Los beneficios empresariales han aumentado y nos dicen que eso es bueno y que eso significa que hemos salido de la crisis.
La mentira es mayor que la que Judith le coló a Olofernes y está destinada al mismo fin, a encontrar el modo de segarnos la yugular -económica y social, en este caso- mientras nos dormimos en los laureles.
Y en este caso la explicación de porque es una mentira conveniente y falaz es muy sencilla.
Los beneficios han aumentado a costa de las reducciones salariales y porque se ha permitido a las grandes empresas tributar cada vez menos. Eso no significa salir de la crisis.
La remuneración de los asalariados cayó a lo largo de todo el año, los beneficios de los inversores y empresarios aumentaron porque el Impuesto de Sociedades y el impuesto sobre las ganancias financieras (beneficios bursátiles) cada vez recaudan menos. Los grandes grupos empresariales y corporaciones, pese a tributar nominalmente el 30% de los mismos, se acogen a tantas desgravaciones creadas ad hoc que apenas si tributan un 6%.
Así que en realidad, las empresas ganan menos y el Gobierno mantiene artificialmente su nivel de beneficios permitiéndoles recortar los salarios, los gastos de contratación y las aportaciones a la Seguridad Social a límites que les parecerían ridículos a los hermanos mayores de Oliver Twist y dejándoles prácticamente no tributar pos sus ganancias.
Las empresas salen de la crisis a costa de que los asalariados sigan en ella para siempre. Eso es lo que en estas circunstancias significa el aumento de los beneficios empresariales.
Eso es lo que significa que crezcan loas beneficios empresariales, el excedente bruto de explotación o como se le quiera llamar crecerá a costa no de crear riqueza sino de repartirla cada vez más injustamente.
Que la próxima vez, que ya está empezando de nuevo, el camino para que las empresas sigan manteniendo los beneficios será otra nueva vuelta de tuerca hacia la servidumbre de los que trabajan en ellas.
La remuneración de los asalariados cayó a lo largo de todo el año, los beneficios de los inversores y empresarios aumentaron porque el Impuesto de Sociedades y el impuesto sobre las ganancias financieras (beneficios bursátiles) cada vez recaudan menos. Los grandes grupos empresariales y corporaciones, pese a tributar nominalmente el 30% de los mismos, se acogen a tantas desgravaciones creadas ad hoc que apenas si tributan un 6%.
Así que en realidad, las empresas ganan menos y el Gobierno mantiene artificialmente su nivel de beneficios permitiéndoles recortar los salarios, los gastos de contratación y las aportaciones a la Seguridad Social a límites que les parecerían ridículos a los hermanos mayores de Oliver Twist y dejándoles prácticamente no tributar pos sus ganancias.
Las empresas salen de la crisis a costa de que los asalariados sigan en ella para siempre. Eso es lo que en estas circunstancias significa el aumento de los beneficios empresariales.
Eso es lo que significa que crezcan loas beneficios empresariales, el excedente bruto de explotación o como se le quiera llamar crecerá a costa no de crear riqueza sino de repartirla cada vez más injustamente.
Que la próxima vez, que ya está empezando de nuevo, el camino para que las empresas sigan manteniendo los beneficios será otra nueva vuelta de tuerca hacia la servidumbre de los que trabajan en ellas.
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