lunes, julio 30, 2012

Disturbio vaginal o el miedo que vuelve de Lubianka

Quizás sea porque hoy me empiezan las vacaciones o porque me comienzan con la posibilidad de volver a algo que dejé hace mucho tiempo y que siempre quise retomar, seguir viviendo. Pero sea por lo que sea hoy no voy hablar de nosotros, no voy a dedicar estas líneas a nuestros recortes, nuestros dolores, nuestra deuda y nuestra caída.
Hay veces que, en todo, los árboles no nos dejan ver el bosque. Y en este caso voy a destinar este endemoniado espacio a los árboles de la Pussy Riot y el bosque de Vladimir Putin -¿o debería decirlo al revés?-.
En fin, para quien no lo sepa, las Pussy Riot son un grupo punk ruso que está detenido por organizar una performance de protesta contra el incombustible espía que está ahora en su ciclo de presidente de la Federación Rusa.
Nadie sabe muy bien si estas chicas y sus pasamontañas de colores son feministas, anarquistas, antirreligiosas o cualquier otra cosa. Lo que sí está claro es que están en contra del hombre que hizo el breve paseo de Lubianka al Kremlin y que pretende, por lo que se ve, quedarse en el para siempre de una u otra forma.
Y son precisamente los árboles de ese disparar a diestro y siniestro de las Pussy Riot lo que hace que Putin pueda ocultar su bosque, el denso bosque de lo que realmente está tras el juicio a estas artistas que creyeron ser Madona enfrentadas a Reagan y se están dando cuenta de que Putin no era en su vida pasada un malo de película, era un ser criminal de carne y hueso, de los que superan a la ficción.
Porque, mientras unos dicen que el juicio a las chicas punkis de los pasamontañas es un juicio a los que buscan una sociedad laica y otras dicen que Putin quiere erradicar el feminismo en Rusia, cada una de las raíces que creemos ver crecer a nuestros pies nos evitar ver la frondosa foresta que envuelve al zar Vladimir se nos hace invisible.
Porque Putin está juzgando a las Pussy Riot porque se oponen a él. Solamente por eso. Ese es el bosque con el que pretende fijar las fronteras de la nueva Rusia.
Y le importa un bledo que hayan protestado en una catedral, le importa un carajo que sean mujeres, le trae al pairo que lo hicieran con pasamontañas o desnudas, la de por saco que ofendan el sentimiento religioso o que cuestionen el sentimiento de superioridad del hombre eslavo.
Putin juzga a las Pussy Riot porque están en su contra. No quiere mandar un mensaje a Rusia de que quiere una sociedad ortodoxa cristiana, ni de que desea una sumisión completa de la mujer. Eso son excusas, cortinas de humo. Esas cuestiones son en todo caso el continente del mensaje. El contenido es mucho más simple y sencillo
El que está en contra de Putin o es encarcelado o muere en extrañas circunstancias. Punto final. 
Como en los mejores tiempos. Como en los tiempos de Le Carré, Karla y Smiley.
Porque el Komitet gosudárstvennoy bezopásnosti nunca tuvo ni ha tenido ideología. Y alguien que ha sido durante décadas el alma del KGB no deja de actuar como ha aprendido a hacerlo.
Putin aprovecha la excusa de la catedral de Cristo Salvador como habría provechado la quema de una bandera rusa o la de que las Pussy Riot desfilaran desnudas ante el mausoleo de Lenin. O como hubiera inventado, creado o fabricado cualquier otra. El KGB siempre fue experto en desinformación.
Los árboles de nuestra visión occidental del mundo nos convierten en cómplices involuntarios de alguien que está reconstruyendo el poder absoluto en Rusia porque mientras le acusemos de anti laicista, de machista o de cualquier otra cosa no le estamos acusando de dictador.
Si tiene que usar la tradicional cobardía de las jerarquías religiosas de todo culto lo hará. Como lo hizo Kruchev para que le ayudaran a elaborar las listas de judíos que luego fueron deportados, antes de empezar contra la ortodoxia cristiana rusa una de las más espeluznantes persecuciones religiosas que se recuerdan en la historia.
Y si tiene que recuperar la hoz y el martillo, sacar a los viejos comunistas de sus descansos embalsamados y deshacerse de los patriarcas coronados lo hará. Porque el único amigo de los que perciben y hacer crecer el denso bosque del poder a la manera de Putin es el miedo, es que su población siempre se sienta sospechosa de algo. Y da igual hacer volar por los aires patriarcas, masacrar chechenos, detener cantantes punk, llenar de plutonio a disidentes o disparar por la espalda a un periodista.
Y no le va a temblar el pulso porque el Comité de Protección del Estado no tiene amigos, nunca los tendrá y nunca podrá tenerlos. Solamente acepta compañeros de viaje.
Si tenemos que apoyar a las Pussy Riot en su desigual batalla contra el hombre que vino de Lubianka no podemos hacerlo por ser mujeres, por ser feministas, por ser anticlericales o por ser laicas. Quizás así los árboles de nuestras visiones particulares no nos impidan ver el denso bosque del peligro de hombres y de sombras como Vladimir Putin.
Tenemos que apoyarlas por ser rusas, libres y enfrentarse al actual zar de todas las rusias. Todo lo demás es sólo agitación y propaganda. Y el Occidente Atlántico nunca pudo competir en Agit Pro con la Gran Madre Rusia.
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viernes, julio 27, 2012

El heraldo del recorte falla el tajo en casa propia



 Esto va a ser muy corto.
Cristobal Montoro, en un acto de hipocresía solamente comparable con su fatua soberbia, aplica a funcionarios, educación, sanidad, dependientes y población en general severos y dramáticos recortes, exige sacrificios y reclama esfuerzos mientras él cobra 1.800 euros al mes por dietas de alojamiento -es diputado por Sevilla- cuando tiene en propiedad tres pisos en Madrid. 
No suelo solicitar difusión para nada de lo que escribo pero esto clamaría al cielo si existiera y nos clama a nosotros que existimos.
Así que, dadlo a conocer

martes, julio 24, 2012

El inesperado genio francés de las finanzas

Estamos, como dicen los medios "acorralados" por los mercados" o lo que es lo mismo, al árbitrio de los que ha ndescubierto que especular con el futuro de un países más rentable que hacerlo con el de una empresa.
Y ¿qué hacemos? Prohibimos la especulación a corto plazo en la bolsa. Algo que no debería permitirse en ninguna circunstancia, pero que se deja hacer cuando la cosa va bien. ¿sirve de algo? Más bien no, o, siendo optimistas, de muy poco.
Entonces ¿que debemos hacer?
Parece que esa pregunta no tiene respuesta. Pero la tiene. Hay que mirar a donde no nos gusta mirar, pero la tiene.
Hay un tipo que llegó a la presidencia de un país con su deuda en el punto de mira para ser el siguiente blanco de los especuladores y ¿qué hizo?
En sus primeros 56 días de gobierno hizo esto:
- Ha suprimido 100% de los coches oficiales y los ha subastado; y lo recaudado se destina al Fondo de Bienestar para ser distribuido a las regiones con el mayor número de centros urbanos con los suburbios ruinosos.
Creo que nosotros no hemos hecho eso, que nuestro gobierno no se lo ha planteado. De hecho pide más prestamos a los bancos para pagar las deudas de las regiones ruinosas y limita todos los recursos solidarios del país.

 - Ha hecho enviar un documento (doce líneas) a todos los organismos estatales dependientes de la administración central en el cual les comunicaba la abolición de los "vehículos de empresa" desafiando de manera provocativa e insultando a los altos funcionarios, con frases como "si un ejecutivo que gana 650.000 euros año, no puede permitirse el lujo de comprar un buen coche con sus ingresos del trabajo, quiere decir que es demasiado ambicioso, que es estúpido, o que es deshonesto. La nación no necesita ninguna de estas tres figuras". Touchè. Fuera los Peugeot y los Citroen. 345 millones de euros salvados de inmediato, y trasladados a crear (apertura 15 de agosto 2012) 175 institutos de investigación científica avanzada de alta tecnología, asumiendo la contratación de 2560 jóvenes científicos desempleados "para aumentar la competitividad y la productividad de la nación". 
Por supuesto, nosotros estamos peor. Así que quizás habría que añadir el final de las ayudas de 1.200 euros para los alquileres de senadores, diputados y demás componentes de instituciones políticas desplazados, además de las dietas, los billetes y los desplazamientos (250 millones de euros). Si con un sueldo de 7.000 euros mensuales no puedencostearselos es quizás porque no saben lo suficiente de economía como para merecer ser políticos.

 - Ha abolido el concepto de paraíso fiscal (definido "socialmente inmoral") y promulgó un decreto presidencial de de urgencia estableciendo un porcentaje del 75% de aumento en la tributación para todas las familias que, netos, ganan más de 5 millones de euros al año. Con ese dinero (manteniendo así el pacto fiscal) sin que ello afecte un euro al presupuesto, ha contratado a 59,870 licenciados desempleados, de los cuales 6.900 desde el 1 de julio de 2012, y luego otros 12.500 el 1 de septiembre como profesores en la educación pública.
 Como nosotros lo llevamos peor, tal vez, además de abolir el concepto, deberíamos congelar todas las cuentas personales y privadas -incluidas las familiares- de aquellos que tengan cuentas en el extranjero hasta que puedan justificar el origen de ese dinero, abonar los impuestos que les corresponden por ellos y pagar las multas correspondientes por evasión dei mpuestos que -según mi criterio- deberían ascender al 100% de lo evadido. Y luego lo destinamos al mismo fin o a otros que no sea sufragar la deuda de nuestros bancos.

 - Ha privado a la Iglesia de subsidios estatales por valor de 230 millones de euros que financiaban exclusivos colegios privados, y ha puesto en marcha (con ese dinero) un plan para la construcción de 4.500 jardines de infancia y 3.700 escuelas primarias, iniciando un plan de recuperación la inversión en la infraestructura nacional. 
 Lo que en nuestro caso supondría iniciar el cobro del IBI a todas las entidades religiosas -¿por que será que no creo que judíos, musulmanes y evangélicos se niguen a hacerlo? ¿será porque llevan bien las cuentas de sus iglesias y comunidades religiosas?, obligarles a asumir el coste de la enseñanza desu religión y eliminar las subvenciones culturales a entidades religiosas que solamente realizan actos religiosos como parte de su actividad cultural (cofradías, hermandades, etc).

 - Ha establecido el "bono-cultura" presidencial, un mecanismo que permite a cualquiera pagar cero impuestos si se constituye como cooperativa y abre una librería independiente contratando al menos dos licenciados desempleados de la lista de desempleados, con el fin de ahorrar dinero del gasto público y realizar una contribución mínima al empleo y al relanzamiento de nuevas posiciones sociales. 
¿Abrir librerías? No. Lo que hay que hacer es aumentar el IVA al material escolar, los espectáculos y los bienes culturales. Así se recauda más.

 - Ha abolido todos los subsidios gubernamentales a las revistas, fundaciones y editoriales, sustituyéndolos por comités de "emprendedores estatales"" que financian acciones culturales sobre la base de la presentación de planes de negocio relacionados con estrategias de mercado avanzadas. 
Lo que incluiría, en nuestro caso, reducir las aportaciones a partidos, sindicatos y asociaciones a disposición de inmuebles y bienes materiales estatales de forma gratuita -y a lo mejor rebajas en  los alquileres de sus sedes- y eliminar toda aportación monetaria y financiera a las que no supongan un apoyo social efectivo.

 - Ha puesto en marcha un procedimiento muy complejo en el que ofrece a los bancos una elección: Quien proporcione préstamos blandos a empresas francesas que produzcan bienes recibe beneficios fiscales, quien ofrece instrumentos financieros paga una tarifa adicional: lo tomas o lo dejas. 
Por no decir que la mejor forma de controlar la especulación es penarla económicamente, lo que en nuestro caso supondría una tasa a las transacciones financieras de una proporción considerable, por ejemplo el 25% -más o menos lo que se lleva el Estado de cotizaciones e impuestos de un sueldo-.

 - Ha reducido en un 25% el sueldo de todos los funcionarios del gobierno -cargos de confianza, no confundir con funcionarios del Estado-, el 32% de todos los diputados y el 40% de todos los funcionarios estatales de alto nivel que ganan más de 800 000 € por año. Con esa cantidad  ha establecido un fondo que ofrece garantías de bienestar a las "madres solteras" en condiciones financieras difíciles, garantizándoles un salario mensual por un período de cinco años, hasta que el niño vaya a la escuela primaria, y tres años si el niño es mayor. Todo ello sin modificar el equilibrio del presupuesto. 
Por no decir que ha congelado los alquileres, establecido el famoso impuesto de transacciones económicas, congelado -y reducido en algunos casos- el IVA y aumentado los impuestos a las sociedades que dan mayores beneficios si no utilizan un 30 por ciento de esos beneficios en la generación de empleo. Otro o lo tomas, o lo dejás, o te vas a otra parte con tu empresa.
 
¿Y ha funcionado?
Pue va a ser que sí. ¡Qúe sorpresa! 
El diferencial con los bonos alemanes cayó, por arte de magia. Ha llegado a 101 desde los 365 puntos en el que lo mantenía a duras penas Sarkozy con sus recortes -el nuestro rebasa los 640-. La inflación no ha aumentado. La competitividad de la productividad nacional se ha incrementado en el mes de junio por primera vez en tres años.

¿Hollande es un genio de la economía o los mercados están locos y son irracionales y antiespañoles?
O tal vez sea que cuando alguien hace lo que tiene que hacer, con seguridad y pensando en el bien de su población más que en el de sus mercados y su imagen, obtiene el respaldo de su país y los mercados saben que se hará porque se estáseguro de ello.
Quizás pueda ser eso.

Por el día que es hoy



En días como hoy, por no ser lo que fue,
el saber conocido sí me ocupa lugar.
El lugar que han dejado las noches de carreras
por descubrir un alba cargado de sorpresas.

El saber que el día que fue hoy aún lo sigue siendo,
ocupa el espacio que antaño lucieran los regalos,
los presentes pensados, las risas y sonrisas,
los planes pergeñados por arrancarle al día
lo que el día, este día, traía con el alba.

En días como hoy, por no ser lo que fue,
el saber dolorido sí me ocupa lugar.
El sitio abandonado por las letras escritas,
por los cuentos contados, por las palabras dichas.
Por las noches en vela hasta la madrugada
para llenar la piel de la dueña del día
de relatos que unieran su alma con la mía.

El saber que es el día y aún lo sigue siendo,
ocupa el pobre emplazamiento que otros días,
pasados, ya olvidados, que los días de antaño,
llenara la ilusión de ver a otra ilusión lucir una sonrisa.
El espacio que el corazón guardaba para entregar
aquello que no era reclamado, que no era obligado,
que al darlo y recibirlo sólo era un feliz cumpleaños.

El saber que hoy es el día que es
me llena los espacios de las antiguas fotos,
de las cenas sorpresa, de cajas escondidas.
de las risas antiguas, de llaves enviadas,
de las pistas en falso, de llamadas tardías,
de  relatos con clave, de arrancadas sonrisas,
de casas disfrazadas. De vida y alegría.

En días como hoy, por no ser lo que fue,
el saber qué he vivido sí me ocupa lugar.
Un lugar en mi almohada que han dejado vacío
el silencio lejano para el baldío orgullo
y el olvido infinito para la soledad.
.
En días como hoy, que no son lo que han sido,
sin risas compartidas, sin los brindis de antaño
sin momentos tenidos ni los días perdidos
el saber que no soy lo que soy sí me ocupa lugar
y pide para tí por siempre y como siempre
que tengas hoy también un feliz cumpleaños.
.

lunes, julio 23, 2012

La nonata, la Constitución y el regreso a la caverna

Quería yo ordenar algo mis pensamientos al respecto antes de volcar sobre estas endemoniadas líneas algo sobre la de nuevo furibunda y aguerrida contienda que se mantiene ahora entre bastidores, acallada por las económicas, sobre la materia de la que no nos gusta hablar, sobre la que ni siquiera nos gusta pensar: sobre nuestra ética.
Y claro, cuando se trata de ética no se aborda nunca la ética política, no nos paramos nunca en la ética personal en el trabajo, en la familia, en las relaciones -menos mal que sobre eso no se puede legislar- Cuando la sociedad occidental atlántica se enfrenta a la ética habla solo de las dos cosas que más teme: de la vida y de la muerte. Y ahora nos toca hablar del aborto.
Alberto Ruiz Gallardón, a la sazón ministro de Justicia, se ha lanzado a algo que prometió el PP en las elecciones generales -¡Vaya, una promesa electoral que cumplen!-, a la reforma de la Ley del Aborto -me niego hablar de interrupción voluntaria del embarazo, hay momentos en los que los eufemismos sobran-.
Y claro eso levanta ampollas en los pasillos del feminismo.  Pero vayamos por partes.
Quizás la postura del feminismo defensor del aborto libre -y además gratuito-, se pueda resumir en el escrito de Amparo Rubiales, experta en derecho constitucional. Es uno de los pocos que tira de argumentos legales y constitucionales y no de la pura víscera de las manos en triángulo y sacar a pasear la bandera rosa.
Sea dicho de antemano que, apartado de la víscera, de una creencia que no profeso, de una moralidad que no comparto, sólo me fundamento en la argumentación para llegar a mis conclusiones. Quien esté esbozando en sus labios la palabra católico, conservador o machista ya en estos momentos se puede ahorrar el resto del post porque no habrá entendido nada. 
"Una reivindicación histórica de las mujeres es el derecho a decidir libremente su maternidad para poder interrumpir su embarazo legalmente. Se ha abortado siempre, pero en condiciones de dureza extrema, salvo si se tenían recursos económicos para salir fuera o hacerlo en clínicas privadas".
Así empieza la jurista su escrito. Y no es nada que se pueda negar porque es cierto, pero es algo que no supone un valor en esta discusión. Que algo se reclame históricamente no lo hace justo. Que algo se pida una y otra vez no lo convierte en un derecho si no lo es en su origen.
Y el aborto no es un derecho de la mujer.
La decisión libre sobre la maternidad es un derecho incuestionable, igual que lo es la decisión libre sobre la paternidad.
¿Por qué entonces no está permitido que un padre exija el aborto de su pareja si no quiere serlo? Es obvio. Porque interfiere con los derechos de un tercer ser: La madre. En el caso inverso eso se obvia -y se hace por motivos evidentes- y no es el meollo de la cuestión. 
El caso es que la decisión sobre la libre maternidad se liga indefectiblemente al aborto cuando eso es una falsedad social, legal y estructural.
La libertad de la elección de la maternidad está más que cubierta por los anticonceptivos en España. Existen más de un centenar de métodos farmacológicos, mecánicos y quirúrgicos -para hombres y mujeres- para evitar el embarazo, existen dos métodos contraconceptivos post coito y existe la abstinencia –no es recomendable extenderla demasiado, pero existe, no nos engañemos-.
Salvo en los casos siempre esgrimidos de violaciones. Y hasta en eso el derecho al aborto está en el alero.
No hace falta denunciar una violación -cosa que en muchas ocasiones desgraciadamente ocurre, para la víctima y las futuras víctimas- para acudir a una farmacia y pedir una píldora postcoital -cosa que ya se puede hacer-, ingerirla y por lo menos eliminar ese posible futuro problema de la terrible ecuación psicológica que para toda mujer -u hombre- supone una violación.
Así que el derecho a la libertad de elección de la maternidad en esos casos quedaría cubierto con la reclamación que llevaría como mucho a la solicitud de la gratuidad de la píldora postcoital, no del aborto. Legalmente debería ser así, aunque parezca frío. Pero no sería tampoco un exceso legislar de forma más abierta, comprendiendo el terrible momento psicológico que sufre una mujer violada.
Así que no existe posibilidad de argumento legal alguno que una el derecho a la libre elección de la maternidad con el aborto. Si se llega a la necesidad de abortar es porque se ha rechazado voluntariamente el ejercicio de ese derecho de forma previa al coito, porque se ha eludido una responsabilidad obligada para todo hombre y mujer en esa materia. Punto final.
No se puede exigir pues al Estado que acepte el aborto y se responsabilice de él como expresión de un derecho del que la portadora del mismo no ha querido responsabilizarse previamente. No en un país con libre acceso a los anticonceptivos. En Sudán del Sur, en Eritrea, En Irán o en Bangladesh sí se puede realizar esa justificación. En España no.
Quedan fuera de esta argumentación los casos de violación que vayan acompañados de retención ilegal, secuestro o cualquier otro tipo de delito que impida a la embarazada ejercer ese derecho a priori con los anticonceptivos o a posteriori con los contraconceptivos post coitales. En ese caso -y solamente en ese- libertad de elección de la maternidad y aborto parecen indisolublemente ligados.
"una mujer escribe una carta en los años ochenta contestando a unas declaraciones del liberal José María Ruiz-Gallardón -padre del actual ministro-, en la que decía: “Soy una mujer casada y operada de cáncer que sufre un embarazo como una auténtica losa. Consultados los facultativos correspondientes, me comunican que tal situación es totalmente nociva, tanto para mí, por los controles a los que estoy sometida, como para el feto, debido a las sesiones de cobalto recibidas. Nunca pensé que ante este tema vital, los médicos de este país estuvieran imposibilitados para intervenirme, amparándose en una farisaica legalidad, que personas como usted abortan desde sus escaños y en la que solo están libres de culpa las mujeres que como la de su señoría tienen posibilidad de abortar en el extranjero”", sigue ejemplificando Amparo rubiales.
De nuevo la señora Rubiales se mueve en una zona peligrosa.
Es posible que en aquellos años esas quejas estuvieran justificadas pero hoy habría que decirle a esa mujer que era su responsabilidad y la de sus médicos informarse de los problemas que acarrea un embarazo si se está en esa situación clínica y poner los medios para que ese embarazo no se produjera.
Si el diagnóstico sobre el cáncer llega después del embarazo y su evolución hace imposible esperar al parto para comenzar el tratamiento -procedimiento habitual en estos casos-, entonces sí que sería una excepción en la que el aborto sería aplicable como solución. Una nueva excepción.
La crítica a la objeción de conciencia médica me parece demoledora por el simple hecho de que el juramento hipocrático exige salvar vidas, no quitarlas. 
Y ahí llega el problema jurídico real.
¿Alguien criticaría a un médico por negarse a separar a dos siamesas si esto supone irremisiblemente la muerte de una de ellas?, ¿por qué entonces se critica al ginecólogo que se niega a practicar una aborto?
Porque no se considera que haya una vida en juego. Una que no sea la de la mujer.
Si la desesperada embarazada acusaba de farisaica legalidad a aquellos que la impedían en el aborto en el pasado siglo, ese fariseísmo ha pasado a las líneas de la jurista que defiende esta posición porque obvia que el principal problema del aborto no son los derechos de la mujer -cubiertos de sobra antes del coito- sino los derechos de la no nacida.
Estos no entran en conflicto cuando aún no ha sido concebida por supuesto, pero cuando ya está concebida, por mor de que sus progenitores han hecho caso omiso de su obligación de salvaguardar su derecho a la libre elección de la maternidad y la paternidad, entonces son un factor que han de ser tenido en cuenta.
Por ello se ha pretendido siempre eliminarlos de la ecuación.
El proceso ha sido el siguiente, resumiendo.
Primero se dijo que la nonata no estaba viva: Si no estuviera viva no se dividiría, no crecería y ningún embarazo llegaría a término porque no se desarrollaría. No tendríamos problemas con el aborto ni con la libre elección de la maternidad.
Estaríamos extintos como especie y el aborto no sería necesario.
Después se argumentó que estaba viva como parte del cuerpo de la madre y por tanto ella tenía posibilidad de decidir sobre ella: algo que nos lleva de nuevo al problema irresoluble de las siamesas si fuera cierto, pero que tampoco lo es.
En la cadena de olvidos a los que se han sometido los argumentos que defienden esta postura se han olvidado del padre. La aportación de material genético del progenitor masculino -conocido o desconocido, voluntario o forzoso, conocedor o desconocedor, responsable o irresponsable, eso da igual- hace que la nonata sea un ser genéticamente diferente de su madre y por tanto un ser vivo distinto, aunque no sea capaz de la vida autónoma. Se la puede definir como una simbionte, pero no como una parte de la madre.
Y, por último, esta línea de argumentación llegó a su postulación legalmente más peligrosa: decir que la nonata no era humana: No hay argumentación contraria para eso si se acepta que existe una definición de ser humano más allá de la genética, la antropología y la zoología.
¿La hay? La respuesta es no.
Cuando se dé un solo caso de que un embarazo humano llegado a término alumbre un ser de otra especie conocida o por conocer entonces podremos argumentar al respecto. Hasta entonces toda nonata humana, sea cual sea su estado de gestación, es humana por definición genética, antropológica y zoológica. No hay discusión posible.
Así que, como es imposible mantener ninguno de estos tres argumentos y además resulta que la feta está legalmente protegida en otros ámbitos cuando es un embarazo deseado hasta el punto de que se le garantiza el derecho de herencia, de reconocimiento y otros muchos, resulta que habrá que tener en cuenta los derechos de la feta cuando entran en conflicto con los de la madre.
Y recordemos que, en España, salvo excepciones, a esa situación solamente se llega por irresponsabilidad previa al coito de sus progenitores.
¿Qué derecho debe entonces prevalecer?, ¿debe anteponerse el derecho del progenitor que no ha hecho nada hasta ese momento para garantizar su derecho a la libre maternidad cuando tenía multitud de herramientas para ello?, ¿debe prevalecer el de la no nacida que se encuentra en una situación que no ha sido buscada por ella, que no es producto de su irresponsabilidad y que no tiene forma de defenderse por sí misma?
En este punto y ante esta redacción de las preguntas pocas mujeres tendrían duda en la respuesta si la feta estuviera ya fuera del cuerpo materno ¿por qué las tienen entonces antes?
"¿Quién es el ministro de Justicia para decir lo que es ético? Se trata de que sea constitucional o no. Simplemente. Se regula un derecho para que la mujer que quiera lo ejerza en las condiciones que la ley establezca. No se necesita un debate sobre algo constitucionalmente resuelto hace 30 años. No se entiende la razón por la que el ministro dice ahora algo que está admitido por la mayoría social —ideologías al margen—, incluido el TC. Se puede estar en contra del aborto, pero no como ministro. No se puede volver atrás ignorando al único interprete de la Constitución, que ya se ha pronunciado. ¿Por qué lo dice? En esta ocasión sí se puede afirmar que será por “la herencia recibida”", concluye la jurista en su artículo refiendose sin duda al padre del ministro.
Y he de darle la razón en parte, pero no como cree que se la doy.
Si la cuestión es que la ley sea constitucional o no, se podrá cambiar siempre y cuando se altere dentro de los límites de La Constitución ¿se puede volver entonces a una ley de supuestos incluso más restringida? 
Lamentablemente para ella, la respuesta es sí.
Porque nuestra Constitución ya albergó esa ley sin problema de constitucionalidad alguno con lo que ¿qué valor tiene el constitucionalismo como forma de oponerse a las restricciones de la actual ley, cuando esas restricciones ya formaron parte del cuerpo legal español estando la Constitución vigente? Ninguna.
Pero en lo que no puedo darle la razón es que la ética no puede estar presente a la hora de dirimir estos asuntos.
La ética es la única manera de abordar la legislación sobre derechos en cualquier ordenamiento jurídico del mundo.
Por lo menos en cualquiera medianamente democrático. Mantenemos que la esclavitud es un delito y el ser humano tiene derecho a ser libre porque no consideramos ético que un ser humano esclavice y sea propietario de otro; mantenemos que mujeres y hombres son iguales porque no consideramos ético que se discrimine a nadie por motivos de sexo -o por cualquier otro motivo, ya puestos-.
Cada derecho que defendemos, que exponemos o por el que luchamos es la expresión de una reflexión y una conclusión ética a la que hemos llegado.
Así que en cuestión de dirimir los derechos la ética es la única herramienta que tenemos para definir nuestros ordenamientos jurídicos.
Solamente tenemos que solucionar cual es nuestra ética social al respecto. 
El ministro utiliza la suya porque está en el poder y su ética se mantiene dentro de la legalidad y la constitucionalidad ¿no hicieron lo mismo los gobiernos socialistas cuando la ampliaron?, ¿no aplicaron su ética sobre el asunto?, ¿no hicieron lo mismo cuando elaboraron todas sus leyes sobre derechos y libertades?, ¿no aplicaron una ética en la que no era justo que los homosexuales no pudieran casarse, o que las parejas de hecho no tuvieran los mismos derechos o que las mujeres no pudieran abortar?
En cuestiones de derechos es la ética la herramienta que utiliza todo gobierno para legislar. No podemos aplaudir cuando coincide con la nuestra y negar la posibilidad de utilizarla cuando nos lleva la contraria.
El aborto solamente puede abordarse como se aborda la pena de muerte, la eutanasia, o cualquier otro momento legal relacionado con la vida y con la muerte. Personamelte yo estoy en contra de todos ellos por la misma base pero por motivos diferentes.
Si hay dudas sobre matar a un individuo porque ha cometido un crimen execrable, si hay dudas en obligar a terceros a matar a alguien porque considere que su vida no es digna, ¿cómo puede no haberlas a la hora de acabar con la evolución vital de alguien que no puede ni expresar su opinión al respecto ni es culpable de acto alguno que pueda haberle privado de su humanidad? 
Esa es la discusión que estamos teniendo. No sobre si recorta un derecho a las mujeres.
Las mujeres nunca tuvieron ese derecho. Nunca tuvieron el derecho a decidir sobre la vida y la muerte de sus hijas.
Sobre tenerlas o no tenerlas, sí. Pero sobre matarlas o dejarlas vivas no.
Se use la argumentación que se utilice, ya sea legal, constitucional, antropológica, biológica o genética, no hay nada que sustente la defensa de ese derecho.
Lo siento, pero en realidad todos y todas sabemos que es así. Aunque no nos guste. Aunque nos moleste tremendamente tener que darle la razón a la realidad en contra de nosotros, nuestra conveniencia y nuestras necesidades. Sabemos que es así.
¿Tan difícil es llevar siempre un condón en la cartera o en el bolso?, ¿tan imposible es controlarse si no se tiene uno a mano?, ¿tan insufrible es soportar dos días de vómitos y mareos para no jugar a la ruleta rusa con las posibilidades vitales de alguien que compartirá la mitad de nuestro material genético?
¿Tan egoístas y ególatras nos hemos vuelto que no queremos meter a la ética en la ecuación para que el hecho de no estar dispuestas a renunciar a un polvo nos torne en asesinas?
Porque todo lo demás son excepciones y una ley de plazos no es una ley de excepciones.
¿Tan básicas y primarias nos hemos vuelto?, ¿tan pronto hemos regresado a la caverna?

La gozosa violada y la perversa amante, por la CEE

La verdad es que ya nada sorprende. No en este país y en este tiempo en el que la incongruencia se ha armado de valor para desfilar cada día por nuestras calles, nuestros medios de comunicación, nuestros juzgados y nuestras instituciones.
Pero, pese a lo común que resulta últimamente que la incongruencia más absoluta campe por sus respetos, hay algunas que no conviene dejar pasar por alto. Y una de ellas es la que supone que el señor cardenal de Alcalá de Henares haya salido ileso e indemne -judicialmente hablando, claro está- de la lista de improperios, insultos e injurias que vertió contra los homosexuales.
Un juez ha considerado que un "a veces", que destiló casi distraídamente en sus diatribas en las que afirmaba que la homosexualidad conduce a la prostitución y que es un comportamiento desordenado y una enfermedad que es obligado curar, salva al egregio purpurado de pagar por sus desmanes verbales. Aunque sea con una multa, que tampoco se solicitaba la condena indefinida revisable que está ahora tan de moda.
Pero, más allá de la decisión judicial que ya no admite otra cosa que un recurso legal, está el problema de esa iglesia católica española que ni sabe ni quiere saber de lo que habla cuando habla de sexo, de relaciones sexuales, de tendencias sexuales o de cualquier otra cosa que tenga que ver con lo que se mueve y maneja por debajo del ombligo y encima de las rodillas de los seres humanos.
Porque los que les pasa a los "hombres de púrpura" que componen la Conferencia Episcopal Española (CEE) es que se equivocan, yerran el blanco y confunden los términos cuando tienen que hacer una disquisición que a casi todos se nos hace tenue, se nos desdibuja, se convierte en esa delgada línea roja que no sabemos discernir del todo:
La diferencia entre el amor y el sexo.
Si a nosotros, que lo practicamos, se nos desdibuja sólo me queda imaginar cual nebulosa debe será esa diferenciación para los que solamente imaginan -y a escondidas- lo que es el sexo y se niegan a sí mismos el amor de pareja.
Vamos, un fiasco.
Un destructo -¿existe el palabro como antónimo de constructo?- ideológico que lleva al mismo obispo a afirmar que, como el sexo se considera un elemento lúdico, habría que despenalizar la violación -sí, déjenme que lo repita, despenalizar la violación- al mismo tiempo que defiende  que hay que corregir y curar al homosexual.
En definitiva, que si se entiende el sexo como gozo es lógico violar a una mujer y cuando esa mujer es amada por otra mujer está enferma; que cuando un hombre es forzado en las duchas de una cárcel tiene que pasarlo bien y cuando es besado por su pareja del mismo sexo está completamente desordenado y ha de ser reprimido por ello.
Si no saben lo que es el sexo ¿por qué hablan de él?, si desconocen el amor de pareja ¿por qué intentan definir lo que debe de ser?
El sexo se está instrumentalizando, individualizando, se está convirtiendo en una herramienta occidental atlántica para defenderse de uno mismo y de sus carencias.
El polvo de fin de semana, de colegas con derecho a roce, de barra y baño de bar, de momento etílico, de página de citas en Internet es la aspirina con la que tendemos a tapar los síntomas del cáncer de corazón que nos aqueja.
El sexo es divertido  y es diversión pero también es afecto y es expresión de aquello que, cada vez más, nos negamos a expresar, nos negamos a arriesgar e incluso nos negamos a sentir por miedo y egoísmo. Y por ello se ha quedado en una metonimia de sí mismo. En un tomar la parte por el todo para no enfrentarnos jamás a la parte que nos falta.
Pero nada de todo eso puede llevar a la conclusión, aplicando lógica ninguna, de que la violación es conclusión de ello y por tanto no tiene sentido penalizarla, perseguirla y erradicarla mientras se ejerza el sexo por diversión.
Porque en la violación la diversión solamente es de uno, porque la violación el sexo pasa de ser un divertimento a ser una imposición, a ser un castigo. A ser un maldito crimen.
Pero los purpurados -y a su cabeza Reig Plá- no pueden ver eso.
Ven sexo y como el director de una película porno de los años ochenta se centran en el acto, en el plano corto del pene y la vagina, no van más allá.
No ven el rostro enloquecido y furioso del que fuerza el coito, no ven el llanto demudado de la que se ve obligada a recibirlo.
El sexo banal, de aspirina de fin de semana y elusión de puente apasionado, puede estar destruyéndonos. Puede ser una parte de lo que nos destruye -no la más importante, desde luego- pero sí una parte. Pero nos destruye por propia voluntad. 
El sexo instrumentalizado consentido a lo peor es un suicidio de nuestros endurecidos corazones. Pero el sexo agresivo no consensuado es seguro que es un asesinato del cuerpo y del alma.
Porque la víctima es violada no por el coito sin amor, sino por la agresión.
Pero ellos no pueden ver eso. No entienden lo que es el sexo ni nunca han querido entenderlo. Se limitan a ver el plano corto de la cópula y no el plano general que la contextualiza.
Olvidan que, incluso según cuentan sus libros mitológicos, hasta el todopoderoso de su dios pidió permiso a una mujer para yacer con ella.
Pero cuando una mujer es besada por otra como gesto de amor, es acariciada por otra mujer que le da lo que ambas buscan como expresión del afecto que han creado entre ellas, que se tienen. Cuando los labios, las manos y los cuerpos del mismo sexo se juntan siguiendo los dictados de ese amor que se siente y que, venga de donde venga, es lo único que nos puede salvar como individuos y como sociedad, entonces sí hay que condenarlo –y también vale para los hombres, por supuesto-.
Los prelados se arrancan los capelos, se rasgan las sonatas y publican en sus revistas y artículos diciendo que el amor es algo desviado, alzan las voces en sus homilías para decir que es algo perverso y pervertido. Afirman que el amor que dicen reclamar para el sexo ya no vale, ya no puede aplicarse.
Cuando tienen que ver la violencia, la agresión y el dolor, tan solo son capaces de percibir el coito y cuando les toca ver el afecto, el amor y el compromiso caen en idéntico error y de nuevo solo posan sus aciagas miradas en el sexo.
Resumiendo, su obsesión se desconocimiento y su pervertida interpretación de aquello que dicen que les dijo su dios, tan solo les permite ver el sexo.
No quieren comprender que el amor es amor parta de donde parta y llegue hasta quien llegue. Sea cual sea su sexo y su tendencia. Aunque llegue hasta a un ser invisible que nunca lo devuelve. Ese amor también nos vale a los que amamos. No lo comprendemos, pero nos vale.
Se niegan a entender que la violencia, la agresión y el horror son desdeñables lleguen desde donde lleguen y que la imposición de lo que no se desea en los ámbitos íntimos es y será siempre execrable. Aunque venga de dios. Eso tampoco nos sirve a los que amamos. Ni siquiera lo respetamos.
Por eso son capaces de ver lógico salvar a un violador y condenar a una amante.
Las tres marías de sus cuentos mitológicos, la madre soltera de su dios, la muda enamorada de su mesías, y la prostituida pasión de su salvador, estarán ahora mismo llorando y revolviéndose de rabia en sus cielos o en sus tumbas.
Y aquel que creyeron venido de los cielos quizás baje a preguntarles por fin qué parte de "todo amor es de dios" aún no han entendido.
Por fortuna los hay que ya sabemos que todo amor es del ser humano, lo diga dios o no, y toda agresión lo es en contra suya, la afirmen o lo nieguen sus prelados.
Quizás, por una vez, sólo por una vez, deberían intentar escucharnos.

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