Pídela por haber incumplido sus promesas electorales subiendo los impuestos, bajando las pensiones, forzando el rescate bancario, aumentando durante dos años el déficit público y cubriendo el de las comunidades autónomas gobernadas por su partido, amparándose en la herencia recibida cuando dijo que no lo haría, no activando la Ley de Transparencia, no emprendiendo la reforma de las Administraciones Públicas.
Pídela por haber desmantelado la Educación pública, por incumplir su promesa de no tocar la sanidad, por hacer recaer sobre los más desfavorecidos la carga de unos recortes innecesarios, por salvar a los bancos a costa de los ciudadanos, por llevar el paro a más de cinco millones de personas, por permitir que un millón de familias vivan bajo el umbral de la pobreza, por no encontrar una solución al drama de varios cientos de miles de desahucios, por diseñar una reforma laboral que pretende convertirnos en dignos competidores de los siervos de las fábricas de Bangladesh o China.
Pídela por imponer una visión teologal de la educación, por dejar sin beca a cientos de miles de universitarios, por anteponer la evangelización católica a la enseñanza, por intentar expulsar del sistema educativo a los que más problemas tienen, por dejar a alumnos sin transporte, sin calefacción, sin laboratorios, sin paredes en sus colegios.
Pídela por expulsar de la sanidad pública a los inmigrantes, por castigar a los enfermos crónicos por serlo, por dejar a su suerte a las personas dependientes, por permitir que sus barones y baronesas intenten hacer negocios para ellos y sus amigos con la salud de todos.
Pídela por haber intentado recortar el derecho de manifestación, por haber recortado el derecho de reunión, por intentar controlar todos los organismos judiciales, desde el Tribunal Constitucional hasta el Consejo General del Poder Judicial, por plantear una ley mordaza que limita la libertad de información y de expresión a los medios de comunicación, por convertir los medios públicos en aparatos de propaganda, despidiendo a profesionales y contratando a individuos afines que solamente buscan expandir la visión que de nuestra sociedad tiene el PP.
Pídela por no castigar a un militar que hizo apología del golpe de Estado, a unos antidisturbios que sembraron el pánico en una estación de tren, a unos policías que detuvieron ilegalmente en su casa con un aparato antiterrorista a personas que judicialmente solamente habían cometido una falta castigada con una multa de 100 euros, a mossos d'esquadra que dejaron tuerta de un pelotazo a una ciudadana, a comisarios que aplicaron ilegalmente la ley antiterrorista e incomunicaron a un manifestante.
Pídela por dejar que sus diputadas nos manden a jodernos, que sus parlamentarios insulten a los jueces, que sus senadores amenacen a los ciudadanos, que sus adláteres comparen con los nazis a los ciudadanos que protestan.
Pídela por permitir que los sobres fluyan por doquier en los pasillos de la sede de su partido, por aceptar donativos a cambio de prebendas, por no hacer nada a quienes permitieron que se pagaran gastos de un presidente del PP por empresarios afines, a los que pagaron sus campañas irregularmente.
Pídela por inútil, por corrupto, por mercenario, por totalitario, por injusto, por irresponsable, por inconstitucional...
Pero después de haber callado por todo eso no la pidas solamente por haber chateado con un ex -tesorero, se entiende- despechado. Que esto es el Gobierno de la Nación no Mujeres y Hombres y Viceversa. ¡Será posible!
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