Que conste que yo soy de los que piensa que la estupidez tendría que ser un delito capital, que restara porcentaje de voto y derechos civiles. Pero pese a ese ramalazo de maltusianismo exacerbado hoy vengo a hablar en estas endemoniadas líneas de algo que parece ser más o menos eso, pero que en realidad es otra cosa.
Francia, la siempre libre y libertaria Francia, ha decidido, por mor de no se sabe qué extraña obsesión de su presidente, declarar en forma de ley que es un delito negar el genocidio al que el gobierno turco sometió a los armenios durante la Primera Guerra Mundial.
De ese modo el negacionismo de ese genocidio se suma al negacionismo del otro -del que parece que es el único- y se convierte en delito declarar que no se produjo.
Así de principio parece que está bien, parece que es una forma de mantener la memoria histórica -algo que está muy de moda, ¡como si la historia no se hubiera encargado ya de mantener la memoria de muchas cosas por su cuenta sin necesidad de que nadie hiciera ley con ello!-.
Pero hay algo que cruje, que rechina, que se antoja descolocado en todo esto.
¿Por qué el armenio?, ¿por qué el judío? ¿por qué afrontar el duro trabajo legal de ir uno por uno declarando los genocidios como innegables a golpe de edicto parlamentario?, ¿por qué no hacer eso con todos de golpe?
Y yo, que soy muy de facilitar el trabajo a los demás, me pongo a ello. Independientemente de lo que diga el diccionario de uno u otro país -que sería el único que debería definir el genocidio- me pongo a aquello de buscar una definición que nos permitiera convertir en delito la negación del genocidio.
La redacción sería más o menos así.
"Cometerá delito de estupidez negacionista, castigado con entre seis meses y un año de prisión, obligación de retracto público y multa aquel que niegue que el exterminio o eliminación sistemática de un grupo social por motivo de raza, de etnia, de religión, de política o de nacionalidad es un genocidio".
Pero se me antoja que la definición es un tanto ambigua porque una ley sin parámetros numéricos puede resultar insustancial, así que diría yo que habría que buscar un número más o menos aproximado para dirimir qué es un genocidio. Ahora mismo tengo dos. Los seis millones de judíos y el millón y medio de armenios.
Siendo yo universalista y generalista por definición, considero que cuanto más se amplía el espectro, más se evitará el genocidio. Así que digamos que podríamos poner la frontera inferior en un millón.
Así, la redacción del nuevo artículo del código penal quedaría así.
"Incurrirá en delito de estupidez negacionista, castigado con entre seis meses y un año de prisión, obligación de retracto público y multa aquel que niegue que el exterminio o eliminación sistemática de un grupo social de más de un millón de personas por motivo de raza, de etnia, de religión, de política o de nacionalidad es un genocidio".
¡Ya está! Muy sencillo. El Estado Francés ya puede encarcelar o castigar a todo aquel que niegue un genocidio.
¿No es así más fácil, más universal, más justo?
Claro, ese es el problema.
Porque el Estado Francés tendría que reabrir La Bastilla para encarcelar a todos sus políticos e historiadores que niegan que la masacre sistemática de pobladores de Indochina para hacerse con las tierras y los recursos de las tribus fuera un genocidio; y a todos los militares que niegan que la persecución sistemática de Bereberes en todo el Magreb francés durante el colonialismo fuera un genocidio.
Porque tendrían que cerrar su Real Academia de Historia por permitir que los libros de historia franceses hablaran de los Algonquinos los Beaver, los Dene, los IInnu, los Maliseet, los Pies Negros, Los Sarsi, Los Otawa o los Sekani, entre otros, sin añadir la apostilla de que fueron víctimas de un genocidio a manos de las tropas francesas que se afanaban en la conquista y control de Canadá.
Y encima el bueno de Sarkozy perdería un tiempo esencial para trabajar en su reelección en la batalla diplomática que tendría que emprender cuando sus queridos aliados y socios de la civilización occidental atlántica le pidieran explicaciones de por qué, de repente, Inglaterra se había convertido ante sus ojos en un perverso estado genocida por la muerte de millones de indios -de La India y de América- a manos de sus casacas rojas, que también se ocuparon con denuedo de otros tantos Zulús, Massais, Fulanis, Mandingos, por no hablar de otros tantos chinos, medio millon largo de colonos américanos mascrados como estrategia militar en sus casas fronterizas, y unos pocos millones de alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.
Claro que estos -los muertos alemanes, digo- serían compartidos por Estados Unidos, que supongo que también protestaría porque se incluyeran en la lista La Nación Oglada de las famosas Guerras Indias, los negros africanos muertos a latigazos en Luisiana y demás estados esclavistas, los japoneses bombardeados con isótopos radiactivos.
Claro que los japoneses tampoco podrían decir mucho al respecto porque a ellos les caería la vitola de genocidas por mor de lo que hicieron a chinos y mongoles en la Segunda Guerra Mundial.
Los chinos, felices de que por fin se reconociera el genocidio japonés sobre ellos, tendrían sin embargo que pensarse sus nuevas relaciones económicas, si Francia les llamara genocidas por lo que les hicieron a coreanos en el albor de los tiempos y por lo que hacen ahora con otras etnias internas. Por no hablar, claro está, de los tibetanos.
Supongo que tampoco está el patio, ahora que Sarkozy ha decidido ser una unidad de destino en lo universal con Merkel, para recordarle a la Canciller que Alemania tendría que sumar a sus judíos a los ingleses muertos en sus bombardeos, los franceses depurados en su invasión, los rusos del Frente del Este y los árabes masacrados por el mítico África Korps de Rommel.
Al Vaticano le caerían encima las cruzadas y sus muertos musulmanes y judíos. Por no hablar de las sucesivas purgas heréticas de dulcinistas, arrianos, cátaros, albigeneses y protestantes de todo rango y condición. No creo que le quedara bien el epíteto genocida al título de Sumo Pontífice.
Nuestro dinero tampoco estaría ya a salvo en la siempre neutral Suiza, que torcería el gesto cuando se le recordara el genocidio calvinista que se llevó por delante a un buen puñado de católicos además de a Miguel Servet.
Es posible que, en los primeros meses, el hecho de nuestra no participación oficial en las cruzadas ni en ninguna de las dos conflagraciones globales pudiera dejarnos a rebufo y salvarnos del odioso adjetivo.
Pero tarde o temprano alguien se acordaría, de mayas, aztecas, incas, la Inquisición los moriscos, los judíos, La Reconquista, las checas, los campos de reeducación. Y tampoco nos íbamos a librar de la vitola.
Por no hablar claro está, de los gulags soviéticos, del primer genocidio armenio -el que llevó a cabo Rusia-, el de los serbios con los croatas y los bosnios, los croatas con los bosnios y los serbios, los bosnios con los serbios y los croatas, los serbios de Kosovo con los albaneses, los albaneses de Kosovo con los serbios...
E Israel con los Palestinos, se me olvidaba. Que tampoco vamos a acordarnos de los nabateos, los cannanitas, los filisteos y los amorreos ¿o sí?.
Así que va a ser que no es tan buena idea convertir en delito negar los genocidios, así en general.
No vaya a ser que alguien se dé cuenta de que nosotros llevamos haciéndolo tanto tiempo que no tenemos autoridad ética ninguna para castigar a alguien por ser tan estúpido e inculto que se atreva a negar la historia.
Nosotros inventamos el genocidio y llevamos negándolo desde ese mismo instante.
Francia, la siempre libre y libertaria Francia, ha decidido, por mor de no se sabe qué extraña obsesión de su presidente, declarar en forma de ley que es un delito negar el genocidio al que el gobierno turco sometió a los armenios durante la Primera Guerra Mundial.
De ese modo el negacionismo de ese genocidio se suma al negacionismo del otro -del que parece que es el único- y se convierte en delito declarar que no se produjo.
Así de principio parece que está bien, parece que es una forma de mantener la memoria histórica -algo que está muy de moda, ¡como si la historia no se hubiera encargado ya de mantener la memoria de muchas cosas por su cuenta sin necesidad de que nadie hiciera ley con ello!-.
Pero hay algo que cruje, que rechina, que se antoja descolocado en todo esto.
¿Por qué el armenio?, ¿por qué el judío? ¿por qué afrontar el duro trabajo legal de ir uno por uno declarando los genocidios como innegables a golpe de edicto parlamentario?, ¿por qué no hacer eso con todos de golpe?
Y yo, que soy muy de facilitar el trabajo a los demás, me pongo a ello. Independientemente de lo que diga el diccionario de uno u otro país -que sería el único que debería definir el genocidio- me pongo a aquello de buscar una definición que nos permitiera convertir en delito la negación del genocidio.
La redacción sería más o menos así.
"Cometerá delito de estupidez negacionista, castigado con entre seis meses y un año de prisión, obligación de retracto público y multa aquel que niegue que el exterminio o eliminación sistemática de un grupo social por motivo de raza, de etnia, de religión, de política o de nacionalidad es un genocidio".
Pero se me antoja que la definición es un tanto ambigua porque una ley sin parámetros numéricos puede resultar insustancial, así que diría yo que habría que buscar un número más o menos aproximado para dirimir qué es un genocidio. Ahora mismo tengo dos. Los seis millones de judíos y el millón y medio de armenios.
Siendo yo universalista y generalista por definición, considero que cuanto más se amplía el espectro, más se evitará el genocidio. Así que digamos que podríamos poner la frontera inferior en un millón.
Así, la redacción del nuevo artículo del código penal quedaría así.
"Incurrirá en delito de estupidez negacionista, castigado con entre seis meses y un año de prisión, obligación de retracto público y multa aquel que niegue que el exterminio o eliminación sistemática de un grupo social de más de un millón de personas por motivo de raza, de etnia, de religión, de política o de nacionalidad es un genocidio".
¡Ya está! Muy sencillo. El Estado Francés ya puede encarcelar o castigar a todo aquel que niegue un genocidio.
¿No es así más fácil, más universal, más justo?
Claro, ese es el problema.
Porque el Estado Francés tendría que reabrir La Bastilla para encarcelar a todos sus políticos e historiadores que niegan que la masacre sistemática de pobladores de Indochina para hacerse con las tierras y los recursos de las tribus fuera un genocidio; y a todos los militares que niegan que la persecución sistemática de Bereberes en todo el Magreb francés durante el colonialismo fuera un genocidio.
Porque tendrían que cerrar su Real Academia de Historia por permitir que los libros de historia franceses hablaran de los Algonquinos los Beaver, los Dene, los IInnu, los Maliseet, los Pies Negros, Los Sarsi, Los Otawa o los Sekani, entre otros, sin añadir la apostilla de que fueron víctimas de un genocidio a manos de las tropas francesas que se afanaban en la conquista y control de Canadá.
Y encima el bueno de Sarkozy perdería un tiempo esencial para trabajar en su reelección en la batalla diplomática que tendría que emprender cuando sus queridos aliados y socios de la civilización occidental atlántica le pidieran explicaciones de por qué, de repente, Inglaterra se había convertido ante sus ojos en un perverso estado genocida por la muerte de millones de indios -de La India y de América- a manos de sus casacas rojas, que también se ocuparon con denuedo de otros tantos Zulús, Massais, Fulanis, Mandingos, por no hablar de otros tantos chinos, medio millon largo de colonos américanos mascrados como estrategia militar en sus casas fronterizas, y unos pocos millones de alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.
Claro que estos -los muertos alemanes, digo- serían compartidos por Estados Unidos, que supongo que también protestaría porque se incluyeran en la lista La Nación Oglada de las famosas Guerras Indias, los negros africanos muertos a latigazos en Luisiana y demás estados esclavistas, los japoneses bombardeados con isótopos radiactivos.
Claro que los japoneses tampoco podrían decir mucho al respecto porque a ellos les caería la vitola de genocidas por mor de lo que hicieron a chinos y mongoles en la Segunda Guerra Mundial.
Los chinos, felices de que por fin se reconociera el genocidio japonés sobre ellos, tendrían sin embargo que pensarse sus nuevas relaciones económicas, si Francia les llamara genocidas por lo que les hicieron a coreanos en el albor de los tiempos y por lo que hacen ahora con otras etnias internas. Por no hablar, claro está, de los tibetanos.
Supongo que tampoco está el patio, ahora que Sarkozy ha decidido ser una unidad de destino en lo universal con Merkel, para recordarle a la Canciller que Alemania tendría que sumar a sus judíos a los ingleses muertos en sus bombardeos, los franceses depurados en su invasión, los rusos del Frente del Este y los árabes masacrados por el mítico África Korps de Rommel.
Al Vaticano le caerían encima las cruzadas y sus muertos musulmanes y judíos. Por no hablar de las sucesivas purgas heréticas de dulcinistas, arrianos, cátaros, albigeneses y protestantes de todo rango y condición. No creo que le quedara bien el epíteto genocida al título de Sumo Pontífice.
Nuestro dinero tampoco estaría ya a salvo en la siempre neutral Suiza, que torcería el gesto cuando se le recordara el genocidio calvinista que se llevó por delante a un buen puñado de católicos además de a Miguel Servet.
Es posible que, en los primeros meses, el hecho de nuestra no participación oficial en las cruzadas ni en ninguna de las dos conflagraciones globales pudiera dejarnos a rebufo y salvarnos del odioso adjetivo.
Pero tarde o temprano alguien se acordaría, de mayas, aztecas, incas, la Inquisición los moriscos, los judíos, La Reconquista, las checas, los campos de reeducación. Y tampoco nos íbamos a librar de la vitola.
Por no hablar claro está, de los gulags soviéticos, del primer genocidio armenio -el que llevó a cabo Rusia-, el de los serbios con los croatas y los bosnios, los croatas con los bosnios y los serbios, los bosnios con los serbios y los croatas, los serbios de Kosovo con los albaneses, los albaneses de Kosovo con los serbios...
E Israel con los Palestinos, se me olvidaba. Que tampoco vamos a acordarnos de los nabateos, los cannanitas, los filisteos y los amorreos ¿o sí?.
Así que va a ser que no es tan buena idea convertir en delito negar los genocidios, así en general.
No vaya a ser que alguien se dé cuenta de que nosotros llevamos haciéndolo tanto tiempo que no tenemos autoridad ética ninguna para castigar a alguien por ser tan estúpido e inculto que se atreva a negar la historia.
Nosotros inventamos el genocidio y llevamos negándolo desde ese mismo instante.
4 comentarios:
Estimado, leí tu artículo con detenimiento y permitirme decirte que, al empezar con conceptos equivocados, terminaste con expresar conclusiones desacertadas. Me explico:
1- Tu corazón de Aquiles cree que el genocidio es algo "estúpido e inculto", producto de mentes en que "la estupidez tendría que ser un delito capital". El genocidio es, por defunción, borrar sistemáticamente un grupo de humanos, matándoles o negándoles el derecho a la existencia. Y eso no es para nada estúpido ni fue llevado a cabo, en toda la historia humana, por gente estúpida. Es un acto planificado, deliberado, cronometrado y hasta justificado legalmente para evitar problemas políticos y camuflar ganancias económicas.
2- Luego, crees que es capricho francés. Tal vez no has leído sobre este tema legal en el mundo ni Europa, por lo que te copio lo que escribiera en un artículo publicado en SoyArmenio.com:
"En diciembre de 1948, la Asamblea General de la ONU adoptó la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, que entró en vigor en 1951 y que desde ese día, se ha castigado la negación del Holocausto en muchos países con multas y penas de prisión. Por ejemplo, el castigo de la negación del Holocausto implica multas y penas de prisión de hasta 20 años en Austria, multas y hasta 1 año de prisión en Bélgica, 6 meses a 2 años de prisión en la República Checa, una pena de prisión y multa de 5 meses en Alemania, una multa, encarcelamiento y 1 mes a 2 años en Francia, una pena de prisión de 3 a 4 años en Italia, y una multa y 1-10-años de prisión en Lituania. Visto de otra forma, el castigo por la negación del genocidio que aprobara Francia esta semana, no es nuevo ni específico de los franceses. De hecho, es un tema largamente tratado por el propio Tribunal Europeo de Derechos Humanos que, en muchos casos, dictaminó que la libertad de expresión no se aplica a las expresiones de violencia estatal."
3- También determinas que como todos los estados tiene historial de genocidios, "no tenemos autoridad ética ninguna para castigar a alguien por ser tan estúpido e inculto que se atreva a negar la historia". Nuevamente, hay una confusión de términos. El genocidio, como acto estatal sistemático de aniquilación, no puedes aplicarlo a casi todos los ejemplos que pones en este post. Nuevamente, deberías separar términos: racismo es una cosa, genocidio otra y completamente diferentes son conceptos tales como guerra civil, colonialismo, masacre, matanzas, guerras, invasiones o esclavismo. En una guerra declarada o no, todo es ataque, defensa, asesinatos o masacres. En un genocidio, no hay guerra, hay una aniquilación sistemática contra un grupo o pueblo, tenga este o no un sólo rifle.
4- Creo que has querido, con ironía, escribir un buen artículo que propusiera la tesis de que tienes el derecho de expresarte en todo momento y que no ves bien que alguien o un estado te diga qué debes afirmar o negar. Vale, pero eso es otra cosa. Ahora sólo estas apoyando, con tus tesis, que la negación del genocidio no debería ser punible y esta postura, a mi entender, respalda ese mismo delito, justificando dicha violencia. Por lo tanto, la negación del genocidio no puede ser considerado dentro de los límites de la libertad de expresión, ya que lo prohíbe la legislación internacional que armaron y firmaron TODOS los países del mundo.
En lo personal, si se hubiera castigado inmediatamente el genocidio armenio y su negación a poco de cometerse, creo que habría habido sido otro resultado cono las asunciones al poder de tipos como Hitler, Mousolini o Franco.
Pero eso es ciencia ficción. Y un millón y medio de muertos armenios no.
Creo que mi barroquismo en la expresión puede ser el que te haya llevado a tí a confusión. Vayamos por partes:
1.- No digo que el genocidio sea estupidez e incultura. Digo que la negación de un genocidio o de cualquier hecho histórico probado probado es estupidez e incultura. Si la estupidez y la incultura son un delito, de acuerdo. Pero en todo, no solamente en eso.
Sé perfectamente lo que es el genocidio, de hecho utilizo su definición en el diccionario de la RAE para crear mi hipotético artículo del código penal.
2.- No creo que sea un capricho francés. Creo que es una hipocresía francesa considerar delito negar un genocidio en concreto –en este caso el armenio- y no los cometidos por ellos.
Conozco perfectamente la legislación internacional con respecto al Holocausto y que hay más de 150 países que tienen legislaciones contra la negación del genocidio. Pero también sé que la ONU específica que no se puede aplicar esa legislación a nada anterior al pogromo nazi del pueblo judío ¿por qué? Porque no interesa.
3.- Por supuesto que no tenemos autoridad moral mientras sigamos ocultando los nuestros para acusar a nadie de genocida. Eso no significa que no lo sean, significa que nosotros, los occidentales, no somos quienes para decir que ellos lo son y nosotros no.
Creo que el confundes el concepto de genocidio eres tú. Por eso me permito repetirte la definición del diccionario
“Exterminio o eliminación sistemática de un grupo social por motivo de raza, de etnia, de religión, de política o de nacionalidad”
En ningún momento afirma que tenga que ser estatal y sí que es por motivos políticos o de nacionalidad
¿No fue la Segunda Guerra Mundial motivada por cuestiones políticas y económicas? ¿no fueron planificados, ideados y organizados los bombardeos a las ciudades alemanas, y cito textualmente los partes de operaciones de la RAF y la USAF: “PARA CAUSAR EL MÁXIMO DAÑO POSIBLE SIN TENER EN CUENTALAS BAJAS CIVILES”?, ¿no fueron planificados los asedios de Leningrado o de Volvogrado o las tácticas de tierra quemada “sin importar el sacrificio de vidas y tierras que eso suponga”, según las propias arengas soviéticas?
Yo diría que eso, por definición, es algo sistemático ¿no le llamarías a eso sistemático? Yo sí.
Tú caes en la falacia de pensar que el genocidio es algo distinto de todo eso y no lo es.
Esa es la misma hipocresía que tienen los franceses, los españoles y todos los occidentales.
A los zulús se les mató porque eran zulús y se querían sus tierras, a los esclavos se les mató a millones porque se quería su fuerza de trabajo, a los incas porque se quería su mítico oro y sus propiedades. Y así con cada tribu, pueblo o enemigo que hemos tenido en todos los casos que he citado.
¿No te parece sistemático establecer rutas y puntos de aprovisionamiento para los buques esclavistas, no te parece sistemático construirlos de una forma especial y establecer un protocolo marítimo para deshacerse de los que morían durante la travesía?, ¿por qué no es eso un genocidio? Muy sencillo, porque lo hicimos los occidentales.
A los indios americanos se les exterminó por idéntico motivo. Y fueron actos programados, ordenados, sistematizados y justificados incluso religiosamente.
Una matanza, una masacre son algo puntual y aislado –también lo dice su definición- y siglos de persecución ataques a aldeas y pueblos no son nada puntual ni aislado.
La definición política de genocidio nada tiene que ver con la lingüística porque está pensada precisamente pensada para que occidente no pueda ser presentado como perpetrador de genocidios en épocas pasadas.
Decir que no puede haber un genocidio en una guerra o que en un genocidio no hay guerra bordea, con todo respeto, los límites de lo absurdo. ¡O sea que si un pueblo se defiende ya no hay genocidio! Aunque sus posibilidades de defensa sean ínfimas comparadas con el poder del atacante.
Te recuerdo que los turcos se basan precisamente en eso para decir que no fue un genocidio. En que fue durante una guerra. Y están radicalmente equivocados. La definición lo deja claro. Exterminio sistemático. No dice por ninguna parte que eso no pueda producirse durante la guerra.
Si tiro una bomba sobre una isla habitada por japoneses y mato a 225.000 personas de una tacada y a cuatro millones a lo largo de los años posteriores. Si lo planeo y elijo el objetivo simplemente porque es japonés (nacionalidad) es un genocidio. Haya guerra o no. Se defiendan o no.
4.- Para terminar te diré que lo que creo haber hecho es poner en evidencia la hipocresía occidental al ir decidiendo uno por uno los genocidios que se pueden y no se pueden negar en lugar de decir que es un delito no asumir por parte de los estados los genocidios cometidos. Es la hipocresía de culpabilizar los genocidios de otros y no los suyos propios que siguen justificando y negando bajo excusa absolutamente poco plausibles.
Te recuerdo que la legislación internacional durante varios milenios permitió la esclavitud y considero un delito evadirse de ella, te recuerdo que la legislación internacional consideró durante muchos siglos legal comprar y vender personas. Así que sinceramente, la ética y la legislación internacional no son sinónimos, aunque en esto parezcan coincidir.
Lo que mantengo es que negar un hecho probado es una estupidez. Enseñar que no hubo pogromo nazi o que no hubo genocidio Armenio puede ser un delito, pero negar que lo hubiera es simplemente una muestra de una incultura tan inmensa que define a quien lo dice mucho más que ninguna ley.
Si nos ponemos a hacer ciencia ficción yo podría decirte que si todas esas matanzas y masacres que tú consideras que no son un genocidio –y por tanto no son tan graves y pueden ser negadas- se hubieran considerado como los genocidios que realmente son por definición lingüística y ética y hubieran sido castigadas, el genocidio armenio nunca su hubiera producido.
Reflexiona sobre qué postura beneficia más a la humanidad si aquella que considera todo exterminio planificado y sistemático de seres humanos un genocidio o la que pone el énfasis en unos pocos para que los demás sigan perdidos en el olvido.
Y créeme siempre he considerado el exterminio turco de los armenios un genocidio.
El genocidio turco no deja de existir porque alguien lo niegue igual que los genocidios occidentales no han dejado de existir porque hayamos retorcido la definición para quedarnos fuera y hayamos inventado términos como limpieza étnica, barbarie colonial, ataque disuasorio o cristianización para ocultarlos.
El imperio otomano fue un genocida, pero todos los gobiernos occidentales también lo han sido y es una hipocresía que intentemos negarlo.
Eso es lo que querido decir y eso es lo que he dicho.
Y con tu permiso haré con tú réplica y mi contrarréplica un segundo post.
Lo que quiero resaltar es lo equivocado del concepto actual de genocidio, que excluye nuestros actospretéritos del mismo y a la conclusión que llego es precisamente al absurdo de esa situación.
(no me cabía solmente en uno)
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