Otra concejala de Ahora Madrid en la picota. Imputada por la
fiscalía en 2014 por un delito contra el sentimiento religioso se pide de nuevo
a gritos su dimisión.
Como principio es irreprochable pero como final exige algún
que otro matiz.
Para empezar esas exigencias vienen de partidos políticos
que tienen alrededor de 400 políticos y altos cargos imputados que no dimiten
ni quieren dimitir y algunos de los cuales han tenido que ser esposados y
detenidos por las fuerzas del orden antes de que abandonaran su cargo.
Tienen razón en solicitar la dimisión de la portavoz
municipal pero deberían mirar primero su casa y exigir a sus partidos, sus
secretarías generales y sus dirigentes, esa actitud con la misma fuerza y
constancia con la que se la exigen a la alcaldesa de Madrid.
¿Lo hacen? Sabemos positivamente que no.
Para continuar, lo de que aparezcan cada dos días motivos
-reales o inventados- pasa la dimisión de un concejal de Ahora Podemos ha
pasado de ser una noticia a una estrategia.
Es la única forma de conseguir desgastas, desacreditar e
incapacitar a un gobierno municipal que podría ser estandarte de un partido
político para las Elecciones Generales.
Le tienen ocupado, le bloquean -incluso aquellos que dicen
apoyarle- para que no pueda hacer nada, para mantenerlo ocupado, para que no
pueda poner en práctica ninguna de sus propuestas. No vaya a ser que le salgan
bien y eso catapulte a Podemos de nuevo en los sondeos y finalmente en la urnas.
Tanto temor tienen a que hagan algo distinto y que dé
resultado que no quieren dejárselo hacer desde el primer día. Lo mismo que hace
la Unión Europea con el Gobierno griego pero en pequeñito, vamos.
No vaya a ser
que se contagie.
Para ir acabando conviene recordar cómo se organiza el poder
judicial -sobre todo las fiscalías- en este país. Son cargos designados por el
ejecutivo. Así que la misma fiscalía que se opone a un juez instructor a procesar
a una infanta por sus tejemanejes de lecho y cuenta corriente, la misma
fiscalía que no recurre la absolución de Camps de sus acusaciones de cohecho, la
misma fiscalía que no considera delito que Esperanza Aguirre se dé a la fuga
destrozando material de propiedad pública, imputa en 2014 a una militante ya
militante de Podemos por un supuesto delito cometido en 2011.
¿Por qué no la imputó cuando era una desconocida en 2011?,
¿o cuando era una militante feminista con un cierto prestigio en 2012 y 2013?
No sé, quien pueda contestar a esas preguntas quizás sea capaz de cerrar los
ojos a la manipulación judicial que esta imputación asemeja.
Y para terminar lo más obvio. Zapata deja el cargo por
faltas de respeto, Rita Maestre debe dejarlo por un supuesto delito contra la
sensibilidad religiosa.
Los partidos políticos que hicieron bandera de la imputación
como elemento para apartar a los cargos públicos de su puestos -Ciudadanos y
Podemos- lo hicieron repitiendo por activa y por pasiva que se trataba
fundamentalmente de las imputaciones por corrupción o por actos emanados del
ejercicio abusivo del poder y del gobierno. PSOE y PP protestaron por ello y se
mostraron en contra, los medios políticos que les siguen el juego llenaron sus
páginas de sesudas reflexiones sobre lo injusto de esa propuesta, los
cuatrocientos políticos de las formaciones tradicionales que están imputados lo
están en su inmensa mayoría por ese motivo. Y no dimitieron.
Y ahora parece que se haya firmado una Ley de Punto Final
para ellos, que partidos que no han limpiado sus filas, que no han obligado a
dimitir a sus imputados y que se han manifestado de forma clara contrarios a
esa medida, ahora se conviertan en abanderados de la misma utilizando delitos y
faltas para los que no se ideó esa medida. Pueden hacerlo pero resulta del todo
dantesco.
El gobierno municipal de Manuela Carmena sería incoherente
si no apartara a Rita Maestre de su cargo pero Rita Maestre no se merece ser
apartada de su cargo por una imputación tardía por un delito que nada tiene que
ver con la corrupción ni el mal ejercicio del gobierno.
Y quien crea que eso es una defensa de lo que hizo Maestre
en su manifestación que lea esto. Que yo no soy de los que borra los post y los
esconde con el paso de los años.
A lo mejor es porque nunca he pensado ser político.
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