jueves, marzo 17, 2011

Si la fiscal puede desear a George Clooney -lecciones básicas de agitpro-

Estaba yo dispuesto a destinar algunas de estas endemoniadas líneas a hablar de lo que supone hablar para Sortu, para los partidos nacionalistas para los españolistas y para el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo cuando me ha asaltado una entrevista.
Es una de esas piezas suspuestamente periodísticas que parecen realizadas aleatoriamente, que parecen profesionales, que parecen hechas para dar a conocer a alguien que se ha decidido que tiene ser conocido. Pero es mucho más.
Cada pregunta hecha a Soledad Cazorla, fiscal de la Sala contra la Violencia de Género -y la llamo así porque es así como se llama, no porque crea que el concepto sea el adecuado- es un espejo de toda una ideología previa, de todo un baúl de apriorismos perversos que no buscan la información sino el adoctrinamiento, que no buscan el conocimiento sino el proselitismo, que no hacen periodismo, hacen propaganda.
Así que antes de hablar de Sortu -que se hará- utilicemos este demoniaco espacio para hacer y rehacer la entrevista a la fiscal -¿o fiscala?- Cazorla. No tiene desperdicio.

Pregunta. Usted coordina a las y los fiscales que trabajan contra el maltrato a las mujeres. ¿Qué método recomienda para educar a los hombres?
La primera en la frente. Empezamos por hacer una presentación en la que se unifican dos conceptos que nada tienen que ver, como si uno diera autoridad para opinar sobre el otro, cuando no es así.
Cazorla es fiscal, especialista en leyes y su aplicación, lo que no le da autoridad alguna para opinar sobre elementos que entrarían dentro de lo pedagógico, lo psicológico o, en todo caso, lo sociológico, como es la educación social sobre una materia.
La pregunta y su antecedente son tan absurdos como decir -y voy a poner un ejemplo de hombres para que las feministas puedan colgarse de él y no entrar en el fondo del asunto-: Usted es Directora de la Agencia Española de Seguridad Nuclear, ¿qué alineación cree que es más correcta para el próximo partido del Real Madrid?

Antes incluso de que la magistrada Cazorla abra la boca hay otra perversión estructural. La pregunta es una pregunta cerrada. No deja la posibilidad de que los hombres no tengan que ser educados respecto a ese asunto en cuestión. Da por sentado que tienen que serlo ¿por qué?, no se explica ¿De dónde viene esa seguridad? tampoco. Se trata de algo que la entrevistadora cree que sabe y que pretende dar como un hecho cierto sin necesidad de debate alguno. Sin que se pueda cuestionar ni por la entrevistada ni por los lectores.

Respuesta. Saber lo que son los derechos y la igualdad y avisar a la sociedad de que no solamente es una teoría para dar en las escuelas, sino una realidad que se debe de enseñar en las familias a los niños y a las niñas.
La respuesta de la fiscal no merece, en este caso, crítica ninguna desde mi punto de vista. No porque esté de acuerdo con lo que dice -que lo estoy parcialmente- sino porque se limita a exponer lo que piensa. Eso es lo que se le ha preguntado.
Pero la entrevistadora realiza otro ejercicio de manipulación, de adoctrinamiento, de propaganda, justo despues de esa respuesta. No por lo que hace, sino por lo que omite. Por lo que deja de hacer. No repregunta.
¿Y en qué necesitan ser educadas las mujeres? La pregunta es tan obvia, tan evidente, tan necesaria, que casi me imagino a Cazorla organizando sus pensamientos para poder contestarla y teniendo que archivarlos al no recibirla.
Porque esa pregunta rompe la linea de adoctrinamiento. Esa pregunta puede poner de manifiesto que "en estos temas" -como dice la entrevistadora, a estas alturas ya he perdido las ganas de llamarla periodista- puede que la mujer no lo esté haciendo todo bien. Abre la puerta a decir que es responsabilidad de todos, incluídas las mujeres, que ellas también tienen que cambiar sus actitudes. A arrancarlas de golpe del papel de víctima para arrojarlas al de responsables de su vida y de su futuro. Y eso no mola. Eso no está en el guión. Eso no forma parte de la propaganda doctrinal.

Vayamos con la segunda
P. ¿A todos los hombres se les ve un poco el plumero en estos temas?
Seguimos en la misma línea. Buscamos una respuesta sin posibilidad de escapatoria.No se pregunta ¿cómo ve a los hombres en estos temas?, ni siquiera ¿piensa que en estos temas la postura de los hombres es común? Se da por sentado que todos los hombres piensan de una determinada manera -generalización suele ser igual a origen del prejuicio, ya sea sexista o de cualquier otro tipo- y además da por sentado que esa manera de pensar es negativa o poco receptiva hacia "estos temas" que, por cierto, no sabemos claramente cúales son.
De modo que no se puede pensar que "todas las mujeres son... -póngase cualquier juicio de valor negativo que se quiera- porque es sexismo, pero se puede dar por sentado que todos los hombres mantienen una posición negativa ante la igualdad entre los sexos -supongo que esos son los "temas"-. Apriorismos que ni siquiera son sustentados por las encuestas que publica el mismo medio de comunicación en el que es publicada esta entrevista.
Todo esto coloca de nuevo la pregunta en la mejor línea del periodismo deportivo más ridículo. es como esa típica pregunta a pie de campo de: has hecho un buen partido pero tienes que estar un poco decepcionado por haber fallado el penalty. Ahora a seguir sumando puntos y a prepararse para el derbi, que es el partido más importante de la temporada, ¿no? Y el pobre delantero centro sólo puede decir sí o no. Sólo puede encogerse de hombros

Respuesta. Yo siempre digo que la mujer, aunque no se diga feminista, tiene un punto en el alma, en el corazón, que le hace defender los derechos de la mujer. Y los hombres, por muy liberales e igualitarios que sean, siempre tienen un ápice de machismo.
Como respuesta no tiene desperdicio. Una vez más dice lo que piensa y eso es absolutamente correcto. Pero, de hecho, está asumiendo una forma de pensar que la incapacita para ser fiscal o por lo menos para serlo de la Sala de Violencia de Género. Lo que dice de las mujeres es una opinión general y, por definición, sexista.
Al parecer ella sí puede dar una impresión generalista del sexo, supongo que porque es positiva y arrima el ascua a la sardina de la ideología que se pretende vender. Es como decir, todo español es demócrata aunque lo niegue, todo vasco es nacionalista aunque lo oculte o, arriesgándonos más, todo alemán se siente ario y superior en su interior aunque la doctrina de la supremacía blanca y de la raza superior le parezcan una absoluta estupidez. Es patético, casi Kafquiano, pero se puede pensar y se puede decir -si eres fiscal y mujer, supongo-.
Pero lo que no puede decir es lo segundo. 
Que un cargo público de por sentado que todo hombre es machista, que un fiscal mantenga ese prejuicio y que esté a cargo de una Sala en la que se dirimen los enfrentamientos entre mujeres y hombres dentro del entorno afectivo la coloca a un centímetro escaso de la prevaricación, un milímetro dentro de la discriminación -nada positiva en este caso-, en la misma línea que divide el Estado de las Libertades del más despótico de los sistemas en el que se permite a los que acusan y a los que juzgan en nombre del estado aplicar principios y los apriorismos salidos de sus reflexiones personales. Si Cazorla piensa así todo lo que un hombre le haga a una mujer tendrá un ápice de machismo, tendrá un componente sexista.
No será diferente del fiscal que en Louisiana o Johanesburgo pensaba que "todo negro tiene un ápice de salvajismo" o del acusador que en Berlín defendía que "todo judío tiene un ápice de falsedad inherente a su condición" o del Ayatolah que en Teherán se sienta en un tribunal pensando que "todo homosexual tiene un ápice de pecaminosa perversidad".

Y de nuevo se omite, en otro acto propagandístico, la repregunta. Como si fuera lógico que un cargo público, que un acusador público pudiera mantener esos prejuicios. 
De nuevo se omite una reacción que podría ser sorprendido: ¿ese presupuesto no es injusto?, neutro: ¿no le afecta a la hora de tomar decisiones en las acusaciones?, poético: ¿éticamente, no la incapacita para enfrentarse a los casos que le llegan de forma ciega, como debe ser la justicia?, beligerante: ¿Ese prejuicio no supone hacer con los hombres lo mismo que se está intentando evitar que ocurra con las mujeres?, agresivo: ¿y eso no es sexismo?
Pero no se hace nada de eso. Se ha escuchado lo que se quería oír. Segundo mandamiento de la ley propagandística: Muestra como algo evidente aquello que te conviene. No dejes lugar a la crítica, a la duda, a la discusión. Convierte tu pensamiento en un sistema de creencias pseudo religiosas en las que no existe debate posible.
Muy ideológico, muy propagandísitico. Muy de Goebbles. Y sigue

¿Encuentra patriarcal al fiscal general del Estado?
Seguimos con las preguntas que buscan un enfrentamiento entre hombre y mujer. Con las que buscan cargar las tintas. y además se introduce un concepto, el patriarcado, que nada tiene que ver con lo que se está hablando. Y mucho menos en un sistema en el que se accede a los puestos por oposiciones directas y secretas.
R. No, qué va. Le veo un hombre jurídicamente respetable, al que admiro en Derecho, y que me da toda la libertad para que actúe en la función que tengo.
Respuesta sincera  -o medida para conservar el puesto sin problemas-. Pero, en cualquier caso, no es la esperada. La Fiscalía del Estado tiene que ser patriarcal. La entrevistadora lo ha decidido.
P. O sea, que casi todos son machistas, menos su jefe.
Pensamientos traducidos de la entrevistadora: "Señora Cazorla, Señora Cazora, nos estamos saliendo del guión. El hombre es malo, la sociedad es patriarcal y perversa con las mujeres. No nos conviene olvidarlo ¿de acuerdo? Vamos de nuevo, le doy otra oportunidad"...
R. Hasta ahí podíamos llegar. Incluso el menos machista tiene un ápice de machismo.
Pensamientos traducidos de la entrevistada: "¡Uy lo siento!, se me fue el santo al cielo. Si es hombre tiene que tener algo malo ¿no?"
P. ¿Y a Zapatero le ve feminista?
Quizás la única pregunta relativamente abierta. Pero claro hay que vender al líder. Hay que vender que para ser buen hombre hay que ser feminista y no llevar en nada la contraria al feminismo. Como Zapatero.
R. Me viene lejos. Cuando hablamos del Gobierno actual, mi punto de referencia es la exvicepresidenta Fernández de la Vega. Ella no es que asumiera la igualdad, es que luchaba por ella. Y si podía hacerlo, pienso que tendría la delegación del presidente.
pensamientos traducidos de la entrevistada:"¡Donde las dan las toman, bonita! ¿no habiamos quedado que todos los hombres son malos porque tienen un ápice de machismo.? Aquí de lo que se trata es de vender mujeres. las mujeres son las únicas que lo pueden hacer bien en este campo. Son el único referente que se puede tener. Zapatero no ésta mal pero es un hombre. No lo olvidemos"
P. ¿Presidiría usted el club de fans de Zapatero?
"¡Oye, que el jefe, es el jefe"
R. Yo no presido ningún club de fans. Ni el mío.
!Yo soy una profesional y no me vinculo a nadie. salvo a la causa de la discriminación positiva y del fin del patriarcado ¿no estamos aquí para eso?"
P. Ya. Que le propusieran el de George Clooney.
Una de colegeo sexista. Los hombres, si están buenos, sí pueden entrar en esta conversación. Los hombres solamente sirven para echar un polvo. Para eso sí. Como los mandingos si estaban bien dotados, como las judías si eran guapas.
R. Ese ni me lo pensaba, sí.
Por supuesto. Como soy mujer puedo hacer comentarios sexistas. Berlusconi no puede hacerlos porque es hombre. Los políticos del PP tampoco, pero yo, que soy mujer y tengo como misión establecer el matriarcado, sí. Ellos no pueden vernos como objetos. Ellos no pueden querer acostarse con Monica Belluci, con Megan Fox o con cualquier otra belleza porque valorarlas por eso exclusivamente es un insulto para la mujer en general. Pero George Clooney es otra cosa. Nosotras no tenemos tabues para el sexo. Todos para el hombre. Da aúntentica lástima.

Y se puede seguir hasta el hastío. La entrevistadora no propone que los maltratadores no maten, sino que se suiciden. Tira de comentarios sobre el peso de la físcal, algo que estaría terminantemente prohibido por machista y sexista a un entrevistador hombre, se niega a aceptar que la fiscal afirme que la ley Integral de Violencia de Género tenga todos los medios y más. Establece tópicos según los cuales un hombre que cocina bien es "un cocinilla" pero una mujer es una "buena cocinera". En fín, un dechado de contradicciones, de incoherencias, de desafueros.
La quintaesencia de la propaganda política disfrazada de periodismo. El manual de la Agitpro. La lectura de cabecera de Herman Goering. El feminsimo fascista español en estado puro y duro.

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