martes, septiembre 15, 2015

Corbyn y el santo triduo de la izquierda española.


Corbyn viene, milita y ahora dirige un partido que ha sabido atravesar desiertos ideológicos y electorales casi infinitos, que ha sabido integrar a lo largo de los siglos a una corriente ideológica y una base de pensamiento amplia y coherente en lugar de mantenerse eternamente dividio. Así que no, señores Iglesias, Sánchez y Garzón, no se parecen en nada a Corbyn.
Jeremy Corbyn viene de un partido que ha gobernado y sido oposición, cohesionado, estable y organizado. Así que no, señor Iglesias, no se parece a usted.
Milita en una formación que ha sabido ser freno y garante responsable liderando una oposición por más tiempo a lo largo de la historia del que la democracia española tiene de vida y en una que es el resultado de escisiones superpuestas casi hasta el infinito. Así que no, señor Garzón, no se parece a usted.
Dirige un partido que ha sabido estar en el gobierno sin convertirlo en una amalgama de escándalos y corrupciones,sin traicionar a las bases sindicales que les apoyaban con una reforma laboral draconiana, sin apoyarse en unos lobbies de presión de falsa progresía. Así que no, no se parece a usted Señor Sánchez.
Corbyn no se oculta bajo la incertidumbre de la indefinición, lo siento Señor Iglesias, no se quiebra y se requiebra por mantenerse en un centro político inexistente para captar indecisos, lo siento Señor Sánchez, no se ha quedado en el buenismo y renunciado a siglas, ideas y evolución por mantener algo que al final ha perdido, lo siento Señor Garzón,
El nuevo líder laborista británico ha ganado unas elecciones internas sin intentar controlarlas desde el aparato del partido, sin negarse a convocar primarias abiertas, sin buscar la defenestración previa de otras listas, así que lamento comunicarles señores Iglesias, Sánchez y Garzón que Jeremy Corbyn se parece a ustedes los mismo que un huevo a una castaña.
Y ninguno de ustedes puede parecerse a Jeremy Corbyn, más allá de los talantes, personalidades, capacidades y experiencia como líderes políticos por dos motivos.
Él se enfrentaba al thacherismo más férreo, compulsivo e intransigente mientras ustedes buscaban aún la teta de mamá, se enfrentaba a una guerra encubierta en Irlanda intentando defender los derechos de unos y de otros cuando ustedes aún veían Barrio Sésamo, se oponía a liderazgo de su partido en una guerra injusta cuando ustedes se movían aquí y allá en los pasillos del poder de sus formaciones y sus facultades intentando posicionarse para alcanzar un poder que parecía que nunca iba a llegar.
Hacía política para su país mientras ustedes como mucho empezaban a hacerle para sí mismos.
Y sobre todo no pueden parecerse a Jeremy Corbyn porque sus partidos no se parecen al Partido Laborista Británico ni en el blanco del fondo del os carteles electorales.
¿Quieren parecerse a Jeremy Corbyn? Dejen de pelear por quien es más semejante o defiende más posturas ideológicas parecidas, siéntense, dejen de pelear por su parcela de poder y relevancia en la izquierda española y busquen una forma de ser como el partido laborista. 
Porque salvo en la teológica católica de la santísima trinidad y en algún que otro famoso lubricante de antaño: tres no pueden ser uno.
Forjen, fabriquen y construyan una sola izquierda y quizá entonces podrán hacerse una foto junto a Jeremy Corbyn. Hasta entonces no se han ganado ni siquiera el derecho de llevarse al discurso al viejo luchador ni al Partido Laborista Británico.

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