Llevaba yo entre literaturas y eclesias un tiempo sin hablar de Mariano, nuestro Mariano. Ese que nos ha tocado sufrir y padecer de vez en cuando. O sea, el Señor Rajoy.
Y mira tú por donde que, para un día que le miro, al pobre me le encuentro consternado, taciturno, meditabundo y contrariado. Vamos como siempre, pienso yo. Porque lo cierto es que este hombre no ganaba para disgustos cuando yo lo miraba con más asiduidad.
Más me dicen que no. Que antes no era así. Que hace sólo unas fechas -incluso hasta ayer- se le encontraba egregio, enaltecido, robusto cual sansón y pletórico en sus fondos y formas. Se le veía henchido de fortaleza y yo, poco acostumbrado a verlo de esa guisa, me pregunto por qué.
Temiendo lo peor, me vuelvo hacia los diarios esperando encontrar el archivo definivo en los humedos bajos de algún juzgado o tribunal del Caso Gürtel -ese que en realidad era un conciabulo judeomasónico electoralista entre Garzón y Bermejo-. Pero no, sigue ahí. Y nos crece el sumario a buen ritmo en varías instancias judiciales. Ahí siguen los trajes, los eventos, los regalos, las dádivas, los alcaldes, los concejales, los consejeros comunitarios y hasta nos crece la lista de imputados.
No salgo de mi asombro cuando me doy cuenta que Mariano, pese a eso -o más bien pese a todo- sí que estaba contento y exultante y entonces descubro los motivos, los fondos de las victoriosas formas que se gasta Rajoy.
Mariano saca pecho de encuesta en encuesta, de sondeo en sondeo porque los va ganando. Le saca unos cuantos puntitos al PSOE para las Europeas.
Cuando vas por delante no te miras el culo -uy, perdón el trasero- porque no puedes vérterlo. Y por eso los cohechos se olvidan, los escándalos desaparecen. Todo es color de rosa -o de blanco, que es el color del voto- y por eso Mariano esta ufano y contento.
Pero los sondeos no han cambiado desde ayer hasta hoy ¿cual es pues el motivo de que se halle Don Mariano tan desmejorado de un día para otro?
Ha de ser -no me cabe la duda- esto nuevo que flota en el ambiente del caso Fundescam. De que Doña Esperanza, la liberal liberada, forrara de millones a través de contratos a aquellos que le pagan las campañas.
Tiene que ser eso lo que ensombrece el rostro victorioso del Mariano Europeo que lleva a Mayor Oreja de la mano hasta Estrasburgo para lograr que deje de comerle la idem en las ejecutivas de los chicos de Génova.
Pero veo que no. Porque Doña Esperanza, la tita Espe, nos hace lo que siempre y niega la mayor con prontos chascarrillos y coplillas improvisadas de dudoso gusto y calidad.
Lo único que le quita la paz, le muda la sonrisa y le arruga la frente al bueno de Mariano es otra de esas cosas que han salido en la prensa: El paro ha descendido en mayo en 25.000 personas.
Sí, eso es lo que le entristrece y lo que nos demuestra que Rajoy está enfermo como está su partido.
Porque todo el PP se nos ha puesto raro. Montoro dice que eso no importa. Guemes acusa a los estadísticos de hacer los cálculos bajos los efectos de los estupefacientes. Y Mariano se nos torna de nuevo Mariano. Ese que se pasa constantemente la mano por la cabellera, que se mesa la barba con disgusto, que pierde la mirada de un sitio para otro.
Y es que si baja el paro y si sigue bajando, el nuevo miedo que hay en su estrategia -porque toda estrategia del PP tiene un miedo de fondo- se les acaba pronto. No llega hasta las generales. Si el paro se nos mengua y con él algo de esta crisis, los votos se les menguan a ellos y eso no puede consentirse, no debe permitirse.
En contra de lo que hiciera Loki, el dios nórdico de la maldad, en la leyenda sobre el fin de su mundo, Rajoy y sus cohortes, por más que lo digan y lo repitan en mítines y hemiciclos, no se alinean con nadie para luchar contra la crisis, contra el desempleo o contra cualquier otra cosa. Lo cual también tiene su lógica, porque siendo tan s y apostolícos no van a hacer caso a los consejos de un dios pagano, por muy buenos que sean. Ellos no piensan que no merece la pena gobernar el mundo si el mundo es cúmulo de cenizas.
Para ellos el poder es el bien absoluto y lo ansían por encima de todo. Aunque el paro aniquile familias, aunque el dinero no fluya. El paro ha de seguir subiendo para que Don Mariano pueda alcanzar el trono. Y si todo es cenizas, que así sea.
Por eso está hoy triste Don Mariano.
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