La forma de reacción de las personas antes las críticas es el principal baremo de su capacidad de convivencia, de su madurez y sobre todo de su humanidad.
Hoy, en el día en el que Nelson Mandela se ha ganado su definitiva libertad de un mundo en el que, pese a su lucha, sigue habiendo demasiada gente que no lo es; hoy, que se celebra el día de una Constitución que a fuerza de ser usada de excusa para todo amenaza con no ser útil para nada, desayunamos con una de las reacciones ante las críticas más desmedidas desde la matanza de los varones por el tetrarca Herodes.
El gobierno de la Comunitat Valenciana ha alcanzado la máxima expresión del ridículo totalitario. Anticipándose a la nueva Ley de Seguridad para Políticos -Uy, perdón, quise decir de Seguridad Ciudadana- el concejal de Seguridad de Xativa se dedica a grabar a unos niños. Ya sabemos que Valencia es, por desgracia para sus gentes y su futuro, la punta de lanza de todas las aciagas ideas que tiene el Partido Popular para nuestro país.
Como un pedófilo de esos de capítulo de CSI pasa su móvil en horizontal por delante de una valla de colegio para tener constancia de los rostros y los actos de niños de seis años a doce años que están en el recreo.
¿Están esos niños consumiendo litros de alcohol?, ¿están preparando mezclas sospechosas en botellas de cristal con trapos rezumando en su boca?, ¿están cargando tirachinas con bolas de acero y haciéndolos girar hendiendo el aire cual nuevos Davides con su honda? Pues no.
Lo que están haciendo los infantes que merece la atención del móvil de última generación del señor concejal es protestar contra el cierre de Canal 9 cuando ven pasar al presidente de la Comunitat Valenciana. Están pidiéndole a Fabra que les devuelva los dibujos animados. A poder ser en valenciano.
Y eso debe ser un delito muy grave. El ínclito gobernante debe sentirse escarchado por un grupo de niños que tras la valla, debe sentir que su vida corre peligro o que su honor está siendo injustamente cuestionado y por eso los responsables de la seguridad más cercanos toman medidas.
Puede que no sea ilegal, pero es ridículo.
Como puede que no sea ilegal abrir un expediente informativo contra el personal del centro, en concreto el colegio Taquígrafo Martí, pero es un ejemplo del totalitarismo más absoluto.
No hay ninguna duda de lo ocurrido así que no hay nada que aclarar. No hay incumplimiento de ninguna ley, así que no hay nada que investigar., no hay ningún riesgo para los menores, así que no hay nada que perseguir. Entonces ¿Para qué servirá el expediente informativo que se abre?
Todos lo sabemos. Para el único arma que nuestros actuales gobernantes utilizan para combatir la protesta, para enfrentarse a la indignación ciudadana por sus actos, por sus manejos y sus desaguisados: para infundir miedo.
Y esa reacción a las críticas, esa airada amenaza a aquellos que se oponen a sus deseos y actos, esa reacción visceral de señalar con el dedo e intimidar con la represión es lo que delata el tipo de individuos que son nuestros gobernantes, su visión del mundo y su concepto de ejercicio del poder.
Porque lo único que se pretende es lograr que por puro miedo los profesores y cuidadores de los niños dejen de hacer su trabajo y se dediquen a hacer de comisarios políticos que acallen la protesta; que por el más completo de los terrores al castigo la dirección del colegio deje de hacer su trabajo y se transforme en el Politburo que dicte las nuevas normas de propaganda para alabar al heroico prócer que rige los destinos de Valencia hacia el desastre más completo.
Lo único que se busca es que la gente, hasta la más pequeña, calle para que los oídos de Fabra no estallen por las continuadas protestas por dejar a los valencianos sin su televisión, sin su educación, sin su sanidad y sin gran parte de su futuro.
Y todo ello mientras el presidente de la Comunidad Valenciana, que no tiene dinero para mantener la Televisión Valenciana, que no tiene dinero para sacar a los alumnos de los barracones de muchos colegios, que no tiene dinero para garantizar la asistencia a los dependientes o los medicamentos a los enfermos crónicos, va a entrar a visitar un convento para cuya rehabilitación ha logrado obtener fondos milagrosamente, por intercesión de San Pancracio, es de suponer.
Así que el concejal graba con su cámara de 15 megapixels y la Consejería de Educación abre expediente informativo en el colegio Taquígrafo Martí de Xátiva porque sus docentes hicieron su trabajo. Dejen que lo repita. Porque hicieron su trabajo.
Porque si esos niños son capaces de protestar y de reclamar sus derechos es porque sus profesores -y seguramente sus padres y madres - les han educado en la libertad, la democracia y la defensa de lo que consideran justo.
Y eso, les quieras meter el miedo que les quieras meter y moleste al político que moleste, es hacer bien, pero que muy bien, su trabajo.
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