Mostrando entradas con la etiqueta represion. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta represion. Mostrar todas las entradas

miércoles, julio 12, 2017

Mayor Oreja y el sueño persistente del PP de ver los tanques en la calle

Lo bueno de tener irredimibles en tus filas es que no se bajan del burro. Ocurra lo ocurra, ellos siguen en sus trece y se convierten en un faro que siempre apunta al mismo sitio, a la esencia de aquello que ellos consideran lo esencial de la ideología. Lo malo es que te destrozan con una frase las más complejas y pensadas estrategias de manipulación social.
Dos semanas intentando vender esto del homenaje a Miguel Ángel Blanco como algo que refuerza la idea de juntos podemos conseguir cualquier cosa, enviando voceros a todas las tertulías para hablar de "puntos de inflexión social", de "decir basta al miedo" y de todo lo que se podía ocurrir para buscar una unidad social inexistente en torno a la figura de esta víctima de ETA y de pronto se le enciende la luz al irreductible, el obseso del control y la fuerza y te la echa por tierra con una sola frase.
"ETA sigue viva en Catalunya a través del procés soberanista de ruptura de España"
Y el gabinete de Comunicación del PP tirándose de los pelos en Génova 13, y los sueldos de todos los estrategas tirados a la basura. No porque no estén de acuerdo, no porque vaya en contra del mensaje que quieren difundir, sino porque toda una vagamente sutil y arteramente pergeñada estrategia de manipulación política y social ha sido puesta al descubierto.
Mayor Oreja, ¡cómo no! Allá donde se invoca la sombra de ETA siempre está Mayor Oreja.
Desde su retiro dorado o su celda acolchada en Bruselas -que nunca se tiene muy claro que papel cumplen en según que partido los destierros europeos- el adalid de la respuesta acorazada en las calles de Donosti a la Kale Borroka, desvela lo que algunos habían inferido, muchos sospechábamos y la inmensa mayoría probablemente no tenía ni idea.
Que todo esto de Miguel Angel Blanco y su homenaje es solo uno de los elementos de algo que nada tiene que ver ETA, ni con el terrorismo en Euskadi, ni con la memoria del asesinado Miguel Ángel Blanco.
Que todo va, como siempre en el último lustro de la política española, de la independencia de Catalunya.
Y ya no hay pancarta, ni memoria, ni ovación en el Congreso que pueda ocultar que el desmedido interés por la conmemoración de Miguel Ángel Blanco va también de eso.
Porque si el procés es ETA hay que reaccionar contra el Procés como contra ETA. Y si la forma de actuar contra ETA es la que se reivindica falsamente a través del homenaje a Miguel Ángel Blanco, eso supone que habrá que enviar a los cachorros a atacar las sedes de todo partido soberanista, independentista o nacionalista en Catalunya, que habrá que internar forzar que las fuerzas del orden, ya sean autonómicas o nacionales, les traten como criminales, que hay que intentar ilegalizar esa forma de pensamiento y decretar un delito ser independentista como se hizo con la infausta Ley de Partidos en Euskadi.
Vamos que hay que equiparar independentista con terrorista. Lo que siempre quiso y buscó el Partido Popular antes y después de Miguel Ángel Blanco.
Da igual que no haya violencia, es indiferente que el único conato terrorista del independentismo catalán, Terra Lliure, lleve décadas muerto y autoenterrado. El independentismo en sí mismo es ETA, es terrorismo.
Si a esto le sumamos a todo el carro de bueyes del sistema bipartidista, desde Aznar a Guerra, pasando por González, clamando por utilizar el artículo 155 de la Constitución para colocar Catalunya en un equivalente a un Estado de Excepción y a Dolores de Cospedal descolgándose también casualmente, como quien no quiere la cosa, con un ""por tierra, mar y aire, las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil se encuentran donde haya que proteger los valores de la democracia y de la Constitución, pero también la integridad y soberanía"de España", parece que no hay duda.
No sé si al final se atreverán pero resulta más que evidente lo que están pensando. 
A lo mejor el irreductible Mayor Oreja ve por fin cumplido su sueño de ver tanques y las tropas en la calle, aunque no sea de Donosti y sí de Barcelona. 
Como ya ocurriera el 23F, en la Semana Trágica o en otros grandes momentos de "defensa de la democracia".
Y a lo peor los verdaderos patriotas nos vemos forzados a ir a una guerra antes de lo que pensábamos y no contra ese enemigo enfundado en negro y falso islam sino contra aquellos que nos fuerzan, como diría el liberal, nada comunista y padre de la patria estadounidense, Edward Abbey, a defender nuestro país en contra del Gobierno.
Aunque sea para defender el derecho de nuestros compatriotas a querer dejar de serlo.
Y entonces Mayor Oreja por fin será feliz.

sábado, noviembre 26, 2016

La alcaldesa, el comandante y la memoria editada

Menos mal que ha muerto Fidel Castro.
Tranquilos, no se me encienda nadie. Lo digo solamente porque si únicamente hiciera mi pregunta y mi reflexión sobre la muerte de la inefable Rita Barberá alguien podría simplemente descartarla como un insulto de "podemita" o una falta de educación de "perroflauta".
Así que, menos mal que se ha muerto Fidel Castro porque así puedo hacer ambas cosas -pregunta y reflexión- sobre ambos, y unos y otros no podrán -o al menos no tendrán argumentos para hacerlo- echarme en cara ideología ninguna.
Y la pregunta es ¿qué es respetar la memoria de los muertos?
Parece ser que se ha impuesto -por lo menos en este país- una suerte de eterna y en apariencia indiscutible manta de hipocresía social que hace consistir ese respeto en ocultar las carencias, taras, delitos y faltas del muerto en cuestión en aras del respeto a su memoria.
O sea que respetar la memoria de un muerto es mentir, cuando menos por omisión.
Así, Rita Barbará debería ser recordada por lo bueno como una mujer que "dio su vida al Partido Popular" y Fidel Castro como el revolucionario que bajo de Sierra Madre para liberar Cuba de la dictadura de Batista, el por entonces proxeneta máximo del burdel caribeño de Estados Unidos que era Cuba.
Para empezar no sé que de bueno tiene entregar una vida a un partido político -sea este del signo que sea-. Porque eso haría dignos de ser recordados favorablemente a Goebbels, que se la entregó al Partido Nazi, a Kruchev o Stalin que se la entregaron al PCUS, Xiao Ming, que se la entregó al Partido Comunista de China o Pieter Botta, que la puso al servicio del Partido Nacional Afrikaaner. Y me temo que ninguno de esos personajes han de ser recordados favorblemente.
Y lo del criterio de la revolución está bien pero tambien tiene agujeros profundamente oscuros. Poque significaría que deberíamos fijarnos exclusivamente en ese aspecto y considerarlo favorable también en individuos como Mussolini, Pol Pot, Katanga, Mao Tse Tung o Adolfo Calero. Y todos sabemos que las vidas de esos personajes tienen más sombras en forma de cadáveres y sangre que luces en forma de revolución.
Así que me parece que esos no son criterios para respetar la memoria de los muertos. Aunque alguien dira que de lo que se trata es, en beneficio de esa memoria, destacar "lo bueno que hizo". Bien, lo compro. 
Entonces recordemos a Stalin por el milagro agrario soviético, a Hitler por la construcción de infraestructuras y el despegue industrial de Alemania, a Franco por el sistema hidraúlico, a Pieter Botta por el desarrollo de la industria armamentística surafricana, al Ayatolah Jomeimi por el sistema público de Sanidad en Irán y a Ariel Sharon por los sistemas de créditos para el asentamiento de empresas israelies en el extranjero.
Reescribamos los libros de historia y obviemos todo lo demás, para que su memoria sea respetada, volvamos a redactar sus biografías y sus necrológicas para que "lo bueno" haga respetuoso honor a su memoria.
¿Ah, que no se trata de eso? Pues entonces ya me pierdo.
Yo siempre he creido, a despecho de alguna que otra habitante de Las Rozas, que la principal muestra de respeto hacia alguien es decir de él y decirle la verdad. Así que, por extensión, para mi no hay mayor respeto a la memoria y el recuerdo de los muertos que decir la verdad sobre ellos.
Es eso o caer en la falacia de la mítica película Final Cut de Robin Williams y cometer el error de permitir que por conveniencia, política o mera y simple hipocresía social se manipule la vida y el recuerdo incluso después de la muerte.
Y, por puro respeto a la memoria de Rita Barberá, digo que fue una persona que entregó su vida a la consecución y el mantenimiento del poder político a través del Partido Popular, que no supo retirarse a tiempo, que dejó que su ciudad cayera en múltiples tramas de corrupción mirando a otra parte o recibiendo mordidas, pitufeo o como quiera llamarse por ello -estó último está por demostrar y nunca será ya demostrado, ¡que conveniente!-.
Alguien que dilapidó el dinero de los valencianos y del Estado Español en una Ciudad de Las Artes y Las Ciencias que se cae a pedazos, en un fallido Premio de Formula 1 que costó más de lo que dejó, en una Copa America que nunca pasó del rango de entelequia, en una visita del Papa Inquisidor Ratzinger cargada de facturas engordadas, nepotismo en los contratos y pérdidas millonarias.
Una persona que colaboró -con la consejera Catalá y otros tantos- en el desmantelamiento de la educación pública mientras cedía terrenos al Opus Dei y otras entidades religiosas para que abrieran colegios concertados en una sustitución flagrante de la educación por el adoctrinamiento -eso de lo que se acusa ahora tanto a la izquierda-.
Y sobre todo una persona tan mezquina e indigna que siguió refugiandose en su acta de senadora para eludir lo más posible presentarse ante la justicia para responder por sus actos en lugar de vindicar su inocencia adelantando lo más posible el proceso y presentándose con la cabeza bien alta defendiendo su inocencia.
Y por puro respeto a la memoria de Fidel Castro digo que fue un revolucionario que participó- repito, participó- en la Revolución Cubana y que mientras bajaba de Sierra Maestra ya comenzó a librarse de sus rivales políticos, los verdaderos ideólogos de ese movimiento para hacerse con el poder; que obtenida la victoria no supo hacer la transición hacia un gobierno justo, orilló a Ernesto Che Guevera hasta que se deshizo de él aprovechandose de su idealismo enviándole a combatir a una revolución en Bolivia que estaba fracasada antes de empezar.
Alguien que dejó de ser revolucionario, de izquierdas o como quiera llamarse cuando permitió que su población pasara hambre por no dar su brazo ideológico a torcer, al que no le importó mantener contacto y negocios con otros dictadores -por ejemplo un tal Franco, que también era gallego- pese a las pestes que echaba del capitalismo.
Y sobre todo alguien que abandonó toda ideología con tal de mantenerse en el poder en el mismo momento en el que ordenó que la PNR y el G2 ejercieran de policía política en purgas y represiones de opositores o que ordenó al ejercito disparar contra aquellos que abandonaban la isla en las tristemente famosas balsas.
Así que por respeto a la memoria  de Rita Barberá y Fidel Castro defenderé el recuerdo de ellos como una política corrupta y un dictador represor y no solo como una aclamada alcaldesa y un líder revolucionario. Con todos los matices y correciones que los historiadores hagan de ellos con el correr de los años.
Y si sus familias, deudos y allegados se sienten mal por eso, no lo siento por ellos. Para mi y creo que para nadie debe ser factor determinante. Deberían haberlo pensado cuando estaban en vida,sabian lo que hacían una y otro y, en lugar de reclamarles justicia e integridad, les seguían el juego solo por la falsa e inútil lealtad de la sangre.
El respeto a la memoria de cualquier persona es decir y escribir la verdad sobre ella, toda la verdad a ser posible porque, por si alguien no se ha dado cuenta, los muertos están muertos. No sienten ni recuerdan.

martes, agosto 02, 2016

Hay silencios que matan como las armas

Según para qué cosas me encantan los silencios.
Hay silencios intensos de esos que mantendrías todo el tiempo del mundo y silencios tranquilos de esos que persisten en la memoria más allá de los ruidos que acaban por matarlos.
Y luego hay otros silencios.
Silencios sorprendentes como el de aquellos que pese a estar siempre con Venezuela en la boca y la pluma, pese a hablar y escribir hasta la extenuación de un informe escrito para el gobierno bolivariano y criticarlo hasta la extenuación, ahora callan cuando nuestro Gobierno aprueba ventas de patrulleras y cañones por valor 10 millones de euros a ese régimen como callaron el año pasado cuando hizo lo mismo con armas y material antidisturbios por valor de otros 15 millones.
¿No contribuye ese material y esas armas más al sostenimiento del régimen de Maduro de lo que lo hiciera un informe de estrategia política al de Chávez en su momento?
Los autores de ese sorprendente silencio no contestan, solo callan.
Como callan aquellos que, después de hablar y perorar hasta que se les inflamaron las cuerdas vocales porque unos políticos salían hablando en una cadena financiada con dinero iraní o porque hacían visitas a la cuba castrista, ahora no dicen una palabra sobre los 14 millones de euros autorizados en armamento para su venta en Irán o en los 208.000 en material de visión nocturna para la policía cubana.
¿No sirven más las armas para mantener controlada la disidencia anti islámica que un programa de televisión en España?, ¿no apoya más el islamismo vender armas a un país que financia y arma a Hezbollah en Líbano y a otros grupos y grupúsculos violentos en todo el mundo árabe que hacer un debate político ante las cámaras en España?, ¿no es más útil un equipo de visión nocturna para controlar a los balseros y reprimir la disidencia que una visita organizada por el malecón de La Habana?
Sigue sorprendiendo que no haya respuesta. Sigue sorprendiendo el silencio.
Hay silencios sospechosos. Como el de esos que, tras escribir, vomitar y escupir todo tipo de diatribas contra el Islam y contra la perfidia de esa religión y de los que la aplican a sangre y fuego, permanecen en un silencio trapense cuando este gobierno, nuestro gobierno, el gobierno al que ellos votan una y otra vez, autoriza la venta de material militar este año a Arabia Saudí por valor de 533 millones de euros, después de que el año pasado lo hiciera por 557 millones, incluyendo también material policial.
¿No contribuye ese material a una intervención militar en Yemen tan ilegal como la proclamación del Falso Califato, puesto que también ha sido rechazada por Naciones Unidas?
¿No sirve ese material policial para detener a personas que luego son lapidadas por adúlteras, flageladas por infieles, amputadas por ladrones o colgadas por el cuello hasta morir por ser homosexuales?
Pero no contestan, siguen sospechosamente callados.
Y el mapa de los silencios aumenta y se extiende como puede verse aquí

Hay silencios reiterados que se mantienen a despecho de la más elemental coherencia ideológica cuando se contemplan los 162 millones en ventas de armamento autorizados a Omán en 2015 o los 158 de este año, los 289 a Qatar, los 12 a Emiratos Árabes Unidos o el millón a Kuwait y Bahrein, países todos ellos en los que, al menos parcialmente, rige la Sharia y en los que se obliga a las mujeres a ir veladas, se persigue o dificulta otros cultos que no sean el islam y todas esas barbaries contra las que sí se grita cuando son practicadas por los locos furiosos del poder y la sangre escudados en su falsa interpretación de la religión.
¿No son esos regímenes tan totalitarios, medievales y bárbaros como el ISIS?, ¿No hay que clamar y señalar a quienes les ayudan?
Los que deberían responder continúan en su silencio persistente y mantenido.
Hay silencios preocupantes. Como el de aquellos que van a pasearse y hacer discursos por calles y avenidas extranjeras, denunciando la falta de democracia y afirmando que las dictaduras no tienen cabida en un mundo democrático, y ahora callan cuando el gobierno español con el que ellos o aquellos a los que entregan su sufragio quieren gobernar, autoriza ventas de armas por valor 106 millones a Egipto o de 170 a Turquía, regímenes que o son dictatoriales o son falsas democracias en las que la represión civil es un hecho consumado, denunciado y constatado por organismos internacionales públicos y privados.
¿No debería negarse el apoyo militar a esos regímenes por el hecho de no ser democráticos como se pide con otros?
El silencio seguirá siendo la respuesta.
Y lo mismo con los 12 millones autorizados en armas para Rusia, con Chechenia, Osetia y Crimea incluidas; los 18 millones a China, con el Tibet y su secular represión incluidas, los 4 a Tailandia con la oposición entrando y saliendo de la cárcel un día sí y otro también, los 85 a Irak, con una guerra civil entre las distintas facciones religiosas y los continuos y misteriosos ataques y robos de los arsenales militares...
Si se es civilizado, demócrata, garantista, respetuoso de los derechos humanos y defensor de los principios occidentales ¿no se debe estar en contra de todos aquellos que van en contra de ellos?, ¿no se debe gritar y escribir contra aquellos que autorizan que se venda armamento un año tras otro a los que se pasan esos principios por el arco del triunfo?
Claro que también, por incoherente desgracia, hay silencios culpables.

miércoles, julio 01, 2015

Carta a la policía y la Ley de Seguridad Ciudadana

 “El uso no autorizado de imágenes o datos personales o profesionales” de policías “que pueda poner en peligro la seguridad personal o familiar de los agentes, de las instalaciones protegidas o en riesgo el éxito de una operación”.
¿En Serio?
Mientras ETA los cazaba como moscas en los peores tiempos de la locura terrorista de la bomba lapa nadie puso en marcha ley alguna que impidiera grabarles para evitar que los terroristas les identificaran.
Durante todo el tiempo que el tiro en la nuca los diezmaba ningún gobierno del PP se preocupó de impedir que una imagen o un dato de un policía le pusieran en riesgo.
Durante los años que los coches bombas hacían estallar sus casas y cuarteles, mataban a sus esposas y a sus hijos, ningún gobierno ni del PP ni de ningún otro partido se preocupó de que una grabación pudiera poner en peligro “la seguridad personal o familiar de los agentes”.
¿Y ahora sí?
Cuando vayan a poner una sanción, requisar un móvil o detener a alguien por tan plausible motivo inventado por la Ley de Seguridad Ciudadana párense un instante y pregúntense algo.
¿Es más peligroso para ustedes un manifestante que un terrorista armado?, ¿un ciudadano descontento merece peor trato que el que ha recibido un etarra?, ¿creen que necesita más protección contra los ciudadanos un miembro de las UPI que la que se concedió a los agentes muertos a manos del terrorismo más brutal de ETA?, ¿creen realmente que la impunidad que les confiere esta nueva norma está ideada por su seguridad o solo para dar cobertura a un gobierno contra la protesta por sus abusos y excesos?
Piensen en ello y luego decidan
Decidan si quieren que la población les respete o les tema, decidan si desean servir a su país deteniendo delincuentes y criminales reales o tratando como tales a ciudadanos que protestan contra leyes injustas, decidan si quieren formar parte de una patria justa y equilibrada o de un país en el que los desequilibrios se imponen por la fuerza, decidan si sirven a la sociedad o al poder, decidan si la bandera española representa a su gente o a sus gobernantes. Háganlo. Nadie les puede quitar ese derecho. Ni siquiera la Ley de Seguridad Ciudadana.
Decidan si quieren ser hombres o marionetas. Policías o sicarios.

domingo, junio 28, 2015

Código Penal y síntomas de un nuevo mal social.

El nuevo Código Penal que entra en vigor el próximo miércoles es, como todo lo que en la vida abarca muchos ámbitos, una amalgama casi a partes iguales de buenas intenciones, errores, aciertos, manipulaciones arteras y síntomas de otras cosas.
Y en esto de la política y la justicia los síntomas terminan siendo muy importantes.
Con el nuevo Código Penal los grandes partidos, que ahora llamamos tradicionales, ya estarían disueltos, sus altos cargos inhabilitados para el ejercicio de la política y sus sedes cerradas. Y eso es un síntoma innegable de hasta que punto la corrupción se ha instalado en nuestra política. Desde Filesa hasta Gürtel, Desde Los ERE andaluces hasta las tarjetas Black de Bankia, desde Merca Sevilla hasta el caso Palau.
Con el nuevo Código Penal ninguno de los partidos, que ahora llaman emergentes, estarían disueltos, ni sus líderes inhabilitados para el ejercicio de la política, ni sus sedes cerradas. Y eso es un síntoma de hasta que punto se han magnificado los errores de sus dirigentes en un intento de extender la mancha de la corrupción a todos los partidos por parte de aquellos que ya tenían la suya completamente ennegrecida por ese vicio. Pese a los pagos del venezolano a Monedero, pese a La Tuerka, pese al sueldo de Íñigo Errejón.
Y, no voy a negarlo, la sola aprobación de un Código Penal que contiene estos delitos es un síntoma de que los grandes partidos parecen haber comprendido que no pueden hacer lo que les da la gana con el dinero que gestionan cuando gobiernan. 
Aunque también es un indicio de que no están dispuestos a asumir la responsabilidad de lo hecho hasta ahora. Más que nada porque nadie en esos partidos pide la aplicación retroactiva del cambio legal -cosa que por ejemplo sí exigió a gritos el PP con la Ley de Partidos y la Doctrina Parot, por ejemplo-.
Pero la norma que dirigirá la actividad penal de nuestros tribunales es síntoma de muchas otras cosas.
Los jueces pierden la potestad sobre tres millones de infracciones y eso puede interpretarse como una forma de acelerar la justicia pero el hecho de que el mismo día entre en vigor la Ley de Seguridad Ciudadana - o sea la Ley Mordaza- en la que recae sobre la policía la potestad sancionadora directa, que se considere su testimonio como una carga de prueba irrefutable o les habilite para cachear, para imponer sanciones a quien les grabe en manifestaciones y para imponer multas sin intervención judicial previa lo convierte en síntoma de un giro totalitario que pretende sacar a los jueces como factor de la ecuación balanceada que debe existir entre libertades y  orden público y des equilibrarla en favor del poder Ejecutivo.
Se endurece la pena para los delitos de odio, agravados si las ofensas a las víctimas de terrorismo o de antisemitismo se hacen a través de Internet. Y eso podría ser síntoma de una mejora en la concepción de lo que es la dignidad social e histórica, pero el hecho de que se agrave solamente en esos colectivos se antoja un síntoma de que se pretende seguir instrumentalizando a esos colectivos en beneficio político propio, Y sobre todo la coincidencia con casos como el del concejal madrileño Zapata lo transforman en un anuncio de que se pretende criminalizar la opinión el único objetivo de deshacerse de la oposición política.
En resumen, que el Código Penal que regirá la justicia española desde el próximo miércoles es un síntoma de la enfermedad que aqueja a nuestros gobernantes, indicios del trueque que lleva intentando vendernos el Gobierno desde que pisara Moncloa. Nos da lo que queremos en la corrupción -aunque tarde, mal y para otros- a cambio de quitarnos o restringirnos de forma intolerable el derecho a disentir de sus designios.
Nosotros veremos si queremos aceptar ese cambio. Y tenemos hasta noviembre para hacerlo.

lunes, junio 22, 2015

Con Al Yazira no todos somos Charlie Hebdo

Ya no somos todos Charlie Hebdo.
La policía alemana detiene a un periodista en un aeropuerto y nos olvidamos de que todos somos Charlie Hebdo. 
Detiene al periodista de Al Yazira Ahmed Mansur para dar curso a una orden de arresto internacional emitida por Egipto que, aunque creamos que nos venga bien, es un régimen militar totalitario que reprimió a su población y anuló unas elecciones por el simple motivo de que su resultado no les gustó y tampoco a nosotros y nos olvidamos de que todos somos Charlie Hebdo.
Como el nombre del detenido es árabe y trabaja para una cadena cuya línea política -que tiene derecho a tenerla, como nuestros medios de comunicación- no no coincide con le que le viene bien al occidente atlántico, nuestros periódicos y televisiones miran a otro lado, no se preguntan en sus tertulias cómo es posible que se mantenga un tratado de extradición con un régimen que ejecuta a sus reos tras juicios sumarísimos y olvidan que todos somos Charlie Hebdo
Como nuestros gobiernos creen que el gobierno ilegítimo y dictatorial de Egipto paró a esos "islamistas malos" llamados los Hermanos Musulmanes fingen no darse cuenta de que cierran medios de comunicación acusados de terrorismo, que secuestran publicaciones y que envían a la cárcel a periodistas y ciudadanos de a pie solamente por opinar en las redes sociales y olvidan que todos somos Charlie Hebdo.
Como el gobierno alemán no es un puñado de fanáticos sangrientos y furiosos le dejamos pasar por encima de la libertad de expresión, como el gobierno Egipto nos hace de atrapa sueños de nuestras más peores pesadillas yihadistas, le dejamos saltarse a la torera la libertad de información; como el que sufrirá e incluso morirá no tiene nuestra sangre ni nuestra religión, nuestra ideología, le abandonamos a su suerte y dejamos que pisoteen sus derechos individuales.
Es fácil reclamar libertad cuando son nuestros enemigos quienes la conculcan, cuando es a nosotros y a lo que queremos escuchar a lo que atacan, cuando vienen a la puerta de nuestra casa a quitárnosla a miedo, sangre y fuego. Tiene su valor, pero si solamente lo hacemos en esas situaciones, lo pierde por completo.
Reclamar la libertad de expresión y de información para otros, aunque piensen de forma diferente y hacerlo contra nuestros propios gobiernos cuando no nos la restringen a nosotros pero colaboran con regímenes y Estados que sí se la restringen o quitan a otros es lo que da valor universal a la defensa de la libertad de expresión e información.
Y no veo miles de personas manifestándose en la calle ni a todos los políticos europeos e israelíes desfilando del brazo para protestar por el flagrante atentado contra la libertad de prensa que supone que Alemania se piense siquiera extraditar a Ahmed Mansur a Egipto acusado ni mas ni menos que de tortura.
Antes de asegurar que somos algo y defendemos algo quizás deberíamos pensar si estamos dispuestos a hacerlo y defenderlo aunque no nos venga bien.
Así que va a ser que no. No todos somos Charlie Hebdo.

jueves, junio 04, 2015

¿Y si Tiananmen no tiene que ver solo con China?

El 4 de junio no es el recuerdo de una trágica historia, no es el recuerdo de un baño de sangre, no es el recuerdo de un poder casi omnímodo y totalitario pasando por encima de las ansías de libertad y capacidad de decisión impresas en nuestro inconsciente colectivo por la muerte de muchos, la desesperación de todos, la sangre de otros tantos que la dieron por todos y la lucha de generaciones enteras.
El 4 de junio de 1989 es el recuerdo de como un pueblo que no tiene noción ni recuerdo de haber vivido alguna vez en libertad, desde la dinastía Ming a los mongoles, desde la china de Han hasta Pu Yi, desde la revolución cultural hasta el capitalismo revolucionario de Hu Jin Tao, hizo lo que tenía que hacer, lo único que un pueblo tiene que hacer por el futuro de aquellos que tienen que llegar: luchar, luchar aunque se pierda, luchar aunque se tenga ninguna esperanza de ganar.
Tiananmen no es el aniversario de que China no puede despertar de su eterna pesadilla de oprobio, humillación y falta de libertad.
Tiananmen, ese 4 de junio en Tiananmen, siempre será el aniversario de que unos señores bajitos, orientales, lejanos y con la piel manchada de escorbuto nos dijeron a nosotros los que creemos nacer con todos los derechos que no tenemos excusa alguna para negarnos a luchar por mantenerlos.
Tiananmen no es el recuerdo de un aplastamiento más de la libertad en la lejana China. Es el recordatorio permanente de que si ellos lo pudieron hacer aunque murieron, nosotros no tenemos derecho a intentar ignorarlo.
Eso es Tiananmen, eso llega de China. Eso es y será el 4 de junio de 1989 en una plaza sangrienta de Pekín.

sábado, abril 18, 2015

Preguntas lógicas para una agente irracional

Deportan a un inmigrante dominicano, le meten en un avión y pretenden esposarle al asiento. Hasta ahí hay cosas cuestionables pero pase.
Luego empieza la ilógica irracional más absoluta.
El deportado se resiste a ser esposado. Sus compañeros le tienen sujeto y una agente empieza a golpearle.
¿Por qué empieza a pegarle?
Los otros policías ni siquiera la incluyen en la acción.
¿Por qué entra a golpearle desde detrás de la espalda de sus compañeros?
Es imposible que la fuerza desarrollada y los lugares donde le propina los golpes consigan silenciar al inmigrante
¿Por qué insiste en seguir golpeándole y busca un hueco entre los otros agentes para descargar sus golpes?
El deportado está inmovilizado por otro policía y diciendo que "lo hará por las buenas". El resto de los policías se relajan.
¿Por qué se acerca a él y vuelve a golpearle?
En realidad, ¿quiere lograr algún objetivo con todos esos golpes o solamente quiere que sus compañeros vean que puede ser más brutal incluso que ellos?, ¿es eso lo que quiere demostrar?
Y sobre todo
Si cree que ha hecho lo que tenía que hacer... ¿por qué ordena que dejen de grabarla?


viernes, febrero 20, 2015

Melilla, bocadillos y la falsa lealtad a la Benemérita

La Guardia Civil reparte bocadillos entre los inmigrantes encaramados en la verja de Melilla.
Y hay gentes que se indignan porque no sale esta acción a toda plana en portada como otros hechos que han protagonizado los miembros de las fuerzas orden en la tenue frontera que separa en las plazas africanas la miseria de la decadencia, es decir, África de Europa.
Pues hacen un flaco favor, según yo lo veo, a la Benemérita, a su país y a sí mismos con esa petición.
A la Guardia Civil no la ayudan porque están considerando algo reseñable, digno de titular, que hagan aquello para lo que supuestamente se les paga que, como dirían los yanquis en ese afán suyo por el lema corto y contundente, protejan y sirvan.
Así que, esas gentes que creen defender el honor del Benemérito Instituto, en realidad les están escupiendo en la cara, les están faltando al respeto. Porque vienen a decir que algo que tendría que ser cotidiano, natural y lógico no lo es y por eso merece ser resaltado en la portada de un periódico, en los hashtag de Twitter o en los sumarios de los informativos televisivos.
Tampoco le hacen un favor porque ellos, que quieren que se valore el trabajo de las fuerzas del orden tendrían que ser los que más protestaran por sus excesos, los primeros que les echaran en cara sus excesos, los que más les recordaran una y otra vez cuando sacan los pies del tiesto.
Tener amigos, conocidos o tradición familiar de pertenencia a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado no supone tener que cerrar filas en torno a sus insignias y santos patrones y defender a ultranza toda actuación de sus miembros. Eso no es lealtad, como mucho es "buenrrollismo". Igual que un padre no quiere más a sus hijos por decirles que todo lo hacen bien o una amiga no es más amiga por aplaudir y apoyar cualquier acto de su amiga. 
La lealtad es otra cosa. 
La lealtad es tener la fuerza y la presencia de ánimo para decirle a quien que se equivoca, es arriesgarte a su enfado e incluso a perderle por decirle que está haciendo algo que no debe hacer, que le perjudica a él y a todos los que le rodean.
Si estas gentes que piden que se resalten los buenos hechos de la Guardia Civil en Melilla fueran los primeros en saltar a la palestra cuando se exceden en sus funciones, caen en la corrupción o sacan los pies del tiesto en actos represivos de fuerza excesiva, yo no diría ni coma. Pero no, cuando eso ocurre, permanecen callados en las conversaciones, miran a otro lado, tiran de patria y de bandera para justificarlo y lo único que consiguen en generar un entorno de protección donde los policías, guardias civiles o miembros de cualquier otro cuerpo que participan en actos reprochables -sean muchos o pocos, que afortunadamente son pocos- se sienten permanentemente justificados por el mero hecho de llevar placa y uniforme.
Si tu entorno, los que te quieren, los que te respetan, te dicen que algo es reprochable, excesivo o ilegal ¿no te resultará más fácil darte cuenta de ello que cuando te lo gritan aquellos a los que tú has convertido en tus enemigos cuando en realidad son parte de aquellos a los que debería proteger y servir aunque no piensen como tú?
Así que no le están haciendo ningún favor a la Guardia Civil en Melilla, a los antidisturbios en Madrid o Barcelona o cualquier otro cuerpo cuando callan y justifican los actos desmedidos y piden a gritos que se resalten sus comportamientos adecuados.
Tal como yo lo veo, eso no es lealtad, es cobardía. Para con su país y para con el cuerpo que quieren o dicen defender. Si tu amigo, tu hermano, tu hijo, tu padre o cualquier persona cercana es policía no tiene que molestarte que se hable mal del cuerpo cuando participa en acciones reprochables, te tiene que parecer mal que participe en acciones reprochables.
Matar a pelotazos a un inmigrante que desembarca, golpear, humillar o maltratar a los ilegales en los centros de internamiento, saltar el ojo a una mujer que baja a por el pan de un pelotazo, golpear a una pareja en un portal durante una manifestación, calentar infiltrados las manifestaciones para justificar las cargas policiales o cualquiera de los incidentes deplorables que han protagonizado miembros de las fuerzas del orden no es lo habitual y no es el trabajo de la Guardia Civil, de la Policía Nacional ni de nadie. No es para lo que les pagan los ciudadanos de su país, no es su función y por eso conviene resaltar e incidir en ellos cuando ocurren.
No es odio ni es manía al las fuerzas del orden, no es radicalismo anarquista en la permanente búsqueda del caos. Es pura lógica y una necesidad social.
Lo otro, que hagan aquello que es su obligación hacer, no, no es reseñable. Que alguien haga su trabajo todos los días es lo que se espera de todo aquel que recibe un sueldo por hacerlo.
Y quien mantenga lo contrario creo que ni sabe de periodismo, ni sabe de lo que es un país y mucho menos lo que es la lealtad.
Y luego, claro, están los que consideran que todos esos hechos reprochables son en realidad la función de las fuerzas del orden. Pero a esos no les digo nada. Habrán dejado de leer este post en la segunda linea.

miércoles, enero 28, 2015

Cuanto menos Grecia somos, más cambio precisamos

La llegada Syriza al gobierno en Grecia por voluntad de los sufragios democráticos y no de los augurios, avisos y amenazas de todos los órganos, organismos y "organúsculos" que quisieron evitarlo para bien de los intereses de un sistema económico que nos está matando en su agonía, la estrategia de políticos y medios de comunicación política ha cambiado.
Ahora se trata de demostrar que España no es Grecia o que Grecia no es España para evitar que los ciudadanos que están hartos de lo que pasa en nuestro país hagan lo mismo que han hecho los griegos: borrar a los partidos tradicionales del mapa político y darle a otros la oportunidad de hacer una política diferente.
Y tienen razón. España no es Grecia.
Para empezar como decía un Tweet ayer: "en Grecia se detuvo a los militares golpistas en 1974, se les juzgo y encarceló, se hizo un referéndum y se echó al rey". Así que es verdad. España no es Grecia.
Pero hay más, muchas más cosas que nos separan de Grecia, que nos evitan la odiosa comparación con el país en el que ha triunfado el intento de cambiar la forma de hacer política.
En Grecia lo habitual es que formen parte de los gobiernos profesores y catedráticos universitarios, en España no pasamos de un par de inspectores de Hacienda -con todo el respeto a la dificultad de esas oposiciones- y encima los medios critican a las formaciones políticas que los integran porque parece que ser un cacique de pueblo, un lameculos de pasillo de sede de partido y un familiar de algún líder renombrado da mas "experiencia de Gobierno" que saber de política, economía o sociología.
En Grecia su primer ministro dimitió para crear un gobierno de unidad nacional cuando la crisis se hizo rampante y el rescate se consumó, aquí lo más cerca que hemos estado de eso ha sido cuando el Presidente del Gobierno y el líder por entonces de la Oposición se sientan en el mismo palco a animar a la selección española de fútbol.
En Grecia, con la plaza sintagma ardiendo día sí y día también de indignación, a nadie se le ha ocurrido criminalizar las protestas, crear una ley que impida o dificulte en extremo manifestarse, prohibir la convocatoria de reuniones por Internet o detener a manifestantes en sus casas, dos días después de la manifestación, desplegando un operativo policial digno de la lucha antiterrorista, en España, los inquilinos de Moncloa es lo primero que han hecho.
En Grecia los partidos tradicionales han cargado -como era de esperar y lógico- contra Syriza. Pero lo han hecho por motivos ideológicos. No han buscado conexiones con grupos violentos, no han intentado vincularlo con oscuros manejos de dictaduras de izquierdas alrededor del mundo ni se han llenado la boca de decir que son terroristas internacionales responsables de todo atentado desde la defenestración de Praga. Aquí tardaron un par de días en acusar a Podemos de estar vinculado a ETA -como no iba a salir el simbionte político favorito del Partido Popular-, de prácticamente aupar a Hugo Chávez al poder y les ha faltado un suspiro para encontrar el parecido entre Pablo Iglesias y el hijo del dictador coreano Kim Jong.
Así que tienen razón, sin que sirva de precedente tienen razón y se la doy. España no tiene nada que ver con Grecia. 
Allí sus gobernantes eran unos inútiles, corruptos, incompetentes e incapaces de hacer el trabajo para el que fueron elegidos y su población está harta de pagar el pato de los desmanes económicos de sus gobernantes y de mantener el nivel de vida de sus magnates enriquecidos con ese sistema.
Aquí también, pero ademas nos enfrentamos a un grupo de déspotas que pretenden mantenerse en el poder a cualquier precio, que no creen en la democracia, que actúan como si fueran los únicos que por derecho divino tienen al gobierno y que están dispuestos a acallar a la población, reprimirla y manipularla con tal de lograr su permanencia en lo más alto de la cadena alimenticia de la política española.
Allí han respetado la democracia, aquí intentan inventar la contra democracia. No nos parecemos. Por eso nos hace mucha más falta el cambio.

viernes, diciembre 12, 2014

Ley de Seguridad: la obligación ciudadana de confiar

Desde hoy -bueno desde que se publique en el BOE-, alterar el orden -uno de esos conceptos que nunca se especifican y siempre se dejan a criterio de los agentes del idem- en una manifestación ante el Congreso o el Senado tendrá el mismo castigo administrativo que solicitar los servicios de una prostituta. Es obvio que aquellos que han redactado la ley no quieren entender que es precisamente ante esos órganos ante los que tiene más sentido manifestarse.
Considerar una manifestación per se -como se ha dicho por el ministro que defendió la ley en el Congreso- un acto que "va contra la voluntad popular expresada en las urnas", es dejarnos hablar cada cuatro años y obligarnos a callar el resto del tiempo, haga ese gobierno lo que haga con el poder que le otorgaron nuestros sufragios.
¿En qué beneficia eso a la ciudadanía?, en nada; ¿en que beneficia a los que ejercen el poder político?, en todo porque les concede una impunidad absoluta y la discrecional de penalizar las protestas simplemente no autorizándolas.
Pero lo que realmente abre las carnes es un artículo en concreto:
Las denuncias, atestados o actas formulados por los agentes de la autoridad en ejercicio de sus funciones que hubiesen presenciado los hechos, previa ratificación en el caso de haber sido negados por los denunciados, constituirán base suficiente para adoptar la resolución que proceda, salvo prueba en contrario y sin perjuicio de que aquellos deban aportar al expediente todos los elementos probatorios disponibles”.
Adiós a la presunción de inocencia, Adiós al Habeas Corpus, Adiós al sentido de la justicia ciega y sin prejuicios, Adiós, en definitiva, al Estado de Derecho.
Da igual que Policía, Guardia, Civil, Mossos d´squadra o Ertzaina fueran ángeles custodios descendidos directamente desde los cielos con la única misión de protegernos: quien acusa a alguien de algo tiene que probarlo. Esto no es Camelot donde la palabra de un caballero de la Tabla Redonda no puede ser cuestionada. 
Esto es un Estado Social y de Derecho del siglo XXI con una Constitución que lo afirma. ¡Que parece que solo tenemos en mente la Carta Magna por encima de todo cuando nos viene bien!
Para aquellos que todavía defienden la bondad de esta ley porque "la calle limpia de radicales, antisistema y perroflautas" una pregunta casi retórica:
¿Que pasaría si mañana gobierna otro partido que vea el mundo de forma radicalmente distinta a la vuestra y por ejemplo os expropiaran vuestros bienes inmuebles, quisieras protestar contra ello y se usara esta ley para criminalizaros y multaros por ello? 
Y para aquellos que por ideología, tradición o cercanía personal piensan que las Fuerzas del Orden deben tener ese poder para garantizar la seguridad otra preguntita:
¿Que pasaría si un policía -solo uno- usara el poder casi omnímodo que le concede esa ley para haceros la vida imposible a base de multas administrativas porque le habéis porque le habéis "robado la novia", porque no os habéis querido acostar con él, porque simplemente le habéis mirado de través?
En cualquiera de los dos casos ¿os sentirías más seguros?, ¿pensarías que es una buena ley?, ¿consideraríais eso Seguridad Ciudadana o abuso de poder e indefensión?
A mi me parece que si una ley deja un resquicio a que esas situaciones queden sin castigo es una mala ley, aunque parezca beneficiarnos de momento.
Quizás sería conveniente que respondierais a esas preguntas, si no por sentido general de la justicia, por propio sentido de seguridad personal.

lunes, junio 30, 2014

Rajoy llena la tumba de Chávez de flores sindicales

No hay nada que provoque más revuelo que la irrupción de algo que no se espera, que se ha desechado de antemano, que no responde a los modos y maneras habituales.
Eso es lo que ha pasado con Podemos, la nueva formación política. Pero no se trata hoy de hablar de ella, de sus errores y sus aciertos. Se trata de hablar de toda la armada de naos y bajeles que se han lanzado a los mares de la comunicación y la política mediática para intentar cañonearles y acertarles por debajo de la línea de flotación.
Concretamente, de la munición que utilizan.
Más allá del sempiterno recurso al terrorismo de ETA como simbionte de todo lo que quieren presentar como malo o perverso cuando en realidad el Partido Popular ha sido el único simbionte electoral de esa formación de locos y asesinos, beneficiándose de su existencia a través de su constante recurso al miedo y al terror, la principal acusación que se escucha en los entornos y voceros lanzados a la palestra es la de populismo, concretamente la de "Chavismo".
Ese ogro político para unos y revolución para otros de nuestro siglo que está instalado en Venezuela es el ejemplo que utilizan desde los ex presidentes hasta los portavoces en el Congreso, desde las ministras hasta los think tank.
Y una mañana te despiertas leyendo que en España, detenidos por los policías, procesados por los fiscales, hay 300 personas cuyas condenas suman 120 años de cárcel. Tres centenares de personas que tienen algo en común, una sola cosa en común en todos los casos; la disensión, la protesta, la acción sindical.
¿Eso no es chavista? 
¿No es Maduro, el sucesor del fallecido líder autoproclamado heredero de Bolivar, el que se dedica a procesar opositores con la excusa de que sus manifestaciones incitan a la violencia, no es el régimen que gobierna Venezuela con cada vez menos justificaciones democráticas el que se dedica a promulgar leyes que convierten un ¡Abajo el gobierno! en una incitación a la violencia, que transforman un ¡Maduro. dimisión! en un delito casi de alta traición?
Y los mismos que llaman chavista a un individuo por llevar coleta se dedican a hacer lo mismo que es régimen. Intentan parar las huelgas pidiendo la condena de cuatro años de cárcel a quien se sube a un autobús -acompañada de un policía, ni más ni menos- para informar a un conductor de su derecho a la huelga; mandan a prisión a gentes que golpean con la mano el coche de un empresario cuando pasa, o que cogen comida de un supermercado para dársela a gente que pasa hambre.
Como Maduro en Venezuela han elegido el camino de la persecución judicial de la disensión, de la acción política, ciudadana y sindical.
Intentan criminalizar las huelgas en la más pura esencia del chavismo más recalcitrante, convertir en un delito de lesa patria la protesta.
Hugo Chávez estará orgulloso sonriendo en su catafalco cuando vea que sus supuestos rivales políticos que parecen solo serlo para criticar a otros, utilizan sus mismos métodos intimidatorios contra la protesta, contra la manifestación. Se amparan en denuncias incomprobables de policías que ni siquiera estaban presentes en el momento de los hechos para justificar lo que solamente es un intento de acallar toda acción sindical. Convertir la protesta en solamente una queja resignada, transformar la presión social en una letanía angustiada de dolores y resignaciones.
El mismo ministerio público, la misma fiscalía que se indigna y quiere dejar de procesar a cualquier precio a una infanta que alega desconocer que su marido estafaba a manos llenas, tramita sin pensánserlo dos veces con petición de máxima condena juicios contra sindicalistas femeninas acusadas de empujar a un trabajador que no quería hacer huelga cuando el trabajador se desgañita diciendo que fue un hombre quien le empujó; buscan y rebuscan motivos tan absurdos como "·arrojar agua a un autobús", parar el tráfico durante cinco minutos o por limitar el "derecho al trabajo".
En la mejor tradición del chavismo más recalcitrante, actúan como los salvadores de la patria contra los que nada puede decirse, convierten en delito opinar contra ellos en las redes sociales, juntarse o convocarse sin su permiso, hacer una huelga.
Cuando Hugo Chávez consideró que hablar en la televisión contra las decisiones de su gobierno era un acto de traición y empezó a cerrarlas, los falsos liberales de Génova, 13 y de Férraz se rasgaron las vestiduras hablando de libertad de expresión, de derecho del pueblo a opinar y ahora el Gobierno de Moncloa tira de la misma forma de hacer las cosas llenando las cárceles de sindicalistas mientras sus fiscales piden penas menores para sus políticos corruptos, para sus familiares que se dan a la fuga y sus ministros indultan sistemáticamente a banqueros que han atentado mucho más contra la propiedad privada y pública que un manifestante que desde un piquete haya tirado un huevo a un coche de policía.
Así que la próxima vez que hablen de chavismo, que se llenen la boca de hablar del perjuicio que esa forma de gobierno puede causar en nuestra sociedad, que se den cuenta que no nos traen a la mente la imagen de un tipo con coleta que habla de círculos, castas y referéndum con razón o sin ella, sino que nos evocan la imagen de una policía que detiene a manifestantes de forma aleatoria, de unos fiscales que acusan de un delito a todo aquel que se opone a su pensamiento, sus medidas y su permanencia sempiterna en el poder.
La próxima vez que hablen de Chávez y chavismo que tengan claro que no nos hacen ver a esa fantasía delirante suya de una izquierda radical temida y temible. Que tengan muy claro que les vemos a ellos.
Y cuanto más sindicalistas persigan más les veremos, más les identificaremos con Maduro y su régimen porque más se parecerán a ellos. 
Y esa realidad no se altera por lo que ellos nos digan. Ya no.

lunes, junio 16, 2014

Protesta, crimen y el proceso judicial como mensaje

Mientras nos hacen mirar a lo esencial, o sea hacia la debacle futbolística patria, la proclamación, coronación o como quiera llamarse, el derrumbe del PSOE o el estéril debate sobre si Podemos o no Podemos, resulta que los inquilinos de Moncloa siguen a lo suyo, siguen con el impulso soterrado y apenas contenidos de revertirnos a la más absoluta de las barbaries gubernamentales.
Siguen con sus leyes y la aplicación de las mismas. Y no es cuestión de referirse a la enésima matización de la Ley de Trasparencia para dejar fuera del cristal de la justicia al rey que ya no es rey o al reblandecimiento de última hora -que era mucho más que previsible- de la Ley del Aborto.
Comienzan a llegar las sentencias y empezamos a descubrir que hemos vuelto a los tiempos de Víctor Hugo, a las sociedades en las que los procesos, las denuncias y las sentencias judiciales no servían para aplicar la ley sino como herramienta represiva de gobiernos que no toleraban la protesta ni por supuesto la disensión.
Se condena a seis meses de cárcel a sindicalistas, a paradas, a trabajadores, por participar en piquetes porque la policía dice que "intentaron intimidar a una persona"; se sentencia a tres años de cárcel a sindicalistas que cortaron una carretera, a manifestantes que hicieron cadenas humanas o resistencia pasiva a la policía o la Guardia Civil.
Se convierte la justicia en un elemento represivo, en una forma de propaganda ejemplificante que manda el mensaje a la población de que toda protesta es delito, de que oponerse al gobierno se paga, de que es mejor aguantar que resistir, conformarse que planta cara.
Se cambia radicalmente el sentido del crimen, de lo que es y no es legal. Se busca imponer una nueva percepción de lo que es delito.
Una vez más nuestros gobiernos se inspiran en nosotros, en nuestras acciones sociales y personales como orgullosos occidentales atlánticos y utiliza la herramienta de defensa que más nos gusta: el silencio.
Como nosotros silenciamos y criticamos las voces de aquellos que nos dicen la verdad, que nos muestran nuestros defectos, nuestras carencias y nuestras mentiras, como condenamos al silencio a todos aquellos que no nos dicen lo que queremos oír en el trabajo o la vida privada, en la familia o en la amistad, nuestro gobierno pretende imponer el silencio a todos los que no piensan como él, los que no se expresan por los cauces que él controla con mayoría absoluta y que no le dicen lo que quieren oír.
Discriminan el crimen y el delito dependiendo del autor.
Algo que ya empezara el gobierno anterior en su malhadada Ley de Violencia de Género, es llevado a su máxima expresión por los actuales hacedores del desconcierto que gobiernan en nuestro país.
Y además lo hacen a nuestro modo, como a nosotros nos gusta.
Lo que otros nos hacen a nosotros está mal, es reprochable, es injusto, pero si lo hacemos nosotros siempre tiene una justificación. Como nosotros, si nos mienten es imperdonable, pero si mentimos es justificable; si nos hacen daño es cruel pero si lo hacemos nosotros no somos responsables; si van a por nosotros es un acoso intolerable pero si enfilamos a alguien en el objetivo de nuestra rabia -sea justificada o no- ellos se lo han buscado.
Es tan nuestro, tan occidentalmente infantil y egoísta, que extraña que no lo hayan hecho antes.
Y no es solo por el enjuiciamiento de centenares de manifestantes y sindicalistas aplicando la Ley Mordaza que el Ministerio de Interior utiliza como arma de silenciación masiva, sino por la mezcla con otra serie de leyes y acciones que transforman los tribunales en una herramienta más de gobierno por el miedo. 
Así, un sindicalista echa agua sobre el coche de un trabajador que quiere trabajar en un día de huelga y va seis meses a la cárcel mientras Esperanza Aguirre huye de la justicia tras arrollar la moto de un policía y tan solo es una falta; una parada participa en un piquete y va a la trena pero un Guardia Civil graba la agresión sexual de su amigote en un tren mientras se parte de risa y es indultado; un manifestante opone resistencia pasiva a un desalojo y acaba de patitas en la cárcel mientras un empresario que amenaza públicamente con el despido si se hace una huelga recibe tan solo una multa simbólica; el hijo de Gallardón se da a la fuga tras un atropello y no pasa nada pero unos sindicalistas cortan el tráfico y son condenados a tres años.
Un tuitero suelta exabruptos sobre la muerte de una diputada del PP y es detenido, cientos de tuiteros escondidos en banderas de España piden la cabeza y el ahorcamiento de todos los rojos de España y siguen a lo suyo; alguien habla más sobre el rey o pide la cabeza de los borbones en una pica y es detenido ipso facto, otros amenazan a partidos enteros con la repetición de matanzas históricas y después de subirlo a las redes siguen ligando tan campantes en Twitter.
Lo que no quiero que me hagan a mi sí consiento a los míos hacerlo a los demás. El Delito de Autor en su más pura, egoísta e injusta expresión.
Y ahí no queda la cosa. 
En el cenit del rocambole, deciden que el crimen, el de verdad, el que mata, extorsiona y aplasta la humanidad de su víctimas, es fuente de riqueza.
Aconsejados por la UE -¡qué ya le vale!- incluyen el PIB los beneficios del narcotráfico, de la prostitución, del contrabando, del crimen organizado en general.
O sea que cuadran las cuentas a costa de la muerte, el dolor y la sangre.
¿Cómo perseguirán entonces ese crimen organizado si cuando lo erradiquen la prima de riesgo se disparará por el descenso del PIB?, ¿que harán cuando la deuda pública vuelva a superar el 100% del PIB?, ¿pedirán a las mafias que delincan más y con más insistencia, que vendan más drogas y más armas en las calles, que exploten a más mujeres y hombres en sórdidos pisos y garitos de autopista, que introduzcan más tabaco o saquen más coches robados de contrabando?
De pronto por arte de la magia de su miedo a no poder revertir la sociedad para volver al modelo en el que ellos siempre perseveran, manifestarse es peor que traficar con droga, un piquete es más delictivo que un burdel poblado de esclavas sexuales, tirarle agua a un coche es un crimen y extorsionar es una actividad que contribuye a la riqueza nacional.
Siempre y cuando no seas de los suyos. Porque si lo eres ni el delito ni el crimen se contemplan como una posibilidad. Y si hay que hacer una ley instrumental solo para protegerte, pues se hace.
Para eso están los gobiernos. Uy, perdón!, quise decir los amigos.

lunes, junio 02, 2014

De un ministro de Ilustración Popular a las ruedas de plasma Génova,13, pasando por El Gato al Agua.


Todos sabemos de qué régimen fue Ministro de Propaganda e Ilustración Popular un tal Joseph Goebbels. Todos sabemos cual era el objetivo de ese régimen y las formas de actuar que utilizaba.
A lo largo de los años ha sido objeto de estudio por politólogos, historiadores y sociólogos y resulta que su forma de hacer política y propaganda tenía unas normas, ¿quien lo iba a decir, verdad?

Principio de simplificación y del enemigo único.
Adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo.
Pablo Iglesias.
Principio del método de contagio.
Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.
(Podemos,la PAH,los antisistema,el 22m,eta......)
Principio de la transposición.
Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan.
(Podemos te quiere quitar las casas. +de 500mil desahucios desde 2008 con Psoe y Pp.+ de 100 desahucios al día desde 2012.)
Principio de la exageración y desfiguración.
Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.
(La inmigración, los escraches,twitter....)
Principio de la vulgarización.
Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar.
(Todo es eta.La PAH,podemos,el sat, los yayo/perroflautas......)
Principio de orquestación.
La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase: "Si una mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en verdad".
(Podemos te quiere quitar la vivienda. Estamos haciendo lo que teníamos que hacer.Todo es falso,salvo alguna cosa.)
Principio de renovación.
Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
(Salen los papeles de Bárcenas, lo preocupante es Gibraltar. Que la protesta social se hace más grande con las marchas por la dignidad, vendemos a 12 policías para que los telediarios abran con violencia).
Principio de la verosimilitud.
Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sonda o de informaciones fragmentarias.
(la comparación de Pablo Iglesias y Stalin. Que dos del PP se maten entre sí,la culpa es de Twitter,la muleta pinzón "del 22 m",el lanzallamas casero "de Sants"...)
Principio de la silenciación.
Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.
(estamos saliendo de la crisis, la luz al final del túnel, estamos creando 7000 puestos de trabajo al día)
Principio de la transfusión.
Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.
(la inmigración,eta....)
Principio de la unanimidad.
Llegar a convencer a mucha gente de que piensa "como todo el mundo", creando una falsa impresión de unanimidad.
(las pensiones no son viables,la sanidad no es viable,hay que rescatar a los bancos.....)

Y los hay que todavía se atreven a llamar nazis a los que se oponen a ellos, a los que no les quieren en el gobierno y a los que utilizan la protesta democrática como herramienta política.
Quizás en 1931 a muchos alemanes les pilló por sorpresa pero ¿de verdad creían que ahora iba a volver a colar?
A lo mejor por eso les resulta tan urgente reformar a la baja el acceso a  la Universidad.





Nota: No he conseguido encontrar al autor original del texto pero le agradezco su esfuerzo.


Lo pensado y lo escrito

Real Time Analytics