- Buenas noches, ¿podemos pasar aquí la noche?
- Pues me temo que está lleno
- ¿Lleno?, ¡Pero si es un establo!
- Bueno verás, esa familia está ahí porque la echaron de su casa cuando ambos perdieron su trabajo en un ERE ilegal mientras la empresa aun daba beneficios, los de la pared del fondo tenían un negocio pero el banco les reclamó el local y la casa al ejecutar la hipoteca inflada manipulando el Euribor y hubieron de cerrarlo; esa otra chica se esconde porque los centuriones la buscan por protestar en público contra el desalojo de los de enfrente, aquel, el chaval que se apoya en el tronco, ha sido acusado de radical antisistema y tiene que huir por miedo a que le incomuniquen en la cárcel como a un terrorista. Las cosas no pintan bien en el imperio en estos días, ya lo sabrás José.
- Y esos ancianos del centro, ¿ellos no han podido hacer nada?
- Verás María, les congelaron la pensión, les empezaron a cobrar las medicinas que necesitaban para la hipertensión y las recetas para la cistitis, les subieron la luz, les cortaron el gas por no poder pagarlo, les aumentaron el IBI y además tuvieron que dar de comer a sus nietos cada día porque dos de sus hijos se quedaron en paro. No pudieron con todo.
- ¿Y esos, los que apoyan a ese muchacho en el pesebre?
- Se lo hemos dejado porque el chico está discapacitado y no puede valerse por sí mismo. Cuando perdieron las ayudas que les permitían mantenerlo al cuidado de un profesional tuvieron que dejar de acudir al trabajo y lo perdieron, cuando les excluyeron de la lista de medicamentos gratuitos tuvieron que gastarse el subsidio para costearlos y cuando se quedaron sin subsidio se vinieron aquí. Pero ¿vosotros qué hacéis aquí, José?, ¿no tenías una carpintería?
- Tuve que cerrarla. No se puede vivir solo de hacer ataúdes y además María se quedó embarazada y no recibimos ayuda ninguna porque no estamos casados.
- ¿Qué estás embarazada?, ¿y por qué no vais a un hospital?
- Porque José es de Arimatea y ahora le consideran inmigrante ilegal por lo que no tiene tarjeta sanitaria y si voy con la tarjeta de mis padres me ponen una multa y además me dicen que no puedo parir hasta marzo porque antes tienen el quirófano ocupado con las patricias que dan a luz en partos programados con anestesia epidural pagada con trescientos denarios.
- Intentaremos haceros un sitio pero hay cola. Todos esos esperan para un hueco porque fueron expulsados de la escuela por ser lentos o tener problemas y solo han encontrado trabajos en los estercoleros por los pagan tan poco que a partir de la mitad de mes vienen aquí a comer y dormir para no gastar. Y esos otros porque perdieron la beca y sus padres no pudieron pagarles los estudios. Y esos otros porque hubieron de pedir un crédito de estudios a usura y ahora tienen que trabajar casi gratis para devolverlo.
- Bueno, por lo menos tenemos un buey y una mula para darnos calor.
- Ya no. María, ya no. Se llevaron el buey para el banquete de Invierno del tetrarca y matamos la mula para comer pero hubimos de tirarla porque cuatro de nosotros murieron por comer su carne cuando ya estaba podrida. Por cierto, ¿Cómo llamarás al niño cuando nazca?
- Hemos pensado en llamarle Jesús
- ¡No lo hagáis!, ¡Por favor, no lo hagáis!
- ¿Por qué?
- Porque si le llamáis Jesús muchos que nunca le habrán visto ni sabrán nada de él hablaran en su nombre sobre la vida y la muerte, sobre el sexo, sobre el poder y la resignación, sobre la libertad y el sufrimiento. Pondrán en su boca palabras que nunca dijo, salidas de sus miedos, sus ansias de poder y sus tristes complejos. Violentarán niños en su nombre, acapararán riquezas en su nombre y traicionaran a todos aquellos que realmente crean en sus palabras.
Y vendrán a verle los reyes y los sabios que le ofrecerán regalos envenenados. Los colores llamativos de una patria para ocultar sus gastos en Bostwana, los atractivos intereses de un préstamo que luego nos costarán miles de millones a todos los demás, las brillantes promesas de un programa electoral que luego no cumplirán.
- Y entonces ¿Cómo tenemos que llamarle?
- No sé. Llamadle Judas. Así al menos luchará.
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