miércoles, noviembre 11, 2009

... Y dejaras de odiarme


Sé que no soy tu hijo más leal, ni más complaciente,
como tú no eres el padre más cuidadoso y más protector .

Sé que nunca has de amarme porque no te respeto.
Sé que nunca he de amarte porque no me comprendes.
Pero, por una vez, agradecería algo de ayuda.

Agradecería que olvidaras que me odias y olvidaras que te odio.
Y que me concedieras aquello que te pido,
aunque te pida algo que no pueda pedirse.

Quisiera una vida feliz con alguien que me quiera,
aunque esta acabara la mañana siguiente tras haber comenzado.

Agradecería que por una jornada,
por un ínfimo instante en tu infinita vida,
ejercieras de padre y dejaras de odiarme.

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