Dicen que Baal murió a manos del dios de la Zarza y dicen que resucitó unos instantes, apenas unos días, cuando, cansados, macilentos y exánimes, un puñado de judíos se acordaron de él y le reconstruyeron en forma de becerro de oro para pedirles que les sacara de un imposible apuro.
Y dicen que, para huir de la ira del dios que quería matarle, se transformo en demonio.
Y así sobrevivió hasta que un puñado de locos furiosos en su avidez de sangre y fanáticos en aras de su dios falseado llenó ayer en Palmira su último templo de explosivos y lo hizo volar por los aires y viajar para siempre a los infiernos.
¡Judíos del mundo!, pegad vuestros rostros al muro que sustenta lo que queda de ese pacto que hicisteis con el dios invisible y llorad por Baal.
Porque si os matan al último rival cananita de aquel que es vuestro dios, os quitan la posibilidad de cambiar aquello que pensáis, de vivir diferente, de respetar a aquellos que no piensan igual, de convivir con los que colocan su fe o sus creencias en altares que no tienen que ver con el dios de la zarza.
¡Cristianos del mundo!, arrodillaros alrededor de los sagrarios donde descansa el cuerpo de quien vino a salvaros y rezad por Baal.
Porque si os matan al último demonio perderéis la fuerza para defender el placer más allá del pecado, para cambiar de bando, para elegir la vida que queréis y responder por ella. Para elegir con libertad entre Dios y el infierno.
¡Musulmanes del mundo!, hincaros de rodillas y haced las abluciones que os presentan limpios ante el dios del desierto e implorad por Baal.
Porque si os matan a un dios que no existía cuando apareció el vuestro os están arrebatando todas las palabras que os envió El Profeta, la posibilidad de que el mundo os acepte y de vivir en paz con los hermanos de Libro o cualquiera que piense diferente, que prefiera el jahannam al paraíso de docenas de huries. Os quitan todo vuestro futuro por matar un pasado en que supisteis convivir con los otros.
¡Laicos, ateos y agnósticos del mundo!, afinad vuestras voces, elevad vuestros brazos y gritad por Baal.
Porque si os matan el mito os matan el pasado, os matan la posibilidad de comprenderlo y cambiarlo, asesinan la capacidad de llegar a entenderlo, mejorarlo, explicarlo. Os privan del intento de crear un futuro de lógica y razón, donde cada dios o cada ausencia de él sea solo de uno y no sea jamás obligación que sea impuesto a todos.
Y luego recurrid a todas vuestras armas que son la historia, la conciencia, la razón, la piedad, la cultura, la misericordia, la solidaridad, la lógica, el respeto, la fe, la transigencia, la caridad, la ciencia y la cordura y todos, en formación cerrada, iniciad vuestra carga contra esos locos sangrientos e ignorantes del falso califato que ayer en un templo olvidado de Palmira mataron a Baal.
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