viernes, febrero 23, 2007

Sigue el Informe -arreón cyberpunk 5-

En esencia, La humanidad dejó de comunicarse cuando comenzó a utilizar la información como un bien de intercambio. Un mundo dividido, en guerra, saturado y económicamente débil fue el que lanzó la idea de un sistema de comunicación global. Un universo unido y estable fue el que varios siglos después desempolvó la ocurrencia para construir una inmensa corporación de información: La Infored.
El miedo fue el motivo principal de la necesidad de información y ese miedo originó, con la Infored, una necesidad compulsiva, casi una adicción, en audiencias cada vez mas multitudinarias.
La entidad denominada público, sometida a infinidad de culturas, de conceptos, de entretenimientos, de necesidades y de ausencias, exigió que alguien le aportara de forma fluida y legible todas las estructuras de información.
Formas de comercio y participación; de transmisión y control; de transculturación y dominio; de circulación y recepción y una infinidad de variedades más se unieron en la Infored para conseguir el objetivo final del gobierno mundial, que no era otro sino la unificación cultural.


El pasillo la asaltó con los ruidos de los ejecutivos y los técnicos amontonándose para acudir a sus puestos. El edificio de la Infored era una arcología cerrada. Nadie sabia con certeza las hectáreas que estaban contenidas dentro de él. Los SimClim de las zonas agrarias y naturales evitaban una completa catalogación del espacio. El murmullo de los que esperaban los auto elevadores para descender o ascender a sus niveles de trabajo estuvo a punto de conseguir que pasara por alto la fluctuación en los datos de cotización que descendían en columna por su corcex. DSC – 85/ -90, crepitó el dato en azules antes de desaparecer por la parte baja de su campo visual.
Se detuvo un instante apoyada en la puerta para ajustarse. Elimino la proyección visual del informe y la transfirió al sistema de audio. Una quemazón leve y conocida le anunció que su implante auditivo se había activado. La voz de Erika comenzó a sonar en su oído izquierdo. Libero su ojo derecho para ver el pasillo. Las letras traslucidas desaparecieron de su visión y fueron sustituidas por una visión completa del acero y la imitación de madera que saturaba las paredes de la zona de tránsito del edificio en el que se encontraba. Su ojo se movió en todas direcciones buscando referencias. Los datos de cotización seguían circulando por la periferia de su visión. DSC -85/ -90 volvió a caer como una exhalación frente a su córnea.
Tras un ajuste en agudos, el informe siguió.

En realidad, la información también dejó de existir en el XXI, tras la caída de las grandes agencias que monopolizaron durante casi dos siglos el flujo informativo e impidieron el retorno hacia los centros mundiales del poder.
La audiencia se acostumbró a saber lo que ocurría en la lejanía si ello afectaba a su cosecha, su trabajo, sus vacaciones, su familia o su seguridad personal, pero se negó a reconocer lo que sucedía en el patio trasero de su casa. No pedían marginación, ni droga, ni huelgas, ni muerte.
«Mi mundo es lo que me entretiene y en él la felicidad sólo la ensombrecen los otros»: Esa fue la máxima del nacionalismo compulsivo que, apoyándose en las raíces del XVIII y el XIX, renació en el XXI con tanta fuerza que obligó a la Infored a crear las cadenas locales que presentaran los mundos rosas ante el orgullo desproporcionado de poblaciones cada vez más aisladas en su inseguridad y en su miedo.


Podría haber tomado el tren de la arcología pero prefirió no hacerlo. Ver las tomas de corcex alineadas a media altura en el os vagones y los empleados sin enlace autónomo conectados a ellas, la deprimía. Caminó por las cintas móviles. El titanio crujía ante el peso de los que avanzaban. En dos semanas habría reparaciones. Un barbudo intentaba tapar una fuga de líquido verde en algún punto del sistema de freón refrigerado cuando llegó al ascensor administrativo del nivel. Con un deje metálico Erika seguía recitando su letanía.

La Infored sirvió para enfrentar pacíficamente a blancos y negros; indios y asiáticos; norteños y sureños; granjeros y mineros; orientales y occidentales. La red reprodujo todas las disputas que en la historia se dieron desde que el Homo Sapiens descubrió que el Neardenthal era otra especie.
Las confrontaciones ahogaron los nacionalismos en reyertas vecinales y enfrentamientos verbales que no llegaban a ninguna parte e impidieron que los núcleos raciales se consideraran una unidad frente al mundo.
La Infored logró el sueño universal de aislamiento seguro hasta desembocar en la necesidad de el otro, no para comunicar -eso se había perdido muchos siglos atrás- sino para ver tu orgullo en él. Creó el efecto espejo contra el que el Nuevo Orden Informativo de los albores del XXI había luchado en vano. Hizo desaparecer definitivamente el nexo de unión entre las sociedades. Hombre y mujer eran diferencias irreconciliables al igual que niño y viejo; bello y feo o loco y cuerdo.



Cuando el ojo Mathsuo de identidad le dio acceso el dato fugaz pasaba por tercera vez descendiendo ante su vista. Tres veces. Sin corrección, en mínimos azules negativos. Un problema. Apenas prestó atención alas últimas palabras de Erika en el enlace auditivo de su corcex.

El arte se prostituyó definitivamente; la literatura se volvió indiferente; la música se convirtió en un ejercicio formal que no satisfacía a autores, interpretes ni oyentes. La actividad humana se hizo, por fin, individual puesto que sólo los agentes de cada acción eran capaces de interpretar las motivaciones de la misma.
Cada uno hizo las cosas para si mismo y así, cuando un planeta superpoblado y hambriento clamaba por una solución colectiva, coordinada y global, el orbe dejó de ser un mundo habitado por veinticinco mil millones de personas para, pese a las apariencias, transformarse en veinticinco mil millones de mundos habitados por una sola persona, pendiente siempre de mantener, ampliar y fortalecer sus fronteras en su relación con cada uno de los otros miles de millones de mundos privados que coexistían con el suyo. La Infored estabilizaba el sistema. Era una inmensa red de mentiras y medias verdades para mantener las apariencias. El gobierno ejercía el control del sistema y la Red le lavaba la cara cada día.

Salió disparada del ascensor como si se hubiera pegado un adredermo de competición. Los tacones de sus Klisten clavándose en la moqueta de repulsión estática a un ritmo casi olímpico. El despecho de Erika la recibió en silencio salvo por el sonido de los servos de la ancha puerta de madera, está auténtica, con tachones de piedra sintética negra. La Directora de Administración estaba de pie tras su mesa. Un conjunto de barras plásticas de aleación blindada con tintes cromáticos en plata y malva y de planchas de simcromo con efecto de ébano.

Casi jadeaba cuando habló a la hercúlea espalda de Erika. La nota a pie de página del informe se desintegró sobre el rostro de su creadora cuando se giró al escuchar sus palabras.

- Las previsiones están mal hechas, Erika

NOTA:
No es conveniente presentar este escrito ante nuevas incorporaciones.
Utilizable como indicativo primario de reacciones de control/lealtad en elementos sospechosos.
Riguroso control de acceso. No incluir en memoria central.

Erika van der Ruther, Directora Departamento Administración.

- Lo sé, Bel Lynn, lo sé – el rostro arquetípico de valkiria de Erika terminó de aparecer cuando el corcex rompió por fin la conexión invasiva de prioridad con el informe- ¿De que SimClim son los paisajes de Los Sembrados, Bel? ¿De Iowa?

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