Hoy le tocaba ocupar estas endemoniadas líneas a Edward Hoper y su asombrosa capacidad para ver nuestro presente desde el suyo y nuestro futuro desde su pasado -y no desisto de ello-, pero el poético pintor estadounidense tendrá que esperar al menos unas horas.
Porque, tras cambiar de conexión y de ubicación, he abierto esas páginas cambiantes que se hacen llamar ediciones digitales de los periódicos y me he topado con la prueba fehaciente de que hay otro animal -además del ser humano- que tropieza varias veces en la misma piedra, que comente una y otra vez el mismo error y encuentra la forma de seguir comentiéndolo.
Un animal colectivo, multicéfalo y cada vez más informe y peligroso: Los gobiernos. Lo peor es que ellos no sólo tropiezan en varias ocasiones en el mismo guijarro. Es que además lo hacen adrede y se enorgullecen de ello.
La encargada de anunciar en esta ocasión este reiterado tropezón orgulloso ha sido Leire Pajín, nueva ministra de nuevo gabinete, que no se sabe si es más famosa por portar en su muñeca, siendo ministra de Sanidad, un artilugio de curanderos que ya ha sido considerado una estafa por los jueces o por las impertinentes referencias a sus labios de un edil vallisoletano, pero que, desde luego, no lo es por el ejercicio de sus funciones.
La ministra ha forzado su sonrisa, se ha colocado sus mejores galas y ha anunciado a bombo y platillo que El Gobierno aprobará una reforma legal por la cual se retirará la guarda y custodia de los hijos a "todo aquel que esté involucrado como acusado en un proceso de malos tratos dentro del ámbito de la aplicación de la Ley Integral contra la Violencia de Género".
Y una vez más, en un principio suena lógico, suena normal, suena hasta plausible. Suena como quieren que suene aquellos que de verdad saben como tendría que sonar.
Pero al final, no se puede decir de otra manera, suena del mismo modo que sonó hace muchos años la Ley de Buena Convivencia que firmara para un estado europeo un individuo de nombre Heindrich.
Porque un implicado en un proceso es un denunciado, no un condenado, no un sentenciado. Es solamente un denunciado. Es solamente alguien de quien otra persona dice que ha hecho algo. Suena bastante vago, ¿verdad?
Suena como un rumor, como una posibilidad, como una investigación... Pero, bajo ningún concepto, suena como una certeza, como una prueba. Como un hecho.
Pero sin pruebas, sin certezas y sin hechos ya se firma y se recibe uno de los castigos más dolorosos que puede recibir un ser humano: ser apartado de su progenie cuando no quiere serlo y no ha llegado el tiempo de ese alejamiento.
Suena a uniforme pardo y gebardina negra porque cambia el sistema judicial por un sistema de delaciones y acusaciones en el que solamente la palabra de alguien obliga al aparato público a actuar en su favor de forma "preventiva", no sólo para ella, sino para aquellos que, aunque no haya prueba alguna de que estén en peligro o en riesgo o de que esa denuncia sea cierta, ella considera que están en riesgo.
Y digo ella porque, "en el marco de la aplicación de la Ley Integral de Violencia de Género", sólo ellas pueden acusar de malos tratos, ¿nadíe había caído en eso?
Esta es la respuesta que se da a la caída de determinadas estadísticas falseadas durante años, al afloramiento de usos y abusos del sistema de protección de mujeres maltratadas que era el estandarte de la política social de un gobierno que, desgraciadamente, ha confundido ideología con realidad y protección con venganza -histórica, supongo-.
Ahora, el acusado pierde su casa, recibe el rechazo social -que aún no es público en el tablón de anuncios de los Ayuntamientos, pero que también están intentando que lo sea- y además el contacto y el derecho a hacer lo que todo ser humano ha hecho desde que la humanidad se reproduce de forma sexual y dimórfica -o sea siempre, mal que les pese a algunas-, educar y cuidar a sus hijos.
Pero no hay que preocuparse. Pajín y el Gobierno al que representa piensan que los niños estarán mejor con la maltratada que con el maltratador.
Y es cierto. Aunque el hecho de ser maltratada no incluye la seguridad de que seas una madre ejemplar y ni siquiera de que estés capacitada para ser madre.
Pero, como el hecho de ser maltratador sí lleva aparejado que eres un ser humano deprorable -si es que llegas a la condición de ser humano-, se supone que estarán mejor con la maltratada que con el matratador. Pero antes, convendría que se supiera si existe un maltratador y si existe una maltratada.
Porque si no es así. A lo mejor los menores estarán mejor con alguien que no ha hecho nada malo que con alguien que miente, manipula e intenta engañar al sistema para lograr sus propios fines. Sería un pobre ejemplo. Aunque fuera mujer.
Pero, claro, eso no se contempla. Porque dentro del ámbito de la aplicación de la Ley Integral de Violencia de Género no se contempla que existan mujeres que denuncian en falso.
No hay de qué preocuparse. Si resulta que no es un maltratador recuperará la guarda y custodia o por lo menos podrá reclamarla. Así que todo está en orden, todo está bien, todo sea para preservar un bien mayor.
La Constitución Española dice:
“Todos tienen derecho a un Juez ordinario predeterminado por la ley, a la defensa y a la asistencia de un letrado, [...] a no confesarse culpables y a la presunción de inocencia” (Art. 24. 2).La Ley de Buena Convivencia y Proteción del Estado de 1941 afirma:
"Dentro de la aplicación de la ley, El Estado retendrá y confiscará los bienes muebles e inmuebles, dinerarios y en especia, de todo integrante de un grupo diferenciado que sea acusado de una falta de convivencia o de un delito contra el Estado de los tipificados en los artículos anteriores de esta ley. Asímismo, asumirá el control de toda compañía en la que el acusado figure como propietario.
En el caso de que sea una propiedad conjunta, se requisará la parte del acusado, congelando la parte de propiedad de otros integrantes de grupos diferenciados que pudieran compartirla, en espera de aclarar la complicidad de los mismos en los delitos de los que su socio es acusado.
Durante el proceso el acusado tendrá prohibido entrar en contacto con sus socios y cerrar ningún tipo de negocio, así como firmar cualquier contrato de compra o venta sobre esos bienes.
Si se demostrara la inocencia del acusado, el Estado restituirá los bienes confiscados, detrayendo la parte que cubra los gastos que el proceso ha generado". (Art. 123)
Heinrich Himmler 1 - Gregorio Peces Barba 0.
Podría preguntar a qué concepto legal se parece más la nueva reforma anunciada por Leire Pajín. Podría cambiar "grupos diferenciados" por judíos -que era lo que el amigo Himmler quería decir-, podría cambiarlo por varones -que es lo que muchas querrían que pusiera-. Podría seguir diciendo y escribiendo muchas cosas, pero pocas cosas quedan por decir que no hayan sido dichas y que no hayan sido ignoradas.
1 comentario:
chapeau.
San Agustin de Guadalix.
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