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sábado, noviembre 03, 2018

Cuando Torrá se olvida de que la democracia se basa en Montesquieu

No sé en cuantas ocasiones el españolismo radical -que es practicamente todo- ha tirado de lo de antidemocrátas para atacar a los independentistas catalanes. Que si eran antidemocrátas por convocar un referendum solo porque tenían posibilidades de ganarlo, que si eran antidemocrátas porque si lo ganaban proclarian la independencia sin pensar en el 49% que no la quería (como si eso no fuera la esencia de la democracia); que si eran antidocrátas por ir contra la Constittución Española (como si toda independencia de todo país no hubiera estado en contra de las normas del país del que se independizaba)... 
En ninguno de los casos una mínima reflexión sobre política e historia permitía mantener el argumento. Pero todo lo que no ha conseguido el furibundo españolismo de bandera hasta en la sopa está a punto de conseguirlo el President Torrá con sus exabruptos extemporáneos y su nueva reclamación sobre los Presupuestos Generales del Estado, vinculando el apoyo a los mismos a las acusaciones contra Junqueras por parte de la Fiscalía del Estado.
¿En serio está poniendo en la balanza los Presupuestos y la acusación de Rebeldía contra Junqueras y demás?, ¿en qué estado democrático una decisión judicial está al mismo nivel que una acción de gobierno?
Mezclar ambos términos es decir que el Gobierno debe influir en la judicatura del Tribunal Supremo para que cambie su instrucción del caso y en el Fiscal General del Estado para que modifique sus acusaciones. Es pasarse la división de poderes, que es el meollo central del gobierno democrático, por el arco de Bará.
Es pura y sencillamente una solicitud antidemocrática.
Si la acusación de rebeldía es falsa que lo demuestren en los tribunales, si los presupuestos no les gustan pporque no le dan suficiente dinero a Catalunya o por cualquier otro motivo que no los aprueben. Pero meter las dos situaciones en el mismo saco no es otra cosa que hacer una declaración de intenciones sobre como Torrá y quienes le jalean entienden el Estado. Ya sea el catalán o el español.
Un Estado en el que el poder político manipula el judicial, un Estado en el que las acusaciones se ponen y se quitan en virtud de acuerdos porlíticos que nada tienen que ver con la culpabilidad o inocencia de los reos. Un Estado en el que el ejercicio del poder es un totum revolutum en el que todo vale y todo está en manos de los mismos.
El Gobierno de Moncloa puede cambiar las acusaciones de la Abogacía del Estado porque esa institución está legalmente bajo su mando y es Moncloa quién decide lo que hace y deja de hacer. Pero ni la Fiscalía General del Estado ni el Tribunal Supremo lo están, así que pedirle que las presione o las modifique para dar el apoyo a los Presupuestos es una petición marcadamente antidemocrática.
Y no vale decir que el anterior gobierno del PP sí lo ha hecho. No vale decir que ellos sí manejaban a jueces y fiscales y que por tanto el actual gobierno puede hacer lo mismo para deshacer el desaguisado que los antiguos inquilinos genoveses de Moncloa han liado.
¡Pues claro que puede hacerlo, pero no debe!
Esa es la diferencia entre ser democráta y no serlo. Que no renuncias a la democracia por muy bien que te venga hacerlo en algunas ocasiones.
En España o en Catalunya. Da igual.

martes, noviembre 21, 2017

Ese simple y necesario ejercicio de verdadera democracia y auténtico feminismo

Hay pocas intervenciones, discursos, palabras, que permiten saber a ciencia cierta lo que se es y lo que no se es. Y esta intervención de Irene Montero en el Congreso de los Diputados es una de esas raras perlas.
Porque lo que se es o se deja de ser no se demuestra con lemas, con hastaghs, tremolando pancartas, carteles o banderas, no se demuestra repitiendo consignas como mantras ni dándele me gusta a un post en las redes sociales. Se demuestra con lo que das, con lo que haces.
No es de ahora, es de hace dos meses, pero quizas ahora esté mas vigente que nunca. Por de loque se habla y de lo que se deja de hablar.
Demostró lo que es el PP. No porque lo que dice o apoya, ni siquiera por lo que condena, deja de condenar o condena con la boca pequeña, como los deseos de muerte  e implantanción de un régimen nazi en Madrid de algunos policías municipales.
Mostró que el Partido Popular y su gobierno es totalitarista sencillamente por lo que hace y desctivo por fin ese recurso clásico del votante del PP que mantiene que se acusa a los populares de fascistas solamente porque son conservadores y capitalistas, o sea, lo que aquí se llama de derechas.
Pero no. Irene Montero realizó uno de los mejores exponentes parlamentarios de la ciencia de los porqués, ese arte, tan olvidado en nuestros entre lemas coreados y banderas, que consiste en explicar el motivo de nuestras afirmaciones.
Porque un gobierno que permite y alienta desde un ministerio que funcionarios públicos de la Seguridad del Estado investiguen, creen pruebas falsas e intoxiquen para conseguir sus objetivos politicos es totalitario, es fascista. Como lo fue la Oficina de Información de Goebbles con el Manifiesto de los Sabios de Sión y lo fue el KGB con la Agitpro en todas sus versiones.
Porque un Gobierno que se niega a negociar un asunto político -la situación de Catalunya en España- en aras de la ley se convierte en fascista cuando sí se sienta a negociar con otros, ignorando la ley porque sí les conviene: con los defraudadores porque son aliados suyos y les conviene -también es ilegal defraudar a Hacienda-; con las farmaceúticas para sacar de la cobertura de la Seguridad Social 1.000 medicamentos porque conviene a sus intereses.
Porque utilizar la ley, retorcerla o cambiarla en tu propio beneficio y en el de aquellos que apoyan tu permanencia en el poder es totalitario, es fascista. Como lo hiciera Hitler con la Ley que admidstiaba los delitos de arios cometidos contra judíos o lo hizo Stalín con la ley que declaró "actos revolucionarios" exentos de investigación las tropelías de los bolcheviques contra los mencheviques en el Octubre Rojo.
Porque un gobierno que se aviene a pagar con el dinero de todos las deudas de quienes les sostienen y prestan dinero, pero luego se niega a megociar con esos mismos bancos la aceptación de la dación en pago de las deudas hipotecarias solo para que mantengan sus ganancias y puedan seguir dándole dinero en perjuicio de muchos, es totalitario porque solo piensa en como sus tentar su poder, no en como ejercer un buen gobierno.
E intervenir un ayutamiento y no otro en idénticas o peores condiciones por estar gobernado por alguien de tu partido es totalitarista; y forzar la investigación financiera de unos patidos políticos y no del tuyo es totalirista, y, y, y...
Eso no es ser conservador, eso no es ser liberal capitalista. Eso no es ser de derechas. es simplemente ser totatalitario.
Y en esa intervención Montero demostró también lo que es ella.
Demostró más feminismo, más lucha por la mujer, que cualquier cartel, cualquier hashtag, cualquier campaña o manifestación. Demostró que ese empoderamiento, ese acceso al poder y a la representación de las mujeres ha de hacerse trabajando por todos, luchando por la mejorar global de la sociedad, no solo hablando y anteponiendo a todo los temas que el mismo feminismo llama "de la mujer".
Demostró que está dispuesta a defender a toda la sociedad, de enfrentarse al gobierno no solo por su machismo -que también lo hace cuando corresponde- sino por todo lo que perjudica desde su punto de vista a toda la sociedad, sean mujeres u hombres.
Envió, un mensaje casi sin querer, de que si solo te preocupas de lo tuyo, si aparcas el resto de la realidad y solo te centras en lo que te interesa, en lo que te beneficia, estás tan solo a un paso de transformarte en aquello de lo que acusas a tu rival. En totalitarista.
Porque lo tuyo importa y es prioritario y lo del resto no.
Así que recupero hoy esta intervención como bello ejercido de feminismo -aunque no nombre a la mujer ni una vez- y de sentido democrático antitotalirista.
Los y las de siempre a mi me lo criticarán por lo de siempre. Por rojo o por machista
Y los de siempre se lo criticarán a ella por lo de siempre
Los que se empeñan en defender a un gobierno totalitario y en el borde interior del fascismo por roja, podemita y la ya mítica financiación venezolana de Podemos con pruebas creadas ad hoc y rechazadas. Y los machistas porque dirán que está ahí porque esta buena y es pareja del líder del partido.
Y dará igual ignorar la verdad de sus palabras, una beca en Harvard rechazada o que sea mil veces más inteligente, mejor oradora y más demócrata que cualquiera de ellos.
Defender el totalitarismo es lo que tiene. Te obliga a pensar en término fascistas. 

martes, julio 25, 2017

Esa dantesca inconstitucional de mejorar las condiciones de trabajo

Vaya por delante que no es que yo tuviera demasiada confianza en esa supuesta última linea de defensa de nuestros derechos que es el Tribunal Constitucional.
Sus continuos vaivenes, sus formas partidistas de entender la justicia y demás compañeros mártires no le favorecían demasiado. Cierto es que algo de crédito había recuperado con lo de la anulación de la amnistía fiscal, pero lo perdió de inmediato al reprocharla pero no anularla.
Y ahora remata la faena con su admisión del recurso del gobierno contra un decreto de la Junta de Andalucía por vulneración de derechos y discriminación.
Y ¿cual es el decreto de marras del gobierno andaluz?, ¿ha firmado la independencia de Al Andalus?, ¿ha decidido negar la entrada de los no andaluces en la comunidad?
El Gobierno central recurre. No se entiende muy bien el motivo, pero en su derecho está. Y el Tribunal Constitucional lo acepta. Y eso sí que carece de explicación ninguna.
¿Cómo una medida que reduce la jornada laboral manteniendo el suelo, que fomenta la conciliación laboral y aumenta la oferta de empleo público para que más personas que no tienen trabajo puedan acceder a uno puede vulnerar los derechos?
Desde luego los de los andaluces no. Y los del resto de los funcionarios tampoco. Porque la Junta de Andalucía no tiene la posibilidad de aplicar esa jornada a la función pública que no trabaja para ellos. Si los funcionarios que dependen en Andalucía del Gobierno central siguen trabajando 37 horas, quien en todo caso vulnera sus derechos es su contratador, o sea las administraciones dependientes del Gobierno Central, o sea el mismo que ha presentado el recurso.
Ya de por sí no tiene lógica ninguna. Pero encima el Tribunal Constitucional obliga al gobierno andaluz a que los funcionarios vuelvan a la jornada de 37 horas hasta que decida si su reducción es constitucional o no. Estupendo.
De modo que no anula la Amnistía  Fiscal para que no los delincuentes confesos de fraude fiscal no caigan en indefensión, pero sí anula el decreto de la Junta da Andalucía sin importarte esa indefensión de los funcionarios públicos que no han cometido delito alguno.
No soy yo de los que dicen que los delincuentes no tienen derechos o que estos no deben ser respetados. Pero desde luego no parece muy constitucional ni de una estado de derecho que se tengan en cuenta para estos y no para los que no comenten delito alguno.
Lo de la discriminación es aún más grave.
¿No se supone que la discriminación positiva es un concepto que tiene cabida en nuestra Constitución?, ¿no se utilizó ese concepto para declarar constitucional una ley que convierte a la mitad de la población española en inocente y a la otra mitad en sospechosa y culpable por su mera condición sexual?, ¿por qué no se puede aplicar ese concepto a los funcionarios andaluces?, si se les discrimina positivamente sobre otros funcionarios mejorando sus condiciones de trabajo ¿por qué no se puede aplicar en este caso?
Porque no conviene. Simplemente por eso.
Y eso hace que el Tribunal Constitucional sea una vez más la voz de su amo. Si se acepta para los andaluces, el gobierno tendrá que igualar las condiciones en Andalucía y luego posiblemente en todo el territorio nacional. Y eso supondrá más gasto.
Y no olvidemos que la última linea de defensa de nuestros derechos constitucionales dejó que se alterara la Carta Magna con nocturnidad y alevosía para incluir el techo de gasto sin decir una sola palabra. Por no hablar que, mientras todos los recursos del Gobierno se aceptan, el 99 por ciento de los recursos de amparo de los ciudadanos son desechados sin ni siquiera entrar a juzgarlos.
Al final, ya no sorprende que la justicia no sea ciega pero que sí continúe siendo sorda.

miércoles, julio 12, 2017

Mayor Oreja y el sueño persistente del PP de ver los tanques en la calle

Lo bueno de tener irredimibles en tus filas es que no se bajan del burro. Ocurra lo ocurra, ellos siguen en sus trece y se convierten en un faro que siempre apunta al mismo sitio, a la esencia de aquello que ellos consideran lo esencial de la ideología. Lo malo es que te destrozan con una frase las más complejas y pensadas estrategias de manipulación social.
Dos semanas intentando vender esto del homenaje a Miguel Ángel Blanco como algo que refuerza la idea de juntos podemos conseguir cualquier cosa, enviando voceros a todas las tertulías para hablar de "puntos de inflexión social", de "decir basta al miedo" y de todo lo que se podía ocurrir para buscar una unidad social inexistente en torno a la figura de esta víctima de ETA y de pronto se le enciende la luz al irreductible, el obseso del control y la fuerza y te la echa por tierra con una sola frase.
"ETA sigue viva en Catalunya a través del procés soberanista de ruptura de España"
Y el gabinete de Comunicación del PP tirándose de los pelos en Génova 13, y los sueldos de todos los estrategas tirados a la basura. No porque no estén de acuerdo, no porque vaya en contra del mensaje que quieren difundir, sino porque toda una vagamente sutil y arteramente pergeñada estrategia de manipulación política y social ha sido puesta al descubierto.
Mayor Oreja, ¡cómo no! Allá donde se invoca la sombra de ETA siempre está Mayor Oreja.
Desde su retiro dorado o su celda acolchada en Bruselas -que nunca se tiene muy claro que papel cumplen en según que partido los destierros europeos- el adalid de la respuesta acorazada en las calles de Donosti a la Kale Borroka, desvela lo que algunos habían inferido, muchos sospechábamos y la inmensa mayoría probablemente no tenía ni idea.
Que todo esto de Miguel Angel Blanco y su homenaje es solo uno de los elementos de algo que nada tiene que ver ETA, ni con el terrorismo en Euskadi, ni con la memoria del asesinado Miguel Ángel Blanco.
Que todo va, como siempre en el último lustro de la política española, de la independencia de Catalunya.
Y ya no hay pancarta, ni memoria, ni ovación en el Congreso que pueda ocultar que el desmedido interés por la conmemoración de Miguel Ángel Blanco va también de eso.
Porque si el procés es ETA hay que reaccionar contra el Procés como contra ETA. Y si la forma de actuar contra ETA es la que se reivindica falsamente a través del homenaje a Miguel Ángel Blanco, eso supone que habrá que enviar a los cachorros a atacar las sedes de todo partido soberanista, independentista o nacionalista en Catalunya, que habrá que internar forzar que las fuerzas del orden, ya sean autonómicas o nacionales, les traten como criminales, que hay que intentar ilegalizar esa forma de pensamiento y decretar un delito ser independentista como se hizo con la infausta Ley de Partidos en Euskadi.
Vamos que hay que equiparar independentista con terrorista. Lo que siempre quiso y buscó el Partido Popular antes y después de Miguel Ángel Blanco.
Da igual que no haya violencia, es indiferente que el único conato terrorista del independentismo catalán, Terra Lliure, lleve décadas muerto y autoenterrado. El independentismo en sí mismo es ETA, es terrorismo.
Si a esto le sumamos a todo el carro de bueyes del sistema bipartidista, desde Aznar a Guerra, pasando por González, clamando por utilizar el artículo 155 de la Constitución para colocar Catalunya en un equivalente a un Estado de Excepción y a Dolores de Cospedal descolgándose también casualmente, como quien no quiere la cosa, con un ""por tierra, mar y aire, las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil se encuentran donde haya que proteger los valores de la democracia y de la Constitución, pero también la integridad y soberanía"de España", parece que no hay duda.
No sé si al final se atreverán pero resulta más que evidente lo que están pensando. 
A lo mejor el irreductible Mayor Oreja ve por fin cumplido su sueño de ver tanques y las tropas en la calle, aunque no sea de Donosti y sí de Barcelona. 
Como ya ocurriera el 23F, en la Semana Trágica o en otros grandes momentos de "defensa de la democracia".
Y a lo peor los verdaderos patriotas nos vemos forzados a ir a una guerra antes de lo que pensábamos y no contra ese enemigo enfundado en negro y falso islam sino contra aquellos que nos fuerzan, como diría el liberal, nada comunista y padre de la patria estadounidense, Edward Abbey, a defender nuestro país en contra del Gobierno.
Aunque sea para defender el derecho de nuestros compatriotas a querer dejar de serlo.
Y entonces Mayor Oreja por fin será feliz.

viernes, junio 09, 2017

Esos filósofos cristianos liberales que no son del PP

A partir del próximo mes de septiembre la filosofía dejará de ser una asignatura obligatoria según los planes de estudio de la malhadada Locme.
Ahora los hay que dicen que la lengua, española, por supuesto, y las matemáticas básicas son prácticamente lo único necesario para poder sobrevivir en este mundo que nos llega y nos están construyendo a golpe de una reforma laboral tras otra y de recortes superpuestos hasta el hartazgo. Pensar no es necesario.
Podría desgranar los motivos y razones por los que el Partido Popular y su gobierno se deshacen de esta asignatura pero es más sencillo dejar que hablen aquellos a los que ahora se va a imponer silencio.
"De aquella ley de naturaleza (...) se sigue una tercera, que es ésta: que los hombres cumplan los pactos que han celebrado, sin lo cual, los pactos son en vano, y nada sino palabras huecas" (Leviatán, XV).
Y, claro, estudiando a Hobbes podríamos llegar a la conclusión que que hay que cumplir las promesas electorales y los compromisos de gobierno entre otras cosas. Que si se jura ante lo que sea cumplir y hacer cumplir la Constitución hay que cumplirlo y no meter la mano en la caja pública, por ejemplo. Y eso no mola, ¿verdad?
O podría ocurrir que estudiando a Kant nos encontráramos con esto:
"Un Estado no es, como lo es, por ejemplo, la tierra que ocupa, un haber, un patrimonio. Es una sociedad de hombres sobre la cual nadie, sino ella misma, puede mandar y disponer. Es un tronco con raíces propias; por consiguiente, incorporarlo a otro Estado, insertándolo, por decirlo así, en él, vale tanto como anular su existencia de persona moral y hacer de esta persona una cosa" (Hacia la paz perpetua). 
Y entonces tendríamos que revisar nuestro concepto de unidad nacional a la fuerza o de identidad patria pese a que no se quiera mantener esa identidad conjunta. En fin, que eso tampoco es muy conveniente.
Claro que quizás el descubrimiento del pensamiento político kantiano no sería tan grave como que pudiéramos encontrarnos que, desde su más profundo cristianismo, Erasmo  de Rotterdam nos proponía esto en el Renacimiento 
"El que tome el timón del Estado, conviene que administre los públicos asuntos, no los suyos privados, y que no piense en nada que no sea para la utilidad general; que de las leyes, de las que él es autor y ejecutor, no se aparte ni el ancho de un dedo". (Elogio de la locura LV).
Malo, malo, malo Erasmo que nos critica los cohechos, los nepotismos y los negocios a escondidas.¡Será posible!
Y no quiera la mala fortuna que, por error o casualidad, los jóvenes en formación pudieran toparse con el bueno de David Hume: 
"Es evidente que si el gobierno fuera totalmente inútil nunca hubiera tenido lugar; y que el único fundamento del deber de obediencia a la autoridad pública es la ventaja que procura a la sociedad, manteniendo la justicia más allá de los intereses propios e individuales de los hombres que la ejercen". (Investigación sobre los principios de la moral, 4)
Vaya, va a ser que la autoridad hay que ganársela haciéndolo bien y la desobediencia y la protesta civil no es un anatema social si aquellos que la ejercen solo piensan en lo suyo y no en el bien común.
O encontrarse con Locke diciendo "La libertad de la religión, en otras palabras, radica en una explicación negativa: Ausencia de coacción. No soy libre si mi conducta está condicionada por la amenaza de un daño que una voluntad ajena a la mía interfiera en mi propio querer Solo soy libre si  puedo hacer todo lo que no está prohibido hacer o dejar de hacer todo lo que no está expresamente exigido" (Carta sobre la tolerancia), con lo que uno de los padres del liberalismo del que tanto hablan mandaría al limbo sus teorías sobre el velo islámico, sobre que el respeto a la libertad religiosa es que el Estado pague los colegios religiosos concertados y los profesores de religión, etc.
Y todo eso solo tirando de pensadores cristianos y liberales,como dicen y repiten en el PP que son ellos. 
Sin llegar a los agitadores Rousseau o Montesquieu, los rojos Marx o Engels, los idealistas Hegel o Schelling o los existencialistas Kierkegaard o Jaspers, sin mencionar al inefable Nietzche y su voluntad de poder. 
Es mejor que los nuevos estudiantes solo aprendan lengua para suplicar de forma correcta y adecuada por un empleo y matemáticas para poder hacer cuentas con sus exiguos 800 euros para llegar a fin de mes. Todo lo demás les llevará al final a ese fatídico para cualquier gobernante inepto, corrupto, despótico e incompetente Cogito ergo sum de Descartes.
Y si se ponen a pensar...

viernes, junio 02, 2017

La corrupción orgánica en una sola frase

En las enésimas elecciones que hubimos de vivir antes de este Gobierno, los que ahora lo ostentan a trompicones lograron recabar los sufragios una y otra vez con mensajes y promesas reiteradas hasta la extenuación: la corrupción no es algo del Partido Popular, son casos puntuales... Regeneración, regeneración, regeneración. 
Y les fue bien. Sus votantes les creyeron y una y otra vez les votaron. Por eso y el miedo fatuo y estrámbotico a un régimen estalinista campando por España. Pero eso es harina de otro costal..
Y ahora, cuando el Gobierno logra aprobar por los pelos su primer presupuesto, ocurre lo de siempre, lo que siempre hace el Partido Popular, lo que parece no importarles a sus votantes: Incumple sus promesas.
Para empezar, la Ley de Transparencia acabó en el olvido y tampoco era precisamente un dechado de regeneración política a cualquier precio, pero lo peor es que de regeneración no tenemos nada sino más bien todo lo contrario.
El caso del fiscal Manuel Moix es el último de una larga cadena de nuevos agujeros en la dignidad, la integridad y la credibilidad de un partido que prometió regenerarse y que no lo hace ni parece tener intención de hacerlo.
Y no se trata solamente de los restos y coletazos de los viejo, como la imputación de Ana Mato en Gürtel o los vaivenes de Jorge Fernández Díaz y sus presiones ilegales, ilegalmente escuchadas, es todo un rosario de nuevos casos que hacen ver que el PP tiene la corrupción enraizada en sus cuadros, sus dirigentes y sus cargos públicos.
Desde los albores de este periodo de Gobierno, con la decisión de poner al frente de Sanidad a Dolors Montserrat, cuya empresa familiar tenía deudas millonarias con Hacienda, hasta el día de hoy, con el Caso Lezo del ínclito Ignacio González y la no menos ínclita Esperanza Aguirre, se ha desgranado un rosario de nuevos casos que desdicen la promesa y la supuesta intención electoral del Partido Popular.
Cristina Cifuentes, adalid de la regeneración populista -sí populista, porque por algo el Partido Popular se llama así, aunque ahora se hayan inventado que el populismo es otra cosa-, investigada por los contratos de la comisión de expertos de la Asamblea de Madrid, Concepción Dancausa por Mercamadrid, el despacho de Montoro recibiendo una querella de anticorrupción, el famoso piso del titular de la Dirección General de Tráfico, los intentos fallidos de asegurar el pan y el retiro dorado a Federico Trillo y Jorge Fernández Díaz sin que asumieran responsabilidades políticas por nada de lo hecho, la dimisión del presidente de la Región de Murcia al ser imputado por corrupción...
Pero  lo peor no son los casos, es la actitud del Gobierno. Siempre defendiendo a los implicados, afirmando que deben seguir en sus cargos, incluso llegando a decir que hacer pública una acusación o imputación daña la imagen del político. Ni una investigación interna del Partido Popular, ni una suspensión de militancia, nada. Para el PP ser corrupto no es reprobable.
El ejemplo más brutal y directo de que esa corrupción, que vendieron como algo individual y prometieron regenerar, es algo orgánico de su partido está en Manuel Moix y el Caso Lezo.
Pero no en lo que haya dicho o hecho el ya ex fiscal sino una sola frase de todas las escuchas: "A ver si podemos poner a Moix en Anticorrupción".
Y Moix acabó en Anticorrupción. 
Eso no es posible sin que muchas personas del Partido estén de acuerdo, no es algo individual o de unos pocos. Es corrupción orgánica e integral en estado puro. Si un corrupto puede usar el partido para controlar quién investiga la corrupción, ¿qué otras cosas no podrá hacer usando el PP en ámbitos menos evidentes?
Otra promesa incumplida que por supuesto los votantes del PP tampoco tendrán en cuenta en las próximas elecciones. Ellos sabrán el motivo.

jueves, junio 01, 2017

Moix o la negación plausible de bolero y sainete

Dicen que la distancia es el olvido.
Pues va a ser que el viejo bolero se equivoca por lo menos si se intenta aplicar su siempre melosa letra a esos lares enfangados y turbios que ahora son la política española.
El Gobierno decide tomar distancia, poner tierra de por medio, entre ellos y Manuel Moix, ese fiscal que decidió ser más pro amigos del Partido Popular que anti corrupción y que se ganó la reprobación del Congreso por su intervención -de momento dejémoslo en eso- en el Caso Lezo, por el que Ignacio González ha dado con sus huesos en la cárcel, preventiva también de momento.
Y parece que con eso basta, que es como decir, "yo nada tengo que ver en esto", como volver a los tiempos arcaicos y míticos en los que, en la polvorienta Galilea, alguien se lavaba las manos mientras otros decidían quién moría y quién no.
Pero ni el Gobierno de España es el viejo Poncio, ni el Congreso es el siempre mesiánico pueblo de Israel dirigido por escribas y fariseos ni, por supuesto, Moix es el inefable nazareno.
Así que la distancia, por más que borre amores de la memoria y aparente hacer desaparecer desamores del corazón y de la mente, no sirve en este caso.
Porque no hay distancia que haga olvidar a qué partido pertenece Moix, ni que haga posible que se borre de nuestras sinapsis el hecho de a quién y por qué motivos Moix metió mano en el Caso Lezo.
Porque en esto de la corrupción, de buscar el provecho propio con los bienes de todos, por mucha distancia que se ponga no se consigue evitar que las heces hagan su recorrido trazado hasta caer justo encima de la corbata impoluta y el terno perfecto de a quien corresponda, lo único que se logra es que manchen también a todos los que intentes colocar entre su trayectoria y tu persona.
Porque todo el mundo sabe que en el mito religioso galileo, Pilatos pudo salvar al impertinente carpintero que se decía hijo del hombre.
Y valga el ejemplo evangélico para demostrar que esto no es de ahora, ni del Partido Popular, ni siquiera de la política. Que es tan viejo como lo son la cobardía, la mezquindad, el ansia de poder y la avaricia.
Porque, en nuestro Occidente Atlántico y sobre todo en España -y en Italia, en Italia también-, se ha llevado esa vieja estrategia anglosajona de Ala Oeste del la Casa Blanca de la negación plausible a limites que bordean el sainete patrio o el teatro del absurdo transalpino. 
"No me cuentes lo que haces y así podré negar que sabía lo que hacías si alguien me lo pregunta", reza el adagio que marca esta política que permite tomar distancia del acusado o el reprobado cuando pintan bastos.
Pero claro, en la política, en la empresa, y hasta en las relaciones personales, está estrategia se desinfla por un simple motivo. La negación deja de ser plausible cuando se repite una y otra vez.
Políticos, jefes, responsables... todos creen que diciendo "yo no lo sabía" están cubiertos del error o de la felonía de sus subordinados, que eso impide que les afecten las consecuencias de las mismas, que les permitirá seguir en sus puestos. Por no hablar de todos aquellos que además ocultan que le han presionado para que lo haga -a esto los yankies le llaman ordenes insinuadas- o que con su actitud han forzado el error.
Como si su trabajo no fuera precisamente estar enterados de lo que hacen sus subordinados, supervisarlos, evitar sus errores y denunciar sus excesos si no han podido evitarlos. 
Como si dirigir fuera solamente sentarse en sus sillones o recorrer los pasillos del poder buscando mejorar su posición; como si bastara aparecer con gesto adusto y contrariado y empezar a referirse al individuo en cuestión como "ese señor" o "esa persona" para que todos olvidaran el hecho de que era su responsabilidad que eso no ocurriera y no ha hecho su trabajo, de que se está en esos puestos para enterarse de las cosas y saber cómo se hacen y no ha hecho su trabajo. Como si bastara alejarse y susurrar en los oídos convenientes "yo no lo sabía".
Y lo peor es que basta. Al menos en este país, basta.
Moix caerá por sus errores, la distancia del Gobierno marca como una bala trazadora el final de su carrera, pero nadie asumirá que era su trabajo que esos errores -en este caso claramente malintencionados- no se produjeran. 
La negación plausible llevada al sainete.

sábado, noviembre 19, 2016

El PP bolivariano o el arte de no hallar semejanzas.

Llevamos dos años escuchando hasta el hartazgo y el hastío desgranar una por una las presuntas similitudes entre los partidos de la nueva izquierda española y ese coco mitológico que se han sacado de la manga llamado dictadura bolivariana.
Por más que unos y otros lo intentan, no han podido pasar de un par de afirmaciones del líder de Podemos, unos informes pagados o no, realizados o no, pero que nunca han sido leídos ni publicados y de que Maduro e Iglesias llevan coleta los dos -¡Ah no, eso no!-.
Resulta curioso que mirando tanto hacia Venezuela,  solidarizandose tanto con Venezuela y yendo y viniendo tantas veces a Caracas, Maracaibo y demás, desde Rivera hasta Zapatero, desde Felipe González hasta Jauregui o Mato hayan pasado por alto alguna que otra similitud.
"Ahora nos piden un referendúm para cambiarlo todo, como si la gente no hubiera hablado ya en las urnas. Y nos lo piden aquellos que solo quieren imponer su pensamiento a los que quieren estar unidos y avanzar hacia el futuro".
Podría haberlo dicho Rivera antes de que alguien le aconsejara disimular que es catalán y españolista; lo podría haber dicho Don Mariano en uno de sus escasos arranques antes los medios o incluso lo podrían haber dicho Arrimadas y Albiol en un coro a dos voces.
Pero lo ha dicho Nicolas Maduro.
Y se desgarrarán las vestiduras y expondrán ese argumento tan sólido y desarrollado de "no es lo mismo"
Pero, lo siento sí es lo mismo. Es el miedo cerval a que aquellos que no piensan como tú expresen su opinión; es el pánico más absoluto a que el poder escape de tus manos y recaiga directamente sobre los que tienen el derecho a decidir su futuro en cualquier democracia: los ciudadanos, los votantes, el pueblo. Llamalos como quieras, que en eso también hay controversia.
También resulta llamativo que los medios tradicionales, desde El Pais hasta ABC, desde la Cope hasta Radio Nacional, desde La Razón hasta El Mundo, que tanto han escrito e informado sobre Venezuela no hayan percibido otra pequeña concomitancia.
"La corrupción no es nuestra seña de identidad, son unos elementos aislados que, cuando son detectados, son llevados ante la justicia y esperamos que sean castigados duramente si son culpables. Somos los que más luchamos contra la corrupción y esperamos que sea solo cosa del pasado, herencia de una forma superada de entender lo que es un cargo público".
Digno de SSS -Soraya Saenz de Santamaría-, de Rajoy o de la inmarcesible lideresa del PP madrileño cuando la tan repetida palabra sale a colación en sus entrevistas pactadas y sus declaraciones y les hace torcer el gesto.
Pero lo ha dicho Nicolas Maduro ante una periodista francesa que apenas podia evitar esbozar una sonrisa al escucharle.
Y ahora se mesarán los cabellos y diran: ¡Por el amor de Dios, no es lo mismo!
Pero lo siento, sí es lo mismo. Es no responsabilizarse de lo que hacen sus subordinados. Es no buscar solucion alguna a unas prácticas que minan cualquier régimen político, que convierten el servicio público en una forma ilicita y continua de enriquecimiento. Y da igual que sea la trama Gürtel o las mafias militares fronterizas venezolanas; da igual que sea el nepotismo sanitario o el contrabando alimenticio.
Es proteger al corrupto porque el político que le protege hace lo mismo que él e incluso a mayor nivel. Y da igual que se le incluya en la estructura militar para que sea intocable o que que se le haga senador para que disfrute de aforamiento.
Y, por supuesto, resulta sospechoso que todos los opinadores, analistas y supuestos destripadores de la realidad poilítica española -y venezolana-, desde Inda hasta Maluenda, desde Miguel Ángel Rodriguez hasta Isabel San Sebastián, que tanto han hablado y debatido sobre Venezuela hayan pasado por alto otra semejanza.
"No se puede pretender gobernar y hacer gobernar desde las calles, imponer desde la alteración del orden público a un gobierno electo lo que tiene que hacer, las instituciones (...) son el camino para que se exprese la voluntad soberana".
Y lo podrían haber dicho la egregia Cifuentes, allá en los tiempos del 15M, el inefable Wert en los tiempos de la rebelión educativa o incluso el olvidado Lasquety en los años de la movilización contra la privatización de la Sanidad. Incluso podría haberlo dicho cualquier diputado del PP o del PSOE el día de la votación de la Investidura o de la Reunión de la Conspiración de Bruto y Casio -¡Uy perdón, del Comité Federal del PSOE-.
Pero lo ha dicho Nestor Reverol, Ministro de Poder Popular y Relaciones Interiores de Venezuela.
Y alzarán la mirada al cielo y diran ¡Venga ya!, ¿qué tiene que ver? 
Pues mucho. Tiene mucho que ver. Es intentar acallar y criminalizar el descontento popular. Es anteponer el orden público al derecho de manifestación, es pretender dar una imagen de conformidad inexistente, generar una situación social en la que solo aquellos que apoyan al gobierno puedan expresar libremente y de forma masiva su opinión. Es dejar manifestarse a los que te apoyan y limitar y desacreditar a los que lo hacen en tu contra.
Y da igual que sea por la ampliación de los mandatos presidenciales o por el concepto de familia tradicional, que sea por el aborto o por las nacionalizaciones, que sea por el revocatorio o por la "dignidad de España".
Pero lo que más llama la atención es que los votantes del PP, lectores de ABC y la Razón, oyentes de la Cope y Onda Cero y seguidores de las opiniones de Maluenda e Inda, después de oir, leer y ver tanto sobre Venezuela no hayan percibido el último de los pequeños parecidos que existen entre la España del salvador y defensor de la democracia Partido Popular y el hombre del saco que es la Revolución Bolivariana.
"El Gobierno usará el Constitucional para limitar la actividad del Congreso", titula un periódico después de que la Mesa del Congreso rechazara el intento del PP de imponer una herramienta de poder que bordea la autoritario como son los vetos del Gobierno a las propuestas de ley de la oposición.
Y eso sí lo ha dicho y lo va ha hacer el Gobierno español.
Usar la máxima instancia judicial del país, controlada y nombrada por ellos, para sacarse de la manga una disposición legal que impida al Parlamento aprobar propuestas de ley en contra de su deseo; no aceptar las iniciativas de una mayoría parlamentaria porque son contrarias a lo que el Gobierno tiene previsto, ignorando el hecho de que esa oposición es mayoritaria porque representa a la mayoría de los españoles -en una proporción 70-30 por si alguien lo ha olvidado-.
Limitar la capacidad legislativa de uno de los poderes del estado -el legislativo- en favor de otro -el ejecutivo- a través del tercero -el judicial- solamente porque se quiere ejercer el poder sin tener en cuenta lo que quieren los demás.
Eso, como referencia actual, solo tiene un nombre: bolivarianismo venezolano. Ahora griten ¡Demagogia!
Pero, antes de hacerlo, piensen que si esto es demagogia, lo es todo lo que han estado leyendo, escuchando y repitiendo sobre otras similitudes de otros con Venezuela y su régimen. Así que tendrán que replantearse de nuevo su pensamiento, quizás esta vez hasta de forma autónoma.
Y si no lo es están jodidos. 
Porque tendrán que decidir entre unas similitudes ficticias o cuanto menos proféticas con el régimen bolivariano y otras muy reales y tengibles que ya intentan y practican aquellos a los que concedieron su sufragio para evitar que "España se convierta en Venezuela".

sábado, noviembre 05, 2016

Dolors en la frente y el votante del PP vuelve a Matrix

Y la primera en la frente.
Nunca un frase hecha vino tan al pelo de lo que ocurre en la actualidad.
Durante meses aquellos que han decidido votar a quienes ya les habían traicionado una vez, a quienes ya habían incumplido sus promesas electorales, han vuelto a hacer el ejercicio casi enfermizo para autoconvencerse de que esta vez no, de que ahora el Partido Popular cumpliría sus promesas por fin y no haría que la insistente actitud de sus fieles se transformara en el epítome de la incosciencia. Ya se sabe, eso de repetir una y otra vez la misma acción esperando que tenga un resultado diferente, como diría el personaje cinematográfico.
El PP prometió en sus dos campañas regeneración, lucha contra la corrupción, transparencia y honestidad política y se nos descuelga colocando en un ministerio a una ministra que le debe dos millones de euros a Hacienda. ¡Vaya, va a ser que no, que todo sigue igual!
Mientras Montoro, ese hombre pequeño que ansía que le vean enorme, intentaba acorralar a los actores para "dar ejemplo", y persigue a los deportistas de élite con el famoso 85 -15 porque "todos deben contribuir", Rajoy coloca a una morosa en un ministerio y los ecos de esa prometida regeneración de esa frase de "el PP no es corupto, son solamente algunas personas" resuenan para convertirse en un chiste de mal gusto.
Los votantes del PP callados como tumbas mientras tanto, los mismos que corren a llenar las redes de recriminaciones al senador Espinar de Podemos por agenciarse una plusvalía de 36.000 euros -que no digo yo que esté bien ni mucho menos- siguen como monjes trapenses, no se indignan, no se alteran lo más mínimo por los dos millones que la flamante ministra debe al fisco, es decir a ellos, a todos.
La primera en la frente. Y la segunda será que no dimitirá, otro gran ejemplo de regeneración dentro del partido, y la tercera...no hay que esperar.
Margarita Mariscal de Gante, ex ministra del PP, será la que tramite la ponencia para revisar la condena que obliga a dos alcaldes de su partido a pagar cuatrocientos mil euros. 
No se ha enfriado aún la tinta de la firma, no se han apagado aún los ecos de su juramento -ante la biblia, por supuesto- cuando el nuevo Gobierno ya coloca a alguien en un puesto para tapar las vergüenzas de los suyos.
Todo muy regenerado, muy transparente.
Y que politicos y votantes de Génova no se atrevan a decir que lo de la españolista catalana -que por eso está en el ministerio, no nos engañemos- les ha pillado de sorpresa. Porque antes de las elecciones la buena de Dolors y su señora madre ya le debían al fisco la nada despreciable cantidad de 1.277.000 euros. Estaba publicado, redactado, sabido y hasta tuiteado pero... ¡para que se va a preocupar el PP de esa minucias!, lo suyo es la regeneración y la transparencia.
Alguien, alguien del Partido Popular, se intentó hace un tiempo arrogar el mérito de haber salvado la democracia española como parte de los siete millones de sufragios que había recibido el PP.
No sé si han salvado la democracia española de ese monstruo ficticio que ellos quieren ver porque les conviene, pero lo que sí sé es que esos siete millones de votos han mandado un mensaje claro.
"Seguid robando, seguid defraudando y estafando, no nos importa con tal de que la bandera rojigualda de tres bandas ondee en Catalunya y de que nuestros alimentados e irracionales miedos estén a salvo".
Y el Gobierno ha captado el mensaje. Desde el primer día.
Ahora, queridos, os toca callar o seguir hablando de Espinar, de los ERE y de Pujol, que para eso os los ponen en las portadas los medios que os gusta leer porque escriben lo que quereís leer.
Hora de volver a entrar en Matrix.

domingo, octubre 02, 2016

Ferraz y el Cónclave de la Logia Nietzcheana

Mucho se habará y se escribirá en los próximos días sobre lo que ocurrió ayer en las salas y pasillos de Ferráz. Se hablará de errores y defectos de Sanchez, de grupos, corrientes o familias, de congresos y comités ejecutivos.
Pero para mi, que una vez o varias voté al PSOE antaño y que hace tiempo que no lo hago ni lo volvería a hacer, solo existe un resumen posible. 
Ayer, el Partido Socialista Obrero Español dejó de existir. Hace tiempo que había renunciado a lo que fue, hacia varios lustros que había abandonado su ideolología y hacía dos votaciones electorales que había perdido el norte. Pero ayer desapareció.
Dejó de ser partido no porque se pelearan entre ellos -que eso debe hacerlo y saber hacerlo todo partido político- sino porque sus órganos de gobierno dejaron claro que no van a comportarse como un partido politico. 
Mientras los laboristas ingleses, aquejados de las mismas dudas en el rumbo hacia su origen socialista o su deriva capitalista, de la misma actitud reticente ante el liderazgo de Corbyn, hacen lo que debe hacer, recurren a sus bases y les dejan que decidan sobre su partido, ayer la directiva del PSOE decidió dejar de ser un partido político.
Envió un mensaje claro de que los militantes sirven para pegar carteles, de que los simpatizantes sirven para aplaudir y hacer bulto en los mítines y de que los votantes sirven exclusivamente para llenar -cada vez menos- las urnas de sufragios.
Sus votantes les dieron un mensaje claro de que no querían otro gobierno del Partido Popular, dos veces. De que se desangraran si hacía falta para lograrlo y ellos lo ignoraron; sus militantes les dieron el mensaje claro de que querían a Pedro Sánchez a la cabeza en unas elecciones primarias y ellos han decidido: "Bah, las bases se equivocan, ¿qué sabrán ellos?" y han emprendido la guerra, su guerra, no la de su partido, por su cuenta.
Han rechazado a sus votantes, simpatizantes y militantes. Y un partido sin votantes, militantes ni simpatizantes no es partido.
Ayer en Ferráz se transformaron en un cónclave, con viejos jerarcas apelando al espíritu -en este aso socialista y no santo- mientras movían sus piezas para llegar o mantenerse en el poder, en una logia de los viejos fracmasones de hace dos siglos, tomando decisiones basandose en arcanos que a nadie explican y nadie complende, en un Sanedrin de sumos sacerdotes crucificando a alguien que, por una vez mantenía lo que tenía que mantener, a sabiendas de que tenía razón. 
Han transformado a sus votantes en adoradores, a sus simpatizantes en fieles y a militantes en acólitos. Ya no son un partido político.
Y por supuesto también dejaron de ser socialistas. 
Habían dejado de serlo hace tiempo y se habían hecho eurosocialistas, socialdemócratas y un buen puñado de cosas más. Pero eso también dejaron de serlo ayer.
Se convirtieron en algo que ideologicamente solo puede definirse de un modo: Nietzcheano.
A Susana Díez y los que eliminaron a Sánchez no les importa un carajo la gobernabilidad de España; a Carme Chacón y todos los que se mueven en la sombra no les preocupa en absoluto la ideología, el futuro o la sociedad. 
Tan solo les preocupa lo que, según el filósofo alemán, es el único motor de la acción humana: La Voluntad de Poder.
Díez, Chacón, los viejos carcamales y hasta los fantasmas de ex presidentes que han participado en esta crucifixión, en esta lapidación pública, solamente se mueven por eso. Los barones por mantener el poder en sus feudos, Felipe González, ese que otrora fuera también socialista, por mantener y acrecentar el poder económico de aquellos a quien sirve ahora. Todo muy nietzcheano.
Y Susana Díez, la dama andaluza, no quiere que gobierne el PP, pero le importa mucho más ser ella quien sustituya al gobernante que el hecho de que el gobernante deje de serlo.
No le importa el socialismo, ni saber que los presupuestos del año próximo -ya presentados- sean los menos sociales de la historia. No le importa que se acentue la inmersión religiosa de este país cerrando constantemente aulas públicas mientras se da dinero y suelo a centros concertados y privados que tienen la religión como bandera.
No le importa que se siga haciendo hospitales con gestión privada en los cuales priman los beneficios, no le importa saber de dónde sacará Rajoy el nuevo puñado de miles de millones que le exige la Unión Europea para cuadrar el deficit. 
Ella quiere que el PSOE, ya extinto y convertido en otra cosa, se siente en el Congreso de los Diputados y se encoja de hombros cuando le pregunten si quieren que el Partido Popular gobierne; cuando le pregunten si quiere que la sociedad española sea gobernada así cuatro años más: y esa abstención, ese encogimiento de hombros significará exactamente que la sociedad y lo social les da exactamente lo mismo. Que no son socialistas
Y luego, ya haré un congreso en el que acuse a Sánchez de todo, ya conseguiré ser Secretaria General, ya votaré en el Congreso en contra de los presupuestos dentro de un par de años -piensa Diez-. Ya bloquearé el gobierno dentro de media legislatura -eso que ahora no hace por responsabilidad, que curioso- y forzaré unas elecciones anticipadas en las que la candidata sea yo, no Sánchez, no nadie que hayan elegido las bases en primarias, sino yo.
Voluntad de Poder en estado puro, por todas partes, en todos los asientos, pasillos y despachos de Ferraz. Frederich Nietzche estaría tan orgulloso que sin duda aceptaría un puesto en la gestora.
Y para terminar, eso que fue un partido político y fue socialista dejó ayer también de ser español.
Porque España no les importa un carajo. No les importan los más de cuatro millones de parados que si gobierna el PP pasaran algunos a engrosar las filas de los semi siervos que tendrán que trabajar por 600 euros al mes.
No les importa el millón de familias que se sumará a las que ya viven en situaciones de pobreza, no les importa que este país se convierta en una nueva Bangladesh o Taiwan en aras de una competencia que supone ser la China europea de las compañías transnacionales. 
A los que ayer votaron para cambiar el rumbo del PSOE no les importa que se gasten 8.000 millones en un submarino que nadie en la Marina Española sabe tripular mientras se deja morir en sus casas sin posibilidad de atención a las personas dependientes, mientras se carga sobre las familias el coste de medicamentos que antes eran gratuitos o mientras se les niega a los niños que tienen dificultades de aprendizaje apoyos, desdobles, psicólogos y educadores especiales por no querer pagar esas nóminas.
Dejaron de ser españoles porque no les importa que el pais sea una inmensa montaña de cenizas con tal de tener la posibilidad de gobernar sobre él.
Así que ayer, perdido todo lo que le definía, el Partido Socialista Obrero Español murío para dejar espacio a otra cosa. El Conclave de la Logia Nietzcheana Abstencionista.
Y habrá votantes del PSOE -quizás muchos- que lo sigan haciendo por aquello de que España votamos como en un Madrid - Braça futbolístico con tal de ganar al de enfrente y habrá simpatizantes que reproduzcan lo que han oído a estos políticos y sus voceros sobre "responsabilidad de Estado" o "gobernabilidad".
Pero hoy, como diría un sorprendentemente memorable Kevin Costner en JFK, los votantes, militantes y simpatizantes del PSOE son "todos ya hamblets, hijos de un padre -aunque malo- asesinado por los que aún se sientan en el trono".
Aunque ese trono esté asentado solamente sobre mentiras y sobre la más que poco plauisble excusa de "hemos defenestrado a un liider de un partido socialista por negarse a apoyar un gobierno de un partido conservador liberal capitalista".
Y sobre su voluntad de poder. Ese quebaradizo trono en el quiere sentarse Díez se apoya sobre su voluntad de poder a cualquier precio.

miércoles, septiembre 14, 2016

No digo inmigrante, digo negra. No digo guineana, digo negra, No digo africana, digo negra.

Pocas veces me pongo a mezclar lo personal con lo político.
Quizás sea ese tono de piel y ese rizo fino y útil en los días de lluvia que gasto, esos rasgos que hacen que tenga mecanizada una respuesta a la pregunta ¿de donde eres? -que nueve de cada diez personas que conozco acaban por hacerme- que consiste en anticipar la segunda: "Y a la segunda pregunta, mi padre era guineano", digo después de contestar a la primera con un simple: de Granada.
Quizás sea todo eso lo que me ha hecho transgedir esa regla no escrita de mi pensamiento.
Y lo hago para hablar de María José, para preguntarme qué hace que el Principado de Asturias esté en contra de que le devuelvan a su hijo, Lo hago para preguntarme por qué nadie se hace las preguntas correctas en este caso, cuando se empeñan en hacer las incorrectas en otros muchos.
Me pregunto por qué los vecinos gritan ante las cámaras de televisión que ellos saben que su hijo es feliz con su familia de acogida -como si un niño de cuatro años hubiera ido puerta por puerta del vecindario en un remedo del mitico anuncio de teléfonica, diciendo "Hola, soy Juan Francisco, soy feliz con mi familia de acogida"-.
Pero también me pregunto por qué no gritaron lo mismo cuando con 11 años, María José, ahora madre y entonces hija, fue arrancada de la custodia de su madre simplemente porque no la dejaba acostarse tarde ni vestir ajustada.
Me pregunto por qué los servicios sociales consideraron eso desamparo y no se dedican a visitar uno por uno los hogares de, por ejemplo, los miembros de las comunidades neocatecumenales o del Opus Dei -los de los musulmanes sabemos que sí los visitan regularmente- para arrancar las numerosas proles residentes en ellos de la custodia de sus padres bajo idéntica acusación de desamparo ya que ellos tampoco les dejan lucir escotes ni irse de jarana nocturna.
Me pregunto por qué todo el sistema se pone a en contra de una decisión judicial para que un niño no viva con su madre -lo repetiré porque estamos en España y la frase parece imposible: un niño no viva con su madre- y no se puso en alerta, ni siguiera prestó atención al hecho de que una niña de 14 años quedara embarazada -la que ahora es madre- residiendo en un centro de acogida; por qué no se investigó que fuera violada -practicar sexo con una menor es casi un sinónimo legal perfecto de violación- con la misma intensidad, convicción y fuerza que ahora ponen en intentan lograr cambiar esa sentencia de devolución de la custodia.
Me pregunto por qué un sistema que crea casas de acogida para mujeres maltratadas a las que van con sus hijos cuando están sin recursos económicos -e incluso cuando los tienen- es capaz de remitir a Maria José una carta en estos téminos: "Asimismo se te habló de que existe un conflicto de intereses en esta administración pública que no pueda defender el derecho legítimo de JUAN FRANCISCO a tener unos padres y no crecer en un centro y, tu derecho como madre a tener relación, aunque sola, sin apoyos que te permitan convivir con familiares y, en un centro de protección, motivos por los que no tienes capacidad para asumir su crianza. Es por este motivo por el que se te ha nombrado una defensora legal, en concreto, la letrada....., para que ejerzas tu derecho a valorar qué hacer y, si lo deseas recurrir la Resolución de 5 de Febrero de 2013 de Inicio de Acogimiento Preadoptivo en Familia Ajena"
¿Las mujeres maltratadas sin recursos también pierden sus hijos por no poder matenerlos y vivir en una casa de acogida? No, se les concede la custodia.
Me pregunto por qué los medios que con otra madre son tan cuidadosos, pese a que es evidentemente sospechosa cuando menos de negligencia por la desaparición de su hija, que siempre las muestra sufriente y llorosa, que han tapado durante semanas el dato conocido de que no era capaz de hacerse cargo de sus hijas hasta que una sentencia judicial les ha obligado a tenerlo en cuanta, ahora no hacen piña ante esta madre violada bajo la tutela del Estado, que tuvo un hijo bajo esa custodia y que ahora tiene que ir a los tribunales para evitar que ese mismo Estado se lo quite para darlo en adopción.
Y me pregunto por qué esas miriadas de militantes de uno u otro feminismo que ya estarían activas y activadas a favor de María José si le quitaran la custodia siendo lesbiana o mujer maltratada o prostituta o drogadicta o simplemente una madre soltera -como lo es María José- están calladas, por qué sus redes sociales no arden con el asunto hablando de la imposición del concepto de familia católica, del patriarcado opresor o de cualquier otro trasunto explicativo y siguen pendientes de una campaña absurda sobre el canon estético de los pechos femeninos.
Y solo encuentro una respuesta a este mar de preguntas: Maria José es negra.
No digo inmigrante, digo negra, no digo guineana, digo negra, no digo africana, digo negra. 
Porque María José es nacida en España, de nacionalidad española y europea, pero es negra.
Y España aún no acepta que un español sea negro. Todavía hay que explicar de donde eres si eres negro y porque eres negro siendo español. 
Si eres alta, rubia y con lo ojos azules no hay que explicar que tu madre es de origen nórdico, si eres robusto con el cuello como una columna jónica y la naríz aguileña no hay que esxplicar que tu padre es de origen eslavo o magiar, si eres peliroja y pecosa no hay que explicar que tu abuela era irlandesa, Pero si tu piel no es blanca o tus ojos no son lo suficientemente redondos hay que explicar porque eres español.
Un pueblo descendiente de ocho siglos de mezcolanzas raciales voluntarias y forzosas bajo dominio musulmán, un pueblo en el que un tercio de los apellidos se idearon para ocultar origenes judíos, sigue actuando como si el color de la piel fuera ligado a la nacionalidad. Sigue fingiendo ser puro.
Quizás por eso un gobierno regional de un partido que quiso hacer, con cierta razón, un caso de Estado de los casos de niños blancos robados por las monjas durante la dictadura ahora quiera quitarle su hijo a Maria José y todos los que se asociaron e indignaron con esos casos pretéritos ahora premanencen en silencio ante este casa presente.
Porque tal ves no se pueda robar niños para dárselos a "una buena familia crisitiana", como defendía la monja criminal pero si sea acptable robar niños negros, incluso siendo el Estado, para dárselos a "buenas familias blancas".
Pues bien, contra esa estupidez nacional, contra esa incapacidad de asumir que ser español no es ser blanco, solo cabe una posibilidad. 
Buenas gentes de España recuerden su infancia, sus padres y sus abuelos, los lugares donde crecieron y estudiaron, pongan en su Ipod a todo pasto el himno nacional para aumentar sus sentimientos de pertenencia a España
Y luego cierren los ojos e imaginen que pierden todo eso, que llega el Estado y se lo arrebata. Y además intenten imaginar que son negros.
María José su hijo y yo por fortuna no tenemos que hacerlo. Tenemos espejo en nuestras casas.

martes, agosto 02, 2016

Hay silencios que matan como las armas

Según para qué cosas me encantan los silencios.
Hay silencios intensos de esos que mantendrías todo el tiempo del mundo y silencios tranquilos de esos que persisten en la memoria más allá de los ruidos que acaban por matarlos.
Y luego hay otros silencios.
Silencios sorprendentes como el de aquellos que pese a estar siempre con Venezuela en la boca y la pluma, pese a hablar y escribir hasta la extenuación de un informe escrito para el gobierno bolivariano y criticarlo hasta la extenuación, ahora callan cuando nuestro Gobierno aprueba ventas de patrulleras y cañones por valor 10 millones de euros a ese régimen como callaron el año pasado cuando hizo lo mismo con armas y material antidisturbios por valor de otros 15 millones.
¿No contribuye ese material y esas armas más al sostenimiento del régimen de Maduro de lo que lo hiciera un informe de estrategia política al de Chávez en su momento?
Los autores de ese sorprendente silencio no contestan, solo callan.
Como callan aquellos que, después de hablar y perorar hasta que se les inflamaron las cuerdas vocales porque unos políticos salían hablando en una cadena financiada con dinero iraní o porque hacían visitas a la cuba castrista, ahora no dicen una palabra sobre los 14 millones de euros autorizados en armamento para su venta en Irán o en los 208.000 en material de visión nocturna para la policía cubana.
¿No sirven más las armas para mantener controlada la disidencia anti islámica que un programa de televisión en España?, ¿no apoya más el islamismo vender armas a un país que financia y arma a Hezbollah en Líbano y a otros grupos y grupúsculos violentos en todo el mundo árabe que hacer un debate político ante las cámaras en España?, ¿no es más útil un equipo de visión nocturna para controlar a los balseros y reprimir la disidencia que una visita organizada por el malecón de La Habana?
Sigue sorprendiendo que no haya respuesta. Sigue sorprendiendo el silencio.
Hay silencios sospechosos. Como el de esos que, tras escribir, vomitar y escupir todo tipo de diatribas contra el Islam y contra la perfidia de esa religión y de los que la aplican a sangre y fuego, permanecen en un silencio trapense cuando este gobierno, nuestro gobierno, el gobierno al que ellos votan una y otra vez, autoriza la venta de material militar este año a Arabia Saudí por valor de 533 millones de euros, después de que el año pasado lo hiciera por 557 millones, incluyendo también material policial.
¿No contribuye ese material a una intervención militar en Yemen tan ilegal como la proclamación del Falso Califato, puesto que también ha sido rechazada por Naciones Unidas?
¿No sirve ese material policial para detener a personas que luego son lapidadas por adúlteras, flageladas por infieles, amputadas por ladrones o colgadas por el cuello hasta morir por ser homosexuales?
Pero no contestan, siguen sospechosamente callados.
Y el mapa de los silencios aumenta y se extiende como puede verse aquí

Hay silencios reiterados que se mantienen a despecho de la más elemental coherencia ideológica cuando se contemplan los 162 millones en ventas de armamento autorizados a Omán en 2015 o los 158 de este año, los 289 a Qatar, los 12 a Emiratos Árabes Unidos o el millón a Kuwait y Bahrein, países todos ellos en los que, al menos parcialmente, rige la Sharia y en los que se obliga a las mujeres a ir veladas, se persigue o dificulta otros cultos que no sean el islam y todas esas barbaries contra las que sí se grita cuando son practicadas por los locos furiosos del poder y la sangre escudados en su falsa interpretación de la religión.
¿No son esos regímenes tan totalitarios, medievales y bárbaros como el ISIS?, ¿No hay que clamar y señalar a quienes les ayudan?
Los que deberían responder continúan en su silencio persistente y mantenido.
Hay silencios preocupantes. Como el de aquellos que van a pasearse y hacer discursos por calles y avenidas extranjeras, denunciando la falta de democracia y afirmando que las dictaduras no tienen cabida en un mundo democrático, y ahora callan cuando el gobierno español con el que ellos o aquellos a los que entregan su sufragio quieren gobernar, autoriza ventas de armas por valor 106 millones a Egipto o de 170 a Turquía, regímenes que o son dictatoriales o son falsas democracias en las que la represión civil es un hecho consumado, denunciado y constatado por organismos internacionales públicos y privados.
¿No debería negarse el apoyo militar a esos regímenes por el hecho de no ser democráticos como se pide con otros?
El silencio seguirá siendo la respuesta.
Y lo mismo con los 12 millones autorizados en armas para Rusia, con Chechenia, Osetia y Crimea incluidas; los 18 millones a China, con el Tibet y su secular represión incluidas, los 4 a Tailandia con la oposición entrando y saliendo de la cárcel un día sí y otro también, los 85 a Irak, con una guerra civil entre las distintas facciones religiosas y los continuos y misteriosos ataques y robos de los arsenales militares...
Si se es civilizado, demócrata, garantista, respetuoso de los derechos humanos y defensor de los principios occidentales ¿no se debe estar en contra de todos aquellos que van en contra de ellos?, ¿no se debe gritar y escribir contra aquellos que autorizan que se venda armamento un año tras otro a los que se pasan esos principios por el arco del triunfo?
Claro que también, por incoherente desgracia, hay silencios culpables.

Lo pensado y lo escrito

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