jueves, julio 20, 2006

El ciclo de Sion (2)


Supongo que los bolgs están para hablar de la insoportable levedad del ser y todas esas cosas profundas de las que no nos atrevemos a charlar con los amigos ante una cerveza con o sin alcohol.

Para para mi, nada es tan leve como escasa cordura que se destila en las mentes y los actos de los dirigentes del Estado de Israel y nada es sin duda tan insoportable como la miserable condescendencia que con ellos mantiene un mundo occidental que mira hacia otro lado mientros ellos repiten el juego mortal de cambiar tierra y riqueza por misiles y sangre, de seguir los belicosos dictados de sus líderes y de su dios. Así que, a despecho de mi yo interno, de mi popularidad bolgsistica (si es que existe el término) y de mi insoportable levedad. Aquí va otra de política y sinrazón.

Israel se ha instalado en la locura teocrática y anexionista. Ha iniciado su propia cruzada amparándose en el concepto estadounidense de guerra al terrorismo. Su dios les llama a las armas y, ya que parece bastante reticente a derribar de nuevo para ellos las murallas de Jericó, deciden recurrir a los misiles y las bombas, modernas trompetas de oro en las manos de los josues de nuestro tiempo.

Y ya no reconoce amigo o enemigo. Bombardea los barrios de los cristianos drusos de Beirut causando medio centenar de muertos. Los mismos cristianos drusos a los que armó hasta los dientes hace tres decadas para que pudieran plantear una guerra civil en minoria a la mayoría árabe y musulmana del país. Bombardea a los mismos cristianos drusos libaneses a los que entrenó y utilizó como milicias, bajo el mando del entonces ministro de defensa Ariel Sharon, para perpetrar uno de los genocidios más terribles que se recuerdan: las matanzas de civiles, de niños y mujeres en los campos de refugiados de Sabra y Shatilla.

Pero ahora los barre de la faz de Beirut con sus bombas y sus misiles ¿Por qué? La respuesta es sencilla Porque no los necesita, porque cuanto menos gente quede en Libano más territorio tendrá que repoblar con sus colonos.

Mientras tanto, occidente mira a otro lado. Protesta levemente, se queja amargamente, pero mira a otro lado. Israel no sobreviviría ni diez días a un bloqueo económico. No resistiría un mes a un bloqueo diplomático o militar, pero occidente no lo hace ¿Por qué? Muy simple por complejo, por miedo.

Durante décadas el Estado de Israel y la comunidad judía internacional han conseguido que los occidentales sintamos vergüenza de alzar la voz contra un judío y mucho más contra su Estado. Han conseguido que le fantasma del holocausto nazi se convierta en un velo que cubre todas sus acciones. Estar en contra de Israel supone ser antisionista, lo cual es sinónimo de ser antisemita y por tanto nazi. Ya está. Así de sencillo. Y los occidentales hemos caído en esa trampa.

Quizás ya va siendo hora de que alguien diga lo contrario. El estado de Israel es un estado fascista, racista y teocrático. Basado en unos principios religiosos fascistas y excluyentes y que realiza auna política que, ideológicamente, este mucho más a la derecha que Hitler. Y eso no tiene nada que ver con la raza judia. Para los que no lo saben. Soy negro, de origen africano, antiteista y de izquierdas. Ni siquieran sueñen con poder acusarme de nazi antisemita.

En la segunda guerra mundial murieron cuatro millones de gitanos y toda Europa los ha seguido criticando desde entonces. Perecieron 20 millones de rusos y occidente les ha criticado, enfrentado y hasta hecho la guerra varias veces desde entonces. Tres millones de comunistas, dos millones de católicos, medio millon de negros, ocho millones de chinos (sesicientos mil sólo en una semana en Nanking)...

Todos esos pueblos sufrieron y perdieron vidas, fueron sometidos a exterminios y progromos por los mismos autores del que se presenta como único holocausto nazi. ¿Que hace diferentes a los seis millones de judíos de los cuatro millones de gitanos o de los 20 millones de soviéticos? Que a mi se me ocurra, salvo el hecho de que los demás lucharon y la mayoría de los judíos no, nada les hace diferentes.

Pero occidente sigue sintiendose culpable de los pecados de sus abuelos -aunque la moyoría ni siquiera fueran sus abuelos- Cada vez que alguien critica una actuación judía o la misma esencia del Estado de Israel alguien, apoyado en el Muro de las Lamentaciones, grita ¡Holocausto! ¡Antisemitismo! Y Occidente enrojece de vergüenza.

Según la teoría sionista, el mundo debería permitir a los rusos masacrar chechenos, ucranianos, azerbayanos y cualquiera que estuviera en su en torno porque, al fin y al cabo, perdieron 20 millones de personas en la segunda guerra mundial. El mundo debería permitir que China se anexionara cualquier país como Mongolia o Corea, porque los japoneses crearon campos de violación y masacraron a sesicientas mil personas en Nanking y a otros ocho millones y medio a lo largo de los años previos a la Segunda Guerra Mundial. Los gitanos deberían tener un estado independiente que abarcara Rumanía, parte de la antigua Yugoslavia y parte de Bulgaria porque perdieron cuatro millones de personas en los bosques y los campos de concentración nazi. Y además podrían robar, y conducir sin carné en todos los países del mundo.

Todo ello es absurdo como absurdo es el Estado de Israel, desde su origen hasta sus actos actuales.

En 1948, la vegüenza y el sentimiento de culpa de las potencias europeas junto con el poderío económico de lobby judío estadounidense son los factores determinantes para que, por supuesto sin contar con los habitantes de esas tierras, se cree el Estado de Israel. Los límites de Israel son incuestionables ¡Aparecen en la Biblia!. Menos mal que recurrieron al Libro de los Reyes y a no a la frase del génesis de ¡Poblad la Tierra!.

Desde entonces, la OLP se opone a que Palestina forme parte del Estado de Israel. Y el sionismo internacional lo considera una agresión. No hay un sólo criterio histórico que justifique el actual Estado de Israel. El reino de David y de Salomón en sus mejores momentos no era ni una décima parte de lo que comprende ahora el Estado Judio. 200 años después de cristo Tito acabó con el último gobierno judio de Jerusalem. Jerusalem ha sido mucho más tiempo musulmana y políticamente dependiente del califato de Damasco, que gobernada por judíos.

Pero los gobernantes israelies, como todo gobierno que carece de razón pero no de fuerza, impone sus criterios, se dedica a reescribir la historia basándose en sus libros sagrados, afrima que invadir Los Altos del Golan o el Libano son acciones defensivas, masacra civiles, reubica poblaciones a punta de balloneta, coloniza territorios que no son propios, impone formas educativas y de vida a poblaciones de otras culturas, crea ghettos y campos de refugiados, realiza acciones de castigo contra poblaciones civiles, incumple las resoluciones de las Naciones Unidas...

Cuando algo actua, piensa y se mueve así, puede tener todas las estrellas de David que quiera bordadas en su bandera, pero sólo tiene un nombre... FASCISMO

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