Rajoy y la salida del armario

Pues ya están todos juntos, en amor y compañía, como una gran familia feliz.
Como ahora está de moda eso de salir del armario, parece que todo el mundo se apunta al carro. Y Rajoy y sus mesnadas, que siempre han de estar en la cresta de ola de la modernidad y el toque de derecha progresista, también han salido del ropero en el que se encontraban escondidos.

Y lo hicieron el pasado fin de semana, a lo grande y loor de multitudes. Pero no para exponer públicamente sus tendencias sexuales -que el problema del inefable líder del PP no son sus tendencias sexuales sino, más bien, encontrar alguien que pueda sentir una tendencia sexual hacia él-, sino para demostrar de una vez por todas sus tendencias políticas e idológicas.

Sólo ha hecho falta algo tan irrelevante como que De Juan Chaos haya dejado de comer y que el juez -cumpliendo la ley- no le haya condenado a más de noventa años de prisión para que el PP, sus mandos y sus huestes hayan abandonado definitivamente el armario de la democracia y hayan lucido sus más mágnificas galas y plumajes de fascismo, totalitarismo y deseo dictatorial.

Rajoy, garante según él del vino y la patria -españoles por supuesto-, se ha colocado detrás de un terrorista, confeso y convicto, de un asesino que ha cumplido pena por ello y de un defensor a ultranza del totalitarismo militar como forma de gobierno.

El PP ha abandonado la democracia por España, por su idea de la nación, por su idea del poder y se ha colocado, tras salir precipitadamente y sin vergüenza del ropero democratico en el que permanecía escondido, en la línea y de la mano de Saenz de Ynestrillas y todos los que defienden la idea de una grandeza rancia, basada en la fuerza y en la dictadura.

Y no es extraño, si se piensa. ¿Que otra cosa podría hacer el ínclito Mariano que salir de su particular armario ideológico?

La democracia era demasiado estrecha para él y para los suyos. Era un corsé demasiado apretado que constreñía su grandeza, sus delerios, su poderoso nacionalismo españolista. Travestido de demócrata y moderado no podía dar rienda suelta a sus exabruptos, a su amor por la patria una, grande y libre, a su "aquí se hace lo que yo digo, porque yo lo digo".

Un partido político no es sufieciente para esos afanes, hace falta un país entero, una nación, un imperio. Y menos mal que Mariano parece conformarse con un solitario país. Si hubiera sido su pequeño y bigotudo antecesor hubiera necesitado un continente entero para cubrir sus delirios de grandeza y su megalomania. Y me refiero a Aznar no a Franco aunque, visto lo visto, diferencias hay pocas.

Así que para pedir -para exigir, que ellos ya no piden , una vez salidos del armario no pueden volver a entrar.- que un terrorista no tenga beneficios penitenciarios se colocan detrás de otro. El presidente de la AVT -que supuestamente debería denostar el asesinato como forma de acción política- le da la mano a un asesino y le sonríe, le acompaña y entona junto a él consignas por la dignidad y la grandeza de España. Una España, por supuesto, en la que sólo tienen espacio sus ideas, sus deseos y sus fórmulas autoritarias de gobierno. Alcaraz convierte a los muertos a manos de ETA en el remedo del clásico ¡Caídos por Dios y Por España!

Nunca, desde los tiempos del añorado por los travestidos demócratas pequeño dictador, una manifestación fue más una demostración de fuerza. Porque la de este sábado fue eso, una demostración de que, hecho añicos el armario en el que se escondían para engañar a una sociedad y un país, la fuerza es el único lenguaje que articulan, el único credo que profesan, la única herramienta que manejan.

De Juana es algo nimio de lo que no merece la pena ni opinar. El problema de este país no está en ETA, ni en el Gobierno, ni en la burbuja inmobiliaria, ni en los tipos de interés, ni en la violencia de género, ni en la masificación de la salud, ni en la cruzada de la ministra contra el tabaco, el vino y la grasa, ni siquiera en la ineptitud de Capello o la barriguita de Ronaldinho. Esas son las dificultades a las que tiene que enfrentarse este país, pero no són el problema de España.

El único problema de España son ellos, los que han intentado engañarnos manteniéndose dentro de un vestidor que les hacía aparentar que eran demócratas, que eran moderados, que solamente eran conservadores y no de derechas.

Afortunadamente, han salido de ese armario y ya no podrán volver a entrar. En todo el catálago del IKEA no existe un ropero lo suficientemente grande para contener su fascismo y su totalitarismo. Enhorabuena Ynestrillas ya no estás solo.

Enhorabuena Rajoy, Enhorabuena Alcaraz ¡Feliz Día del Orgullo Facha!