Si hay algo que está demostrando este gobierno nuestro, fruto legitimo de nuestros sufragios e hijo bastardo de sus mentiras, es su capacidad para crear toda una serie de artes aplicadas a la política que hasta ahora eran utilizadas por todos los que accedían al poder pero que los actuales inquilinos de Moncloa están llevando a su más alta expresión. Y tras el nada noble arte de dar la chapa, el proceso artesanal de la creación de humo y el no menos industrioso artificio del escapismo, nos llega otro arte menor elevado al rango de acto de gobierno: la artesanía de la cosmética numérica.
Probablemente reforzados por esa soberbia que les hace creerse una élite capaz de situarse intelectualmente por encima del resto de los mortales, han decidido que la presentación de cifras es la mejor manera de esconderse. Como ellos no dan la cara, como no están dispuestos a presentarse ante aquellos a los que están robando el futuro y el presente para explicarse, pretenden que los números hablen por ellos.- O si no es posible que callen por ellos.
Así presentan reducciones del numero de desempleados registrados y dicen: "ya está, el paro está descendiendo". No las contrastan con la afiliación a la Seguridad Social, no se preocupan de valorar el tipo de contrataciones.
Como hay menos desempleo registrado el paro ha bajado.
Como somos idiotas, como no entendemos, tenemos que pensar que con eso basta, que con eso es suficiente. No vamos a descubrir que hay parados de larga duración que dejan de renovar su inscripción por puro desaliento, no vamos a saber que hay jóvenes que no han llegado a inscribirse aunque ya hayan terminado sus estudios y no encuentren trabajo. El paro ha bajado.
Y así siguen con todo.
Presentan como un triunfo que la lista de espera para recibir las ayudas de Dependencia ha descendido.
Y nosotros, pobres ignorantes, no vamos a caer en la cuenta de que 115.000 personas han salido de esa lista no porque hayan recibido las ayudas, sino porque ellos las han sacado a patadas de la misma a fuerza de aumentar hasta lo draconiano las exigencias para acceder a esas ayudas. Como hay menos personas esperando para recibir las ayudas es que ellos lo han hecho bien.
El maquillaje numérico prosigue en cada área, en cada balance en cada uno de los pilares del bienestar social que están empeñados en recortar. Como los números se empeñan -en un acto de antiespañolismo profundo y radical- a no cuadrarles, ellos les cubren de de base, rimmel y colorete hasta que parezcan una cosa distinta a lo que son.
Mientras todas las instituciones internacionales, todas las organizaciones no gubernamentales y hasta algún que otro gobierno amigo, les avisa de que el nivel de miseria entre las familias españolas, ellos se arrojan al triunfalismo de unos números que demuestran que el gasto estatal por familia ha aumentado.
Nosotros, podres incultos que precisamos de sus sabias explicaciones, no vamos a caer en la cuanta de que eso no se produce porque se haya gastado más dinero sino porque han dejado de considerarse familias a todo un abanico de formas de concebir las relaciones que van desde las madres solteras a las parejas del mismo sexo. Menos familias en la lista, no más dinero. Esa es la trampa.
Las lecciones de maquillaje social a lo Max Factor:
Colorete en la Educación.
El ínclito Wert se atreve a decir que hay más gasto por alumno en becas ¡A la fuerza ahorcan! ha sacado a un tercio de los alumnos de la lista de becados.
Sombra de ojos en la Sanidad
La procelosa Ana Mato intenta esconder el aumento del gasto farmacéutico estatal afirmando que el gasto por paciente se ha reducido ¡Faltaría más! si hay parte de los medicamentos que la pagan los enfermos, se han sacado medicamentos de la lista y además se ha sacado del sistema sanitario a los inmigrantes.
Laca de uñas en la Dependencia
El Ministerio comunica que se ha reducido la lista de Espera para la Dependencia ¡Nos ha jodido mayo con no llover a tiempo! Si un tercio han muerto sin recibirla y otra buena cantidad han sido incluidos en la lista como dependientes de grado I, que no reciben ningún tipo de ayuda, cuando lo solicitaban como dependientes de grado II o III, que si tienen derecho a esa prestación.
Y la engrandecida artesanía de de la cosmética numérica sigue para temporadas posteriores y Rajoy, Bañez, Mato, Wert y todos los nuevos finos estilistas del gobierno maquillado presentan las tendencias para las siguientes temporadas:
Se forzará a los parados de larga duración a jubilarse a los 55 años por la fuerza con el 60 o 70% de lo que les correspondería si se jubilaran en su momento
Resultado cosmético: se reducen las cifras de parados y se puede afirmar que aumenta el gasto en pensiones cuando en realidad te estás ahorrando un 30% o 40% de la pensión de cada uno de los prejubilados forzosamente.
Se alarga la formación profesional con un año de prácticas no remuneradas en las empresas y con contratos en prácticas también sin remunerar
Resultado cosmético: menos jóvenes en las listas del paro y barniz a sus planes de enseñanza, al "colocar" a más estudiantes en las empresas.
Y si todo eso falla siempre se pueda hacer como Ignacio González, el presidente de la Comunidad de Madrid, con la sanidad pública. Recurrir al maquillaje palmario.
Como los números de la Cámara de Cuentas de la Asamblea de Madrid hacen que no le salgan las cuentas de su privatización sanitaria y que se le vean todas las arrugas, las patas de gallo y las vergüenzas éticas y estéticas que acumula, sencillamente la saca de la fiscalización para que nadie pueda ver esos números.
Deja ocultas las cifras, esconde los balances y silencia los resultados de un área que supone la mitad del gasto público de su presupuesto como gobierno autonómico.
Como Gloria Swanson en el Ocaso de una Estrella, como Glenn Close interpretando a la pérfida y derrotada Marquesa de Merteuil en las Amistades peligrosas, los gobernantes del Partido Popular recurren al maquillaje definitivo. A esconderse los números de la vista de aquellos que ya pueden ver más allá de cualquier maquillaje que intenten usar para esconder la realidad de miseria que están creando.
A la cosmética del ¡ojos que no ven corazón que no siente!
Llegan tarde, genoveses, llegan tarde.
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