Una de las cosas que les han llevado a donde están y a la imagen que tienen es el uso con fines propios del gobierno, desde la corrupción hasta el nepotismo, desde el revanchismo hasta todos sus fallidos intentos de homogeneización ideológica.
Y ahora se descuelgan con una de esas de revanchismo y frustrada mala leche como si nadie fuera a darse cuenta de que es más de lo mismo, de que siguen sin querer aprender la lección.
Y ahora se descuelgan con una de esas de revanchismo y frustrada mala leche como si nadie fuera a darse cuenta de que es más de lo mismo, de que siguen sin querer aprender la lección.
El maestro del no muy noble arte de la amenaza gubernativa, el ministro de Hacienda, Cristobal Montoro; vuelve a utilizar las cuentas públicas como un revolver peacemaker en Ok Corral para dirimir sus disgustos y frustraciones.
Se descuelga anunciando que impondrá límites a las comunidades de Aragón y Extremadura por su alta morosidad, que tendrán que pedir permiso para elevar su gasto presupuestario.
Y suena bonito, suena responsable, suena hasta coherente mientras Montoro explica que lo hace porque son las comunidades más endeudadas.
Suena a lo que tiene que hacer un gobierno central hasta que caes en la cuenta de que son dos de las comunidades que el Partido Popular ha perdido en las últimas elecciones autonómicas.
Mientras los gobiernos regionales de Monago y Rubí gastaban a manos llenas y no pagaban sus facturas, Montoro seguía en sentado su escaño parlamentario apuntando con su revolver de datos fiscales a artistas y futbolistas que hablaban mal del Gobierno del PP; mientras José Antonio y Luisa Fernanda -que parecen una pareja de culebrón, o de zarzuela que es peor!- hacían crecer la deuda de sus regiones pidiendo y pidiendo dinero al Gobierno Central, él se lo daba sin pestañear, firmaba las transferencias y no hacía nada, no vigilaba.
Ha tenido cuatro años para poner límites y no lo ha hecho, ha tenido una legislatura completa para exigir y forzar la contención presupuestaria y no solo se ha abstenido sino que un mes de las elecciones municipales firmó unas nuevas transferencias de fondos del Gobierno Central a esas comunidades entre otras. Que había que pagar los gastos electorales del partido con dinero público y presentar obras en marcha en las campañas.
Y ahora, cuando los nuevos gobiernos pasan a manos del Partido Socialista apoyado por otras formaciones, cuando aún no han tenido tiempo de presupuestar ni gastar un céntimo, se dedica a amenazarles a bloquearles a buscar el control de su gasto para intentar seguir ejerciendo deforma indirecta un control político que las urnas le han quitado al Partido Popular.
Y todo esto dentro de una ley general que especifica que las Comunidades Autónomas no podrán conceder avales, reavales u otra clase de garantías públicas cuando superen en su conjunto el 1,5 por ciento de su PIB y, además, cada operación no podrá superar los 25 millones de euros o el 0,1 por ciento del PIB regional, salvo que soliciten y obtengan autorización del Consejo de Ministros. Lo cual está muy bien pero nos hace preguntarnos porque no se tomó esa medida hace dos años cuando todos los gobiernos regionales estaban en manos del Partido Popular y no hacían otra cosa que aumentar el gasto, pese a los recortes en servicios. Bueno en realidad la pregunta es retórica porque todos conocemos la respuesta.
Cristobal Montoro de nuevo utiliza el Ministerio de Hacienda como el arma de un forajido que solo apunta a quien le viene bien y deja pasar sin castigo los desmanes de su banda de cuatreros.
Y todo esto dentro de una ley general que especifica que las Comunidades Autónomas no podrán conceder avales, reavales u otra clase de garantías públicas cuando superen en su conjunto el 1,5 por ciento de su PIB y, además, cada operación no podrá superar los 25 millones de euros o el 0,1 por ciento del PIB regional, salvo que soliciten y obtengan autorización del Consejo de Ministros. Lo cual está muy bien pero nos hace preguntarnos porque no se tomó esa medida hace dos años cuando todos los gobiernos regionales estaban en manos del Partido Popular y no hacían otra cosa que aumentar el gasto, pese a los recortes en servicios. Bueno en realidad la pregunta es retórica porque todos conocemos la respuesta.
Cristobal Montoro de nuevo utiliza el Ministerio de Hacienda como el arma de un forajido que solo apunta a quien le viene bien y deja pasar sin castigo los desmanes de su banda de cuatreros.
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