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sábado, noviembre 22, 2014

Y se me cae la cara de verguenza

Están matando a Carmen Ayuso.
Y No son los que lo hacen físicamente, carroñeros sin un ápice de voluntad de ser seres humanos, que utilizan la miseria para obtener el dinero que su capacidad les impide lograr, dinero.
No son aquellos que lo hacen posible negándose a legislar para impedirlo preocupados solo de parapetarse tras sus privilegios para lograr lo único que les interesa, dinero.
Al menos, no son solo ellos.
También somos los que nos quejamos, nos indignamos, nos gastamos los dedos en denunciarlo y criticarlo en un teclado y no hacemos nada al respecto.
También somos los que, refugiados en la cada vez débil frontera del "a nosotros no nos ha tocado", nos parapetamos tras el viejo adagio perverso y en ocasiones cobarde de "más vale malo conocido".
También somos los que insistimos en desenmascarar a los que llegan nuevos a la política por miedo a no tener excusa ninguna para seguir votando a los que han construido la fosa de miseria y desesperanza en la que poco a poco va cayendo más gente.
También somos los que bajamos la cabeza y cerramos los ojos y los oídos y seguimos pensando que conceptos teóricos gastados como la paridad o símbolos vacíos como la bandera (cualquiera de ellas) son más importantes que que alguien de 85 años sea condenado a morir fuera de su casa, entre llanto, indiferencia y silencio.
Están matando a Carmen Ayuso y no hacemos nada. Miramos. Con consternación o indiferencia, con repugnancia o indolencia, con ira o con pasividad, con arrogancia o con miedo, pero solo miramos.
¿En que nos convierte eso?
Cuesta articularlo pero somos unos asesinos, o sus cómplices, o sus colaboradores necesarios. Pongámonos el grado de culpa que estemos dispuestos a asumir. Pero somos culpables.
No es el Gobierno, no son los usureros carroñeros, no son los bancos, no es la sociedad. Somos nosotros.
Me avergüenzo de haber permitido que estén matando a Carmen, me avergüenzo de pensar que bastante tengo con lo mío. Me avergüenzo de estar escribiendo este post. Me avergüenzo de no haber hecho nada.
Espero llegar a tiempo a la siguiente.

jueves, diciembre 05, 2013

Una multa la lava la cara al asesino del euribor

Mientras los medios de comunicación españoles se lanzan a una vorágine de perseguir con indignación fingida a delincuentes y criminales excarcelados legalmente, en una elusión voluntaria y visceral del hecho de que han cumplido sus condenas legales y los que han incumplido una de las normas más básicas del Estado de Derecho han sido aquellos que les mantenían en prisión, hay otros criminales de los que no hablan, de los que hablan poco, por cuyas acciones pasan de puntillas y para los que no se pide a gritos los cumplimientos íntegros de sus condenas. Vamos, que ni se pide que se les condene a nada.
Durante una década varios centenares de individuos -e individuas, que diría el lenguaje paritario- se han vestido cada mañana con sus impolutos trajes de chaqueta de Armani, con sus inmaculados conjuntos de Chanel, han cogido sus flamantes coches de empresa y han salido a la calle a delinquir.
Los ejecutivos estrella, las operadoras de cuentas destacadas, de los 31 grandes bancos del mundo decidieron dejar de ser lo que eran para transformarse en una Honorable Sociedad, en una Cosa Nostra que se dedicaba a manipular el euribor y otros tipos de interés en su propio beneficio y en el de las entidades para las que trabajaban.
Y dicho así parece una cosa menor, un delito quizás, pero uno de esos trapicheos que hacen los bancos en la frontera de la legalidad, una de esas operaciones que los tiburones financieros, que bordean el límite externo de la ley, hacen bajo el amparo de legiones de abogados que les permiten traspasar el filo sin cortarse.
Quizás por eso la Comisión Europea se aplaude a sí misma porque les ha impuesto unas multas millonarias -que para las provisiones de los bancos no lo son tanto- por atentar contra la competencia. Quizás por eso, porque las finanzas son el arcano mágico del siglo XXI que nadie entiende y nadie se atreve a intentar entender, parece que es suficiente.
Pero no lo es.
La manipulación del euribor y de los tipos de intereses londinense y nipón no es un delito financiero, no es un fraude. Es un crimen de sangre y muerte que bordea la definición de lesa humanidad.
Porque sus robos, sus latrocinios, han sacado de los hogares europeos miles de millones de euros. Han llevado a sus bolsillos 3.000 millones de euros italianos, 1.800 españoles, 5.000 alemanes, 2.500 británicos y otros muchos, arrancándolos de los hogares hipotecados que los necesitaban para llegar a fin de mes, de las cuentas corrientes de los pequeños negocios que los necesitaban para sobrevivir, de los ahorros de personas que pretendían tener un mínimo colchón para afrontar su futuro.
Y eso no atenta contra la competencia, ni contra la libertad de mercado. Al menos eso no es lo importante. Eso ataca frontalmente y sin misericordia  la misma supervivencia de las personas. Si lo hiciera un particular sería un intento de homicidio. Si lo hiciera un ejército sería un acto de guerra.
Como señores de los cárteles de la droga de Medellin o Sinaloa, manipulaban a escondidas los precios de su mercancía sin importarles cuantos de sus obligados clientes dejarían de poder acceder a ella y morirían de síndrome de abstinencia o se ponían de acuerdo para cortarla y manipularla sin tener en cuenta cuantos caerían envenenados o por sobredosis.
Veinte millones de hogares europeos han sufrido el espolio de aquello que necesitaban para sobrevivir, de los fondos que precisaban para salir adelante solamente para que esos enfants terribles de las finanzas aumentaran sus comisiones incrementando las ganancias de sus bancos.
Treinta y un bancos se han puesto de acuerdo para manipular el euribor, 31 entidades se han aliado para delinquir, 31 sociedades anónimas se han puesto de acuerdo para robar, extorsionar y matar a los hogares y negocios europeos. Y eso por definición es una conspiración. Y una conspiración criminal y delictiva, también por definición, solamente tiene un nombre y un supuesto penal: Crimen organizado.
Y por si eso fuera poco, luego, como ejecutores y sicarios de una banda mafiosa, ha mandado a sus abogados y sus cobradores a reclamar la deuda ilegalmente inflada y obtenida y si no se ha podido pagar no les ha temblado el pulso para arrodillar al deudor y descerrajarle un tiro en la nuca con su ejecución hipotecaria y su desahucio
¿Una mujer que se arroja por el balcón de su vivienda en Bilbao cuando recibe la notificación de desahucio atenta contra la competencia?, ¿un hombre que se quema vivo en Lisboa cuando es expulsado de su casa atenta contra el libre mercado?, ¿Un niño que muere de pulmonía en las calles de Torino porque su familia ha pasado a vivir debajo de un paso elevado es una ofensa a las leyes de comerciales?, ¿un anciano que se pega un tiro en la sien en la plaza Sintagma de Atenas para no tener que rebuscar en la basura es un incumplimiento de los principios del liberal capitalismo?
No no son eso. No merecen una multa.
El incremento de un 30% en los suicidios en todos los países de la zona euro a causa de la crisis económica no merece una multa, los cientos de miles de familias europeas que han perdido sus hogares no merecen una multa, los millones de personas que han sido arrojadas al umbral mismo de la miseria o al agujero más profundo de ella no merecen una multa.
Porque una multa no es castigo para aquellos que con su latrocinio mafioso, con su extorsión hipotecaria, han transformado esas muertes en suicidios inducidos, para aquellos que son colaboradores necesarios, si no responsables directos, de toda esa pérdida de vidas y todas esas injusticias.
Como estamos en Europa merecen la cárcel. Si estuviéramos en Wyoming merecerían la inyección letal. Si estuviéramos en guerra solo mecerían el paredón. Y sin bala de fogueo.
Así que la próxima vez que queramos reclamar que los criminales permanezcan en la cárcel más allá de los castigos que marcan las leyes no recurramos a la víscera fácil y fanática de los asesinos y violadores que han cumplido veinte años de condena y salen legalmente del presidio.
Enviemos a nuestra mente imágenes de trajes de Armani y conjuntos de Chanel.
Porque esos 31 bancos, constituidos voluntariamente y con alevosía en sociedades para el delito, han matado a más niñas que el asesino de Alcasser, han arrojado a la prostitución y violado a mas mujeres que el macarra más perverso, han descerrajado tiros en la boca a más europeos que la más sangrientas de las bandas criminales y no han cumplido ni un solo día de condena por ello. Nadie les ha aplicado la doctrina Parot. De hecho, ni siquiera les están aplicando la ley.
Solamente les multan como si se hubieran saltado un semáforo o hubieran escupido en la calle. Y los medios de comunicación no se indignan, no les persiguen, no claman por la inseguridad que para todos supone que no estén entre rejas para siempre.
Porque, claro, son los mismos que dan créditos blandos a esos medios para que sigan a flote y que prestan casi a fondo perdido dinero a los partidos para que puedan engañarnos a toda página y cartel en sus campañas electorales.
Y eso siempre  es motivo para una redención de la pena.

viernes, julio 12, 2013

Nos roban la Constitución para dársela a sus socios

Entre tanta anotación que viene y va, tanta declaración ante el juez Ruz de los sobrecogedores y los genoveses que vieron o no vieron pasar el dinero ante sus ojos directo hasta su bolsillos, entre tanto robo, apropiación indebida, desviación de capitales, el Partido Popular y el gobierno al que mantiene ne La Moncloa nos ha robado dos cosas en un solo día.
Nos ha robado el oído y se ha echado al bolsillo la Constitución. Apenas hemos podido fijar un frente y ya nos abren otros dos. Nadie dijo que iba a ser fácil.
En el Congreso de los Diputados -eso que, según ellos, es intocable e imposible de rodear cuando los ciudadanos quieren tocarlo y rodearlo- nos ha dejado sordos. Ha decidido que no tenemos derecho a escuchar a nuestro presidente, ese que lo es porque los ciudadanos le dieron el poder. 
Han decidido que Rajoy no tiene porque hablar de la financiación de su partido, que nosotros no tenemos que oír lo que tiene que decir al respecto. Ha decidido que, aunque todo el resto de los votantes -representados en el resto de los partidos políticos- lo exijan, Don Mariano no tiene porque hablarnos de los sobres genoveses.
Después de intentar dejarnos mudos en las calles ha logrado dejarnos sordos en el parlamento. No escucharemos de su voz la mentira de la negativa, ni la del de conocimiento. Porque la verdad ya sabíamos que no la íbamos a escuchar.
Pero hay otro robo, otro latrocinio, mucho más peligroso es el que ha protagonizado mientras estábamos pendientes del otro. Nos ha robado la Constitución.
El nuevo Tribunal Constitucional Express, el que ha surgido de la renovación -o involución- que se ha sacado el ministro de Justicia Ruiz Gallardón de su manga más totalitaria, ha tomado su primera decisión y con ella se ha llevado la Constitución a dar una vuelta.
Ha decidido paralizar el Decreto antidesahucios de la Junta de Andalucía. Una normativa que había permitido paralizar doce desalojos, que había dado aire y un poco de futuro a doce familias andaluzas, en tan solo una semana sin la necesidad de que tuviéramos que partirnos el alma y el cuerpo para pararlos.
Y lo ha hecho a petición del Gobierno. No lo ha hecho porque los ciudadanos consideren la norma injusta o fuera de la Constitución. Lo ha hecho simplemente porque el Gobierno moncloita se lo ha exigido.
Mientras Ruz les exige explicaciones sobre su financiación, mientras una jueza sevillana se enfrenta a la corrupción de los ERE, mientras cientos de magistrados se esfuerzan por aunar ley y justicia y anulan desahucios por cláusulas abusivas al amparo de los exigido por los máximos órganos jurisdiccionales europeos, mientras los tribunales superiores de justicia le paralizan sus privatizaciones sanitarias en Castilla - La Mancha y en Madrid por el mal que pueden hacerle a la ciudadanía, el Tribunal Constitucional, su tribunal constitucional, paraliza una ley antidesahucios pese a que sabe el daño irreparable que les hará a cientos de familias andaluzas condenadas a quedarse sin vivienda.
Y ese es el mayor robo perpetrado por el PP y los inquilinos de Moncloa. Mayor que sus privatizaciones nepotistas, mayor que sus sobrecogimientos de pasillo y despacho. Ha cogido la Constitución y se la ha metido en el bolsillo para que deje de servirnos a nosotros y les sirva solo a ellos.
Para eso es para lo que querían y se han esmerado en controlar el Tribunal Constitucional. No para la ley del aborto ni para redefinir el terrorismo, ni para intentar fatuamente controlar el soberanismo. Todo eso son daños colaterales. Querían robarlo para esto.
Porque tanto el nuevo Tribunal Constitucional como el Gobierno saben que ese decreto no es anticonstitucional.
Porque el Gobierno sabe que si es una cuestión de competencias podría haberlas negociado con la Junta de Andalucía en lugar de recurrirlo ante el Constitucional.
Porque los nuevos conservadores que pueblan la alta instancia judicial saben que podían haber admitido el recurso sin necesidad de paralizar su aplicación durante cinco meses.
Porque, a diferencia del cierre de las urgencias nocturnas castellano manchegas, al contrario que la privatización de seis hospitales madrileños, la aplicación del decreto no supone un perjuicio irreparable para la sociedad y los ciudadanos sino todo lo contrario.
Pero, claro, supone un perjuicio para las entidades bancarias, las mismas entidades bancarias que nos han llevado a la ruina, las mismas entidades bancarias que han forzado un rescate que nos endeuda con Europa por dos generaciones para salvar las nalgas laceradas y enrojecidas de su gestión politizada e irresponsable. Las mismas entidades bancarias que nos están matando.
Porque el decreto permite algo que no les viene bien, algo que les descuadra sus ya maltrechas cuentas de resultados. Permite hacer con ellos lo que ellos hacen con otros. Permite la expropiación de viviendas vacías a los bancos.
Y eso no es constitucional
Puede que beneficie a un mercado inmobiliario que está bajo mínimos porque las entidades financieras se niegan a poner a la venta al bajísimo precio de mercado actual todas las viviendas que tienen en sus manos, pero no es liberal capitalista.
Puede que impida que esas entidades acumulen activos tóxicos hasta la extenuación para luego largárselos al Estado y librarse de ellos y del agujero que supone en sus cuentas de resultados y de las provisiones financieras a las que les obligan, pero no es neocon.
Puede que sea necesario para frenar la desesperación de aquellos a quienes la reforma laboral a arrojado al paro y están a punto de quedarse sin techo, para evitar la ruptura que la miseria lleva a cualquier sociedad que se ve arrojada a un futuro marcado por la falta de expectativas. Pero según el Gobierno y su nuevo tribunal amigo y aliado eso no es constitucional.
Y el único motivo de ello es que nuestros acreedores europeos, los que ahora dirigen nuestro presente y nuestro futuro porque nuestro gobierno les pidió el dinero que le hacía falta para salvar a sus amigos y socios de la quiebra, creen que esa medida "tendrá un impacto en la estabilidad financiera".
Pese a la politización de la gestión de las entidades financieras hundidas, pese a las irregularidades en sus balances, pese a la gestión fraudulenta de sus consejos de administración, pese a las mentiras de sus comerciales a la hora de vender preferentes, pese a los créditos millonarios a los gobiernos autonómicos nunca devueltos y desperdiciados en puertos, aeropuertos, circuitos y radiales faraónicas, inútiles y no rentables, lo que "impactará" en la estabilidad financiera es que se les puedan expropiar viviendas. No todo lo demás.
Y Rajoy y su corte moncloita asienten obedientes y deciden que la Constitución tiene que servir a la estabilidad financiera, no a la social, que debe proteger a la banca irresponsable no a la población desesperada, que debe anteponer los daños financieros a los desastres sociales. Deciden que es inconstitucional no ser neoliberal. No ser neocon.
Igual que pusieron a Wert al frente de la Educación para robárnosla, igual que han colocado a sus amantes, consejeros y familiares en las empresas sanitarias para robárnosla, ahora han colocado a sus magistrados amigos en el Tribunal Constitucional para robarnos la Constitución y regalarsela con un lazo dorado a sus amigos bancarios.
Otra cosa que quieren quitarnos. Otra cosa que nos debemos empeñar en mantener en nuestro poder.
Lo dicho, nadie dijo que iba a ser fácil.


viernes, julio 05, 2013

Wert, Lasquetty y los tics del diálogo gubernamental

Toda tendencia política, toda concepción de gobierno por desastrosa que sea, genera con los tiempos un catálogo de citas. Un puñado de frases que sirven para definirla y para comprenderla.
Es más que posible que cuando la historia estudie el actual inquilinato genovés de Moncloa -si es que se sigue estudiando historia tras el paso de este gobierno o si todavía hay alguien que pueda pagarse esos estudios universitarios- se recurra a José Ignacio Wert para completar ese catálogo.
Pero del ministro de Educación no obtendremos frases elaboradas ni citas altisonantes, esas quedaran en poder de Andreita y su "¡Que se jodan!" o de Díaz Ferrán y su "hay que trabajar más y cobrar menos". Del titular del ministerio de Educación y Cultura lo que obtendremos serán tics, actitudes repetidas, que nos servirán de ejemplos perfectos de las formas que el PP y el gobierno apoyado por él han utilizado para justificar sus acciones.
José Ignacio Wert es el muestrario vivo de todas ellas y las ha puesto en marcha una tras otras en su numantina e irresponsable defensa de la LOCME.
El primero de esos tics que hacen torcer el gesto al rostro del PP es el que se fundamenta en la exigencia a otros de que hagan un trabajo que solamente correspondería abordar a ellos.
Wert se queja amargamente de que la oposición "no haya presentado un texto alternativo" a su ley. 
Además de obviar el hecho cristalino de que no se puede presentar un texto alternativo a algo que no se quiere que se produzca, de ignorar que no es una cuestión de presentar enmiendas porque lo que se niega es la mayor, la ley en su conjunto y el espíritu elitista y absurdo que impone en la educación, el ministro cae en el típico tic del PP.
Cuando este Gobierno tuvo al 15-M y Los Indignados en el cogote nos reclamó que hiciéramos propuestas concretas, que presentáramos alternativas. 
Exigió que aquellos que estaban indignados con su gestión elaboraran el corpus legal de una nación entera, pasando de ser ciudadanos indignados a legisladores aficionados que le dieran al Gobierno elaborado y redactado el cambio.
Y lo mismo hizo Lasquetty y el Gobierno de La Comunidad de Madrid cuando la comunidad sanitaria se opuso a las privatizaciones de gestión de los hospitales; lo mismo exigió Ruiz-Gallardón cuando todo el complejo legal de este país se opuso a su tasazo judicial; idéntica actitud que la de Ana Mato cuando los pacientes y ciudadanos se mostraron en contra del pago por los medicamentos o que la del mismísimo Presidente del Gobierno exigiendo a los que luchan contra los desahucios prácticamente que elaboraran y presentarán ante él una nueva Ley Hipotecaria.
El tic del PP le hace elevar los hombros cuando una de sus medidas no gusta y preguntar ¿y ahora qué?, exigiendo a los ciudadanos que no están de acuerdo con sus medidas que sean ellos los que reelaboren las leyes que piensan innecesarias o injustas. 
Se niegan a entender que la única alternativa a esas decisiones es simplemente no llevarlas a la práctica. No se trata de ejecutarlas de otra manera, sino simplemente de no ejecutarlas.
Pero ese tic lleva al siguiente: pese a su exigencia de que sean otros los que hagan el trabajo del gobierno, cuando lo hacen se dedican a ignorarlo. 
El 15-M redactó el corpus legal que se le exigía y el Gobierno seguramente aún ni lo ha leído; los profesionales de la sanidad abrumaron a Lasquetty con miles de propuestas de ahorro y él las apiló en el más alejado rincón de su despacho; los rectores y CANAE le han dado las propuestas a Wert desde el Consejo de Educación sobre las becas y él simplemente las ha ignorado y ha seguido adelante con lo suyo.
Y esos dos tics absurdos y recurrentes del gobierno que nos echamos encima en las urnas desembocan en otro que es el que más define su esencia, su desviación psicológica de la realidad.
Pese a que tienen a todo el mundo de uñas, pese a que se niegan a escuchar a los órganos consultivos, la calle, los profesionales sanitarios, la comunidad educativa, los sindicatos o cualquiera que les lleve la contraria, ellos se miran al espejo y no entienden nada porque están seguros de que "están abiertos al diálogo".
No convocan a la PAH ni a los jueces para hablar de hipotecas, dan la espalda a los sindicatos sanitarios y las federaciones sindicales de la enseñanza, ni siquiera se reúnen con las organizaciones ciudadanas de pacientes y consumidores o de padres de alumnos, pero están abiertos al diálogo.
Y de nuevo Wert nos da la clave del motivo por el cual los genoveses que se juntan en el Consejo de Ministros cada viernes se creen dialogantes aunque todos aquellos que se sientan frente a ellos, se reúnen con ellos o se manifiestan en su contra piensen todo lo contrario.
Según Wert ha dedicado mucho tiempo al diálogo, "la mayoría a deshacer prejuicios, malinterpretaciones -otra palabra que al igual que la famosa "inequidad" del PP no existe, por cierto-  y desconocimientos de lo que la ley decía. Y no he recibido ninguna propuesta alternativa".
Claro. Si el diálogo se entiende por adoctrinamiento, si el diálogo se basa en convencer a los demás de que tengo razón, bajo la premisa de no aceptar que puedo estar equivocado, si el diálogo se interpreta por no moverse un ápice -salvo un punto en las notas de acceso a las becas básicas- de la postura inicial y soltar discursos y sermones sobre la bondad de las posiciones propias, Wert y el Gobierno han dialogado hasta quedar afónicos.
Pero el diálogo no es pontificar ante los que están en contra de tu postura y luego sentarse a escuchar aburrido y distraído sus argumentos sin estar dispuesto a modificar un ápice lo que se tienen pensado de antemano. No es afirmar que todo el que se opone al pensamiento propio es porque no sabe de lo que está hablando.
El diálogo no es el apostolado, no es la presentación de dos monólogos educadamente interrumpidos.. Es otra cosa.
Como la dama que se queja amargamente de que ningún varón reconoce su dulzura y su sensibilidad en lugar de preguntarse si realmente esas condiciones no existen en otro lugar que no sea su imaginación cuando nadie más puede verlas; igual que el galán que protesta iracundo porque ninguna dama sabe ver su romanticismo en lugar de reflexionar sobre si saltar abruptamente entre las piernas de la primera que pasa puede realmente considerarse una muestra de romanticismo, los gobernantes del partido popular siguen preguntándose por qué nadie les da alternativas ignorando la realidad más fehaciente.
Todos y cada uno de los que se han reunido, se han entrevistado y se han manifestado en su contra les han propuesto una alternativa a su política en la primera frase de cada reunión o cada manifestación.
La única alternativa posible: que abandonen esa política. Que dejen de sacrificar servicios fundamentales en aras de su interés, su ideología y su visión mesiánica de la salvación de la patria.
Y luego que hagan su trabajo. Que busquen otra forma de salir de la crisis porque esa no es la que España quiere.
Si eso no es una alternativa es que el Gobierno es el más dialogante de la historia de España. Incluidos, Wert y Lasquetty, por supuesto.

martes, junio 18, 2013

Un vómito y Mr. Crews nos pintan la linea de defensa

Una de las formas de pensamiento más recurrentes en este Occidente Atlántico nuestro es la que se empeña en compartimentarlo todo. Los problemas se abordan, se expresan y se afrontan -cuando no se huye de ellos, que es casi siempre- de forma individual, por separado, sin intentar integrarlos en una visión de conjunto de nuestra existencia. Quizás sea fruto de nuestro endémico individualismo o simplemente sea un mecanismo de defensa que intenta impedirnos descubrir de forma inconsciente que el único factor común de nuestros problemas somos nosotros mismos y que es una opción más que plausible que, por ese simple hecho, tengamos una parte de responsabilidad en ellos.
Y en esta crisis nuestra que no es crisis hay muchos que se empeñan en hacer lo mismo. "Vayamos por partes, dicen". Se empeñan en considerar la tragedia de los desahucios como algo separado de la venta de lo sanitario a lo privado y está aparte de la Reforma Laboral, que a su vez se afronta como si no tuviera nada que ver con los recortes educativos o la Reforma de las Pensiones o con la sacralización de los mercados o con la corrupción política.
Y claro, como en otras muchas cosas que se relacionan con lo que es y debería ser nuestra sociedad, nos equivocamos de medio a medio porque, como diría Charlie Crews, el personaje central de la serie Life, interpretado por el ahora archiconocido actor protagonista de Homeland: "No puedes vivir pensando las cosas por separado. Todo está relacionado".
En esta batalla que nos han obligado a emprender por la supervivencia de lo nuestro contra aquellos a los que nuestros sufragios colocaron en Moncloa la prueba de la incontestable veracidad de esa afirmación no es un documento, no es una complicada explicación filosófica, no es una cadena de relaciones imposible de seguir y de probar. Es algo tan simple, mundano y escatológico como un vómito.
Un vomito cae en un Centro de Salud de un pueblo madrileño y no hay nadie para recogerlo. Al menos no hay nadie para recogerlo hasta el día siguiente.
No hay nadie porque los recortes en sanidad han quitado recursos económicos al centro y han hecho que haya menos turnos de limpieza en un espacio sanitario donde la limpieza no es otra cosa que una absoluta necesidad. 
Y esa es la explicación individual, la que aborda un solo problema, pero solamente es la punta del iceberg. Porque el recorte en limpieza supone que el Gobierno de la Comunidad de Madrid ha decidido gastar 35 millones de euros en la limpieza de los centros de atención primaria y ahorrarse 18 de los que gastaba hasta ahora. 
Pero ha decidido conceder el contrato a una sola empresa Ferroser, filial de Ferrovial. Unos recortes que también incluyen otro de esos factores aparentemente no relacionados -o que algunos pretenden separar- como es la privatización de la gestión. Porque la gestión de la limpieza es privada, es una concesión.
Y aquí es donde empiezan a entrar otros factores. 
Porque Ferrovial es una de esas empresas que se han acogido a la amnistía fiscal, porque su propietario ha pagado de tapadillo 200 millones a Hacienda para evitar males mayores, porque Ferrovial es de los que pagaron comisiones a Convergencia y Unió, porque el PP andaluz defiende a la empresa a capa y espada en sus problemas cordobeses y porque en algunas partes del sumario de Bárcenas, los sobres y las comisiones aparece el logo de esta empresa en letras de neón.
Así que ya no hablamos solo de recortes, hablamos de corrupción política, de nepotismo. De repente un problema se transforma en dos que ya no pueden verse por separado. 
Pero, aún así, pese a los recortes y el nepotismo, nuestro vomito ambulatorio, que ya empieza a convertirse en un surrealista monumento a la destrucción social, no tendría porque seguir en el suelo. No tendría porque si no fuera por la intervención de otro factor de esos que parece que no tienen nada que ver entre sí.
Si seguimos con la mirada la linea de cinta aislante negra que en la pared de la casa de Charlie Crews lo relaciona todo, nuestros ojos acaban posándose en ni más ni menos que un ERE presentado por la empresa unos días después de recibir el contrato. Señoras y señores, con ustedes la Reforma Laboral.
Y ese ERE supone prejubilaciones, reducción de jornadas y de sueldos. Una empresa que acaba de recibir un contrato de 35 millones de euros reduce plantilla y eso sí comienza a ser el motivo de que nuestro vómito siga en un suelo en el que no debió de mantenerse más de unos pocos minutos, eso ya empieza a hacer plausible que el recorte y la corrupción sean factores que originen esa dantesca situación.
Y el motivo de que el ERE progrese no es otro que el hecho de que la empresa y su matriz han descendido en sus beneficios. Y por eso hay que hacer todo lo posible para que no sigan por esa vía porque entonces la  cotización temblará, descenderá y los mercados reaccionarán negativamente.
¡Vaya hombre!, los mercados, esa tiranía absurda e invisible que parecía que en teoría no tenía nada que ver con todo esto. Por si no tuviéramos bastante para fijar nuestra regurgitación al suelo con los recortes, la gestión privada, la corrupción y la Reforma Laboral ahora se nos une el sacrosanto miedo a los mercados para hacer fuerza.
Así que si nada de eso es suficiente para aplacar a la bestia mercantil compuesta por las fauces de los inversores especulativos, el ERE se transformará en despidos y estos en paro, en hipotecas impagadas, en desahucios, etc.
Así que parece que un sólo vómito es consecuencia de muchas cosas y causa posible de otras tantas. Un solo vómito en el suelo de un centro de salud.
De modo que la próxima vez que creamos que porque el Gobierno nos promete recuperar la paga extra nuestra lucha ha terminado, recordemos el vómito.
Cuando los gobernantes nos aseguren que no nos tocarán la pensión porque el cambio empezará dentro de diez años y creamos que nuestras protestas tienen que acabar, fijemos nuestra mirada en el suelo de un centro rural de Atención primaria madrileño.
Cuando tengamos la tentación de dar nuestra lucha por terminada porque los jueces nos digan que no nos van a embargar quizás deberíamos pensar en la nausea y el pavimento.
La próxima vez que creamos que si nos dan la beca no nos afecta la reducción de profesores interinos o la eliminación de los desdobles, que si nos dicen que se ampliarán los criterios para el tramo mínimo de pago de las medicinas recetadas ya no tiene nada que ver con nosotros que jubilen obligatoriamente a cientos de profesionales médicos o privaticen la gestión de hospitales, que si meten en la cárcel a un par de políticos la corrupción y el nepotismo ya están vindicados, tal vez deberíamos pensar en Charlie Crews.
"Todo está relacionado" 
Y nosotros tenemos que batallar en todos los frentes al tiempo y por igual. Es más cansado, menos individualista, menos nuestro. Pero es lo único que podemos y debemos hacer.
Eso, o dejar para siempre el vómito en el suelo del centro de salud hasta que se convierta en una reliquia arqueológica de una sociedad que desapareció víctima de su propio egoísmo.
Y no, no me he olvidado de relacionar la Reforma Educativa con todo esto. Esa solamente pretende lograr que no sepamos quejarnos ni enfrentarnos a todo lo demás.

domingo, junio 09, 2013

Cuando un premio cambia el miedo de trinchera

Hace tiempo alguien me enseñó que cuando eres criticado lo mejor es detenerte, mirar hacia ti mismo y a lo que los demás ven de ti y luego responder. Alguien me mostró que la única manera de enfrentarte a una crítica es  evaluar tus actos desde ese punto de vista que nos negamos casi siempre a asumir que es la mirada del otro.
Por eso cuando la PAH recibió su premio yo callé, cuando los voceros del Gobierno y el partido que le sustenta arremetieron contra aquellos que en esta guerra de múltiples trincheras hemos elegido esa para combatir la sinrazón y la demolición sistemática del futuro, me limité a mirarme con sus ojos, a mirarnos a todos los que corremos cada día, cada semana, de portal en portal y de juzgado en juzgado para evitar los desahucios con la mirada de aquellos que quieren imponer a dolor y sufrimiento la visión de un sistema económico muerto al nacer y de unas necesidades que solo lo son para ellos y la parte del sistema financiero que les alimenta el ego y las carteras.
Y lo que vi cuando miré con sus ojos a lo que hacemos, lo que intentamos hacer y lo que apoyamos es puro y simple miedo.
Vi el miedo de la soberbia interrumpida de aquellos que creyeron que una victoria electoral ,tanto tiempo por ellos esperada, era el pasaporte hacia un poder omnímodo e incuestionable en el que su palabra era ley y la posición del resto era la obediencia ciega a sus consignas.
Vi el auténtico terror de los que esperaban sometimiento en la miseria y han encontrado resistencia en la pobreza, de los que ansiaban beneficio en el Gobierno para ellos y los suyos y han encontrado defensa de lo de todos; el miedo a que las cuentas que solamente a ellos les benefician no les cuadren y tengan que tirar de dinero propio y no del común para sus veleidades financieras y negocios.
Cuando he leído las declaraciones del egregio Iturgaiz desde su exilio en Bruselas, después de perder ni se sabe cuantas elecciones vascas y de sus escarceros susurrados con la que se quería presentar como la eterna novia doliente de un héroe asesinado por ETA, no he visto otra cosa que odio, no he visto otra cosa que un rencor visceral que le lleva a compararnos con aquellos que siempre fueron su otro monstruo, su otro odio, su otro terror nocturno. Los independentistas -ya fueran terroristas o no-.
Y ese odio apenas contenido, esa aversión pobremente disimulada, no es ni siquiera la causa de sus declaraciones, ni la consecuencia de los actos de la PAH y todos los que colaboramos con ella. Es solamente un síntoma. 
Un síntoma de esa enfermedad que la corte genovesa quería imponer como forma de Gobierno, como tejido básico de estructuración de la sociedad y que el premio a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca les hace ahora sufrir a ellos: el miedo.
Porque ellos, que hicieron una reforma laboral para que viviéramos con el miedo de perder nuestro empleo y así poder aumentar sus beneficios ad eternum, ahora viven con el miedo de que Europa les quite la razón en los desahucios; porque ellos, que quisieron controlar la justicia y a los jueces para que viviéramos con el miedo de una justicia que no era arma contra el poderoso, ahora se despiertan cada mañana y desayunan con el pavor a que otra instancia judicial se haya enfrentado a ellos, haya paralizado sus desahucios consentidos, sus recortes planeados o sus privatizaciones nepotistas.
Porque el premio a la PAH -que nunca fue el objetivo de esa organización- les desata el miedo a que nos demos cuenta de que incluso los populares europeos, aquellos que comparten su visión económica del mundo, les envían el mensaje de que permitir que familias enteras sean arrojadas a la miseria por la avaricia de sus bancos amigos no es el camino; les desata el terror a que descubramos que ni los jueces españoles, ni las altas instancias judiciales europeas, ni el parlamento continental, ni la sociedad española ni sus propios camaradas populares les apoyan en su pervertida visión del mundo, en la que es más importante salvar a cuatro entidades financieras que han gastado a manos llenas que garantizar que una familia no muera de hambre y desesperación bajo uno de los puentes que sus políticos han construido con ese dinero y que ahora no son otra cosa que mausoleos erigidos en honor de su locura y su egolatría.
Por eso los moncloítas y los genovitas no encuentran otra palabra que terrorista para referirse a aquellos que nos enfrentamos a ellos, a nosotros, a todos.
Porque sienten autentico terror. Pero no por los escarches, los encierros o las paralizaciones de desahucios. Sienten terror a que alguien les lleve la contraria y el resto del universo conocido les de la razón.
Porque la remodelación de la sociedad que habían planeado a imagen y semejanza de su avaricia y sus ansias de poder no es posible sin la completa y absoluta sumisión social. Como no hubiera sido posible el Imperio Romano sin la esclavitud. Como es inconcebible el feudalismo sin la servidumbre.
Otro alguien dijo alguna vez que nada es más fuerte que el miedo y tenía razón.
Toda su soberbia, toda su arrogancia, todo su desprecio por aquellos que les hicieron depositarios de su soberanía para que ejercieran el Gobierno es solamente eso. Miedo, eternamente miedo.
Porque el miedo es reversible, intercambiable. Cuando acaba el nuestro, comienza el suyo.
¿Aún hay alguien que piensa que no sirve para nada pelear?
El miedo está empezando a cambiar de trinchera.



lunes, abril 15, 2013

Carta de un casi nazi a su Santa Patrona Cospedal

Los hay que dicen que no hay mejor desprecio que no hacer aprecio. Es muy occidental, muy atlántico, muy nuestro eso de no meterse en jaranas por aquello de que no nos va el riesgo y que parece que polemizar nos hace desagradables, no malos ni perversos, pero desagradables. Y no vaya ser que esa condición de desagradables nos prive de nuestras posibilidades de juerga de viernes por la noche o de polvo de fin de semana.
Pero como no siempre esos van a ser los intereses y desde luego no lo son en este caso, hay veces que el mejor desprecio es precisamente hacer desprecio. Y más cuando la persona despreciada está mostrando una y otra vez el desprecio por todos y por todo.
La Santa Cospedal, que a ella va referida toda esta diatriba inicial -salvo en lo de los polvos de fin de semana, claro está- se descuelga despreciando los escarches tildándolos de totalitarios y nazis. Y eso es un desprecio mayúsculo que exige uno similar.
Porque es un desprecio utilizar el aparato público para los beneficios privados y propios. Y que los servicios legales de la Junta de Castilla La Mancha se encarguen de defender el honor de su marido es un ejemplo muy claro, como lo es otorgar concesiones millonarias al que duerme con ella desde su posición de gobierno o desde de la de sus compañeros de partido. Es un desprecio fascista y totalitario. No lo digo yo. Está en los libros. En los de historia, no en los catecismos.
Porque es un desprecio defender una política sanitaria que pretende privar de la atención sanitaria - y la educación, y sino al tiempo- a "todo aquel que no acredite su condición de español sin lugar a ninguna duda y desde un tiempo que garantice su contribución a la nación y su progreso" .
Y la patrona del recorte dirá que esas palabras no son suyas y tendrá razón. Es el prefacio de la Ley de Voluntad y Atención Públicas, promulgada en 1933 por Goering si se sustituye el español por ario alemán. Pero la similitud, la absoluta concomitancia de esas frases con la política sanitaria que defiende su partido, es un absoluto desprecio. Este ya ni siquiera es fascista. Es directamente nazi.
Y También es un desprecio mantenerse en la defensa de una ley que los jueces -últimos responsables de su aplicación y depositarios de la soberanía popular en cuestiones legales- consideran arcaica y abusiva. Despreciando los constantes requerimientos de los tribunales internacionales, permitiendo desahucios que luego son contravenidos por esas instancias judiciales. Es un desprecio tan totalitario que atenta directamente contra la división de poderes, pilar de la democracia más básica. Vamos, digno de aquel que dijo que "ningún juez está capacitado para frenar u obstaculizar el avance de la nación y la visión que para ella tienen sus líderes ungidos" que, por si el breviario de cabecera de la ínclita María Dolores no recoge la cita, fue un momento más que celebrado del discurso de graduación de la primera promoción de la Gestapo a cargo de un individuo de nombre Adolfo y de apellido aciago para la historia.
Pero el mayor desprecio es permitirse el lujo de acusar a otros -cuyas actividades pueden ser cuestionables legalmente, no lo niego- de nazis cuando mantiene la aplicación de una ley hipotecaria novecentista que curiosamente solo ha sido remodelada una vez, en 1941, para incluir unos curiosos artículos que permitían desahuciar a aquellos "que hubieran actuado en perjuicio de España o alentado, ocultado o ayudado a sus enemigos", Algo calcado de otra ley, la alemana De Empréstitos, que permitió al gobierno nazi dejar sin casa a todos los los judíos. Una reforma que posibilitó a falangistas, requetés y nacional católicos en general hacerse con las propiedades de los que habían luchado o simplemente simpatizado con el bando republicano tras la Guerra Civil Española.
Cuando desprecia la sociedad, la realidad, la democracia y la justicia para mantener una ley que, ahora mismo, permite desahuciar a los ciudadanos en beneficio del Estado porque, la intervención financiera y el rescate bancario han convertido a Bankia, el principal desahuciador de este país, en parte del aparato del Estado, que solamente ejecuta hipotecas para cuadrar sus cuentas. El mismo desprecio por la justicia que mostraran Juan Sin Tierra de Inglaterra, Stalin o Hitler. En eso la Santa Cospedal puede elegir ejemplo a seguir. Totalitarismo a la carta.
Los escarches están hechos como ultimo recurso para evitar que un Gobierno, que utiliza al Estado de la forma más totalitaria y fascista que se recuerda, deje a los ciudadanos sin vivienda para defender los intereses financieros de la élite que han decidido proteger. Las marcas de viviendas judías en la Alemania nazi buscaban lo contrario. Fueron los nazis los que dejaron sin casa a los judíos, santa Dolores, fueron los nazis.
Así que dime, santa patrona del recorte, ¿quién se parece más a quien? Y si tienes problemas para responder a esa pregunta contempla la imagen. Recurre a la memoria visual.


Y el desprecio no viene motivado por lo que dices viene motivado por lo que haces, por lo que defiendes y por lo que ocultas. No te desprecio por ser María Dolores de Cospedal sino por ser una de las últimas esperanzas del nazismo ideológico en Europa.
Nuestros actos y objetivos nos definen, María Dolores, nuestros actos y objetivos nos definen. Por mucho que te intentes llenar la boca diciendo lo contrario.

sábado, abril 13, 2013

Vestrynge, escarche y el visto plumero de Génova, 13

Lo del gobierno que nuestras urnas nos echaron encima ya empieza a ser de eso que las abuelas decían cuando eras demasiado descarado, cuando pretendías disimular pero se te notaba. Al inquilinato de Moncloa comienza -o mejor dicho continua- viéndose el plumero. Pero ya es uno de esos plumeros de avestruz, de los de doncella francesa de fantasía erótica, de los que hacen época.
Ya el rescate bancario mientras se hace naufragar a su costa todo el resto de la sociedad es de una forma de demostrar quienes les importan y quienes no; ya la sistemática venta por partes de la sanidad a sus amistades y parentelas dejan ver para quienes buscan beneficios con su acción de gobierno; ya el camino privatizador de la educación buscando el mejor posicionamiento de la escuela católica en los conciertos manifiesta claramente qué ideologías pretenden defender a costa de la libertad de elección de todos.
Pero ahora con los escarches, con la conciencia ciudadana de sus constantes mentiras y su falta de compromiso con la sociedad que están destruyendo, la pluma que se muestra de su plumero es otra, es la de  cual es su verdadero objetivo, cual es su verdadero punto de vista sobre el mundo y sobre la sociedad sobre la que gobiernan.
Para empezar hacen lo de siempre, intentan cambiar las reglas, intentan inventarse normas que les protejan, que eviten que los demás les "violenten" con el recuerdo constante de su conciencia social e íntima está adormecida por el dinero y el interés personal, sino muerta completamente.
Luego pretenden cambiar la realidad modificando arteramente la percepción de los que la viven. Buscan similitudes con los nazis, pero ignoran las que existen con los que persiguieron a los militares represores argentinos hasta que fueron llevados a juicio; quieren hacer ver que los escarches a políticos son un signo totalitario cuando el obviar las recomendaciones de todo el poder judicial sí lo es, cuando el ignorar los requerimientos sociales también lo es, cuando el mantener una ley que tiene párrafos idénticos a la de empréstitos alemana de 1932, promulgada por el régimen nacional socialista para incautarse impunemente de los bienes judíos es una similitud mucho más directa y llamativa de la que nada dicen.
Intentan convertir a los "escarchadores" en terroristas cuando el auténtico terror lo producen ellos y las entidades bancarias por ellos protegidas y salvadas cada vez que obligan a un agente judicial a llamar a una puerta con una orden de desahucio. 
No olvidemos que ahora mismo Bankia -la principal ejecutora de hipotecas- es propiedad del Estado, lo que significa que el Gobierno ha desmantelado la sociedad con el conseguir los fondos financieros necesarios  para mantener abierta una entidad bancaria que ahora se dedica a ejecutar desahucios y aumentar la miseria de la sociedad que está pagando su rescate. Sería irónico si no fuera trágico.
Pero lo más grave, lo que les deja ver el plumero completo de su objetivo con el gobierno es su primera reacción al escarche y un nombre: Lo primero que hacen es multar a Jorge Vestrynge.
El amigo Vestrynge que ha pasado por el arco ideológico más increíblemente amplio que va desde el progresismo ochentero a la ultraderecha alcalaína de cabezas rapadas y chicos buenos de corbata y pantalones de pinzas, no es santo de la devoción de aquellos que han accedido por desesperación a esta estrategia de presión  ni siquiera es su ideólogo ni su impulsor, se ha sumado a ella a última hora, como para sacar tajada -al menos mediática- del asunto, pero ellos se centran en él.
Tienen las identificaciones de cientos de nosotros conseguidas a cambio de su números de placa en cada desahucio paralizada, en cada acción, tienen el nombre y el apellido de todos los que han presentado -incluso en una rueda de prensa- estas iniciativas. Pero ellos van a por Vestrynge.
¿Por qué?
No tiene nada que ver con el escarche, no tiene nada que ver con los desahucios, tiene que ver con el hecho que sacó hace un par de meses al bueno de Jorge del retiro en el que la historia y la falta de apoyos dentro de su propio partido le habían impuesto.
Tiene que ver con que ese señor fue el primero que reconoció públicamente que Génova, 13 era más parecido a una estafeta de correos por donde pululaban sobres en todas direcciones y a un garito del la Ley Seca en los años 20 donde todo se pagaba con fajos enrollados y sujetos con gomitas de dinero manchado y delictivo que a la sede de un partido político honesto y democrático.
Van a por Vestrynge porque el amenaza lo único que les importa, la permanencia en el poder.
Y los escarches son secundarios, como lo es la ideología católica en la educación, como lo es el apoyo a ultranza a una banca negligente, irresponsable y delictiva, como lo es la venta de la sanidad a amigos, maridos y parientes.
Todos ellos son compañeros de viaje, son recursos necesarios y asumidos pero no objetivos. Si hay que vender el alama a la banca para conseguir apoyo financiero, se vende; si hay que alquilar la ideología a un credo para que los jerarcas del mismo vean en ti al nuevo cruzado que les ayudará en su soñada segunda reconquista teocrática de Hispania se hace; si hay que tener contentos a socios y genealogías para que te ayuden de forma vasallática, se les tiene con prebendas nepotistas y concesiones sustanciosas.
Y si hay que ir a por Vestrynge, pues se va.
Porque él -dentro de su estrategia, que seguro que la tiene y no es por el bien social, es de temer- que es el peón que ha roto el enroque, que decidido una apertura por su cuenta que ha dejado al descubierto la linea de ataque por la cual Génova puede perder el poder pese al apoyo bancario, el soporte ideológico teocrático y los posicionamientos nepotistas.
La linea que deja abierta la diagonal entre el rey que pretende reinar sempiterno en los pasillos, los despachos y los aposentos de Génova, 13 y Moncloa y la reina que desde lejos, amenazada por múltiples piezas encuentra una forma de pergeñar una ataque y poner en jaque a su adversario.
Entre el rey negro -negro como el dinero, como los sobrecogedores genoveses- del poder y la reina blanca -blanca como la marea, como la bandera- de la sociedad a la que ese poder pretende exprimir.
Y una simple multa a Jorge Vestrynge explica todo eso. El plumero ya es demasiado grande y polvoriento como para que puedan impedir que lo veamos.

jueves, abril 04, 2013

Cristina Federica, Amalia, Eva y la Marca España

Nuestro gobierno, nuestro porque nos lo echamos a la espalda nosotros solitos en las urnas no porque se preocupe por nosotros lo más mínimo, tiene una preocupación en la mente. Da vueltas sobre ella en sus ejecutivas nacionales y autonómicas, le obsesiona en sus noches de insomnio, la busca y la persigue con insistencia enfermiza y recurrente, como hiciera el ya famoso ojo omnipresente de Sauron con el dichoso anillo único de la saga fantástica de Tolkien.
Esa obsesión es la imagen.Como si nuestro país fuera una estrella de rock o una damisela novecentista, le importa más la imagen pública, el qué dirán, la visión que de España se tiene, que el fondo de las cosas; se obsesiona con la Marca España en lugar de con el país España, la sociedad España y la Realidad España.
 Y en esa obsesión por la imagen de marca destinada a atraer a esos nuevos dioses arcanos llamados inversores internacionales tras una eterna cadena de sacrificios propiciatorios en forma de recortes al pie del altar de sus dineros y sus dividendos hay dos cosas que en estos días traen de cabeza a la corte moncloita inquilina de nuestro Gobiernos.
Dos cosas y cuatro personas: La imputación de la infanta y los escarches. Cristina Federica y José Castro y Amalia Torres y Eva Durán.
Piensan Rajoy y sus chicos -y no pocos de los que ocupan las bancadas de Ferraz también- que eso de que se impute a Cristina Federica es malo para la imagen de España, para esa marca de fábrica que pretenden crear de la nada a golpe de candidatura olímpica y trofeo futbolístico.
Y uno se pregunta por qué ¿no sería malo para la imagen de España no imputarla? ¿no diría cualquiera de esos occidentales atlánticos vecinos nuestros que somos un país medieval si no lo hiciéramos con los indicios que la inculpan?,  ¿no pensarán que no hemos avanzado nada desde los tempestuosos tiempos de Witiza y los visigodos en los que un monarca podía matar en presencia de testigos con sus propias manos a su sucesor y nadie podía hacer nada contra él porque estaba por encima de la ley?
¿No dirán que somos como esos emiratos perdidos y consentidos por su producción petrolífera en los que  Su Majestad el Emir ajusticia a maridos para poder, como en los pasajes más tórridos de las leyendas artúricas y los tiempos bíblicos patriarcales, yacer con sus esposas?
Es muy probable que cualquiera que tenga dos dedos de frente para proteger un puñado de neuronas lo haga y vea como la imagen de nuestro país cambia ante sus ojos para mal.
Pero eso no le importa a nuestro gobierno. Por eso ha aparcado la Ley de Transparencia  por eso no le importa que estemos por debajo de Niger en el ranking de transparencia administrativa, por eso promete mostrar sus cuentas de partido, sus declaraciones de la renta y todo lo que haga falta y luego las mantiene escondidas, probablemente en la misma caja de seguridad helvética donde tienen sus fondos de emergencia que se cuentan por millones de euros.
Porque nuestro Gobierno no busca dar esa imagen. Busca ofrecer en bandeja de plata, junto con nuestros derechos laborales y nuestras expectativas de futuro, la imagen que precisan los inversores que busca para venderles nuestro país. Los mismos con los que sus líderes gallegos se fotografían en sus yates. 
Quiere promocionar una imagen en la que este país sea el lugar ideal para medrar si se tienen los contactos necesarios en las esferas políticas, en el que no se tengan que preocupar de verse involucrados si tiran de nepotismo, sobornos bajo cuerda o negocios cuestionables con la élite gobernante para aumentar sus cuentas de beneficios y sus cuentas en Suiza. Y que el Juez José Castro impute a Cristina Federica en el caso Noos no ayuda para nada.
Porque Génova y Moncloa no buscan dar una imagen de legalidad. Buscan dar una imagen de impunidad.
Y más o menos pasa lo mismo con los escarches. Y si el juez que imputa a Cristina Federica es el ejemplo  de una imagen que no quiere el gobierno del Partido Popular para España, Amalia Torres, Eva Duran y los escarches son el epítome de otra que tampoco le conviene que se tenga.
Amalia Torres   iba a ser desahuciada y los que cada día intentan e intentamos parar el desequilibrio de la Ley Hipotecaria escenificado en los Desahucios acudieron con ella a una junta madrileña de distrito. Protestaron, gritaron y "escarcharon hasta que Eva Durán, concejala de distrito, la recibió. Y Eva la escuchó, descolgó el teléfono  movió sus contactos y logro que Bankia parara el desahucio.
Y si no hubiera habido escarche, Eva no se habría enterado de la existencia de Amalia ni de su desesperada situación. No es cuestión de dudar de que la concejala hubiera hecho lo mismo de otra forma y de que sea más o menos buena persona -que no es aquí donde se cuestionará a nadie simplemente por pertenecer a un partido político o a otro- pero sin la presión del escarche en su oficina y las expectativas de un escarche domiciliario continuo a lo mejor lo había dejado pasar, a lo mejor no habría hecho todo lo posible, a lo mejor hubiera preferido contribuir a la salvación financiera de Bankia que al rescate vital de Amalia.
Y eso tampoco es lo que quiere el Gobierno, no es la imagen que pretenden exportar a los parqués bursátiles de todo el mundo.
Porque la imagen que quiere ofrecer a sus inversores es la de un país donde las preocupaciones y los problemas de los ciudadanos no importan cuando es enfrenta a la obtención de beneficios empresariales, donde la miseria y la dignidad de las personas no es relevante cuando están en peligro los intereses económicos de los socios y amigos de los gobernantes están en juego.
No pretende que la Marca España sea un sinónimo de equilibrio social, político y económico, quiere que los arcanos inversores invisibles la perciban como un compromiso de feudalismo y servilismo social en aras del beneficio empresarial.
Porque los gobernantes y su partido no buscan dar una imagen de justicia. Buscan ofrecerla de rentabilidad.
Así que, una vez más las preocupaciones de Rajoy, su gobierno y su partido, nada tienen que ver con le realidad. Su ojo de Sauron no está buscando mejorar la imagen de España, esta buscando aclimatarla a sus intereses económicos y los de sus adláteres y socios.
José Castro, Cristina Federica y la imputación en el Caso nos nos deshacen la imagen, nos la refuerzan, Amalia Torres, Eva Durán y los escarches no nos empeoran la marca, no la lucen.
Aunque la hagan menos rentable para los inversores y menos impune para los especuladores y eso sea lo único que le preocupa el Gobierno del Partido Popular.

viernes, marzo 29, 2013

Enric, el PP y el escarche llevan a Niemöller al 2.0


Habéis perseguido a todos.
Primero fuisteis a por los jubilados pero como vosotros tenéis la jubilación asegurada, no os importó hacerles daño. Después fuisteis a por los enfermos, los discapacitados, los dependientes y como vosotros no tenéis problemas de dinero, no os importo cargar a las familias con un peso que no pueden soportar. 
Entonces fuisteis a por los funcionarios, los médicos, los profesores. Fuisteis a por nuestra sanidad y a por nuestros colegios porque vosotros tenéis los vuestros asegurados. Protestamos y no os importó enviarnos a los antidisturbios a que nos hicieran daño.
No os importó que hubiera millones de parados y fuisteis también a por ellos. Les quitasteis un pedazo de lo poco que les queda.
Y les gritasteis que se jodan en mitad del Parlamento. Y empezasteis a jodernos a todos los demás, a la cultura, a los mineros, a todos los contribuyentes. Fuisteis a por todos nosotros y no os importó hacernos daño para no hacérselo a los vuestros. Los bancos vinieron a por nosotros y vosotros nos quitasteis los cuatro cuartos que nos habían dejado en los bolsillos. Ellos nos robaban, vosotros hacíais negocio con nuestro dinero. Volvimos a protestar y nos disteis la espalda de nuevo.  
No queríais ver cómo la gente saltaba por las ventanas o se colgaba del cuello. Los bancos que nos habían puesto la soga iban a por los que menos tenían y les dejasteis hacer. Dejasteis que se aprovecharan con las preferentes de los más indefensos y vulnerables y jamás perseguisteis a los timadores. Dejasteis que algunos se quitaran la vida angustiados por su desahucio. Les empujasteis al vacío sin mover un solo dedo y permitisteis que pelotones de policía siguieran sacando a la gente de sus casas a empujones. Podríais haberlo evitado pero seguíais mirando para otro lado.
Los jueces españoles y el tribunal europeo han decretado que las hipotecas españolas son ilegales y abusivas y a ninguno de los dos les habéis hecho caso. Miles de personas en la calle y un millón y medio con su firma, os han pedido parar esta sangría y habéis tratado de escaparos de ellos. Nos disteis unas medidas insuficientes que no sirvieron para nada y ahora nos volvéis a ofrecer un simulacro de solución en diferido. Os pedimos pan y nos dais migajas. 
Os pedimos ayuda y nos dais antidisturbios. Os pedimos que nos echéis una mano y nos la echáis al cuello. 
Ahora van a por vosotros y reclamáis que os amparemos pero ya no queda casi nadie de nosotros que lamente lo que os está pasando. Os toca sentir lo que sienten los perseguidos. Ahora nos pedís la justicia que vosotros nos habéis negado. Invocáis la democracia que habéis destruido y el respeto que no nos tenéis. Exigís que se respeten los derechos que no habéis respetado. Llamáis terroristas a los que os persiguen pero sois vosotros los que los habéis aterrorizado. 
Nos llamáis golpistas mientras nos moléis a golpes. Hay que ser muy miserable para llamar acosador al acosado. 
Seguid así. Seguid dando la espalda a la realidad, seguid llamándonos criminales en lugar de ciudadanos. Seguid aumentando la pobreza, la desigualdad y el paro. Seguid dejando que a la gente la estafen, la echen a la calle y los ladrones anden sueltos. Seguid haciendo un escarche masivo a la población e irán a por vosotros.
Y ahora los escarches van a por vosotros y os giráis a los jueces, los ciudadanos y las leyes que ignorasteis pidiendo ayuda, comprensión y respeto. Justo lo que no disteis.
No es una amenaza, es una advertencia de lo que, desgraciadamente, podría pasar.
Ahora solo van a por vosotros pero mañana irán a por vuestra seguridad.
La seguridad que les habéis negado, y a por vuestros privilegios, a por el dinero que les habéis quitado, los coches en los que huis de nosotros, las casas que tenéis y que ellos han perdido, el bienestar que les habéis arrebatado. Querrán infligiros el mismo dolor que le habéis causado. Y a nadie le importará si os hacen daño porque el daño que habréis hecho nos habrá anestesiado a todos. Serán tan violentos como lo habéis sido vosotros. Se saltarán tantas leyes como vosotros habéis violado. Serán peligrosos porque están desesperados. Y serán incontrolables porque no tendrán nada que perder.
Vosotros se lo estáis quitando todo. Vosotros sois los responsables de lo que os pase. Os lo merecéis. Vosotros no sois las víctimas, sois los culpables, sois la causa de los escarches que estáis padeciendo. 
Vosotros sois el escarche de este país. Le habéis hecho un escarche a esta democracia hasta obligarla a huir por patas. Nos habéis hecho escarches cada vez que nos reuníamos en las plazas y en las calles. Le habéis hecho decenas, cientos de  escarches a los ciudadanos a golpe de porra, recorte, insulto y decretazo.
Sois vosotros los que permitís el acoso a los ciudadanos de una banca miserable que impone una ley injusta. Sois vosotros los que dejáis que miles de familias sean humilladas delante de sus vecinos, que sus casas sean señaladas con una cruz de "desahuciado" en la puerta, que queden marcados como parias y excluidos, que ancianos, niños, enfermos y gente sin recursos estén sufriendo la derrota, la violencia policial y la vergüenza pública. Sois vosotros los que lleváis más de cuatro años haciéndonos un escarche tras otro, los que lleváis años huyendo de los que ahora os persiguen, los que estáis empujando a miles de personas por un barranco por el que os acabarán arrastrando, los que estáis provocando una pobreza, un odio y una desesperación que puede acabar estallando.
Si dejáis que eso ocurra, recordaréis el último verso del poema de Niemöller: “Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar”. Nadie protestará porque os estaremos persiguiendo todos.
Y van a ir a buscaros. Seguid así e irán a buscaros. Seréis vosotros o todos los demás. No tendremos elección. O la tendremos muy fácil.
Según se mire.

Enric Rufas actualiza el poema del reverendo Niemöller y yo pongo mi granito de arena. Pero el bueno de Enric ha hecho lo grande de este post. Gracias,eres muy grande.

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