domingo, mayo 07, 2017

La visceral incoherencia sobre el útero gestante

Para empezar dos matices. 
Que digo yo que no es precisamente la fecha más acorde para esto el Día de La Madre (aunque quizás algún marketiniano piense lo contrario) y que yo tampoco tengo muy clara la bondad o la maldad de esto que se ha dado en llamar gestación subrogada.
Pero más allá de ese debate, acertado y aceptable, la campaña realizada ayer y hoy en las redes sociales por ese feminismo patrio, que no es el de todos, que no es el único feminismo, pero es el que más se ve y se hace oír, me llama la atención por sus lemas y sus motivos y sobre todo porque cada uno de ellos encierra un síntoma de unos esquemas de pensamiento que van desde la incoherencia al egoísmo social, pasando por la absoluta ignorancia y la incapacidad de proyectar sus argumentos más allá de sus necesidades ideológicas.
Empieza diciendo que la gestación subrogada "no es una técnica". Y mantienen que no lo es porque los seres humanos -no se si todos o solamente las mujeres- "no somos máquinas".
¿En serio? 
La cirugía láser es una técnica, la fecundación in vitro es una técnica, el balón gástrico, el trasplante de órganos... todas ellas son técnicas y todas ellas se llevan a cabo en el cuerpo humano ¿Tan inculto es el feminismo radical que equipara técnica a máquina cuando no tiene ningún sentido hacerlo?, ¿o simplemente intenta manipular a aquellas a las que se dirige utilizando adrede un "falso amigo", una asociación inconsciente de ideas, para justificar su posición?
Cualquiera de los dos casos es grave, pero si es el segundo es simplemente una muestra del perfil ideológico de aquellas que exponen el mensaje. Cualquiera que recurre al engaño y la manipulación para defender algo se define a sí mismo.
Luego dicen que atenta contra sus derechos y libertades.
Eso estaría bien si se tratase de un plan orweliano por el que fuera obligatorio convertirse en vientre de alquiler. Pero si la elección es libre ¿Qué libertad se ve afectada?, ¿Qué derecho se ve conculcado?
Ese que tanto utilizan de elegir sobre su propio cuerpo -que desde luego existe, aunque no es el único del mundo, como en ocasiones parece- no se ve afectado. Una mujer decide que quiere ser vientre de alquiler y ha decidido sobre su propio cuerpo. No hay derecho ni libertad en riesgo. Más diría yo que se pone en riesgo si quiere hacerlo y no se le deja.
De nuevo se dice defender la libertad exigiendo que se prohíba hacer a las mujeres aquello que al feminismo radical español no le gusta que hagan. 
No es la primera vez ni será la última. Sin ir más lejos esta semana se ha exigido que se prohíba que haya azafatas en el Gran Premio de Jerez porque ellas consideran "indigno" ese papel. No porque las Padock Girls lo pidan, solo porque su ideología cada vez más radicalizada e intolerante con las mujeres que no piensan como ellas, no puede tolerar que haya mujeres que decidan hacer un trabajo basado en su físico y su imagen. Más de lo mismo.
Pero, por supuesto, ellas defienden que esa libertad no existe porque las mujeres deciden y cito "alienadas por el hombre social y el patriarcado hetero normativo".
Ellas son las únicas que han escapado de esa alienación, el resto de las mujeres son pobres incultas, que bordean la estupidez y que deben ser conducidas por ellas hacia la verdadera expresión de su naturaleza femenina. 
Vamos, más o menos como en el siglo XIX. Toda mujer es tonta y siempre hay alguien que debe guiarla hacia lo que debe hacer.
Por no decir que resulta curioso que sea el "patriarcado heteronormativo" el que abra la puerta de una gestación subrogada que beneficia principalmente a mujeres y parejas homosexuales masculinas. Sería la primera vez en la historia.
Porque si nos ponemos en modo patriarcal del siglo XIX -que no digo yo que sea justo ni saludable-, si un hombre quiere tener hijos y su mujer no puede, se divorcia y se busca otra. La maternidad subrogada está ideada para los problemas de infertilidad femenina -más de imposibilidad de gestación que de infertilidad, diría yo- y de aquellos que no pueden gestar sus hijos bajo ningún concepto biológico: es decir, los padres gays.
Pero claro, pensar tus argumentos hasta sus últimas consecuencias no es algo que vaya con los fanatismos. Sean religiosos o ideológicos.
El siguiente argumento es quizás el único consistente. Aunque expresado de una forma grandilocuente, eso de la explotación reproductiva introduce el factor de la pobreza, de la necesidad económica a la hora de tomar la decisión, de que el "dinero no lo puede comprar todo". Y eso sí conviene tenerlo en cuenta.
Pero curiosamente es el uso de ese argumento en concreto lo que las vuelve incoherentes. Porque ese mismo feminismo es el que aboga porque las parejas de dos mujeres puedan acceder a la fecundación in vitro -y además de forma gratuita para ellas-.
Puede que la polarización de su pensamiento haya hecho que olviden el dato fundamental de que para esa fecundación se precisa semen, que ese semen sale de los bancos de esperma y que los bancos de esperma pagan por las donaciones.
Si de verdad estuvieran en contra de la explotación reproductiva ¿no se opondrían también a esos pagos?, ¿no estarían en contra de un sistema que se aprovecha de las necesidades económicas de los hombres para recolectar semen para otras personas?, ¿el dinero no puede alquilar úteros pero si puede comprar semen y óvulos?
Y por ir más lejos ¿no pone eso en riesgo sus libertades y sus derechos?, ¿no les convierte en máquinas al tratarse también de una "técnica"?
No resulta lógico oponerse a una situación sin oponerse a las otras. Pero, claro, no lo hacen.
La cuestión es simplemente que,como eso les viene bien y les afecta a los hombres ni se lo plantean, ni hacen una reflexión al respecto. Las parejas de mujeres tienen todo el derecho a aprovecharse de esa explotación reproductiva de los hombres, pero las parejas de hombres y heterosexuales no lo tienen porque en ese caso la explotación reproductiva es de mujeres. 
Lo que es bueno y exigible si beneficia a su visión concreta de la mujer, es perverso y hay que prohibirlo si beneficia a los hombres o a visiones distintas a la suya de la mujer. La misma historia incoherente de siempre.
Y para rematar la faena de intransigencia e incoherencia se descuelgan con algo que te deja helado.
"Ser padre o madre no es un derecho"
Pero no serlo sí. Ellas que defienden el derecho "a la libre elección de la maternidad" para justificar el aborto -como si en España no hubiera métodos anticonceptivos, píldora del día después, ni sistema de adopciones- ahora dicen que no. 
¿Cómo se puede defender un derecho en su versión negativa (el derecho a NO ser madre) y no defenderlo en su versión positiva (El derecho a SÍ ser madre).
Si algo se trata como un derecho, su límite está simplemente en los derechos de los demás -algo que me temo que intencionadamente se olvida demasiado a menudo-. Si mi derecho a ser padre o madre no entra en conflicto con la libertad de otra persona de si quiere prestar su útero a esa consecución, entonces no hay problema.
Y la última es muy grande: 
"Porque es incompatible con la igualdad"
¿Qué están diciendo? ¿qué es malo porque los hombres no subrogan sus úteros? Claro, porque no los tienen.
Supongo que entonces también es incompatible con la igualdad que los hombres vendan su semen y las mujeres no, pasando por encima del hecho incuestionable de que las mujeres no producen semen.
No me siento del todo cómodo con la idea de la maternidad subrogada y he de reconocer que no encuentro muchos argumentos para ello, salvo el económico que también aplico a las donaciones. Así que, desde mi punto de vista, si se acepta lo segundo habrá que aceptar lo primero con todas las garantías posibles.
Pero con lo que desde luego no puedo estar de acuerdo y espero que creen en la justicia y la libertad tampoco lo estén es con quienes hablan de igualdad y de defensa de las libertades de la mujer y lo único que intentan es imponer su visceralidad y sus apriorismos ideológicos a fuerza de prohibición.

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