"Los miserables tuits incitando al odio racial y al desprecio a las víctimas del terrorismo enviados hace un tiempo por el aspirante a concejal de Cultura de Madrid han merecido un reproche casi universal en las redes sociales. Al menos tres partidos (entre ellos el PSOE, que votó a favor del nombramiento de Manuela Carmena como alcaldesa) han pedido la dimisión inmediata del individuo.
En realidad deberían sumarse todos a ese reclamo, empezando por la propia Manuela Carmena y el resto de compañeros de candidatura del señor Zapata. Las explicaciones que ha dado este, argumentando que sus frases se han sacado de contexto son idénticas a las que formuló Mariano Rajoy cuando le pillaron los mensajes de texto enviados a Bárcenas recomendando que fuera fuerte. Y se parecen mucho a la excusa de las novatadas con las que los estudiantes justifican su acoso a los débiles y sus vejaciones a quienes no se rinden a sus caprichos.
Es imposible que la cultura de esta ciudad milenaria caiga en manos semejantes. No existe intelectual que se precie, ni de derechas ni de izquierdas, que pueda reconocerse en la actividad de este caballero cuyas bromitas hubieran hecho las delicias de las SS nazis y alborozado los fuegos de campamento de jóvenes fascistas.
Lo mejor que puede hacer la alcaldesa es sacarle a él mismo del contexto de honestidad moral que promete construir en la Casa de la Villa. No le corresponde".
Este es el editorial del País de hoy.
Partamos de la base de que el País como medio de comunicación y por tanto empresa ideológica tiene derecho a pensar y defender lo que se le antoje y partamos también de la base de que todo lo que voy a escribir no defiende ni apoya a nadie. Es un mero ejercicio de descubrimiento de la manipulación mediática casi en estado puro.
Empecemos por el principio.
"Los miserables tuits incitando al odio racial..."
Esos tuits son chistes contados por miles de personas, ¿los inventó Zapata?, ¿fue el primero en contarlos? No.
¿Por qué entonces se refieren a ellos como "los miserables tuits" y no como los "tuits en los que reproduce chistes sobre judíos que pululan por la red y los bares de este país". Porque quieren que parezca que son invención suya, que son producto de su ideología y decirlo de otra manera solo significaría que se ha hecho eco de un chiste que otros muchos dicen y repiten, le restaría responsabilidad y se la daría a la sociedad española.
No he leído jamás -y leo El País todos los días- un editorial en el que se llame miserable a un taxista, un tendero, una secretaria, un policía o una abogada que haya subido a Twitter ese tipo de chistes -y hay cientos- ¿Por qué el tuit de Zapata es miserable y los demás no? Que respondan ellos.
Y defender que lo hace incitando al odio racial es simplemente una conclusión personal a la que han llegado porque les conviene. Están diciendo que Zapata pretende que toda España y el mundo en general, ya puestos, odie a los judíos o a los negros y de eso no tienen prueba alguna. Otra cosa que deberían explicar sobre su editorial.
" Y al desprecio a las víctimas del terrorismo"
De nuevo la palanca emocional de este reino nuestro que no sabe reírse de su historia para poder integrarla: un terrorismo muerto y enterrado.
Pululan por la red chistes sobre todo tipo de víctimas pero las del terrorismo de ETA son intocables. Nos reímos sobre las víctimas del hambre en África, sobre las víctimas de la incultura en los pueblos de la España profunda, de personas con defectos congénitos (el tartamudeo, por ejemplo), ¡Por el amor del dios en quien no creo, si hasta hacemos chistes de Stephen Hawking! y no he visto que El País exija que despidan a los que los hacen de sus trabajos.
Pero cuando es con las victimas del terrorismo de ETA la cosa cambia. Ellos sabrán porqué lo hacen.
"Al menos tres partidos (entre ellos el PSOE, que votó a favor del nombramiento de Manuela Carmena como alcaldesa) han pedido la dimisión inmediata del individuo".
Pero claro, El País no recuerda que en esos partidos hay personas que se han reído de la sensibilidad de los descendientes de los combatientes republicanos y su esfuerzo por enterrarlos dignamente y no han dimitido, que han hecho chistes sobre falangistas y lo bien que estaríamos si se esterilizase a los fascistas y no han dimitido ni su periódico ha pedido en un indignado editorial que lo hagan.
"Las explicaciones que ha dado este, argumentando que sus frases se han sacado de contexto son idénticas a las que formuló Mariano Rajoy cuando le pillaron los mensajes de texto enviados a Bárcenas recomendando que fuera fuerte".
Para la corrupción no hay contexto, para la opinión sí. Quizás el mismo contexto por el que El País considera un acto de libertad de expresión bromear y caricaturizar un tabú de 700 millones de personas y lo defiende a ultranza.
No se puede tener un interruptor diferencial que active y desactive a voluntad la primacía de la libertad de expresión para permitir satirizar a los medios de comunicación y no a los ciudadanos individuales porque ese sería un privilegio que ni El País ni ningún otro de los politizados medios de comunicación españoles se han ganado, ¿o sí?
Por lo demás, tienen razón. Zapata la cagó y tiene que abandonar su puesto.
Pero indignación, editoriales y titulares con todos o con ninguno
Que cualquier otra cosa suena a chiste.
Y de los malos.
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