lunes, agosto 24, 2015

Fraude: un bofeton de realidad a las promesas del PP

El Partido Popular, en su afán con un cierto tufo antidemocrático -que no totalitario- de dejar atados y bien atados los presupuestos de 2016 para forzar al siguiente gobierno, sea suyo o no, a hacer lo que el quiere, ha dado una herramienta inestimable al  votante -incluido al de su propio partido- que no suele tener ante unos comicios: la realidad.
Por mas que prometa, por más que imprima millones de panfletos y folletos sobre su programa electoral y haga perder la voz a sus líderes en sus mítines ahí estarán los Presupuestos Generales del Estado para devolver con una caricia o un bofetón a la realidad a todos los que escuchan sus promesas.
Y eso le ocurre con su siempre jurada y prometida lucha contra el fraude fiscal.
Se llena la boca por pasiva de decir que van a luchar contra el fraude pero es mentira.
Y esa rotunda afirmación se basa no solo por la experiencia previa. Es decir, ya podían haberlo hecho durante los últimos cuatro años en lugar de dar amnistías fiscales a los grandes defraudadores y limitarse a perseguir sin tregua a los que dejamos de pagar 132,90 por una factura extranominal del ejercicio 2012 -que también está bien que lo hagan, todo sea dicho-. También está basada en la realidad de sus intenciones plasmadas en los Presupuestos Generales del Ministerio de Hacienda.
La Agencia Tributaria contará en 2016 con 9 millones y 671 personas menos para el funcionamiento de la institución según las magnas cuentas públicas para el año que viene. 
¿Así es como mejoran la lucha contra el fraude mas teniendo en cuenta que 75 de las doscientas plazas reducidas son de inspectores fiscales que se jubilan y no se renuevan?
El capítulo de ingresos es otra bofetada de realidad en el rostro ya bastante amoratado del votante del PP. No hay una sola previsión de incremento de ingresos por lucha contra el fraude, de hecho ese capítulo de ingresos se reduce como todos los años. Es decir se prevé recaudar por "prevención de fraude" menos que en 2014, que ya fue menos que 2013 y menos que 2012 y así desde casi el albor de los tiempos.
Y la prueba definitiva que la lucha contra el inmenso fraude fiscal no es una prioridad es que el presupuesto en ese campo sigue siendo cosmético. Es decir se presupuesta mucho menos de lo que se podría recaudar por ese concepto -dicho por los propios inspectores de Hacienda- para que al superarlo ya se pueda presentar como un éxito y se pueda dejar de emplear recursos en ellos.
De modo que la realidad de sus Presupuestos Generales vuelve a desmentir las promesas del Gobierno que busca la reelección.
No sé cuantas van ya pero los votantes del PP van a tener que despachurrar el presupuesto familiar en bistec para colocárselos en los ojos y bajar la hinchazón de todos los puñetazos que la realidad de las cuentas públicas del gobierno del PP está dando en sus esperanzas de regeneración de su partido.

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