Existen gentes a quienes su soberbia no les deja contemplar su ridículo, les imposibilita observarse con los ojos de los demás y comprender que sobrepasan una y otra vez la línea de la vergüenza ajena.
Y sin duda el epítome de ese tipo de personaje es Esperanza Aguirre.
Disfrazada ahora de septuagenaria nada voluptuosa inocente y perseguida por las fuerzas del orden en búsqueda de relevancia, la presidenta del Partido Popular madrileño tira cual quinceañera de herramienta de nuestros tiempos, o sea de Twitter, y dispara a indiscreción. Contra Podemos, claro. Ahora el enemigo es Podemos.
"Puede ser muy cansado y aburrido tener que discutir argumentos tan simples y mentirosos como los de Podemos, pero hay que hacerlo", dice Tita Esperanza en su Twitter y resulta cuando menos sorprendente.
Puede que sea que ahora le sobra tiempo, puede que sea que el alejamiento del poder la hace aburrirse, puede que sea que la ex ministra de Cultura que descubrió la condición transexual de "Sara Mago" se encuentre cómoda encorsetada en los 140 caracteres de Twitter.
Pero no deja de sorprender que ahora la "lideresa" descubre el gusto por la discusión argumentativa.
Ella, que se ha negado a discutir una década de política que ha llevado a Madrid a ser la Comunidad Autónoma más endeudada, que tiró de mayoría absoluta para evitar discutir sobre los manejos de la trama Gürtel en su Gobierno, ahora quiere discutir y argumentar.
Tita Espe quiere ahora hacer con Podemos lo que llevamos todos los madrileños intentando hacer con ella desde el albor de los tiempos de su Gobierno. Nosotros también nos cansamos de rebatir argumentos mentirosos en su privatización sanitaria hasta que los jueces nos dieron la razón; de contradecir sus modos de gestionar Bankia hasta que esta se convirtió en un agujero negro tapado con el dinero de todos, de intentar desmontar su destrucción de la Educación Pública que ahora ha dejado a miles de niños sin comedor, sin plaza en Educación Infantil y sin beca.
Nosotros también nos aburrimos de intentar discutir sus simplezas neocon que han destruido la economía madrileña hasta crear un agujero financiero inasumible y un cementerio de pequeñas empresas.
Pero cuando ella estaba en el poder no le gustaba discutir, entonces no. Ahora, que esa discusión solamente le sirve para lograr retuits automáticos y favoritos en Twitter de mentes incapaces de pensar por su cuenta si recupera el gusto por la argumentación discusiva.
Pero lo más ridículo, lo más patético, es lo que aporta a esa discusión. Los argumentos con los rebate la "simpleza y mentira" de Podemos.
No hay ni una crítica al proyecto económico de la formación -bastante confuso a estas alturas, por cierto-, no hay ni una sola explicación de los motivos que le hacen oponerse a su propuesta política, social o legislativa.
Aporta tres argumentos sólidos e indiscutibles:
Podemos es ETA.-
Ese gran clásico que utiliza el ala dura del PP cada vez que quiere deslegitimar a alguien. Ese razonamiento que lo único que demuestra es que el único simbionte político que ha tenido el PP para cosechar votos a lo largo de casi toda la democracia ha sido la banda de locos armados y que ahora se sienten desnudos sin ellos. Que se ha convertido en el único deudo de su muerte.
Y el argumento es tan sólido que cuando la denuncia por ello se apoya en frases como "ahora tendrán que demostrar si apoyan a ETA o no", ignorando el hecho de que la carga de prueba recae sobre ella, no sobre Podemos. Que será ella la que tendrá que demostrar la supuesta vinculación de Podemos y no la formación de Pablo Iglesias la ausencia de la misma.
Y el otro sustento del primer argumento para rebatir a Podemos es todavía mejor "debería donar el dinero recaudado para sufragar su demanda a las Victimas del Terrorismo para demostrar que no está con ETA".
¿De verdad ese es un argumento?, ¿de verdad eso es rebatir lo que defiende la nueva formación? ¿de verdad ignora que nadie está obligado a demostrar que no está con ETA, sino que quien acusa está obligado a probarlo?
Los políticos no somos una casta.-
No defiende su política o su ideología, defiende su imagen, solamente su imagen. Esta es la segunda gran aportación al debate político discusivo contra Podemos. Y esta además la ejemplifica.
Como no es una casta pretende que tiene derecho a aparcar donde le da la gana, a huir de la policía y exigir que le lleven la multa a su casa, que tiene derecho a ampararse en su escolta para que la policía no haga su trabajo, a ignorar que la justicia la implica en la trama Gürtel, a dejar colocados a un buen puñado de familiares antes de abandonar su cargo, a hacer pasar el AVE por los terrenos de su familia para firmarles expropiaciones millonarias a terrenos que eran puro desierto.
Sus acciones la definen pero ella no es una casta.
Podemos son como los nazis.-
Ese es el más grande porque a la vez son nazis porque usan técnicas de propaganda de Goebbels, ella que ha convertido Telemadrid en una herramienta de Agitpro, ella que defiende el uso de la policía como la tristemente mítica Gestapo para controlar la ideología y la disensión , ella que está en la Ejecutiva de un partido que aplica uno por uno todos los principios informativos definidos por el Ministro de Propaganda nazi.
Y sobre todo ella, que tira de todos los que han sido su voceros, desde Hermann Terstch hasta Sánchez Dragó, para acusar a Podemos de todo lo contrario, de bolcheviques y estalinistas, mientras recomiendan -también en Twitter, por supuesto- la lectura de la biografía del más grande colaborador francés del III Reich, Pierre Laval o aseguran saber que Podemos tiene previsto matarles en cuanto lleguen al poder.
Si eso es lo que ella considera el esfuerzo discusivo de rebatir "argumentos tan simples y mentirosos como los de Podemos" es una auténtica suerte que lo haga en Twitter y solo disponga de 140 caracteres para intentarlo.
Podrá tener retuits, pero nunca tendrá razón.
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