viernes, enero 02, 2015

De Guindos, el miedo y el frío y crudo invierno.


Esperaba yo que por una vez eso de que el cambio de año supone una tabula rasa de la que partir fuera real. Bueno, para ser sinceros, en realidad no lo esperaba, pero hubiera estado bien.
Pero 2015 empieza como acabo 2014 o para ser más exactos peor.
El ministro de Economía Luis de Guindos, que parece tener un don para la frase celebre fuera de lo común,se ha desayunado el primer día del año diciendo que "en España se ha pasado el miedo a perder el empleo".
Y se queda tan ancho.
Claro, como cinco millones de personas en edad laboral no tiene ya empleo, no tienen miedo a perder el trabajo; como un millón y medio de jóvenes no consiguen hallar su primer empleo, no tienen miedo a perder un puesto que no tienen; como se ha despedido a más de seiscientas mil personas en Eres avalados por la reforma laboral, esos ya no tienen miedo a que les quiten el trabajo, ya se lo han quitado.
Debe ser eso a lo que se refiere el señor ministro con eso de que nadie miedo a perder el empleo ya.
Porque no creo que sean las trabajadoras de Mercadona que soportaron acosos laborales por miedo a quedarse sin trabajo, ni a los cerca de dos millones de trabajadores que han aceptado el pasado año rebajas sustanciales de sus sueldos para que no les echaran a la calle, ni a los cerca de cuatro millones de trabajadores que, según las últimas estadísticas, acepta cobrar parte o la totalidad de su sueldo en negro para poder seguir trabajando, ni a todos aquellos que se callan y tragan con la inutilidad de sus jefes, la incapacidad de sus mandos intermedios o las tropelías de los propietarios de sus empresas por miedo a que su queja, su protesta o su denuncia origine un fulminante despido.
Y por supuesto supongo que tampoco hará referencia a los 17 millones de personas que aún trabajan en España y que torciendo el gesto aceptan el estudiado insulto de que se planifique una subida mensual de siete euros en sus salarios.
Ojala por una vez el ministro De Guindos acierte y en España se haya perdido el miedo a perder el empleo. Porque, si eso es verdad, a él, a su gobierno y a todos aquellos para los que Moncloa a diseñado un mercado laboral semi siervo y precario les debería esperar un invierno más que calentito.
Pero me temo que no. Nada es más fuerte que el miedo y nos espera un duro, frío y crudo invierno. También en 2015.

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