímoron porque la respuesta, que se pretende retóricamente que es sí, es en realidad no.
El panorama político real -incluso el inventado por Demoscopia- deparará ahora o dentro de un año un panorama político con cuatro partidos constreñidos en un arco porcentual de voto que va entre el 20% (Podemos) y el 24% (según el CIS). Eso supone la imposibilidad de formar gobierno unitario para cualquiera. Si con un 33% de los votos el PP necesitó dos elecciones y un golpe de mano de la Ejecutiva del PSOE para poder formar gobierno, solo hay que volver a la historia más reciente para saberlo.
Así que, en realidad, la convocatoria de elecciones supone seis meses de un gobierno en funciones sin posibilidad de legislar y otros tantos -no se sabe cuantos- después de los comicios -que probablemente tendrían más de una edición- hasta que alguien consiga formar un ejecutivo que no sería probablemente más estable que el de Sánchez.
¿Por qué esa situación garantiza la estabilidad?
No hay respuesta posible porque la única es que no la garantiza.
Así que todo ese argumento, que parece racional y responsable, no es otra cosa que un intento de elevar a categoría universal las necesidades de un solo partido: Ciudadanos.
Un partido que, sabiendo que esas elecciones inmediatas no generarían estabilidad ninguna, pretende forzarlas para estar en mejor posición para pescar en ese río revuelto.
Es equiparar el bien de Ciudadanos con el bien de España. Exactamente lo mismo que lleva haciendo demagógicamente el PP durante las dos últimas legislaturas y en todas las que ha ostentado el gobierno.
Poca regeneración parece

martes, noviembre 28, 2017

La falacia de la libertad y el respeto disfrazada de hoguera.

Sé que esto va a sonar raro viniendo de mi pero, con todos los duelos y quebrantos que se quiera, tengo que decir que la Conferencia Epicospal Española tiene razón.
La propuesta de Ley LGTBI que debatirá el Congreso es "inquisitorial".
La propuesta son cincuenta y ocho folios. Y cincuenta y siete y medio no tienen para mi ningún problema, más allá de que, como toda ley de este tipo, me parece redundante porque todos los derechos y prohibiciones ya están reflejados en un solo artículo de la Constitución Española. Pero toda la ley de desarrollo es parcialmente redundante.
Pero medio folio, un sólo párrafo, la convierte, en su actual redacción, en el producto legal más perverso desde la Ley de Convivencia Ciudadana de un tal Goobles en los años treinta del pasado siglo.
El artículo que posibilita "la destrucción, el decomiso o borrado de documentos, libros o artículos por medio de los cuales se haya cometido una infracción" es la defensa de la restitución de la Inquisición Española en su máxima expresión.
Y no voy a caer en el consabido "Y tú más" de recordar que la Iglesia Romana es precisamente la inventora de la Inquisición, ni tirar del fácil recurso de que ellos han hecho lo mismo, quemando libros, requisando obras de arte, imponiendo silencios a quienes han pensado de forma diferente a lo que estipulaba la ortodoxia de su doctrina en cada momento.
Puede que la Iglesia católica no tenga fuerza moral para denunciar procesos inquisitoriales, pero yo sí. Los que hemos trabajado junto al colectivo homosexual en aras del respeto, sí. Los que siempre hemos defendido su derecho a expresar su amor y su tendencia sexual como quisieran, sí.
Permitir que alguien requise y destruya libros o cualquier otra forma de expresión porque nos molesta que piensen así no es otra cosa que una dictadura ideológica y esta sociedad no debería ver un símbolo de progreso en sustituir un Tribunal del Santo Oficio y una Oficina Nacional de Censura por otras.
Y me da igual que los que dirijan esa inquisición censora piensen, exactamente igual que yo, que todo lo que la iglesia católica defiende sobre la homosexualidad son sinsentidos sin base científica ni sociológica ninguna.
Se puede prohibir que esos pensamientos o teorías aparezcan en libros de texto o se enseñen como verdad por un simple motivo. No lo son, no están demostradas ni probadas y es obligación de quienes las defienden argumentarlas y probarlas para que se consideren asumnibles y enseñables. 
No lo van a conseguir porque simplemente no es cierto. Los homosexuales no son "enfermos", ni "un cáncer social", ni el "origen de la depravación en el mundo", ni ninguna de las lindezas que los purpurados españoles dicen de ellos desde los púlpitos a quien quiera escucharles.
Y me parece adecuado multar e incluso encarcelar a quien llene las redes o los sermones de mensajes de odio, llamando a la "caza" de homosexuales o cualquier otro tipo de mensaje de odio.
Pero no es avanzado, ni de izquierdas, ni progresisita, ni democrático, ni nada que se le parezca prohibir tener ideas y expresarlas. 
Si alguien quiere escribir un libro con esas teorías y alguien se lo publica y alguien lo lee, será nuestra responsabilidad rebatir cada uno de esos argumentos con los nuestros, con hechos y con datos, para que quién lo lea se decuenta de que es una falacia o, como mínimo, una creencia personal del autor que nada tiene que ver con la realidad.
Pero decomisar, prohibir y destruir públicaciones es lo más parecido a la Congregación para la Pureza de la Doctrina o de la Fe preconciliar o a la Nationalsozialistischer Deutscher Studentenbund de la alemania de 1935.
Esa ley, por ese sólo párrafo, nos coloca en una tesitura insostenible de cambiar una Inquisicíón por otra, de sustituir el Santo Oficio por la Confederación Española de Gais Lesbianas, Transexuales -y todas las demás siglas que se van añadiendo con los años-.
No tienes derecho a destruir el pensamiento de otros simplemente porque no tengan razón, te moleste, te incomode o no sea como el tuyo.
No tienes derecho a adoctrinar. La Iglesia Católica no lo tiene, la FELGTB no lo tiene, el Gobierno no lo tiene y no lo tiene nadie.
Si los Gais y Lesbianas de este país no lo saben ver es que simplemente se han convertido en aquello que tanto desprecian, en el monstruo intransigente e inquisitorial contra el que han luchado muchos siglos con la ayuda de muchos que no deberíamos permitirles ahora poner de nuevo en práctica aquello que denostan.
Y la respuesta de Echenique a esta crítica me parece tan absurda y ridícula como las que podrían dar Torquemada o Goebbels. Mostrar músculo político y decir básicamente que haces lo que quieres,sin pararte a reflexionar en sus repercusiones éticas, "porque puedes" es simplemente decir que quien tenga más músculo político que tú puede hacer también lo que quiera "porque puede".
Si te expresas así, luego no te quejes si alguien declara que lo que tú piensas es malo, pernicioso o ilegal y te persigue por decirlo y defenderlo.
Sinceramente, le creía mucho más listo.
Así que es posible que Echenique debiera hacer no hacer tanto caso de Hoguera y su "Quizás algún hombre necesitó toda una vida para reunir varios de sus pensamientos, mientras contemplaba el mundo y su existencia y, entonces, me presenté yo y en dos minutos, ¡Zas! Todo liquidado" y sí más de Grupo, el otro personaje de la mítica novela de Ray Bradburi y su "no considero que sea sociable ni justo reunir a un grupo de gente y, después, no dejar que hablen".
Farenheit 451, una sociedad en la que, por cierto, también ha parecido la solución adecuada quemar libros. ¿Qué enseñan a esta gente en Ciencias Políticas?
Así que sí.Para mi la Conferencia Epicospal tendrá razón mientras persista ese artículo en la ley.
Al César lo que es del César. 

martes, noviembre 21, 2017

Ese simple y necesario ejercicio de verdadera democracia y auténtico feminismo

Hay pocas intervenciones, discursos, palabras, que permiten saber a ciencia cierta lo que se es y lo que no se es. Y esta intervención de Irene Montero en el Congreso de los Diputados es una de esas raras perlas.
Porque lo que se es o se deja de ser no se demuestra con lemas, con hastaghs, tremolando pancartas, carteles o banderas, no se demuestra repitiendo consignas como mantras ni dándele me gusta a un post en las redes sociales. Se demuestra con lo que das, con lo que haces.
No es de ahora, es de hace dos meses, pero quizas ahora esté mas vigente que nunca. Por de loque se habla y de lo que se deja de hablar.
Demostró lo que es el PP. No porque lo que dice o apoya, ni siquiera por lo que condena, deja de condenar o condena con la boca pequeña, como los deseos de muerte  e implantanción de un régimen nazi en Madrid de algunos policías municipales.
Mostró que el Partido Popular y su gobierno es totalitarista sencillamente por lo que hace y desctivo por fin ese recurso clásico del votante del PP que mantiene que se acusa a los populares de fascistas solamente porque son conservadores y capitalistas, o sea, lo que aquí se llama de derechas.
Pero no. Irene Montero realizó uno de los mejores exponentes parlamentarios de la ciencia de los porqués, ese arte, tan olvidado en nuestros entre lemas coreados y banderas, que consiste en explicar el motivo de nuestras afirmaciones.
Porque un gobierno que permite y alienta desde un ministerio que funcionarios públicos de la Seguridad del Estado investiguen, creen pruebas falsas e intoxiquen para conseguir sus objetivos politicos es totalitario, es fascista. Como lo fue la Oficina de Información de Goebbles con el Manifiesto de los Sabios de Sión y lo fue el KGB con la Agitpro en todas sus versiones.
Porque un Gobierno que se niega a negociar un asunto político -la situación de Catalunya en España- en aras de la ley se convierte en fascista cuando sí se sienta a negociar con otros, ignorando la ley porque sí les conviene: con los defraudadores porque son aliados suyos y les conviene -también es ilegal defraudar a Hacienda-; con las farmaceúticas para sacar de la cobertura de la Seguridad Social 1.000 medicamentos porque conviene a sus intereses.
Porque utilizar la ley, retorcerla o cambiarla en tu propio beneficio y en el de aquellos que apoyan tu permanencia en el poder es totalitario, es fascista. Como lo hiciera Hitler con la Ley que admidstiaba los delitos de arios cometidos contra judíos o lo hizo Stalín con la ley que declaró "actos revolucionarios" exentos de investigación las tropelías de los bolcheviques contra los mencheviques en el Octubre Rojo.
Porque un gobierno que se aviene a pagar con el dinero de todos las deudas de quienes les sostienen y prestan dinero, pero luego se niega a megociar con esos mismos bancos la aceptación de la dación en pago de las deudas hipotecarias solo para que mantengan sus ganancias y puedan seguir dándole dinero en perjuicio de muchos, es totalitario porque solo piensa en como sus tentar su poder, no en como ejercer un buen gobierno.
E intervenir un ayutamiento y no otro en idénticas o peores condiciones por estar gobernado por alguien de tu partido es totalitarista; y forzar la investigación financiera de unos patidos políticos y no del tuyo es totalirista, y, y, y...
Eso no es ser conservador, eso no es ser liberal capitalista. Eso no es ser de derechas. es simplemente ser totatalitario.
Y en esa intervención Montero demostró también lo que es ella.
Demostró más feminismo, más lucha por la mujer, que cualquier cartel, cualquier hashtag, cualquier campaña o manifestación. Demostró que ese empoderamiento, ese acceso al poder y a la representación de las mujeres ha de hacerse trabajando por todos, luchando por la mejorar global de la sociedad, no solo hablando y anteponiendo a todo los temas que el mismo feminismo llama "de la mujer".
Demostró que está dispuesta a defender a toda la sociedad, de enfrentarse al gobierno no solo por su machismo -que también lo hace cuando corresponde- sino por todo lo que perjudica desde su punto de vista a toda la sociedad, sean mujeres u hombres.
Envió, un mensaje casi sin querer, de que si solo te preocupas de lo tuyo, si aparcas el resto de la realidad y solo te centras en lo que te interesa, en lo que te beneficia, estás tan solo a un paso de transformarte en aquello de lo que acusas a tu rival. En totalitarista.
Porque lo tuyo importa y es prioritario y lo del resto no.
Así que recupero hoy esta intervención como bello ejercido de feminismo -aunque no nombre a la mujer ni una vez- y de sentido democrático antitotalirista.
Los y las de siempre a mi me lo criticarán por lo de siempre. Por rojo o por machista
Y los de siempre se lo criticarán a ella por lo de siempre
Los que se empeñan en defender a un gobierno totalitario y en el borde interior del fascismo por roja, podemita y la ya mítica financiación venezolana de Podemos con pruebas creadas ad hoc y rechazadas. Y los machistas porque dirán que está ahí porque esta buena y es pareja del líder del partido.
Y dará igual ignorar la verdad de sus palabras, una beca en Harvard rechazada o que sea mil veces más inteligente, mejor oradora y más demócrata que cualquiera de ellos.
Defender el totalitarismo es lo que tiene. Te obliga a pensar en término fascistas. 

jueves, enero 28, 2016

Felipe González, tres faltas de respeto y un epitafio

Llevaba yo unos días que entre pitos y flautas me encontraba absorto en esto de contemplar lo poco acostumbrados que están nuestros políticos a hacer política, a buscar acuerdos, a entenderse en general y mantener los principios en particular.
Y hoy me desayuno con Felipe González, sí Felipe González, ese señor que otrora celebrara las victorias electorales a puño alzado, cantando la internacional y coreando eslóganes por el cambio, pidiendo a voces que el PP y el PSOE se den la mano y se dejen gobernar el uno al otro y acusando de leninismo a Podemos..
Lo leo y lo releo y me doy cuenta de que Felipe González ha perdido el respeto. Ha perdido el respeto a la historia, se ha perdido el respeto a sí mismo y sobre todo nos ha perdido el respeto a nosotros.
Porque, convertido en el vocero de un sistema de alternancia muerto y enterrado, mantiene un oxímoron tan imposible de cuadrar como una circunferencia. Habla de necesidad de estabilidad, de un gobierno estable y luego pide que PP o PSOE gobiernen en minoría abrumadora.
¿Cómo se come eso? ¿qué estabilidad tendrá un gobierno que no podrá legislar porque la oposición domina el Congreso?, ¿qué capacidad de aplicar sus políticas?, ¿pretende que el gobierno se transforme en una simple entidad administrativa, atada de pies y manos o que la oposición mantenga permanentemente pulsada la tecla de abstención en sus escaños para dejar a hacer al Gobierno lo que quiera? ¿Permitirá el PSOE una nueva reforma laboral, por ejemplo?, ¿Posibilitará el PP una reestructuración de su recién estrenada política educativa, por decir algo?
La respuesta a todas esas preguntases no. Felipe González lo sabe y al decirlo nos ha perdido el respeto a nosotros porque nos trata como ciudadanos de tercera división incapaces de valorar los aspectos políticos. Se lo ha perdido a la historia porque hay una larga lista de gobiernos en minoría en todas las democracias pluripartidistas, desde Italia hasta Francia, desde Dinamarca hasta Grecia, que más allá del acto de investidura han sido incapaces de gobernar y han tenido que volver a las urnas. Parece no acordarse del segundo gobierno de la UCD en nuestro país ahogado hasta la inacción.
Y se lo pierde a sí mismo porque con esa propuesta lo único que defiende es el mantenimiento en el poder de los dos partidos a cualquier precio, una alternancia que no beneficia a nadie más que a su partido y a su oponente. Lo único que defiende es mantener el reparto del poder.
Defiende un gobierno sin posibilidad de moverse en una u otra dirección. Lo que necesitan los intereses económicos, no los ciudadanos del país. Puede que eso sea un gobierno estable. No hay nada más estable que la muerte.
Y luego está lo del leninismo de Podemos.
No he encontrado ni un solo elemento de leninismo en el programa de Podemos, no ha gobernado en ningún momento. Si no se puede deducir de su programa, ni colegir de sus acciones ¿de donde viene esa acusación?, ¿de un par de apretones de mano ye informe profesionales al gobierno venezolano?.
Más allá de lo que sea o deje de ser Podemos, que no es relevante para esta reflexión, Felipe González vuelve a caer en la triple falta de respeto.
Le falta al respeto a la historia porque olvida su primera elección como Presidente del Gobierno. Olvida una de las campañas electorales más salvajemente manipulativas de la entonces Alianza Popular, usando el miedo como arma, profetizando quema de iglesias, expulsiones del monarca y toda suerte de desgracias que usaba desde sus puños en alto hasta sus chaquetas de pana para presentar al PSOE como herederos de las checas madrileñas de la Guerra Civil Española y de las expropiaciones agrarias de la Segunda República al grito subliminal de ¡Que vienen los rojos!
Olvida que, tras todo eso alguien nada sospechoso de ser roja, radical y revolucionario como el Canciller alemán Helmut Kohl, dijo "es bueno para España que el PSOE esté en el gobierno para que los ciudadanos sepan que, lo haga bien o lo haga mal, no pasará nada que rompa las reglas del juego democrático".
Olvidando eso insulta a la historia, se insulta a sí mismo porque tira de estrategia comunicativa del miedo, la misma que le aplicaron a él, la misma que entonces calificó de injusta, miserable y perniciosa.
Y sobre todo nos insulta a nosotros porque cree que no vamos a saber unir las piezas de su discurso.
Un gobierno estable en la inacción y la desactivación de un partido político que tiene como único elemento leninista -por decirlo de algún modo- el control estatal de las fuentes energéticas solo favorecen a unos intereses. Los intereses que ahora dan de comer a Don Felipe González Márquez, miembro del Consejo de Administración de Gas Natural.
Y esas tres faltas de respeto ponen un triste epitafio sobre la lápida que decora la muerte de Felipe González como voz de relevancia política, como analista de la sociedad española y como socialista.
Descanse en paz.

martes, diciembre 01, 2015

Un atril vacío o el orgullo que precede a la caída

















Las imágenes,  a veces buscadas a veces solamente conseguidas, suelen ser un elemento que aporta un resumen instantáneo de la realidad.
Y eso me parece que ocurrió ayer en el debate entre los candidatos al la Presidencia del Gobierno en las elecciones del próximo día 20 de Diciembre.
Todo es un símbolo si se quiere que lo sea y la imagen, solamente la imagen inicial de ese debate lo fue de muchas cosas, de muchas realidades.
El Gobierno no estaba. Rajoy no estaba. Como llevan sin estar Rajoy y el Gobierno en España desde que comenzaron a gobernar, como no lo han estado con una sociedad a la que han cuajado de recortes en los servicios, cuya miseria y desempleo han aumentado en aras de unos números que ni por esas le cuadran, como no han estado con los ancianos al recortarles las pensiones, con los enfermos al instaurar el copago, con los dependientes al congelar sus ayudas, con los parados al eliminar los subsidios para sacarles de las estadísticas y falsear las cifras de desempleo, como no han estado con nadie en general salvo con los suyos.
El atril vacío de Rajoy quedó por sorteo -eso dicen- en una esquina.
 No es que el Gobierno no estuviera, no es que el Partido Popular hubiera desaparecido. Es que había huido, es que había hecho mutis por el foro de la sala. La potencia del símbolo visual era casi demoledora. 
Rajoy lo había vuelto a hacer, como con sus silencios, como con sus ruedas de prensa sin preguntas, como con sus apariciones como un orweliano gobernante en las pantallas de plasma de Génova, 13 y Moncloa. 
Como ha hecho ideológicamente a medida que veía que lo suyo no salia. Tirando de una política de austeridad intransigente que hasta cuestionan ya en el gobierno alemán que la impuso, apoyándose en los más rancios de los modos y los trucos que el conservadurismo español ha utilizado desde casi siempre. Intentando recuperar una y otra vez el fantasma de ETA y el terrorismo patrio extinto y enterrado para tirar del miedo y atacar a sus rivales políticos, usando la excusa de la contención del déficit para poner en práctica medidas antisociales y privatizaciones provechosas para los bolsillos de sus allegados, recurriendo en el último momento a la partía y la bandera con el asunto del soberanismo para tapar otras vergüenzas.
Y claro, como ocurre en lo laboral, en lo personal, en lo sentimental incluso, cuando alguien no está, se esconde, se demora o sale corriendo, otro alguien ocupa su lugar.
Y ese fue el último símbolo visual que me arrojó a los ojos el debate de ayer de El País. El PSOE en el centro, un centro que se quiso llevar a Ferraz a cualquier precio y envuelto en papel de regalo durante veinte años y que ahora la huida con las calzas bajadas de Rajoy y el PP le han entregado en bandeja. Un centro quizás demasiado tibio para unos y demasiado izquierdista para otros, demasiado liberal para la izquierda y demasiado social para la derecha. Vamos, lo que viene siendo el centro político en esto de la democracia desde siempre.
Ciudadanos a la derecha que es donde debe estar porque el PP ya ni siquiera está en la derecha, está más allá, ni siquiera ellos saben donde. Derecha más dialogante, más moderna, más contenida y revisada, con mejor imagen si se quiere pero derecha conservadora al fin y al cabo, que tampoco pasa nada por serlo.
Y Podemos a la izquierda, no desaparecido por la izquierda en mitad de las bastas oscuridades de un radicalismo que le cuelgan y que no exhibe, sino a la izquierda, presente y constante en su discurso. Incluso con esa división tradicional de la izquierda que deja a Izquierda Unida -o como quiera llamarse esta semana- fuera del escenario del debate y en el margen zurdo de la escena política.
En resumen, que teníamos el centro, la izquierda y la derecha y el Partido Popular, la formación que sustenta al Gobierno, no aparecía por ninguna parte; que se estaba hablando de problemas y soluciones para nuestro país y el Gobierno y el hombre que lo dirige no estaban; que se estaba buscando una persona que dirija los próximos cuatro años la política española y el Presidente del Gobierno estaba en otra parte.
Como siempre. Como ha ocurrido los últimos cuatro años.
Puede que Don Mariano quisiera hacer luz de gas a Iglesias y Rivera o pensara que así iba a desactivar la importancia de un debate en el que iba por primera vez en la historia de la democracia española a tener a más de una persona enfrente, pero lo único que hizo fue ejercer de profeta de su propia destrucción, de oráculo del futuro de él y su partido.: No estar. Como símbolo no está mal.
¿Cómo era aquel antiguo adagio?... El orgullo precede a la caída.

viernes, septiembre 18, 2015

Venezuela o dudar entre Tyler Durden y Maquiavelo

Venezuela se ha convertido en el espejo de nuestra propia incoherencia política, en ese agua turbulenta en el que si nos miramos terminamos viendo todos nuestros reflejos distorsionados e irreconocibles.
Con la irrupción de la tercera y la cuarta vía políticas en nuestro bipartidismo de caciques y cesantías, de repente a todo el mundo se le subió Venezuela a los labios como ejemplo de no se sabe muy bien qué para quién porque motivo. 
Y a medida que avanza la cosa todas nuestras formaciones políticas se vuelven incoherentes al extremo.
Monedero, que fundó Podemos y ahora es una especie de voz en la sombra, se descuelga diciendo que el opositor Leopoldo López era el instigador de una suerte de kale borroka y está bien condenado a 13 años de cárcel. Le llama terrorista por alentar a los venezolanos contrarios al chavismo a tomar las calles. Y la derecha española, sus medios, políticos y voceros, contraataca hablando de la dictadura izquierdista de Maduro, de la represión, de la limitación de la libertad de expresión. Y Felipe González se suma a esas voces.
Y todos cometen, una tras otra, incoherencias dignas de internamiento psiquiátrico por personalidad múltiple
Por Podemos
No sé que pinta un partido que pretende basarse en la voluntad de la sociedad y la democracia directa apoyando un régimen que surge de un golpe militar de Hugo Chávez. Solo por eso ya tendría que ser rechazable para ellos.
Por la Derecha
No se que hacen desde Esperanza Aguirre hasta el ABC, pasando por Maluenda y su Razón, calificando de izquierdista y estalinista a un régimen cuyos gobernantes empiezan todos los días sus alocuciones rezando a una virgen, pidiendo ayuda a Dios y considerando el bolivarianismo como la "revolución cristiana de América". ¿estatalismo?, sí ¿fascismo?, muy parecido. Pero no tienen nada de izquierdistas.
Por Felipe González
No se cómo se atreve a hablar de represión y de farsas cuando fue en su partido quién más promovió la Ley de Partidos española que no era otra cosa mas que una justificación legal ad hoc para criminalizar no el terrorismo, sino el independentismo vasco .
Pero hay mas. Muchas más hasta rozar casi el infinito.
Por Podemos
- No es lógico acusar de terrorismo a aquellos que incitan en Venezuela a hacer lo mismo que Podemos y toda la corriente de indignados hizo en España desde el 15-M: alentar que la presión social en manifestaciones continuas obligara a un gobierno electo a girar el rumbo de su gobierno. Si es legítimo en España -que lo es o a mi me lo parece- lo es en Venezuela.
- Es incoherente estar a favor de que Bildu y las corrientes abertzales puedan expresarse con manifestaciones en la calle, pedir que se derogue La ley de Partidos y luego defender que leyes semejantes permitan encerar a opositores allende de los mares.
- No es de recibo culpar de las muertes y los disturbios a los manifestantes en Venezuela y a la policía en España.
Por La Derecha
- No es lógico acusar a Maduro y el chavismo de ser tiránicos por castigar y tratar de impedir la expresión de la opinión popular en las calles y promulgar en España leyes contra la libertad de manifestación o dar palmas con las orejas cuando se aprueba la nueva Ley de Seguridad que supone, según el Tribunal de Estrasburgo, "una seria limitación a derechos fundamentales". Si no se puede limitar en Venezuela, tampoco aquí.
- Es incoherente pedir en editoriales, discursos y portadas que se encierre a miles de manifestantes por enaltecimiento del terrorismo por pedir en las calles de Bilbao o Donosti la independencia o militar en Bildu o Sortu y luego quejarse de que alguien lo haga en Caracas o Maracaibo inventándose leyes prácticamente calcadas de las que redactaron ellos mismos para Euskadi y el independentismo abertzale.
- No es de recibo culpar a los radicales de los estallidos de violencia en manifestaciones en Madrid o Barcelona y tratar a los antidisturbios como héroes y culpar exclusivamente al gobierno represivo de Maduro al que, por cierto, se le vende una buena cantidad de material antidisturbios, de las mismas situaciones en Venezuela.
Y lo de Felipe González ya es de traca.
No te puedes sentar en una mesa para hablar de Venezuela sin recordarle a la audiencia que como gobernante español desarrollaste contactos que luego utilizaste en negocios privados muy lucrativos de la mano de Carlos Andrés Pérez, sempiterno presidente venezolano por entonces, apoyado por las oligarquías del país que ahora se enfrentan a Maduro o que eres consejero de dos empresas energéticas a las que la nacionalización del petroleo y el gas que está llevando a cabo el chavismo les descuadran las cuentas.
En fin, que no sé si es que los partidos y políticos españoles han desarrollado personalidad múltiple y están en plena crisis disociativa de la realidad o que simplemente aflora algo mucho más peligroso como sería el hecho de que solamente les importan que sus principios ideológicos se mantengan sin tener en cuenta si la democracia sufre con ello.
Ya no sé si son Tyler Durden o Nicolás de Maquiavelo.

martes, septiembre 15, 2015

Corbyn y el santo triduo de la izquierda española.


Corbyn viene, milita y ahora dirige un partido que ha sabido atravesar desiertos ideológicos y electorales casi infinitos, que ha sabido integrar a lo largo de los siglos a una corriente ideológica y una base de pensamiento amplia y coherente en lugar de mantenerse eternamente dividio. Así que no, señores Iglesias, Sánchez y Garzón, no se parecen en nada a Corbyn.
Jeremy Corbyn viene de un partido que ha gobernado y sido oposición, cohesionado, estable y organizado. Así que no, señor Iglesias, no se parece a usted.
Milita en una formación que ha sabido ser freno y garante responsable liderando una oposición por más tiempo a lo largo de la historia del que la democracia española tiene de vida y en una que es el resultado de escisiones superpuestas casi hasta el infinito. Así que no, señor Garzón, no se parece a usted.
Dirige un partido que ha sabido estar en el gobierno sin convertirlo en una amalgama de escándalos y corrupciones,sin traicionar a las bases sindicales que les apoyaban con una reforma laboral draconiana, sin apoyarse en unos lobbies de presión de falsa progresía. Así que no, no se parece a usted Señor Sánchez.
Corbyn no se oculta bajo la incertidumbre de la indefinición, lo siento Señor Iglesias, no se quiebra y se requiebra por mantenerse en un centro político inexistente para captar indecisos, lo siento Señor Sánchez, no se ha quedado en el buenismo y renunciado a siglas, ideas y evolución por mantener algo que al final ha perdido, lo siento Señor Garzón,
El nuevo líder laborista británico ha ganado unas elecciones internas sin intentar controlarlas desde el aparato del partido, sin negarse a convocar primarias abiertas, sin buscar la defenestración previa de otras listas, así que lamento comunicarles señores Iglesias, Sánchez y Garzón que Jeremy Corbyn se parece a ustedes los mismo que un huevo a una castaña.
Y ninguno de ustedes puede parecerse a Jeremy Corbyn, más allá de los talantes, personalidades, capacidades y experiencia como líderes políticos por dos motivos.
Él se enfrentaba al thacherismo más férreo, compulsivo e intransigente mientras ustedes buscaban aún la teta de mamá, se enfrentaba a una guerra encubierta en Irlanda intentando defender los derechos de unos y de otros cuando ustedes aún veían Barrio Sésamo, se oponía a liderazgo de su partido en una guerra injusta cuando ustedes se movían aquí y allá en los pasillos del poder de sus formaciones y sus facultades intentando posicionarse para alcanzar un poder que parecía que nunca iba a llegar.
Hacía política para su país mientras ustedes como mucho empezaban a hacerle para sí mismos.
Y sobre todo no pueden parecerse a Jeremy Corbyn porque sus partidos no se parecen al Partido Laborista Británico ni en el blanco del fondo del os carteles electorales.
¿Quieren parecerse a Jeremy Corbyn? Dejen de pelear por quien es más semejante o defiende más posturas ideológicas parecidas, siéntense, dejen de pelear por su parcela de poder y relevancia en la izquierda española y busquen una forma de ser como el partido laborista. 
Porque salvo en la teológica católica de la santísima trinidad y en algún que otro famoso lubricante de antaño: tres no pueden ser uno.
Forjen, fabriquen y construyan una sola izquierda y quizá entonces podrán hacerse una foto junto a Jeremy Corbyn. Hasta entonces no se han ganado ni siquiera el derecho de llevarse al discurso al viejo luchador ni al Partido Laborista Británico.

viernes, junio 26, 2015

Unos, otros y el desprecio como arma de gobierno

Últimamente se me acumulan los entrecomillados de los que hablar y escribir.
Y este más que un entrecomillado es una mano de guantazos en el rostro de muchos que han creído durante décadas que podían hacer lo mismo que sus ancestrales enemigos pero a la inversa: la izquierda ideológica española institucionalizada.
“Os avergonzáis de vuestro país y de vuestro pueblo. Consideráis que la gente es idiota, que ve televisión basura y que no sé qué y que vosotros sois muy cultos y os encanta reconoceros en esa especie de cultura de la derrota. El típico izquierdista tristón, aburrido, amargado..., la lucidez del pesimismo. 
No se puede cambiar nada, aquí la gente es imbécil y va a votar a Ciudadanos, pero yo prefiero estar con mi cinco por ciento, mi bandera roja y mi no sé qué. Me parece súper respetable, pero a mí dejadme en paz. Nosotros no queremos hacer eso. Queremos ganar. Preocúpate de otra cosa".
Si claro, lo ha dicho Pablo Iglesias y ahora que PSOE e IU han tenido tiempo para digerirlo se me ocurren algunas cosas.
Para empezar, la izquierda española lleva haciendo con la cultura lo mismo que la derecha lleva haciendo generaciones con el dinero: capitalizarlo, utilizarlo como arma arrojadiza contra el otro, usarlo como elemento de discriminación.
El rancio conservadurismo español considera que tener dinero te incapacita para ser o denominarte de izquierdas, para defender la cohesión y la igualdad social. Se olvidan De Saint Simon, Montesquieu o Rosseau. Todos ellos ricos aristócratas de alta alcurnia.
El anquilosado izquierdismo patrio sigue pensando que ser culto, inteligente y preparado te hace obligatoriamente de izquierdas. Que la cultura te incapacita para defender otra cosa que no sea sus presupuestos ideológicos. Todos ellos se olvidan de Ortega y Gasset, José María Pemán o Gregorio Marañón, por poner solamente ejemplos hispanos de gente culta, pero que muy culta, y conservadora. ¡Ah, y Don Miguel!, de Unamuno, se entiende.
Y ambos desprecian a aquellos sobre los que gobiernan o pretenden gobernar.
Los unos porque creen y actúan como si solamente fueran herramientas para incrementar una riqueza que nunca se reparte, los otros porque quieren elevar su cultura solamente en el desesperado intento de ganar con ello votos y poder, no porque crean que es un bien en sí mismo.
Ambos porque se sienten superiores, los unos por su dinero y sus contactos y los otros por su cultura y preparación.
Pero lo cierto es que ambos han medrado en la incultura que ambos han contribuido a mantener.
¿De verdad creen las derechas conservadoras varias  que todos los que rugen con los goles de la selección de fútbol son incultos que votan al PP?, ¿de verdad están convencidos los tradicionalistas de la izquierda española que ninguno de sus votantes y simpatizantes se pegan a las cada vez más numerosas pulgadas de sus pantallas para ver Supervivientes o Mujeres y Hombres y Viceversa?
Ahora llega un tipo que, después de varias centurias de echarle la culpa de la derrota a la incultura del pueblo al que dicen defender, les dice que no. Que la derrota constante no les hace superiores, les transforma en incapaces porque no han sabido trasmitir sus mensajes ni renovarlos.
Que ni Ylenia en Gandia Shore, ni el gol de Señor en el 12-1 a Malta ni Jorge Javier en Sálvame les restan votos; que aunque todo el mundo viera Juego de Tronos, los documentales de La 2 y Redes seguirían sin comprar lo que venden. no porque no valga, sino porque no saben venderlo.
Que intentar vender la cohesión social, la igualdad y la justicia enganchados de los mismos lemas, los mismos colores y la misma fijación con la supremacía cultural de la izquierda es como si Coca-Cola siguiera utilizando buhoneros con carromatos tirados por mulos para vender su producto.
Y se sienten tan mal como se siente la derecha española de toda la democracia cuando descubre que todos los contactos no les sirven para parar la sangría de votos que les genera que los ciudadanos descubran que todo el peso de crisis recae sobre ellos o cuando se dan cuenta que todos sus cantos a la generación de riqueza no evita que les vuelvan la espalda ante la demostración empírica de que toda la riqueza generada se queda en sus propios bolsillos por mor de su instalada corrupción.
Ni el dinero y el abolengo, ni la cultura y la preparación hacen superiores a unos ni a otros.
A lo mejor por fin empezamos a comprender porque hay alguien dice que no es ni izquierdas ni de derechas.
De las españolas, no.

miércoles, junio 17, 2015

Imputación de Maestre y algún ejercicio de memoria

Otra concejala de Ahora Madrid en la picota. Imputada por la fiscalía en 2014 por un delito contra el sentimiento religioso se pide de nuevo a gritos su dimisión.
Como principio es irreprochable pero como final exige algún que otro matiz.
Para empezar esas exigencias vienen de partidos políticos que tienen alrededor de 400 políticos y altos cargos imputados que no dimiten ni quieren dimitir y algunos de los cuales han tenido que ser esposados y detenidos por las fuerzas del orden antes de que abandonaran su cargo.
Tienen razón en solicitar la dimisión de la portavoz municipal pero deberían mirar primero su casa y exigir a sus partidos, sus secretarías generales y sus dirigentes, esa actitud con la misma fuerza y constancia con la que se la exigen a la alcaldesa de Madrid.
¿Lo hacen? Sabemos positivamente que no.
Para continuar, lo de que aparezcan cada dos días motivos -reales o inventados- pasa la dimisión de un concejal de Ahora Podemos ha pasado de ser una noticia a una estrategia.
Es la única forma de conseguir desgastas, desacreditar e incapacitar a un gobierno municipal que podría ser estandarte de un partido político para las Elecciones Generales.
Le tienen ocupado, le bloquean -incluso aquellos que dicen apoyarle- para que no pueda hacer nada, para mantenerlo ocupado, para que no pueda poner en práctica ninguna de sus propuestas. No vaya a ser que le salgan bien y eso catapulte a Podemos de nuevo en los sondeos y finalmente en la urnas.
Tanto temor tienen a que hagan algo distinto y que dé resultado que no quieren dejárselo hacer desde el primer día. Lo mismo que hace la Unión Europea con el Gobierno griego pero en pequeñito, vamos. 
No vaya a ser que se contagie.
Para ir acabando conviene recordar cómo se organiza el poder judicial -sobre todo las fiscalías- en este país. Son cargos designados por el ejecutivo. Así que la misma fiscalía que se opone a un juez instructor a procesar a una infanta por sus tejemanejes de lecho y cuenta corriente, la misma fiscalía que no recurre la absolución de Camps de sus acusaciones de cohecho, la misma fiscalía que no considera delito que Esperanza Aguirre se dé a la fuga destrozando material de propiedad pública, imputa en 2014 a una militante ya militante de Podemos por un supuesto delito cometido en 2011.
¿Por qué no la imputó cuando era una desconocida en 2011?, ¿o cuando era una militante feminista con un cierto prestigio en 2012 y 2013? No sé, quien pueda contestar a esas preguntas quizás sea capaz de cerrar los ojos a la manipulación judicial que esta imputación asemeja.
Y para terminar lo más obvio. Zapata deja el cargo por faltas de respeto, Rita Maestre debe dejarlo por un supuesto delito contra la sensibilidad religiosa.
Los partidos políticos que hicieron bandera de la imputación como elemento para apartar a los cargos públicos de su puestos -Ciudadanos y Podemos- lo hicieron repitiendo por activa y por pasiva que se trataba fundamentalmente de las imputaciones por corrupción o por actos emanados del ejercicio abusivo del poder y del gobierno. PSOE y PP protestaron por ello y se mostraron en contra, los medios políticos que les siguen el juego llenaron sus páginas de sesudas reflexiones sobre lo injusto de esa propuesta, los cuatrocientos políticos de las formaciones tradicionales que están imputados lo están en su inmensa mayoría por ese motivo. Y no dimitieron.
Y ahora parece que se haya firmado una Ley de Punto Final para ellos, que partidos que no han limpiado sus filas, que no han obligado a dimitir a sus imputados y que se han manifestado de forma clara contrarios a esa medida, ahora se conviertan en abanderados de la misma utilizando delitos y faltas para los que no se ideó esa medida. Pueden hacerlo pero resulta del todo dantesco.
El gobierno municipal de Manuela Carmena sería incoherente si no apartara a Rita Maestre de su cargo pero Rita Maestre no se merece ser apartada de su cargo por una imputación tardía por un delito que nada tiene que ver con la corrupción ni el mal ejercicio del gobierno.
Y quien crea que eso es una defensa de lo que hizo Maestre en su manifestación que lea esto. Que yo no soy de los que borra los post y los esconde con el paso de los años.
A lo mejor es porque nunca he pensado ser político.

martes, junio 16, 2015

Montoro y Hacienda entendida como la Agitpro.

Vamos a ser comprensivos.
Supongamos que el Ministerio de Hacienda está facultado para emplear dinero público en hacer informes sobres las propuestas electorales de los partidos; finjamos que somos inocentes y creemos que eso es un servicio público necesario, simulemos que somos completamente idiotas y no sabemos de qué va el informe que por obra, orden y gracia de Cristobal Montoro ha realizado el ministerio de Hacienda sobre las propuestas electorales de Ahora Madrid.
Si somos tan buenos fingiendo y simulando se nos ocurrirían muchas preguntas:
¿Por qué las de Ahora Madrid y no las de Ciudadanos o las del PSOE?, ¿por qué las de la capital y no las de Barcelona, Valencia o Sevilla o, ya puestos, las de todos los municipios españoles?, ¿no debería el Ministerio de Hacienda encargar un informe externo e independiente -por eso del conflicto de intereses- que analizara las propuestas del Partido Popular?
Y hasta ahí el fingimiento de inocencia. Pero las dudas y preguntas continúan:
¿No debería el informe de Montoro y su ministerio limitarse a los aspectos económicos y recaudatorios de los programas electorales?, ¿no debería hablar solamente de tasas, impuestos y aspectos financieros de esos programas? ¿ a qué elemento del erario público afecta la identificación de los policías?, ¿qué competencia tiene el Ministerio de Hacienda para hablar de la creación de espacios de participación ciudadana?, ¿qué criterio económico estatal se ve afectado por el deseo de crear medios de comunicación gestionados por los ciudadanos?
Resumiendo, ¿qué coño sabe Montoro -que ni siquiera sabe quién es el Premio Nobel de Economía Paul Krugman- de guardias jurados, policías, espacios de participación política, medios de comunicación o gestión cultural?, ¿quién demonios le ha dicho que su puesto de ministro de Hacienda la da competencias en esas materias?
Y hasta aquí la simulación de idiotez y las preguntas.
Cristobal Montoro tiene que dimitir. 
Bueno, en realidad Cristobal Montoro tendría que haber dimitido hace tiempo por filtrar datos fiscales desde Monedero hasta Aguirre, por usar su cargo para intentar chantajear a políticos rivales, a famosos para que apoyaran al Partido Popular, por no atajar el fraude fiscal, por intentar poner cantos rodados en el engranaje de instrucción y enjuiciamiento del caso Gürtel en todas sus casi infinitas ramificaciones...
Ahora debería ser procesado e ir a la cárcel por apropiación indebida. Apropiación indebida de datos que no le pertenecen y que usa en beneficio propio, apropiación indebida del dinero que los españoles le dan a Hacienda para ejercer su función recaudatoria y de lucha contra el fraude y usarlo con fines espurios y sectarios, apropiación indebida de unas competencias que no son suyas y de ningún elemento del Gobierno Nacional, dado que la Constitución Española -esa que tanto se traen a la boca para otras cosas- sacraliza la autonomía de los gobiernos municipales, apropiación indebida de funcionarios públicos pagados por todos para elaborar panfletos electorales.
Y antes de que los puristas se lancen sobre mi, diré que sé perfectamente que el delito de apropiación indebida no cubre esos supuestos. Una metáfora es lo que tiene.
Pero sobre todo Cristobal Montoro tendría que pedir la baja de militancia en el Partido Popular y pedir su ingreso en el Partido Nacional Socialista Español o en el Partido Leninista de los Pueblos de España. Y si no existen crearlos.
Porque utilizar el aparato del Estado para desacreditar, perseguir y amenazar a sus rivales políticos es una de esas prácticas en las que siempre han estado de acuerdo los dictadores, desde Stalin hasta Hitler, desde Castro hasta Pinochet, Desde Maduro hasta Fujimori, Desde Franco hasta Ciaucescu.
Y dimitir por corrupto. Porque no hay mayor muestra de corrupción que corromper, y valga la redundancia, los fines de las instituciones públicas para realizar algo que atenta directamente contra los más básicos principios del juego democrático. Y si alguien no lo cree así que se acuerde de Richard Nixon y su famoso escándalo Watergate. Que ser corrupto no es solamente meter la mano en la caja.
Ni su partido ni sus votantes deberían permitirle que emplee las estructuras y recursos del Estado en la depuración a través del descrédito de todos aquellos que se encuentran frente a él en el coso político.
Porque tirando de amenazas, de informes secretos, de descréditos públicos y de  uso y abuso de la Administración del Estado para fines propios se coloca a la altura de otros famosos ministros como lo fueron Goebbles, Kruchev, Serrano Suñer o Raúl Castro. Aunque claro, todos ellos eran ministros de Propaganda, no de Hacienda.
Así que todos aquellos que han pedido a gritos y no sin razón en sus editoriales, sus columnas, sus comunicados políticos y sus tertulias la destitución del concejal Zapata por sus tuits de chistes irrespetuosos ya están tardando en exigir la destitución y el procesamiento de Cristobal Montoro por demostrar que se pasa la democracia por el arco del triunfo.
Porque no hay nada más antidemocrático que moverse públicamente como un fascista, en la sombra como un estalinista y en todos los ámbitos como un elemento que entiende el poder como algo totalitario.
Aunque me temo que no lo harán. Con Montoro no lo harán.

lunes, junio 15, 2015

Editoriales, opinión, sesgo y chistes malos

"Los miserables tuits incitando al odio racial y al desprecio a las víctimas del terrorismo enviados hace un tiempo por el aspirante a concejal de Cultura de Madrid han merecido un reproche casi universal en las redes sociales. Al menos tres partidos (entre ellos el PSOE, que votó a favor del nombramiento de Manuela Carmena como alcaldesa) han pedido la dimisión inmediata del individuo.
En realidad deberían sumarse todos a ese reclamo, empezando por la propia Manuela Carmena y el resto de compañeros de candidatura del señor Zapata. Las explicaciones que ha dado este, argumentando que sus frases se han sacado de contexto son idénticas a las que formuló Mariano Rajoy cuando le pillaron los mensajes de texto enviados a Bárcenas recomendando que fuera fuerte. Y se parecen mucho a la excusa de las novatadas con las que los estudiantes justifican su acoso a los débiles y sus vejaciones a quienes no se rinden a sus caprichos.
Es imposible que la cultura de esta ciudad milenaria caiga en manos semejantes. No existe intelectual que se precie, ni de derechas ni de izquierdas, que pueda reconocerse en la actividad de este caballero cuyas bromitas hubieran hecho las delicias de las SS nazis y alborozado los fuegos de campamento de jóvenes fascistas.
Lo mejor que puede hacer la alcaldesa es sacarle a él mismo del contexto de honestidad moral que promete construir en la Casa de la Villa. No le corresponde".

Este es el editorial del País de hoy.
Partamos de la base de que el País como medio de comunicación y por tanto empresa ideológica tiene derecho a pensar y defender lo que se le antoje y partamos también de la base de que todo lo que voy a escribir no defiende ni apoya a nadie. Es un mero ejercicio de descubrimiento de la manipulación mediática casi en estado puro.
Empecemos por el principio.
"Los miserables tuits incitando al odio racial..."
Esos tuits son chistes contados por miles de personas, ¿los inventó Zapata?, ¿fue el primero en contarlos? No.
¿Por qué entonces se refieren a ellos como "los miserables tuits" y no como los "tuits en los que reproduce chistes sobre judíos que pululan por la red y los bares de este país". Porque quieren que parezca que son invención suya, que son producto de su ideología y decirlo de otra manera solo significaría que se ha hecho eco de un chiste que otros muchos dicen y repiten, le restaría responsabilidad y se la daría a la sociedad española.
No he leído jamás -y leo El País todos los días- un editorial en el que se llame miserable a un taxista, un tendero, una secretaria, un policía o una abogada que haya subido a Twitter ese tipo de chistes -y hay cientos- ¿Por qué el tuit de Zapata es miserable y los demás no? Que respondan ellos.
Y defender que lo hace incitando al odio racial es simplemente una conclusión personal a la que han llegado porque les conviene. Están diciendo que Zapata pretende que toda España y el mundo en general, ya puestos, odie a los judíos o a los negros y de eso no tienen prueba alguna. Otra cosa que deberían explicar sobre su editorial.
" Y al desprecio a las víctimas del terrorismo"
De nuevo la palanca emocional de este reino nuestro que no sabe reírse de su historia para poder integrarla: un terrorismo muerto y enterrado.
Pululan por la red chistes sobre todo tipo de víctimas pero las del terrorismo de ETA son intocables. Nos reímos sobre las víctimas del hambre en África, sobre las víctimas de la incultura en los pueblos de la España profunda, de personas con defectos congénitos (el tartamudeo, por ejemplo), ¡Por el amor del dios en quien no creo, si hasta hacemos chistes de Stephen Hawking! y no he visto que El País exija que despidan a los que los hacen de sus trabajos.
Pero cuando es con las victimas del terrorismo de ETA la cosa cambia. Ellos sabrán porqué lo hacen.
"Al menos tres partidos (entre ellos el PSOE, que votó a favor del nombramiento de Manuela Carmena como alcaldesa) han pedido la dimisión inmediata del individuo".
Pero claro, El País no recuerda que en esos partidos hay personas que se han reído de la sensibilidad de los descendientes de los combatientes republicanos y su esfuerzo por enterrarlos dignamente y no han dimitido, que han hecho chistes sobre falangistas y lo bien que estaríamos si se esterilizase a los fascistas y no han dimitido ni su periódico ha pedido en un indignado editorial que lo hagan.
"Las explicaciones que ha dado este, argumentando que sus frases se han sacado de contexto son idénticas a las que formuló Mariano Rajoy cuando le pillaron los mensajes de texto enviados a Bárcenas recomendando que fuera fuerte".
Para la corrupción no hay contexto, para la opinión sí. Quizás el mismo contexto por el que El País considera un acto de libertad de expresión bromear y caricaturizar un tabú de 700 millones de personas y lo defiende a ultranza.
No se puede tener un interruptor diferencial que active y desactive a voluntad la primacía de la libertad de expresión para permitir satirizar a los medios de comunicación y no a los ciudadanos individuales porque ese sería un privilegio que ni El País ni ningún otro de los politizados medios de comunicación españoles se han ganado, ¿o sí?
Por lo demás, tienen razón. Zapata la cagó y tiene que abandonar su puesto.
Pero indignación, editoriales y titulares con todos o con ninguno
Que cualquier otra cosa suena a chiste.
Y de los malos.

Lo pensado y lo escrito

Real Time Analytics