Están matando a Carmen Ayuso.
Y No son los que lo hacen físicamente, carroñeros sin un ápice de voluntad de ser seres humanos, que utilizan la miseria para obtener el dinero que su capacidad les impide lograr, dinero.
No son aquellos que lo hacen posible negándose a legislar para impedirlo preocupados solo de parapetarse tras sus privilegios para lograr lo único que les interesa, dinero.
Al menos, no son solo ellos.
También somos los que nos quejamos, nos indignamos, nos gastamos los dedos en denunciarlo y criticarlo en un teclado y no hacemos nada al respecto.
También somos los que, refugiados en la cada vez débil frontera del "a nosotros no nos ha tocado", nos parapetamos tras el viejo adagio perverso y en ocasiones cobarde de "más vale malo conocido".
También somos los que insistimos en desenmascarar a los que llegan nuevos a la política por miedo a no tener excusa ninguna para seguir votando a los que han construido la fosa de miseria y desesperanza en la que poco a poco va cayendo más gente.
También somos los que bajamos la cabeza y cerramos los ojos y los oídos y seguimos pensando que conceptos teóricos gastados como la paridad o símbolos vacíos como la bandera (cualquiera de ellas) son más importantes que que alguien de 85 años sea condenado a morir fuera de su casa, entre llanto, indiferencia y silencio.
Están matando a Carmen Ayuso y no hacemos nada. Miramos. Con consternación o indiferencia, con repugnancia o indolencia, con ira o con pasividad, con arrogancia o con miedo, pero solo miramos.
¿En que nos convierte eso?
Cuesta articularlo pero somos unos asesinos, o sus cómplices, o sus colaboradores necesarios. Pongámonos el grado de culpa que estemos dispuestos a asumir. Pero somos culpables.
No es el Gobierno, no son los usureros carroñeros, no son los bancos, no es la sociedad. Somos nosotros.
Me avergüenzo de haber permitido que estén matando a Carmen, me avergüenzo de pensar que bastante tengo con lo mío. Me avergüenzo de estar escribiendo este post. Me avergüenzo de no haber hecho nada.
Espero llegar a tiempo a la siguiente.
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