lunes, julio 28, 2014

Donetsk, Gaza, MH17: triángulo de nuestro egoísmo

Ya resulta difícil discutir que pasamos nuestras vidas como sociedad y como individuos en islotes quejumbrosos rodeados del océano de nuestro propio egoísmo, el que tenemos, así de natural, como humanos y el que añadimos por la vía de nuestra condición de occidentales atlánticos.
Pero hay hechos, circunstancias comparativas si se quiere, que nos lo demuestran aunque en principio parezca que nada tengan que ver con ello.
Y una de esas casualidades, una de esas coincidencias es la que forman un triángulo de vértices difusos que forman un vuelo derribado, una revuelta secesionista y una operación de castigo que se desarrolla en el otro lado del mundo.
Holanda, Donetsk y Gaza son el nuevo Triángulo de las Bermudas donde es absorbida la realidad por el maelstrom imparable de nuestro egoísmo.
Europa está indignada porque alguien ha hecho descender por la tremenda de los cielos de Ucrania un avión de una línea aérea malaya. Desde los bares a los pasillos, desde los despachos hasta los hemiciclos, se piden responsabilidades, se exigen culpables, se buscan responsabilidades.
Hace unos meses la misma situación, de la misma compañía, de casi idéntico número de pasajeros, era saludada con chistes en las redes sociales, con despegada frialdad en los medios de comunicación y con indiferencia entre los comentaristas de café y barra de bar.
Pero ahora han caído holandeses, no desconocidos habitantes de lejanos países superpoblados, son holandeses, los tenemos aquí al lado y eso es diferente. 
Y es que a lo peor a los ucranianos o a los secesionistas pro rusos les da por hacer bajar otro avión del cielo cuando nosotros volemos hacia Vietnam, China o Camboya en nuestras próximas vacaciones  o en nuestra programada luna de miel veraniega.
Y hasta ahí el egoísmo propio del ser humano. Hasta ahí ese vicio que reproducen nuestros genes de Homo Sapiens de preocuparnos por lo nuestro, de solamente dar importancia a lo cercano.
Ahora llega el otro, el egoísmo occidental atlántico.
Ucrania está en guerra. Pro y contra rusos se están disparando y matándose a tiros cada día. Donetsk está prácticamente bajo asedio, los milicianos de la auto proclamada república se despiden de sus familias y las envían al campo ante la batalla que se avecina y nosotros, nuestras instituciones europeas, nuestras autoridades comunes, tienen la desfachatez de exigirles que paren su guerra, no porque se están matando sino porque nosotros queremos saber qué ha pasado con un avión cargado de holandeses que pasada por allí.
De repente nos vemos con que la guerra ucrania es importante porque unos cuantos centenares de cadáveres holandeses -y perdón por la frialdad del sintagma, pero está colocado adrede- yacen en un tren y sus familiares tienen derecho a saber, nuestros camaradas occidentales atlánticos tienen prioridad sobre cualquier otro horror, tragedia o drama que se esté produciendo a diario en las llanuras ucranias abocadas a la guerra.
Los medios de comunicación hablan del horror que es para los familiares no saber nada de sus muertos, de la incertidumbre; los organismos europeos exigen una tregua para que se pueda investigar, para que los expertos determinen qué es lo que ocurrió, para que nosotros tengamos claro que es lo que pasó.
Y un Occidente Atlántico que ha jugado a no decir nada sobre una guerra que se gestó y se desarrolla ante sus ojos, se atreve ahora a cambiar la mano y exigir una parada técnica para que se pueda aclarar lo sucedido.
Mientras los ucranios se matan no importa, nuestro gas es más importante, nuestra reserva energética es más relevante, ¡que siga la guerra mientras nosotros miramos a otro lado!
Pero cuando caen occidentales atlánticos la guerra debe parar, debe detenerse. Luego que sigan con lo suyo pero nosotros queremos saber quién es el culpable. 
Hasta hay medios de comunicación que exigen la intervención en Ucrania no para que la guerra se detenga sino para que "este tipo de ataques no vuelvan a producirse". Para que no nos salpique, por resumir.
Pues bien ha sido la guerra. Da igual que hayan sido los pro rusos o los ucranios, da igual si ha sido un misil tierra aire lanzado desde un camión o un misil interceptor lanzado desde un MiG 29 en pleno vuelo. Ha sido la guerra a la que nosotros no hicimos caso porque no tenía nada que ver con nosotros, porque eran rusos pegándose con rusos, porque nuestro gas llega desde Argelia y no desde el Cáucaso.
Nuestra indiferencia ha derribado ese avión, ha matado a esos holandeses y nos ha hecho estallar la guerra de Ucrania en las narices por más que nos rasguemos las vestiduras y nos mesemos los cabellos para negarlo.
Y ahora no tenemos derecho a exigir que pare para sentirnos tranquilos. No, si no lo hemos hecho antes para intentar conseguir que los ucranios vivan tranquilos.
Y habrá quien dirá que la diferencia es que esos holandeses eran inocentes, no tenían porque morir por una guerra que no tenía nada que ver con ellos -con su gas y el nuestro sí, pero no con ellos directamente- y aquí es donde se dibuja la otra linea que cierra el Triángulo de las Bermudas de nuestro egocentrismo completa su vértice en Gaza.
La UE, la OSCE y no se sabe cuantas organizaciones más acuden a verificar lo ocurrido, a comprobar cual ha sido el motivo de la muerte de inocentes mientras miles mueren en Gaza sin que nadie destaque un solo experto para verificar nada, para comprobar nada, para hacer un informe de nada, para intervenir en nada.
Donetsk, Moscú y Kiev deben detener su guerra tripartita porque nosotros tenemos derecho a saber el cómo, el cuándo y el porqué de nuestros muertos, pero los locos de Hamás y los cada vez más enloquecidos gobernantes del Likud israelí pueden proseguir la suya porque ninguno de los inocentes de unos y otros que mueren en ella son de los nuestros.
O sea que la guerra no debe detenerse si los que caen son los niños de Donetsk o de Gaza, si los que están en riesgo son los no combatientes de Ucrania, de Tel Aviv o de Rafah. La guerra debe detenerse si nuestros turistas corren peligro de ser bajados del cielo a golpe de misil.
Todo sabemos la respuesta pero conviene de vez en cuando volver a hacer la pregunta en modo retórico para que lo recordemos
¿Cómo hemos llegado a esto?

domingo, julio 27, 2014

Los dos discursos que se niegan a hacer sobre Gaza.

Muchos son los discursos, declaraciones, comunicados y alegatos que los dos perpetradores de la tragedia palestina, el gobierno israelí y Hamás, están intercambiando en estos días. Todos para justificarse, todos para acusarse mutuamente.
Si esto llega al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, si hablara un representante de Israel, si se le permitiera hablar ante él a un representante de Hamás, ambos tendrían que hacer un discurso.
Bien, yo les propongo estos:

Señores y señoras del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, Israel no mata niños.
Ninguno de sus gobiernos, partidos, ideologías, concepciones religiosas o estrategias militares consiente, justifica o propicia la matanza de niños, 
Israel no mata niños.
Aunque nuestros enemigos nos los pongan delante de las armas, aunque nos los manden con piedras y con hondas a enfrentar nuestros tanques, aunque aquellos que nos odian los adiestren para odiarnos y atacarnos,
Israel no mata niños.
Aunque tengamos que arriesgar a nuestros soldados, adiestrados para ello, para sacar de sus guaridas uno por uno a los locos furiosos de la sangre y la Yihad,
Israel no mata niños.
Pese a que eso nos obligue a forzar la eficacia de nuestros helicópteros de combate en misiones nocturnas para hacer volar las escuelas en las que esconden sus armas nuestros enemigos mientras los niños duermen en sus casas,
Israel no mata niños.
Aunque los nuestros mueran a manos de ataques ciegos de misiles lanzados por terroristas que no son como nosotros, no piensan como nosotros y solo tienen la sangre y el poder en su pensamiento,
Israel no mata niños.
Aunque los más locos y sangrientos de los nuestros clamen por el ojo por ojo, por la venganza ciega y cruel por la muerte de nuestros inocentes.
Israel no mata niños.
Aunque tengamos que sellar los silos y los túneles con la ardiente lava del Gehenna de los infiernos en lugar de bombardearlos desde el aire,
Israel no mata niños.
Aunque tengamos que cazar uno por uno a todos los que han hecho de su dios la excusa para la muerte, el odio y la locura y nos lleve mil años,
Israel no mata niños.
Aunque tengamos que sentarnos a hablar, renunciar a nuestras pretensiones de una nación que albergue solamente a judíos en una tierra que nunca fue tan solo nuestra o dejar de llamar a los nuestros a que ocupen una tierra que no les pertenece, Israel no mata niños.
Incluso aunque perdamos esta guerra, Israel no mata niños.
Señores y Señoras del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Israel, desde hoy, no mata niños.


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Señores y señoras del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, Hamás no mata niños.
Ninguno de sus líderes, corrientes, facciones, concepciones religiosas o religiosas o estrategias militares consiente, justifica o propicia la matanza de niños,
Hamás no mata niños.
Aunque nos venga bien colocarlos de escudos para que no nos ataquen, entrenarlos en el odio suicida o enviarlos armados con cócteles molotov contra los tanques o aunque sus padres no los envían a hacer pintadas en nuestras mezquitas e insultar a nuestro profeta,
Hamás no mata niños.
Aunque tengamos que enviar a nuestros combatientes a golpear al enemigo en sus cuarteles en lugar de enviar misiles ciegos e indiscriminados que ni siquiera sabemos en qué lugar caerán,
Hamás no mata niños.
Pese a que eso nos obligue a forzar la eficacia de nuestros comandos y a arriesgarlos en combates contra tropas adiestradas mientras nuestros niños y los suyos están a salvo en sus casas,
Hamás no mata niños.
Aunque los más locos y sangrientos de los nuestros los recluten para ganarse el paraíso con su muerte o clamen por la devolución de la sangre de nuestros inocentes,
Hamás no mata niños.
Aunque tengamos que horadar en el mismo basalto del infierno las cuevas para proteger nuestros arsenales y nuestras armas en lugar de esconderlos en escuelas y hospitales buscando que nuestros niños nos sirvan de inocente parapeto, Hamás no mata niños.
Aunque tengamos que cazar uno por uno a todos los que han hecho de su dios y su tierra prometida la excusa para la muerte, el odio y la locura y nos lleve mil años, Hamás no mata niños
Aunque tengamos que sentarnos a hablar, renunciar a nuestras pretensiones de que el pueblo judío no tenga una nación o dejar de llamar a fanáticos de otros lugares a nuestra guerra santa, Hamás no mata niños.
Incluso aunque perdamos esta guerra, Hamás no mata niños.
Señores y Señoras del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Hamás, desde hoy, no mata niños.

Mientras Netanyahu, Ron Dremer o David Hatchwell no den este discurso no me creeré ninguno de los argumentos de Israel. 
Mientras Ahmed, Yassin, Khaled Meshal o Isra Almodallal no den ese discurso no tendré en cuenta ninguno de los argumentos de Hamás.
Todos sabemos quien podría hacerlo y quien no lo lo hará nunca. Entonces todos sabremos quien es demócrata y quien es un terrorista.
Hasta entonces los dos son lo mismo. 
Sin matices. Sin justificaciones. Sin diferencias.

El comienzo de la muerte de los niños palestinos

Ya toca hablar de Palestina.
Después de que una operación militar supuestamente diseñada contra un grupo terrorista haya conseguido matar a un millar de no terroristas y a apenas un puñado de locos furiosos yihadistas, toca hablar de Palestina.
Pero lo que ocurre hoy en Palestina puede parecer una operación militar contra uno de los más peligrosos grupos terroristas del mundo, los asesinos fanáticos de Hamás, puede parecer una guerra entre dos pueblos que se disputan una tierra en conflicto o puede intentar venderse como un acto de legitima defensa, pero es solamente una cosa: un acto más de terrorismo, perpetrado por los mismos que llevaron el terrorismo a esa zona del mundo.
Buscar las raíces de este conflicto es como intentar separar las arras de una boda: cada novio quiere quedarse con las que le conviene. 
Los gobiernos israelíes insisten en que todo era una maravilla, básicamente el paraíso terrenal, hasta el surgimiento de la OLP en mayo de 1964 y el surgimiento del panarabismo que llevó a las distintas guerras con los países árabes. Ellos son los atacados, ellos responden, ellos tienen legitimidad para todas sus acciones. Punto final.
Los locos furiosos de Hamás ponen el comienzo del conflicto en la declaración unilateral del Estado de Israel en 1949. Antes todo era también el paraíso con huríes y todo. Los defensores del Estado de Israel les quitaron sus tierras y sus casas, ellos quieren recuperarlas, ellos tienen legitimidad para todas sus acciones. Punto final.
¿Cual de los dos tiene razón?, ¿cual de los dos puntos de vista es el correcto? 
Como suele ocurrir en casos de enfrentamientos entre fanáticos ideológicos, ninguno. Si se les fuerza un poco, si sus dioses o sus mitos les permiten pensar durante un instante más de lo que acostumbran, tanto los unos como los otros son capaces de retrotraerse a tiempos más remotos.
Los palestinos y sobre todo los yihadistas de Hamás empezarán a hablarnos de cosas de las que aquí en este Occidente Atlántico nuestro tan propenso a eliminar lo sustancial de las cosas para sustituirlo por lo anecdótico, apenas hemos oído hablar. Nos mentarán nombres Irgún, Palmaj y Yishuv.
¿Qué son esos nombres de los que nunca hemos oído hablar y que apenas somos capaces de pronunciar?
Pues los gobiernos israelíes y los ideólogos de los mismos que no tienen pudor en hacer saltar por los aires los cráneos de los niños porque están delante de una caja de AK-47 nos dirán que son grupos de autodefensa del pueblo judío en Palestina y los milicianos terroristas de Hamás que ponen a sus niños de escudo para proteger las herramientas de su poder, el miedo y las armas, nos dirán que eran organizaciones paramilitares terroristas que sembraron el miedo entre la población árabe allá por los años treinta del siglo pasado.
Sí, ya nos hemos remontado a los años 30 del siglo XX.
El Irgún, el Pajmal y el Yishuv practicaban todo tipo de lindezas como recorrer el territorio de Palestina colgando a los hombres árabes de las aldeas, fusilando a familias enteras, matar a 100 mujeres y niños en Deir Yassin porque que se negaban a abandonar sus casas para que allí fueran construidos Kibutz y asentamientos judíos, o pegar fuego en la noche a mezquitas, con sus imanes,  muftis y medio centenar de fieles dentro, en las proximidades de Haifa.
Jabotinsky
Creador del Hashomer y Haganá
Pero claro, los defensores del derecho a la autodefensa de los ideólogos de Sión dirán que, aunque cometieran algunos excesos, respondían a la violencia árabe previa. Porque el Irgún se fundó en 1931 y el Palmaj en 1933, después de que en 1929 se produjera La Sublevación del Muro de las Lamentaciones en la que 3.000 judíos y 2.000 musulmanes se enfrentaron por el acceso a ese lugar litúrgico en concreto y sobre todo de las matanzas de Hebrón, en la que murieron 67 judíos, y Safed en la que fueron asesinados 20 mujeres y niños judíos.
Y aquí lo que para unos en una matanza para otros es un exceso y lo que para unos es un pogromo para otros es un estallido de furia.
Y parece que no podemos ir más atrás. Parece que no podemos remontarnos más en la lejanía. Pero podemos hacerlo.
Porque los abogados de la actual política de Israel que incluye operaciones militares como la que se está llevando a cabo nos dirán que todo parte de la matanza de Jerusalem de 1920, en la que los más fanáticos de los musulmanes, es decir los antecedentes de Hamás, se lanzaron a la caza de la población judía con la aquiescencia al parecer de las tropas del Mandato Británico para Palestina originando 12 muertos.
Y aquí parece empezar todo. Pero no.
Porque si nos paramos ahí la pausa nos impide hablar de otra de esas cosas que no conocemos, de las que nunca se habla, a las que nadie se remonta jamás: La Haganá.
Mufti de Jerusalem,
 instigador de la matanza de 1920
Los hay que dirán que la Haganá, en hebreo La Defensa, se crea como organización paramilitar armada -lo que ahora se conoce como organización terrorista- con motivo de la Masacre, pero lo cierto es que se crea, o para ser más exactos, se refunda dos meses antes.
Porque ese grupo armado parte de los creados por su fundador, un judío ruso de apellido Jabotinsky muy anarquista él, para enfrentarse a la situación de represión de los judíos en el imperio zarista y que desembocó en la creación del Hashomer, El Guardián en hebreo, establecido en 1909 para proteger los asentamientos judíos, y el del  Bar-Giora, fundado poco antes, en 1907, y que estaba formado por unos pocos judíos inmigrantes con el mismo fin que el Hashomer.
Y ya estamos a principios del siglo XX.
Porque es ahí cuando parece empezar el problema. Es ahí de donde se antoja que parte todo. Es ahí donde comienzan a chocar dos visiones fanáticas y proféticas de la realidad.
¿Por qué hacían falta en 1907 y 1909 unas organizaciones terroristas y violentas que dijeran defender a la población judía en Palestina?, ¿por qué los hebreos no habían necesitado hasta la fecha esa protección?
La respuesta es muy sencilla. Porque los hebreos de Palestina habían estado siempre allí, pero los judíos a los que defendían esos grupos terroristas no.
El Hahomer y el Bar-Girona no defendían a la población hebrea de Palestina, defendían a los procedentes de las Aliyot, otro de esos nombres que se nos atragantan al pronunciarlo.
¿Que eran las aliyot? Muy sencillo. Eran olas migratorias de poblaciones judías de religión, no hebreos palestinos, nacidos en Palestina, que emigraban -no retornaban- a Palestina por motivos económicos. La primera llegó alrededor de 1840 -ya estamos en mediados del siglo XIX- y se integró más o menos sin problemas. Pero siguieron llegando y como no había tierras y espacio para todos recurrieron a prácticas como sobornar a los administradores británicos para que les expropiaran tierras a los palestinos y se las vendieran a ellos, a forzar subastas de tierras por deudas para poder quedarse con ellas utilizando organizaciones de recaudación por toda Europa para lograr financiación.  En 1909 llega la oleada migratoria más numerosa y agresiva desde Rusia con Jabotinsky entre ellos.
Y eso origina el enfrentamiento con la población palestina. No es una cuestión de religión o de antisemitismo. Es una cuestión de latrocinio y estafa. Pagan justos, los hebreos judíos que siempre han estado en Palestina, por los que llegan robando y utilizando el Hashomer y Bar-Giora a modo de banda de extorsión mafiosa que amenaza para que se vendan tierras a la población palestina no judía.
Y el propio Jabotinsky lo reconoce.
"Los de la letanía de la paz de entre los nuestros intentan persuadirnos de que los árabes o son tontos, a quienes podemos engañar enmascarando nuestros auténticos designios, o son corruptos y pueden ser sobornados para que nos cedan su reclamación de prioridad en Palestina, a cambio de ventajas económicas y culturales. Yo repudio tal concepción de los árabes de Palestina. Culturalmente están quinientos años detrás de nosotros, no tienen ni nuestra resistencia ni nuestra determinación; pero son tan buenos psicólogos como nosotros, y sus mentes se han agudizado como las nuestras tras cientos de años de logomaquia finamente hilada. Podemos contarles lo que queramos sobre la inocencia de nuestros objetivos, aguándolos y endulzándolos con palabras melosas para hacerlos más digeribles, pero ellos saben lo que queremos, como nosotros sabemos lo que ellos no quieren. Ellos sienten el mismo instintivo amor celoso hacia Palestina, al menos, como los antiguos aztecas lo sentían hacia el antiguo México y los Sioux hacia sus extensas Llanuras".
O sea que, además de todo, ya había judíos y hebreos que no eran ideológicamente afines a los defensores de Sión. Desde el principio.
Y, aparte del deje de superioridad racial y cultural muy cercanas a otro tipo de ideologías que destilan las palabras del interfecto, queda claro que el objetivo no es la convivencia, no es el retorno. Es conseguir arrebatar la tierra a los árabes -que, por cierto no lo son. Son palestinos, nunca tuvieron un pie puesto en Arabia- porque han considerado que esa es la forma de salir de su situación de miseria en el Este de Europa.
Y hemos llegado al principio.
Un pueblo vive injustamente en la miseria y decide salir de ella. Causa Justa. Decide buscar nuevas tierras y horizontes para lograrlo. Causa Justa. Se vuelve a su ideología y su religión ancestral y descubre que ya hizo lo mismo en el pasado y arrebató la tierra de otros con el supuesto beneplácito de su dios. Hecho justificable históricamente. Decide repetir el proceso. Error ideológico y estratégico. Estafa, amenaza, roba y crea organizaciones armadas ilegales para lograrlo. Recurso al terrorismo y al crimen organizado. Recibe la resistencia de aquellos a los que se enfrenta. Conflicto armado. Unos locos fanáticos furiosos de sus dios toman ese conflicto y lo asumen como un enfrentamiento en aras de su religión y sus ansias de imponer su visión del mundo. Perpetuación del conflicto armado.Y aquí empieza todo y termina todo. 
Podríamos retrotraernos al siglo I y preguntarnos por qué los hebreos abandonan masivamente Palestina en su mítica Diáspora pero ni el General Tito, luego emperador, ni ningún tetrarca de Galilea de la familia de Herodes Antipas está vivo para explicarnos los motivos y en cualquier caso no serían más relevantes que los que tuvieron los visigodos para invadir la Península Ibérica o que los sajones para emigrar violentamente a las Islas Británicas. Ya no son un argumento.
Y por si alguien no se ha dado cuenta. Todo esto es muy anterior al pogromo nazi, no es necesario para explicarlo, no está relacionado con él en nada y no es relevante en ninguna de las decisiones tomadas al respecto de esta ideología. No tiene nada que ver con ésta historia. De repente aquello tremolado como causa o desencadenante se transforma tan solo en una excusa. 

sábado, julio 26, 2014

Sanidad o el Consejo de Francotiradores Asesinos

Nos están matando. Suena dramático dicho así si anestesia ni nada, pero nos están matando. Los enfermos de cáncer tienen que pagar por la quimioterapia, por el transporte a las sesiones de radioterapia y no se sabe por cuantas cosas más mientras sus ingresos, como los de todos los demás, no hacen otra cosa que descender.
 Les están matando.
Los recortes sanitarios cierran alas completas de hospitales en un intento baldío de que los pacientes se vean obligados a acudir a la sanidad de gestión privada, cierran camas en verano, se deja un fin de semana tras otro que se saturen las urgencias hospitalarias desde Toledo hasta Alzira, desde Bilbao hasta Sevilla, forzando esperas de cuatro horas en plena crisis médica, vueltas a casa sin poder haber sido tratado. Obligando a los profesionales sanitarios, agotados y superados, a ejercer prácticamente de enterradores más que de sanadores en sus salas de urgencias.
Nos están matando.
Nos jubilan médicos por la fuerza y técnicos sanitarios sin cubrir las plazas, sin convocar oposiciones, mientras las listas de espera suben y suben; nos cierran servicios de urgencia rurales, nos bajan a tierra helicópteros de traslado sanitario poniendo en riesgo flagrante de muerte a heridos graves y pacientes pendientes de trasplantes.
Nos están matando.
Obligan a nuestros médicos a emigrar por miles cada año porque no tienen salida profesional en una sanidad que se reduce cada día, que ha hecho del negocio su principal baluarte de defensa, que no construye nuevos hospitales, que no dota adecuadamente a los existentes de personal y medios.
No están matando.
Reforman los estudios médicos para crear un galimatías ininteligible en las especialidades que ningún profesional ni estudiante comprende, reduciendo el tiempo de especialización, quitándoles posibilidades de ahondar en sus estudios, destinando dos años a unas enseñanzas generales que drenan tiempo a los conocimientos específicos de cada especialidad solamente por ahorrarse dinero, profesores, catedráticos y prácticas y haciendo que salgan peor preparados que hasta ahora.
Nos están matando.
Retrasan o eliminan las ayudas a los dependientes, a los que necesitan el apoyo de otros para vivir, obligando a sacrificar su vida a los que cuidan y arriesgando innecesariamente las existencias de los dependientes que han de ver llegar la muerte en sus casas sin apoyo de nada ni de nadie.
Nos están matando.
Eliminan dotaciones presupuestarias, precarizan los servicios de limpieza hospitalaria hasta que las ratas se adueñan de los quirófanos de La Linea, las chinches los de Alzira o el madrileño hospital del Niño Jesús, las cucarachas el de Zamora y así en una suerte inacabable de invasores que colocan la salud ya frágil de los pacientes hospitalarios en un riesgo contante de infección.
Nos están matando.
Así que no, no es dramático. No están matando. Es más bien trágico.
Y no se conforman con hacerlo poco a poco de hambre y de miseria con las reformas laborales que nos transforman en siervos mal pagados; no se limitan a dejarnos morir en una ancianidad sin recursos porque nuestro gobierno mete una y otra vez la mano en la caja de las pensiones para compensar los dineros que dilapida a manos llenas en que otras cosas menos importantes para todos; no se contentan con matarnos la mente y las expectativas destruyendo nuestra posibilidad de estar informados y convenientemente educados recortando la enseñanza pública y convirtiendo los medios de comunicación en herramientas propagandísticas de las que estarían lo mismo de orgullosos Goebbels y la Agitpro.
Ya tienen hasta prisa por matarnos y atacan donde más daño hacen sus disparos y sus balas. Atacan nuestra Sanidad por los flancos a discreción.
Sus reformas laborales, educativas y políticas les convierten en un virus endémico que mata poco a poco, que desangra lentamente, pero su ataque a la Sanidad hace de nuestro gobierno un asesino sistemático de masas.
Convierte a nuestro Consejo de Ministros en una unidad de francotiradores que, apostados y escondidos en la altura de sus atalayas, disparan a todo el que se mueve. 
Si tienes cáncer, muere; si precisas atención médica de urgencias, muere; si eres paciente crónico, anciano, dependiente o simplemente tienes la mala suerte de caer enfermo y no poder seguir produciendo beneficios para nuestros amigos y socios, muere.
Muere para que nos cuadren las cuentas. Muere porque si no nosotros te matamos.

domingo, julio 20, 2014

Aguirre lanza boomerangs que regresan de pronto

Que Esperanza Aguirre se ha convertido en la añoranza de la canción de Ricky Martin, esa de "ya no sé lo que pensar si tu recuerdo me hace bien o me hace mal", es algo que ya casi no admite discusión. Sobre todo después de ver su intervención en La Sexta.
En ese debate con el omnipresente hoy por hoy Pablo Iglesias, la presidenta del Partido Popular madrileño ha dejado claro que lo suyo al abandonar la Presidencia de la Comunidad de Madríd fue una huida de bandolero con el botín del latrocinio y no una retirada de la política. Algo que ya barruntábamos pero ahora sabemos con certeza.
Pero lo mejor de esa intervención es que Tita Espe ha recurrido a su faceta más original: la de inventora. Ella, que ha inventado el título de "lideresa", la identidad femenina de Saramago y otra seríe de hechos de ficción, ahora ha inventado una nueva forma de debate político que se podría definir como La Suicida Estrategia del Boomerang.
Porque Esperanza Aguirre se sujeta a demasiados clavos ardiendo que le queman los dedos cada vez que intenta sujetarlos para arrojarlos contra Podemos y su lider. Intenta clavarlos en la credibilidad de una formación política que aún tiene que organizar y definir muchas cosas -al menos de forma pública- en su ideario.
Y la ancestral líder del PP olvida algo que convierte su estrategia dialéctica en el ya citado boomerang que vuelve para estrellarse contra su rostro: Podemos nunca ha gobernado y ella y el Partido Popular sí.
Debe ser la costumbre del bipartidismo de cesantías y alternancia en el que lleva medrando tanto tiempo lo que le hace caer en ese error pero va uno detrás de otro.
Empieza con lo suyo, lo que más le gusta: Exige a Pablo Iglesias que diga que ETA son Asesinos y después de algunos pases de pecho y finas verónicas el líder de Podemos afirma "Podemos condena toda actividad de ETA". Ahí debería acabar esa parte del debate.
Pero no, a Espe no le vale. Tienen que ser sus palabras exactas. 
Olvida ue el gobierno del que ella formaba parte intentó firmar una tregua y acercó presos etarras -aunque haya tardado casi una década en reconocerlo-, olvida que el Presidente del Gobierno del que ella formó parte se fue a Londrés a hablar en la BBC sobre el "Frente de Liberación de Euskadi". Podemos condena a ETA y ella no puede decir que no lo hace porque hay que creer en su palabra, ya que sus acciones degobierno aún no pueden desmentirle.
Y así con todo.
Ella dice que condena las dictaduras y el cabeza visible de Podemos le dice que también. Ella no puede decir que su adversario miente porque este aún no ha gobernado, no ha tenido ocasión de contradecir sus palabras con sus actos. 
Pero esa condena le vuelve en modo boomerang cuando alguien le lista una serie de acciones: sus viajes oficiales a China, sus contratos de colaboración con el Partido Comunista Chino, las ventas de armas al Gobierno Venezolano -que ahora parece el único régimen de tintes totalitarios del mundo-, sus acuerdos con el presidente colombiano Uribe cuando estaba siendo investigado por el Tribunal Penal Internacional.
Ella no cree que Podemos esté en contra de las dictaduras y, como buena cristiana, solo tiene su fe para guiarla porque Podemos aún o ha gobernado. Pero el resto del mundo, aquellos que hemos padecido y vivido su política y la de toda la corte genovesa que ahora habita en Moncloa, no necesitamos de la fe. Nosotros sabemos. 
Porque el PP ya ha gorbernado y ha hecho todas esas cosas. Ya ha definido con sus actos que le importan un carajo los derechos humanos y hace negocio con todas las dictaduras del mundo -salvo la de Castro- cuando le viene bien.
Y así sigue.
Hay que condenar a Maduro y el chavismo y el líder de Podemos no lo hace explicitamente. Pero ella no condena ni explicita ni explicitamente a las monarquías absolutas de Marruecos, Kuwait, Arabia Saudí, o Barehim con las que el Gobierno de su partido comercia, se fotografía y estrecha manos abiertamente; Podemos debe condenar a Fidel Castro y su sistemática violación de los derechos humanos, pero ella ignora que su partido no ha condenado la represión del régimen Sirio, el progromo palestino, las actividades paramilitares sufragadas por Uribe, las vejaciones de los estadounidenses en Abu Ghraib o Guantánamo y otra serie de violaciones sistemáticas de los mismos derechos de países a los que su gobierno considera perfectos socios comerciales e incluso aliados.
Le echa en cara a Pablo Iglesias que quiere nacionalizar los medios decomunicación cuando ella ya conviertió Telemadrid en una herramienta de Agitpro, cuando su partido ya transformó Canal 9 en un instrumento de propaganda política en Valencia y el Gobierno Nacional del PP está haciendo lo propio en Televisión Española.
Cada cosa de la que acusa al lider de Poemos de tener la intención de hacer le vuelve a las manos por el filo cortante del boomerang transformada en algo que ella ya ha hecho.
Acusa de recibir dinero de Maduro y los gobiernos del PP lo han recibido a espuertas a través de la venta de armas, le acusa de recibir dinero de la televisión pública iraní y el Gobierno del Partido Popular es el gobierno europeo que más negocios hace con el régimen de los Ayatolahs, le acusa de tener la intención de usar el dinero que recibe del Parlamento Europeo en financiar su programa y su partido cuando ella gobernaba Madrid ha permitido la fimra de más de un centenar de contratos de la trama Gürtel para financiar su campaña.
Y claro, quien ve los 33:05 segundos de debate solo puede hacerse una pregunta
¿Cómo puede Tita Espe intentar descreditar a Podemos por tener la intención según ella de hacer lo mismo que ella y todo su partido ya han demostrado que hacen cuando están en el gobierno?
Para rematar la faena, la anciana liberal recalcitrante que no lo es tanto desciende por fin al plano del debate político. Cuando le vuelven todos los boomerangs que lanza contra las intenciones de Iglesias en forma de actos flagrantes propios, tira de lo único que cree que la va a diferenciar: la eocnomía. 
Y hay que reconocer que ese es el punto débil de Podemos. Hay que reconocer que ese es el punto débil de cualquier partido político.
La señora condesa habla de la economía comunista, de las nacionalizaciones, de estalizaciones, de control público. Y dice que esa política trae miseria, pobreza y que está probado.
Y el último boomerang que arroja con la intención de cercenar la garganta de Podemos en pleno vuelo, le regresa ahora convertido en un arma de destrucción masiva de su propia ideología y de todos sus actos de gobierno.
Porque si la historia ha probado que ese sistema económico conduce a la pobreza, también la realidad presente prueba que el sistema liberal capitalista hace lo mismo.
Porque los seis millones de parados, la deuda del 98% del PIB, los 100.000 millones del rescate, el millón de familias bajo el umbral de la pobreza, los 600.000 hogares deshuciados, el tercio de niños que viven en riesgo de miseria, los 200.000 millones de fraude fiscal robados y escondidos en paraísos fiscales, la quiebra de los gobiernos autonómicos, la desindustrialización galopante, el quiebra de cien Pymes al día, la pérdida de poder adquisitivo, la precarización del mercado laboral, la exclusión social de la pobreza, el agujero negro de las entidades financieras y sus activos tóxicos... 
¡No son el resultado de una economía comunista estatalista, lo son de una economía del ibre mercado capitalista!
La miseria actual es producto del sistema que está probando que no sirve, que es exactamente igual de inutil que fueron los planes quinquenales de Stalin o la economía leninista programada.
Al final del debate le estalla en la cara la bomba de neutrones de que nuestra misería es complemente liberal capitlista y no tiene nada que ver con el comunismo cubano ni el estatalismo chavista, aunque estos sistemas también la originen
Así que, para terminar el debate al modo que lo empieza la señora Aguirre, repita conmigo Tita Espe palabra por palabra: "El liberal capitalismo genera más miseria que riqueza y está demostrado que está muerto y ha de yacer en su catafalco".
Y repita conmigo señor Iglesias: "Ningun sistema económico actual es plausible ni aplicable para bien de la población, hay que intentar inventar algo diferente". Seguro que podemos hacerlo.
Al segundo aún se le puede dar el beneficio de la duda, a la primera solo se le puede aplicar la condena de las pruebas irrefutables de sus actos.

jueves, julio 17, 2014

Tita Espe , la nueva musa del retuit contra Podemos

Existen gentes a quienes su soberbia no les deja contemplar su ridículo, les imposibilita observarse con los ojos de los demás y comprender que sobrepasan una y otra vez la línea de la vergüenza ajena.
Y sin duda el epítome de ese tipo de personaje es Esperanza Aguirre.
Disfrazada ahora de septuagenaria nada voluptuosa inocente y perseguida por las fuerzas del orden en búsqueda de relevancia, la presidenta del Partido Popular madrileño tira cual quinceañera de herramienta de nuestros tiempos, o sea de Twitter, y dispara a indiscreción. Contra Podemos, claro. Ahora el enemigo es Podemos.
"Puede ser muy cansado y aburrido tener que discutir argumentos tan simples y mentirosos como los de Podemos, pero hay que hacerlo", dice Tita Esperanza en su Twitter y resulta cuando menos sorprendente.
Puede que sea que ahora le sobra tiempo, puede que sea que el alejamiento del poder la hace aburrirse, puede que sea que la ex ministra de Cultura que descubrió la condición transexual de "Sara Mago" se encuentre cómoda encorsetada en los 140 caracteres de Twitter. 
Pero no deja de sorprender que ahora la "lideresa" descubre el gusto por la discusión argumentativa.
Ella, que se ha negado a discutir una década de política que ha llevado a Madrid a ser la Comunidad Autónoma más endeudada, que tiró de mayoría absoluta para evitar discutir sobre los manejos de la trama Gürtel en su Gobierno, ahora quiere discutir y argumentar.
Tita Espe quiere ahora hacer con Podemos lo que llevamos todos los madrileños intentando hacer con ella desde el albor de los tiempos de su Gobierno. Nosotros también nos cansamos de rebatir argumentos mentirosos en su privatización sanitaria hasta que los jueces nos dieron la razón; de contradecir sus modos de gestionar Bankia hasta que esta se convirtió en un agujero negro tapado con el dinero de todos, de intentar desmontar su destrucción de la Educación Pública que ahora ha dejado a miles de niños sin comedor, sin plaza en Educación Infantil y sin beca. 
Nosotros también nos aburrimos de intentar discutir sus simplezas neocon que han destruido la economía madrileña hasta crear un agujero financiero inasumible y un cementerio de pequeñas empresas.
Pero cuando ella estaba en el poder no le gustaba discutir, entonces no. Ahora, que esa discusión solamente le sirve para lograr retuits automáticos y favoritos en Twitter de mentes incapaces de pensar por su cuenta si recupera el gusto por la argumentación discusiva.
Pero lo más ridículo, lo más patético, es lo que aporta a esa discusión. Los argumentos con los rebate la "simpleza y mentira" de Podemos.
No hay ni una crítica al proyecto económico de la formación -bastante confuso a estas alturas, por cierto-, no hay ni una sola explicación de los motivos que le hacen oponerse a su propuesta política, social o legislativa.
Aporta tres argumentos sólidos e indiscutibles:
Podemos es ETA.- 
Ese gran clásico que utiliza el ala dura del PP cada vez que quiere deslegitimar a alguien. Ese razonamiento que lo único que demuestra es que el único simbionte político que ha tenido el PP para cosechar votos a lo largo de casi toda la democracia ha sido la banda de locos armados y que ahora se sienten desnudos sin ellos. Que se ha convertido en el único deudo de su muerte.
Y el argumento es tan sólido que cuando la denuncia por ello se apoya en frases como "ahora tendrán que demostrar si apoyan a ETA o no", ignorando el hecho de que la carga de prueba recae sobre ella, no sobre Podemos. Que será ella la que tendrá que demostrar la supuesta vinculación de Podemos y no la formación de Pablo Iglesias la ausencia de la misma. 
Y el otro sustento del primer argumento para rebatir a Podemos es todavía mejor "debería donar el dinero recaudado para sufragar su demanda a las Victimas del Terrorismo para demostrar que no está con ETA".
¿De verdad ese es un argumento?, ¿de verdad eso es rebatir lo que defiende la nueva formación? ¿de verdad ignora que nadie está obligado a demostrar que no está con ETA, sino que quien acusa está obligado a probarlo?
Los políticos no somos una casta.-
No defiende su política o su ideología, defiende su imagen, solamente su imagen. Esta es la segunda gran aportación al debate político discusivo contra Podemos. Y esta además la ejemplifica.
Como no es una casta pretende que tiene derecho a aparcar donde le da la gana, a huir de la policía y exigir que le lleven la multa a su casa, que tiene derecho a ampararse en su escolta para que la policía no haga su trabajo, a ignorar que la justicia la implica en la trama Gürtel, a dejar colocados a un buen puñado de familiares antes de abandonar su cargo, a hacer pasar el AVE por los terrenos de su familia para firmarles expropiaciones millonarias a terrenos que eran puro desierto.
Sus acciones la definen pero ella no es una casta.
Podemos son como los nazis.-
Ese es el más grande porque a la vez son nazis porque usan técnicas de propaganda de Goebbels, ella que ha convertido Telemadrid en una herramienta de Agitpro, ella que defiende el uso de la policía como la tristemente mítica Gestapo para controlar la ideología y la disensión , ella que está en la Ejecutiva de un partido que aplica uno por uno todos los principios informativos definidos por el Ministro de Propaganda nazi.
Y sobre todo ella, que tira de todos los que han sido su voceros, desde Hermann Terstch hasta Sánchez Dragó, para acusar a Podemos de todo lo contrario, de bolcheviques y estalinistas, mientras recomiendan -también en Twitter, por supuesto- la lectura de la biografía del más grande colaborador francés del III Reich, Pierre Laval o aseguran saber que Podemos tiene previsto matarles en cuanto lleguen al poder.
Si eso es lo que ella considera el esfuerzo discusivo de rebatir "argumentos tan simples y mentirosos como los de Podemos" es una auténtica suerte que lo haga en Twitter y solo disponga de 140 caracteres para intentarlo.
Podrá tener retuits, pero nunca tendrá razón.

domingo, julio 13, 2014

Jomian y el post de los malnacidos

Decía Jim Garrison, el fiscal del único juicio promovido por el asesinato de John Fitzgerald Kennedy que...
No. Hoy no. 
Hoy estas endemoniadas lineas destilan demasiada rabia como para tirar de erudición histórica. Hoy dos personas a las que aprecio -y que deben ser de las pocas que leen este espacio- me han pedido concisión y mi rabia, mi furia, me insta a concederles tal requerimiento. Las audiencias mandan.
Así que tiremos de lenguaje legal y directo.
Jomian Leonel, niño con parálisis cerebral de 13 años, ha muerto en Toledo. Ha muerto esperando que le llegaran unas ayudas que el gobierno de María Dolores de Cospedal le había negado. Una ayuda que ascendía a 347 euros y para la que se pedía que se presentaran facturas de todos los gastos por adelantado a la concesión de la ayuda.
Estos son los hechos del caso y son irrefutables.
Alguien inocente y dependiente ha muerto y hay culpables. No hace falta juez, jurado ni tribunal de apelación para saberlo. Quizás hiciera falta un verdugo para castigarles, pero todo lo demás sobra.
Porque hay muchos culpables.
La malnacida que dirige el gobierno de Castilla - La Mancha y que utiliza el dinero de los dependientes para cubrir sus agujeros financieros.
La malnacida que dirige el Ministerio de Sanidad y de Asuntos Sociales y que permite estas situaciones.
El malnacido que gobierna en Moncloa y que impone esa política en toda su administración.
Los malnacidos que se sientan con sus sueldos millonarios en los escaños del Congreso y mantienen esa política con su mayoría absoluta jaleando y susurrando "que se jodan" a cada recorte.
Esos son culpables y son unos cabrones. No tienen otro nombre.
Pero hay más.
Los malnacidos que quisieron hacer de la dependencia un negocio y la dejan en la estacada cuando no llegan las concesiones nepotistas y los beneficios.
Los malnacidos empresarios que han logrado una reforma laboral que hace que la familia de Jomian no tenga recursos para afrontar el pago adelantado de esos servicios.
Los malnacidos que gestionan fundaciones supuestamente sociales para eludir impuestos y no usan ni un céntimo para ayudar a niños como Jomian.
Los malnacidos que hicieron sus negocios bancarios a lo loco y han convencido al Gobierno de que ellos necesitan más el dinero para cubrir sus deudas que los españoles para afrontar situaciones como la de la familia Leonel.
Los malnacidos que robaron miles de millones en impuestos a la Hacienda de todos e hicieron imposible cubrir económicamente esos servicios.
Esos también son culpables y también son una pandilla de cabrones.
Pero hay más.
Los que votaron al PP sin preocuparse de que en su programa pretendían cargarse la Ley de Dependencia.
Los malnacidos que lo sabían y no les importó porque ellos no tenían familiares dependientes, tenían dinero suficiente para atenderlos o le podían endosar esa carga a otro miembro de la familia.
Los malnacidos que lo ignoraron porque les importaba más que sus hijos recibieran clases de religión gratuitas o que las mujeres no abortasen que la supervivencia de la infancia.
Los malnacidos que usaron sus medios de comunicación para dinamitar el concepto de dependencia y hacer así un favor electoral a sus dueños y señores.
Los malnacidos que votaron creyendo que hay mas dignidad para un país en el ondear de las banderas que en que sus niños con parálisis cerebral no mueran sin los cuidados necesarios.
Esos también son culpables o, por asignar el delito adecuado, son colaboradores necesarios de un crimen cometido por una caterva de cabrones.
Pero hay más.
Los malnacidos que no apoyaron las protestas ni movilizaciones contra la destrucción de la atención a la dependencia porque con ellos no iba.
Los malnacidos que creyeron que toda protesta era una herramienta ideológica de sus rivales por el poder y las despreciaron.
Los malnacidos que pedían dinero para sus escuelas confesionales, sus ritos y sus mitos, detrayéndolo de quien verdaderamente lo necesitaba.
Los malnacidos que centraron el foco de su protesta en asuntos ideológicos que bien podían demorarse en lugar de en las necesidades más urgentes y acuciantes.
Esos son cómplices de la muerte de Jomian Leonel a manos de un hatajo de cabrones.
Y faltan los últimos
Los malnacidos que desde sus medios y sus altavoces mediáticos restarán importancia al asunto para justificar a los artífices de la muerte.
Los malnacidos que buscarán acallar la protesta cuando la rabia y la ira lleguen a la calla o las redes sociales.
Los malnacidos que propondrán cortinas de humo y tejerán muros de niebla para intentar ocultar a los responsables.
Los malnacidos que intentarán echarle la culpa a otros, a sus contrarios o a sus rivales para obtener beneficio político de ello.
Los malnacidos que se encojan de hombros y busquen en el periódico el resultado del último partido del mundial.
Los malnacidos que piensen que ellos tienen suerte porque con su dinero a ellos nunca les puede pasar eso.
Esos serán cómplices posteriores al hecho de un asesinato cometido por la asociación criminal de un amplio numero de cabrones.
Y si vuelven a darles el poder... entonces serán tan cabrones como ellos.
No sé si he sido conciso y me he explicado con la suficiente claridad.

viernes, julio 11, 2014

Soraya se quema a lo bonzo para que arda Podemos

"No enciendas tanto la hoguera contra tu enemigo que alcance a quemarte".
Sir William Shakespeare dijo en esto en una ocasión. Y aunque no es precisamente lo más habitual en estas endemoniadas lineas comenzar con una cita, hoy es lo más apropiado puesto que ni más ni menos que la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha traído a colación al bardo de la Pérfida Albión en el nuevo asedio que ha iniciado dentro de su cada vez más perdida guerra política.
Por supuesto el objetivo es Podemos -¿qué otro enemigo tienen ahora gobernantes y oposición institucional?- y la frase shakespieriana utilizada por la vicepresidenta es "las palabras no pagan las deudas".
Y como siempre parece tener razón en la cita, pero también como siempre la cita se queda a medias, la defensa siciliana de su gobierno detiene la realidad justo en el punto en el que conviene.
Porque el dramaturgo de Avon pone la frase en boca de Falstaff, uno de sus personajes más representativos de la incoherencia humana en toda la prolija obra de Sir William. Alguien que ha dila pilado todo su fortuna en chanzas y espectáculos y que e ve abocado a la miseria en la ancianidad.
Así que la frase de Santamaría, utilizada para acusar de charlatanes de feria a los portavoces de Podemos, rescatada para arrojar el marchamo de populista a su ideario, se vuelve contra ella como un látigo que, mal utilizado, tras golpear en la espalda del esclavo marca el rostro del que le ha azotado.
Porque en esa tesitura hay que preguntar ¿qué deudas?, ¿quién ha originado esas deudas?, ¿quién está pagando esas deudas?, ¿por qué se están pagando esas deudas?
Y cada respuesta es una bofetada en el rostro de Soraya. Es posible que las palabras de Podemos no paguen las deudas pero es que no tienen que hacerlo.
Porque este gobierno ha decidido que se paguen las deudas privadas con dinero público, que se sufraguen los excesos financieros de unos pocos con el dinero de todos, que aquellos que han acumulado esas deudas permanezcan impunes a su propia responsabilidad y a la justicia de todos.
En materia de deudas el Gobierno que actualmente reside en La Moncloa bien haría en asumir la frase de Sir William y no haber prometido en las elecciones que iba a solucionar esa deuda, esa inmensa factura de la especulación financiara, ese insondable agujero negro de la deuda financiera, sin tocar las pensiones, los impuestos, los salarios, los servicios públicos esenciales
Si hay unas palabras que no pagan las deudas han sido y siguen siendo las del Partido Popular y el gobierno al que sustenta con su mayoría parlamentaria. Son sus "brotes verdes", su "herencia encontrada", su "crecimiento sin creación de empleo", su "austeridad necesaria" y todo el maquillaje verbal que pretenden aplicar al derrumbe económico y social que vive nuestro país y al futuro de miseria que han diseñado para España.
Claro que las palabras no pagan las deudas. Las estamos pagando nosotros. Las deudas de los socios y compañeros de viaje de Génova, 13 las estamos pagando nosotros.
Y Soraya Sáenz de Santamaría ignora esa realidad o pretende ignorarla y destruye su discurso contra Podemos -que ciertamente tiene que darle más que una vuelta reflexiva a sus propuestas de política económica, no nos engañemos- cada vez que añade una crítica.
Les acusa de "decir lo que la gente quiere escuchar", ignorando dos caminos de argumentación que terminan haciendo salpicar sus críticas contra sí misma. 
Primero el de las preguntas continuadas ¿por qué la gente quiere escuchar lo que dice Podemos? Porque está harta de sus políticos.
¿Por qué está harta de sus políticos? Porque no hacen nada para solucionar una situación que nos está arrojando a la miseria ¿por qué no hacen nada? Porque están más preocupados de salvar sus intereses personales y los de aquellos que les sustentan en el poder ¿Porque están tan preocupados por eso? Porque están involucrados de forma masiva y casi institucional en casos de nepotismo, corrupción, prebendas, enriquecimiento personal y financiaciones oscuras.
Así que si se lleva la queja de la vicepresidenta a la cascada de preguntas y respuestas que la preceden solamente se puede llegar a la conclusión de que es posible que Podemos diga lo que la gente quiere oír pero la culpa de que la gente quiera oírlo es de los políticos y las organizaciones políticas que han hecho de su capa un sayo desde que se reinició la democracia en nuestro país.
Y el segundo bofetón que Soraya se da a sí misma con esa acusación de populismo en el discurso y las propuestas de Podemos está en un hecho pasado pero reciente. La última campaña electoral.
¿No logró la mayoría absoluta el PP diciendo lo que la gente quería oír?, ¿no lo hizo prometiendo no recortar en Sanidad ni en Educación, no recortar las pensiones ni el poder adquisitivo de los españoles, no aumentar los impuestos? ¿no le votaron porque sus líderes recorrieron España de mitín en mitín y los medios de entrevista en debate gritando a los cuatro vientos lo que la gente quería oír?
Así que, si Podemos es populista por decir lo que la gente quiere oír, la nueva formación política lo será porque El Partido Popular y el resto de las formaciones les han dado la excusa perfecta y porque lo han aprendido a ser de ellos.
No se puede defender que cuando uno regala los oídos del electorado con promesas que luego no cumple para lograr sufragios no se es populista y cuando lo hace el rival político sí lo es
¡Oh Soraya, impenitente admiradora de Sir William y sus frases, "no enciendas tanto la hoguera contra tu enemigo que alcance a quemarte".
Aunque me temo que la advertencia llega tarde. La vicepresidenta del Gobierno ya se ha quemado a lo bonzo con sus críticas.

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