domingo, mayo 24, 2015

El sufragio por los siglos de los siglos.

Unos dicen que será la primera vez que se haga en mucho tiempo con ilusión y otros amenazan con que será la última en mucho tiempo que se haga en libertad; unos dicen que para modificar solo lo justo y necesario, otros que para cambiar del todo lo injusto y eliminar todo lo innecesario.
El resultado el valor de nuestro voto es algo que sabremos mañana, la semana que viene o quizás dentro de mucho tiempo. Eso es algo que cada uno hacemos solo por nosotros mismos, algo
Peor hay algo que debemos hacer por los demás-. Sí, lo siento, otra cosa que tenemos que hacer por los demás.
Yo voto por lo miles de millones de hombres y mujeres que no pudieron hacerlo antes de que la historia les concediera ese derecho; voto por los que se dejaron la sangre, la lucha y la existencia para que yo naciera con el sufragio como algo conseguido; voto por los que sacaron a los siervos de la tierra, a los esclavos de los barcos, a las mujeres de las cocinas, a los niños de las fábricas y de los campos.
Voto por todos los que a lo largo del mundo aún no pueden votar, por los que no tienen nación o tierra donde hacerlo, por los que no disponen de permiso para emitirlo, de libertad para pensarlo; voto por los que no tienen tiempo en su huida de la guerra para poder hacerlo, por los que aún nacen esclavos, por los que aún viven miserables, por los que aún hoy mueren sin poder emitir un sufragio.
Yo voto para que la cultura que con esfuerzo y trabajo trajeron hasta mi padres, maestros, profesores, literatos y artistas le valga al mundo para algo, voto para que lo que se o creo saber pueda servir a todos de algún modo, voto por devolver todo lo que otros me dieron para poder elegir el sentido y la forma de mi voto, 
Voto por aquellos a los que se lo robaron, se lo compraron, se lo cambiaron o se lo vendieron; voto por todos aquellos a los que se lo secuestraron, se lo alteraron, se lo manipularon o se lo prometieron pero nunca se lo dieron.
Yo voto por los siglos de los siglos, por los que se quedaron atrás y los que han de venir, por los que nos enseñaron como hacerlo y por aquellos a los que deberemos enseñar cómo debe de hacerse.
Yo voto.
Voto porque aunque sea molesto, cómodo, inútil, trascendente, irrelevante, ilusionante, equivocado o acertado, es mi puto deber votar mientras alguien en el mundo o la historia no tenga o haya tenido ese derecho.
Yo voto porque tengo que hacerlo. Y ya está hecho.

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