Pocas veces se
asoman a estas endemoniadas líneas suntos que tengan que ver con eso en lo que
la vida y mis decisiones me ha llevado a trabajar.
Pero de vez en
cuando no está de más hacer un paréntesis entre lo de lo nuestro y hablar de lo
mío. Aunque en este caso lo mío esté en Valencia.
Unos días
antes de pedir el rescate financiero, fiscal y todos los que sean posibles,
Fabra -el presidente de la Generalitat Valenciana, no el cacique de Castellón- permite un ERE
en la Radiotelevisión Valenciana, en Canal 9.
Y, como todo hoy
en día, se justifica con los números, se intenta explicar con la crisis, se
pretende excusar con los recortes. Y una vez más es falso desde el
planteamiento hasta la conclusión.
Se habla de
situaciones heredadas cuando no existen, se explica porque no se puede mantener
el servicio cuando es mentira. Los números no les cuadran porque ellos han
hecho que no les cuadren y lo han hecho porque siempre han tenido en mente lo
mismo, lo que querían hacer, lo que siempre han querido hacer y nunca ha
funcionado.
Cuando Eduardo
Zaplana -¿se acuerdan de Zaplana, ese hombre que pasaba recibos del Capabro con
su compra doméstica como gastos de representación cuando era ministro?- accedió
a la presidencia de Valencia una de sus frases más celebradas ante el comité
ejecutivo del PP valenciano fue “la televisión es el último bastión en el que
están resistiendo los socialistas”. Y claro, es puso a minar ese bastión.
¿Era por
entonces Canal 9 una empresa magnificada?, ¿era una empresa deficitaria? Sí y
no. No y sí. Me explico.
La Televisión
Valenciana ha pasado de 650 trabajadores en 1995 a 1.800 en 2010. La deuda ha
seguido un camino peor: ha pasado de 30 millones en 1995 a 1.309 al final de
2011. Se ha multiplicado por 40.
Pero Zaplana
quería deshacerse de ella porque los profesionales que estaban en ella habían
sido contratados por oposición y no podía cambiarlos por periodistas afectos a
su gobierno. Su segunda medida de su primera legislatura fue intentar
privatizarla. Entonces era rentable -la deuda era una situación circunstancial
puesto que se contabilizó a principios de año cuando se habían hecho los
desembolsos para los derechos futbolísticos y todavía no se había recaudado la
publicidad y el resto de los beneficios que generaban-, entonces no estaba
sobredimensionada. Simplemente quería privatizarla porque era su posición
ideológica y para librarse de un medio de comunicación que él consideraba
"un bastión socialista".
Lo primero podría
haber sido respetable. Lo segundo era pura paranoia y manía persecutoria.El neoliberalismo no lleva añadida la claúsula ideológica de "ir contra el PSOE" en su marchamo ideológico, que yo sepa.
Y ahora años
después, cuando ha sido el propio PP el que ha engrandecido la plantilla, el
que ha aumentado cuarenta veces su deuda, se ampara en todo eso para
privatizarla. No para limpiarla, no para reflotarla. Para privatizarla.
Hay una
sentencia que se lo impide. Pero el Gobierno valenciano del PP, amparado en la
desesperante situación económica que ellos mismos han generado en ese medio de
comunicación y en toda la comunidad autónoma dicen que hace falta privatizarla
de facto.
Después de casi
dos décadas purgando profesionales, haciendo que periodistas que han recibido
premios nacionales de periodismo cubran desfiles de moda, haciendo que
profesionales del periodismo internacional pasen de dirigir programas de investigación
premiados a gestionar los teletipos, después de 20 años de incorporar personal
sin paso por oposición, sin ningún control salvo el de la supervisión
ideológica del PP de Valencia, lanzan un ERE que deja al 75 por ciento de la
plantilla en la calle.
Pero
curiosamente el criterio de haber aprobado la oposición no se tiene en cuenta
en el ERE, curiosamente todos los que no han sido incluidos en el ERE han sido
incorporados en los últimos seis años, curiosamente un 75 por ciento son de
administración y ejecutivos, curiosamente todos los periodistas que se
mantienen han sido incorporados a dedo y sin oposiciones, curiosamente todos
los cámaras, los técnicos de sonido, los editores de video, los grafistas y los
especialistas en postproducción son despedidos. Muchas curiosidades. Definitivamente
un ERE muy curioso.
¿Qué hay que
administrar y ejecutar en una televisión si no hay cámaras que graban, técnicos
que editan y reproducen o guionistas y redactores que crean contenidos?
Obviamente nada.
Sin audio y sin visual un medio audiovisual es simplemente un espacio y un
tiempo en negro, completamente en negro y en silencio.
Los sueldos de
los ejecutivos que se mantienen son mucho más altos que los de aquellos que son
despedidos ¿por qué no se les incluye en el ERE si se trata de ahorrar?
Porque no se
trata de ahorrar, se trata de usar como excusa el ahorro para hacer algo que la
ley española les ha dicho que no pueden hacer: privatizar una televisión
pública.
No es que ejerza
el don profético del que carezco, pero llevo suficientemente en la Televisión
para saber que esto funcionará así.
La Televisión
Valenciana necesita quedarse con su administración porque lo externalizará todo: servicios técnicos, producción,
retransmisiones, catering, seguridad, emisiones, mantenimiento. Todo. Sólo se
quedará la administración -afecta por sistema a cualquier empresa por ese
sentimiento de formar parte de los que dirigen el cotarro-. Todo lo que se
pague por esos servicios se considerará inversión y desparecerá de la cuenta de
gastos. Los números parecerán otra cosa y las cuentas del déficit parecerán
cuadrar. Pero en realidad no cuadrarán. Irán a peor.
Porque los
costes se elevarán como mínimo un 12% -el aprovechamiento industrial que todas
las productoras cargarán por sus contenidos- más un 21% -el flamante IVA
aumentado que las empresas externas cargarán por sus servicios-. Pero todo eso
ya no figurará dentro del déficit de la entidad.
Y los
profesionales despedidos serán contratados por sueldos miserables en esas
productoras y compañías de servicios que serán contratadas por Canal 9. Ellos
verán reducidos sus ingresos pero las productoras seguirán engordando sus
gastos de producción por series y programas destinando una parte de esos
engrandecidos presupuestos a soltar dinero bajo cuerda a los ejecutivos que se
han quedado por comprarles sus productos y sus servicios.
No es que crea
que va a funcionar así. Es que sé que está funcionando así. Trabajo en esto.
Y los medios técnicos que ahora no tienen personal que los opere serán alquilados a esas empresas para hacer los programas que antes hacía el propio ente. Empresas que en realidad no pagarán por ellos pero que harán que sobre el papel la Televisión Valenciana reciba unos dineros que le ayudarán a cuadrar sus cuentas. Ventajas del dinero virtual.
No se trata pues
de una necesidad, no se trata de hacer rentable una televisión que no lo es por
su condición de servicio público, como intentan vender y revender una y otra
vez aquellos que han tomado esa decisión.
Si se tratara de
hacerla rentable a lo mejor tendrían que echar a parte del personal, pero empezarían
por los ejecutivos y seguirían por todos aquellos que no han aprobado
oposiciones. Si se tratara de hacerla rentable, revenderían sus derechos
televisivos para cerrar agujeros, tirarían de reposiciones, de reducciones de
presupuesto y de programas de bajo presupuesto de producción propia que no
suponen una carga de aprovechamiento industrial y de IVA. Si se tratara de
hacerla rentable no la privatizarían de forma encubierta. Esa fórmula sirvió
para reflotar Antenne 2, la BBC y otras cuantas televisiones públicas cuando se
vio que el sistema de gestión había creado un agujero financiero. Pero aquí ni
se intenta. Porque eso no da dinero ni presencia a aquellos que quieren
mantener ambas cosas con la televisión pública.
Lo que se trata
de hacer es aprovechar la crisis para hacer algo que una sentencia judicial les
prohibió en su momento y para hacer que un servicio público no sea rentable
para todos, sino solamente para las empresas afectas que consiguen los
contratos.
Lo que se trata
es de seguir llenándose los bolsillos a costa de Canal 9 pero sin que se note
como se nota ahora.
Ese es el
concepto que el PP valenciano tiene de hacer rentable un servicio público.
Hacerlo para ellos, no para los ciudadanos. Eso es lo que nos intentan vender.
¿Sólo en TV? Parece que al
final no sólo hablaba de lo mío.
Y algunos me dirán que eso es corrupción y no neoliberalismo y probablemente tengan razón.
Pero el PP es como entiende el neoliberlismo así que mientras la voten y le apoyen es eso lo que apoyan no a Adam Smith, ni a John Maynar Keines. A lo mejor si quieren un liberalismo neocon de verdad lo primero que tienen que hacer es cambiar el PP y obligarle a dejar de fingir que es neoliberal y empezar a serlo. Entonces y sólo entonces, quizás podrán hablar por fin de ideología política y económica.
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