Los medios políticos españoles - o sea casi todos- han perdido el norte.
Ahora hacen frente común y lanzan a cuatro columnas y foto de portada la noticia, el aviso, de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) teme a los partidos como Podemos y suponen que eso nos hará temblar, nos despertará el miedo, ese sentimiento tan necesario para que las cosas sigan como están pese a que no hacen otra cosa que empeorar.
Y solo el titular ofende a nuestra inteligencia. ¡Por supuesto que el FMI teme a esos partidos! Igual que El Vaticano temió a Martín Lutero, que la Corona de Francia temió a Dantón, que la Confederación sureña temió a Linconl o que Su Graciosa Majestad temió a Gandhi.
Temen que lleguen al poder los que no quieren jugar con sus normas, los que no están dispuestos a sacrificar cualquier cosa, a personas y futuros, con tal de mantener el statu quo, con tal de mantener un sistema económico y unas normas de las que ese organismo es vicario sobre La Tierra.
Pretenden que tomemos al FMI como un baremo de franqueza, sentido común y racionalidad y escuchemos sus palabras como el evangelio y olvidemos que es el mismo organismo que pidió que se despidiera a más gente para flexibilizar el mercado de trabajo, que se recortarán más servicios públicos para controlar el déficit, que se bajaran los sueldos, que se salvara a los bancos...
Pero a mi me resulta muy difícil olvidar que el FMI es el mismo organismo que no solo se encogía de hombros ante la caída en la miseria de Portugal, Grecia, España y todo país al que arrasaba el picado sin freno del sistema liberal capitalista que ellos mismos habían propiciado y mantenido.
Y tampoco se me olvida que el FMI no es un órgano que se haya creado y mantenido para el bien de los ciudadanos y de las sociedades, sino para el bien del dinero, de las finanzas y de un sistema económico agonizante. Que es el órgano que propuso, auspició e incluso exigió las medidas que nos han llevado donde estamos.
Así que no temo a los partidos que quieran cambiar las reglas del juego porque el FMI los tema porque en realidad, tal y como yo lo veo, no temen a Podemos, Syriza o cualquier otro partido que quiera sacar los pies del tiesto del absolutismo económico que ahora nos rige. El FMI teme que ganen, gobiernen y logren construir una sociedad estable y provechosa sobre otras bases, sobre otras reglas que no supongan el sacrificio de personas, familias y futuros en beneficio de unas cifras macroeconómicas.
Temen que se posible y eso les convierta en un recuerdo aciago de tiempos peores.
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