"La
propuesta de Ruiz-Gallardón no es equilibrada, sino que se inclina más bien
hacia la custodia compartida como sistema preferente (...) La custodia, en
interés del menor, debe otorgarse al que ha sido el cuidador principal durante
el matrimonio (...) otorgarle la libertad al juez para que decida si opta por
la custodia compartida aunque ninguno de los progenitores la haya solicitado es
nocivo para el menor. ¿Cómo se puede dar la opción de que esto sea lo mejor
para el niño si los padres no lo han pedido? Esto desprotege a los niños".
¡Tranquilas buenas gentes! No es
que alguna suerte de virus feminista ultramontano haya tomado el control de
estas endemoniadas líneas, no es que me haya echado una novia feminista que me
somete a chantaje sexual a cambio de utilizar este espacio como plataforma para
esparcir por el éter sus ya muy esparcidas tendencias ideológicas.
Simplemente hay ocasiones en las que
conviene dar relevancia a lo dicho para que los argumentos expuestos en contra
sean realmente sólidos. El absurdo habla mucho más por sí mismo que cuando la
lógica intenta rebatirlo.
Pues bien, esta cascada de
declaraciones ha sido realizadas por Ángela Cerrillos, presidenta de la
Asociación de Mujeres Juristas Themis como respuesta indignada e indignante a
la propuesta de ley del ministro de Justicia sobre la custodia compartida.
Podría decirse muchas cosas sobre
ellas, desde el absurdo de su base jurídica -lo cual es grave si parte de
alguien que dirige una supuesta asociación de juristas, hasta que rayan el absurdo
de la incongruencia. Pero yo quiero destacar dos aspectos fundamentales de las
mismas.
Pero, se diga lo que se diga sobre
ellas, lo cierto es que son el ejemplo de algo que solamente puede calificarse
como un síndrome psicológico -o psiquiátrico, si nos ponemos-. Casi todos los
trágicos personajes griegos tienen su síndrome o su complejo. Edipo, Antígona, Ifigenia,
Orestes. Pues bien, lo que sufre la egregia señora Cerrillos y todo lo
que representa solo puede calificarse como el "complejo de Themis"
Se definiría más o menos como "la necesidad imperiosa de utilizar la
justicia para lograr sus objetivos particulares, vaciándola de toda lógica y
equilibrio e interpretándola de forma que solo se percibe como justo lo que
beneficia a aquellas que sufren el complejo y como injusto, ilegal y machista
todo aquello que las perjudica".
¿los síntomas? Bueno, los de siempre:
incoherencia, incapacidad de percibir la realidad, imposibilidad de
razonamiento abstracto...
Pero con estas se les añade uno nuevo
que convierte lo de siempre en un problema absolutamente psiquiátrico: Esas
frases son las más machistas que he escuchado últimamente.
"La
custodia, en interés del menor, debe otorgarse al que ha sido el cuidador
principal durante el matrimonio".
¡Válgame el hado primigenio! Miro a un
lado y a otro y temo ver venir contra mí las hordas de la Sección Femenina con
sus uniformes grises y negros y sus capachos de flores celebrando la onomástica
del Caudillo.
Antes de que pasen junto a mí
desparramando sus esencias a Álvarez Gómez y sus loas a la "hembra doméstica" consigo teclear, nervioso, casi
angustiado, en mi navegador las tres siglas del ensalmo mágico que puede
devolverme a la línea temporal de la que he sido arrancado. INE, Instituto
Nacional de Estadística, y respiro tranquilo cuando vuelvo a la realidad.
En el 78 por ciento de las parejas
menores de 45 años trabajan los dos miembros de la misma; los niños españoles pasan
una media de 2,4 horas diarias con sus padres, 9,4 en el colegio y las
actividades extraescolares y 3,2 horas con cuidadores que no son sus padres. Y
el resto sobando, claro está.
O sea que de repente me encuentro desayunándome
la propuesta de la presidenta de la asociación Themis de juristas -me
encantaría que en algún momento definieran lo que para ellas significa la
palabra jurista- de que los jueces decidan en caso de divorcio entre otorgar la
custodia a la cuidadora polaca, a la abuela materna, a la chacha dominicana, al
profesor de violonchelo, al abuelo paterno o a la becaria que hace las prácticas
en el jardín de infancia.
Porque alguno de ellos es, sin duda,
el principal cuidador de los niños.
Y entonces caigo en que no, en que no
es eso. En que la que se dice defensora feminista de los derechos jurídicos de
las mujeres ha tirado del rol estereotipado femenino más ancestral, más arcaico
y más machista del orbe conocido que es suponer que las que cuidan de los niños
son las mujeres.
¿Por qué?, ¿por qué lo dicen las
estadísticas?, No porque ella tiene en la mente esa figura de la mujer y tira
de ella para disimular que en realidad lo que está diciendo es que "la custodia debe dársele a las
mujeres y punto final".
Pero el machismo que se trasluce en la
justificación no deja de ser sorprendente. Cuando nadie ya da por sentado que
eso es así. Ella sigue considerando a la mujer como la cuidadora de niños en
virtud de su condición de madre y esposa.
Tira del estereotipo más machista que
se conoce para justificar su postura, obvia la realidad de su mundo y su
sociedad y pretende enviarnos de un plumazo a una suerte de universo paralelo
en el que todo sigue como en 1970.
Eso ya no es una ideología radical,
eso ya no es un Lobby de presión política. Es, simple y llanamente un evento
Fringe.
Pero las siguientes son todavía más
divertidas. El complejo de Themis se va transformando en síndrome psiquiátrico
"otorgarle
la libertad al juez para que decida si opta por la custodia compartida aunque
ninguno de los progenitores la haya solicitado es nocivo para el menor”.
¿Otorgarle la libertad al juez?, ¿de
verdad se lo ha pensado al decir esa frase? El sistema de justicia se basa en
que los jueces tengan libertad de decisión y margen de aplicación de las leyes.
Otorgarle la libertad de decidir al juez es en parte la base de nuestro
ordenamiento jurídico
¿De verdad creen que siguen teniendo
derecho a utilizar el epíteto de juristas en el nombre de su asociación?
En todas las ramas del derecho, la
discrecionalidad del juez es la última herramienta de corrección de lagunas o
errores formales en la ley. En el derecho penal hasta puede anular la decisión
de un jurado. Pero en las custodias no debe hacerlo porque es nocivo para el
menor.
El juez y la ley son un todo en la
justicia. Puede que sea un error pero no veo que protesten cuando la
discrecionalidad del juez viene marcando día tras día órdenes de alejamiento
preventivas contra individuos que lo único que han hecho es mandar a sus
esposas a donde se fue el padre padilla o manteniendo encarcelados a hombres
que han discutido con sus ex mujeres y han respondido con un insulto a otro o
han insultado directamente.
Pero el colofón final hace colocarse
al descubierto síndrome de Themis en el límite interno de la patología.
"¿Cómo
se puede dar la opción de que esto sea lo mejor para el niño si los padres no
lo han pedido? Esto desprotege a los niños".
De nuevo las grietas en el continuo
espacio tiempo nos llevan a un universo paralelo en el que las cosas son
parecidas al nuestro pero no del todo. De nuevo los héroes de Fringe se ven
obligados a fijar la grieta y sellarla para que no nos veamos arrojados en él.
¿Desde cuándo la custodia se puede
considerar un derecho o una elección? Con todos mis respetos hacia la lengua de
Cervantes, si ninguno de los padres ha solicitado la custodia, que se jodan.
Es su obligación hacerse cargo de la
custodia de sus hijos. Los hijos no son algo sobre lo que se tenga derecho a
renunciar una vez que los has traído al mundo. Se puede renunciar a la pareja,
pero no a los hijos. Si ninguno de los dos la quiere se les impone a los
dos en beneficio del menor, se les obliga a que asuman sus responsabilidades a
ambos y se acabó la discusión.
Si lo hacen mal se les retira y si es
necesario se les encarcela. Pero no se les permite ignorar sus
responsabilidades, sus compromisos y sus deberes. Se les recuerdas que para ser
padres y madres lo mejor es haber crecido hasta llegar a la edad adulta. Da
igual la edad que figure en tú carné de identidad.
Todos los argumentos que dan las
chicas de Themis para justificar su oposición nos revierten a mundos paralelos
en los que la responsabilidad sobre un hijo es un asunto de libre elección, en
los que la mujer se ha quedado estancada en el Babi Boom español y en el que
los jueces no tienen derecho a impartir justicia.
Resulta realmente gratificante -terrorífico,
pero gratificante- que cuando se ven encerradas utilicen argumentos que nunca
deberían utilizar simplemente porque suponen defender la posición que dicen
combatir.
A lo mejor las mujeres que defienden
sus derechos de verdad por fin se dan cuenta de que no pueden seguir dejando
que alguien que padece un síndrome psiquiátrico que la disocia de la realidad
hable en su nombre.
Fascismo, machismo y un síndrome
psiquiátrico de reciente creación. Curiosos compañeros de viaje para la lucha
por la igualdad. Pobre Themis. Debe estar revolviéndose de rabia en el olvidado
Olimpo. O a lo mejor no. No olvidemos que Themis era la diosa del orden natural de las cosas -o sea el mítico, las cosas son así porque son así-, no de la justicia y que la única representación suya que ha llegado a nuestros días se encontraba en el templo de Némesis, señora de la venganza.
Así que a lo mejor, el nombre les cuadra perfectamente
2 comentarios:
Hola: hace algún tiempo que le doy vueltas a la idea de que el feminismo, al menos en su versión hembrista, puede representar un síndrome psiquiátrico. Me faltan con conocimientos como para desarrollar adecuadamente esta tesis, pero tú me has dado un apoyo. No se si te lo planteas en serio o en broma, lo del síndrome de Themis, pero yo si que creo que puede ser algo serio, sí que puede existir. Ahora que para publicarlo, hay que tenerlo muy pero que muy trbajado, pues si no la corrección política y el lobby feroz, el lobby que themis como a la muerte social, te puede llevar a eso, a la muerte social.
En cualquuier caso un post diver
Arturo
Es medio en serio y medio en broma. Casi todas las ideologías y desarrollos ideológicos fascistas se fundamentan en un desequilibrio psicólogico que intenta compensar desequilibrios psicológicos.
Los deliriosde grandeza, las ansias de superioridad que compensan complejos de inferioridad y patólogias más complejas que mezclan el odio y el sentimiento de culpa, de rechazo o de incomprensión están presentes en prácticamente todos los creadores de ideologías totalitarias que se basan en la imposición de un forma de ver el mundo y les conducen a una percepción alteradas de la realidad. Desde Stalin hasta Hitler, pasando por lo poco que sabe de los emperadores romanos, de los faraones egipcios, etc, etc.
El hembrismo radical tiene un fuerte componente de fascismo, así que no iba a ser una excepción. Solamente hay que echar un vistazo a las tesis de sus ideólogas principales como McKinnon.
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