Alguien dijo que cuando se rechaza el asedio a una entrada a un recinto amurallado hay que tomar aire un segundo y correr a toda prisa a la entrada trasera del castillo para ya estar allí cuando el enemigo intente derribarla con la furia redoblada de su derrota en la entrada principal.
Cierto es que el bueno de Ricardo Corazón de León se refería al error estratégico de los defensores de San Juan de Acre, pero dadas las formas cuasi feudales que adoptado el Gobierno Regional de Madrid ha asumido, se le podría aplicar perfectamente
Alguien podría pensar que González se rindió cuando los jueces le paralizaron sine die su masiva privatización de hospitales y centros de salud. Pero, si ese alguien creía que iba a desistir en el asedio de la sanidad pública madrileña, se limitaba a dormir el sueño delos justos.
González, -ya sin Fernández-Lasquetty como escudero y paladín- hace tiempo que ha redoblado el asedio a la puerta trasera de nuestra sanidad.
Las mamografías solo se realizan en la sanidad privada y las mujeres madrileñas no tienen oportunidad de hacérselas en los hospitales públicos, con los especialistas que las trata habitualmente.
El gobierno del Partido Popular Madrileño, que tanta bandera hace en esto -y otros muchos asuntos- de su alterado y retorcido concepto de la libertad de elección- se la niega a las madrileñas forzándoles a irse a la privada para una mamografía preventiva.
Y González habla de listas de espera, de no saturar los hospitales públicos en lugar de hablar de lo que realmente motiva que, en lugar de mejorar el sistema público, derive ese servicio preventivo esencial hacia la privada.
Porque está claro que no puede decir que debe compensar a muchos de sus socios en la sombra, de sus aliados invisibles, de sus sostenedores silenciosos de que ahora no les salgan las cuentas y los balances de beneficios que él les prometió.
Y sigue golpeando una y otra vez con el ariete de los intereses privados la puerta trasera de la sanidad pública.
Con las mujeres madrileñas los enfermos de diabetes que ven como la Comunidad asigna las bombas de insulina para el Hospital La Paz siguiendo exclusivamente criterios económicos.
Ignora o ni siquiera pide los informes de los médicos especialistas en la materia, no vaya a ser que estos opten por la calidad como criterio para no poner en riesgo la salud de los pacientes diabéticos en lugar de por las bajas temerarias de los que ofrecen el servicio por menos dinero para no poner en riesgo sus cuentas anuales de resultados.
Golpe tras golpe continua su asedio a las puertas traseras de nuestra sanidad intentando conseguir lo que no logró en el ataque frontal que los jueces le pararon.
Permite e intenta encubrir fugas de datos médicos que van a parar a empresas privadas, permite el aumento de un 958% de los gastos de farmacia de el hospital de Fuenlabrada mientras recorta un 12% el personal dela sanidad pública en la comunidad; abre en Villalba un hospital adjudicado a una de las empresas implicadas en la privatización paralizada.
Da igual que sea a través de una privatización realizada con impunidad veraniega de la formación continuada de los facultativos de atención primaria o a través de las continuas y constantes derivaciones forzosas y encubiertas de pacientes a centros de gestión privada.
Suma y sigue en una inacabable serie de arremetidas que solamente buscan encontrar resquicios, provocar grietas y hacer los suficientes agujeros para que los mercenarios a los que sirve en esta guerra contra lo público y nuestra salud puedan entrar por ellas y lograr su botín. El botín que él les prometió desde el principio.
Y todo lo demás es simplemente el humo tras el que González pretende esconder los golpes continuados de su ariete contra nuestra salud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario