Vaya por Dios, si no se trata de un discurso de arreón estalinista de esos de "la tierra para el que la trabaja" o "Viva la dictadura del proletariado".
Es un economista que valora que los supuestos grandes gurús de la economía mundial que diseñaron -en realidad para su provecho- el "rescate" griego cometieron un error de concepto dentro del propio sistema económico que se supone que manejan.
No es que los bancos griegos vivieran una situación coyuntural de falta de efectivo y fueran a tenerlo en cuanto se lo pagaran (liquidez). Es que tenían agujeros financieros del tamaño de las Islas Jónicas por su mala gestión y nunca iban a recuperar ese dinero dilapidado (insolvencia).
No es que los bancos griegos vivieran una situación coyuntural de falta de efectivo y fueran a tenerlo en cuanto se lo pagaran (liquidez). Es que tenían agujeros financieros del tamaño de las Islas Jónicas por su mala gestión y nunca iban a recuperar ese dinero dilapidado (insolvencia).
Digan ustedes adiós al mito creado de la mala preparación y el populismo económico y den la bienvenida a una nueva forma de explicar la economía -algo que hasta ahora no se hacía-.
"Hay que proteger la frágil flor de la democracia, amenazada por aquellos que dicen que las elecciones no cambian nada”.
Pero, ¡¿Qué es esto!?, ¿no tocaba ahora esto de "El Estado por encima de todas las cosas", "La libertad individual subsumida a las necesidades del Estado"?
Es un democrata que recuerda que lo que decide un pueblo en las urnas es la esencia misma de la democracia mientras que otros dicen que lo que realmente debe marcar el destino de un país es el interés de sus socios financieros y lo que decidieron una serie de personas a las que los ciudadanos europeos no han elegido para esos menesteres.
Saquen el pañuelo y despidan el falso mito de la tendencia dictatorial y estatalista que pone en peligro la democracia y la libertad.
“Nadie puede entender mejor que la gente de este país cómo una economía en depresión combinada con una humillación nacional y un sufrimiento sin límites puede romper el huevo de la serpiente. Cuando vuelva a casa esta noche, me encontraré un Parlamento en el que la tercera fuerza no es un partido neonazi, sino uno nazi”.
¡Acabáramos! Pero ¿no venía ahora amenazar con la revolución violenta, con la restauración de la guillotina, los gulags y las checas?
Es alguien que recuerda la historia, toda la historia, no la que nos conviene y que simplemente dice que la imposición de los intereses financieros sobre la situación de depresión y pobreza de un pueblo ya nos llevó al desastre europeo y mundial. Que sabe que Alemania se vio en su tiempo sometida a la misma presión que ahora ella impone sobre Grecia y otros países -entre ellos España-, que se le aplicaron las mismas falsas soluciones que se aplican ahora y que no está dispuesto a dejar pasar el ejemplo de cómo acabó todo.
Lancen un beso mientras se aleja el mito inventado del revolucionario furioso sediento de sangre y de venganza y nos encontramos de bruce con la realidad de aquellos que no aprenden y pretenden olvidar los errores de antaño y su trágico desenlace.
Que, ¿quien es el autor de estas tres perlas desmitificadoras?
Pues el economista Yanis Varoufakis que, por si alguien ha vivido en Marte las últimas semanas, es el ministro de Economía y Hacienda del nuevo gobierno griego. El formado por Syzira, ya sabemos, esa formación loca,radical y antidemocrata -por resumir el cúmulo de sandeces que intentan destilar los medios políticos de este país sobre ellos-.
Y ¿qué dice mientras su interlocutor?
“La culpa no está en la troika ni en la UE, sino en los Gobiernos griegos anteriores, que convirtieron el Estado en un botín”, dice el vicecanciller alemán.
Y no es que no tenga razón. Pero ignora el hecho de que permitieron que esos gobiernos lo hicieran, que siguieron dando fondos de cohesión pese a los constantes escándalos, que siguieron firmando créditos del FMI o el Banco Central Europeo pese a que veían todos los días que se iban por el sumidero de la avaricia de los políticos griegos.
Podían haber forzado el fin de esa situación a las primeras de cambio haciendo lo que hacen ahora para internar forzar que el Gobierno griego vuelva al redil de su forma de ver el mundo. Cerrando los créditos, las ayudas europeas y los prestamos hasta que esos gobiernos corruptos e inútiles se vieran obligados a dimitir.
No lo hicieron, pero la culpa no es suya. Empezaron los otros niños.
La política entendida como el recreo en un patio de instituto. Si no fuera tan dañino hasta daría lástima.
Y me pregunto ¿no es populista acusar de populismo a quien no es populista? Ahí dejo el trabalenguas.
Pero, ¡¿Qué es esto!?, ¿no tocaba ahora esto de "El Estado por encima de todas las cosas", "La libertad individual subsumida a las necesidades del Estado"?
Es un democrata que recuerda que lo que decide un pueblo en las urnas es la esencia misma de la democracia mientras que otros dicen que lo que realmente debe marcar el destino de un país es el interés de sus socios financieros y lo que decidieron una serie de personas a las que los ciudadanos europeos no han elegido para esos menesteres.
Saquen el pañuelo y despidan el falso mito de la tendencia dictatorial y estatalista que pone en peligro la democracia y la libertad.
“Nadie puede entender mejor que la gente de este país cómo una economía en depresión combinada con una humillación nacional y un sufrimiento sin límites puede romper el huevo de la serpiente. Cuando vuelva a casa esta noche, me encontraré un Parlamento en el que la tercera fuerza no es un partido neonazi, sino uno nazi”.
¡Acabáramos! Pero ¿no venía ahora amenazar con la revolución violenta, con la restauración de la guillotina, los gulags y las checas?
Es alguien que recuerda la historia, toda la historia, no la que nos conviene y que simplemente dice que la imposición de los intereses financieros sobre la situación de depresión y pobreza de un pueblo ya nos llevó al desastre europeo y mundial. Que sabe que Alemania se vio en su tiempo sometida a la misma presión que ahora ella impone sobre Grecia y otros países -entre ellos España-, que se le aplicaron las mismas falsas soluciones que se aplican ahora y que no está dispuesto a dejar pasar el ejemplo de cómo acabó todo.
Lancen un beso mientras se aleja el mito inventado del revolucionario furioso sediento de sangre y de venganza y nos encontramos de bruce con la realidad de aquellos que no aprenden y pretenden olvidar los errores de antaño y su trágico desenlace.
Que, ¿quien es el autor de estas tres perlas desmitificadoras?
Pues el economista Yanis Varoufakis que, por si alguien ha vivido en Marte las últimas semanas, es el ministro de Economía y Hacienda del nuevo gobierno griego. El formado por Syzira, ya sabemos, esa formación loca,radical y antidemocrata -por resumir el cúmulo de sandeces que intentan destilar los medios políticos de este país sobre ellos-.
Y ¿qué dice mientras su interlocutor?
“La culpa no está en la troika ni en la UE, sino en los Gobiernos griegos anteriores, que convirtieron el Estado en un botín”, dice el vicecanciller alemán.
Y no es que no tenga razón. Pero ignora el hecho de que permitieron que esos gobiernos lo hicieran, que siguieron dando fondos de cohesión pese a los constantes escándalos, que siguieron firmando créditos del FMI o el Banco Central Europeo pese a que veían todos los días que se iban por el sumidero de la avaricia de los políticos griegos.
Podían haber forzado el fin de esa situación a las primeras de cambio haciendo lo que hacen ahora para internar forzar que el Gobierno griego vuelva al redil de su forma de ver el mundo. Cerrando los créditos, las ayudas europeas y los prestamos hasta que esos gobiernos corruptos e inútiles se vieran obligados a dimitir.
No lo hicieron, pero la culpa no es suya. Empezaron los otros niños.
La política entendida como el recreo en un patio de instituto. Si no fuera tan dañino hasta daría lástima.
Y me pregunto ¿no es populista acusar de populismo a quien no es populista? Ahí dejo el trabalenguas.
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