Lo de la Unión Europea es de traca. Bueno, más bien de torpedo en la linea de flotación de esa democracia que tanto dicen defender sus instituciones.
En tres días, desde que se supo que la elección presidencial griega estaba bloqueada sin remedio, han lanzado todas sus baterías de babor y de estribor contra la democracia griega.
Syriza, -el Podemos griego, para entendernos- está a la cabeza de las encuestas sobre la intención de voto heleno y Juncker, presidente del Banco Central Europeo se descuelga diciendo que él -y por ende el BCE, se supone- se sentiría "más cómodo sentado con rostros conocidos que con extremistas".
Ahí le han dado.
Ese es el problema que nos ha llevado a donde estamos. Juncker y todos los políticos europeos se sienten más cómodos entre caras conocidas y por eso los colocan lo más cerca de ellos, les dan sueldos y puestos que no se merecen y han convertido la administración política en una red de nepotismo y corrupción que lo impregna todo.
Pero lo que más chocante me parece de Juncker es eso de "extremistas".
Según yo lo veo, sus conocidos, esos con los que se siente tan cómodo, son los principales extremistas de la política europea en nuestros días.
¿Enviar a la muerte por miseria a una población para salvar a unos bancos fraudulentos no es extremismo?, ¿forzar recortes en servicios básicos, hasta que estos dejan a la población sin cobertura sanitaria, social o educativa, para cuadrar un déficit que luego se incrementa con gastos militares o administrativos no es extremismo?, ¿negar créditos a las empresas mientras se les concede a interés cero a las Comunidades Autónomas para que hagan sus obras electorales no es extremismo?, ¿modificar el mercado laboral eliminando prácticamente todas las garantías y derechos laborales en aras de reducir el coste salarial prácticamente a cero no es extremismo?
O sea que en realidad Juncker ya está rodeado de extremistas, extremistas del liberal capitalismo, los conoce y piensa como ellos. Vaya, pues no es lo mismo que lo que ha dicho, me da la impresión.
Y sobre todo se me antoja algo peor. Que él mismo es uno de ellos porque ¿amenazar veladamente a un pueblo soberano con no ayudar a solventar una situación que su intransigencia económica ha provocado si no votan lo que él y sus conocidos quieren que vote no es extremismo?
¿Decirle a Grecia y a Europa que no se puede ser europeo si no se piensa como él y no se ve la economía como sus conocidos no es extremismo?
En mi molesta opinión, Juncker está muy a gusto en compañía de esos extremistas del liberal capitalismo que han llevado a Grecia a la desesperación y a Syriza a la cabeza de las encuestas porque es uno de ellos.
La UE ya está llena de ellos y gobernada por ellos. Y Syriza no tiene nada que ver con ello.
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