Por fin el antiguo y desafortunado
-para los dirigentes de la misma, claro está- lema que otrora difundiera
Telemadrid en sus promociones se ha hecho realidad.
Más allá del humorístico sarcasmo que usaron de herramienta de batalla los profesionales de la casa al silabear el "Espejo de lo que somos" con la pausas más acertadas y reales de "Espe jode lo que somos", los que han convertido Telemadrid en algo que ni es público ni es un canal, sino que es político y es una fuente de ingresos nepotistas, han logrado que su objetivo se cumpla. Por fin Telemadrid es espejo de lo que son.
Más allá del humorístico sarcasmo que usaron de herramienta de batalla los profesionales de la casa al silabear el "Espejo de lo que somos" con la pausas más acertadas y reales de "Espe jode lo que somos", los que han convertido Telemadrid en algo que ni es público ni es un canal, sino que es político y es una fuente de ingresos nepotistas, han logrado que su objetivo se cumpla. Por fin Telemadrid es espejo de lo que son.
Y como muestra un botón. Bueno,
para ser más exactos, unos hipopótamos.
Porque precisamente era eso lo que
las audiencias renuentes de Telemadrid -si es que le queda alguna- estaban
contemplando mientras el resto de los medios emitían en vivo y en directo la
más bochornosa comparecencia televisiva que se recuerda desde las lágrimas de
cocodrilo en blanco y negro de Arias Navarro con su ya mítico
"Españoles, Franco ha muerto".
Y claro no es espejo de los que
somos, porque no es espejo de sus audiencias, ni de sus anunciantes -de esos ya
no queda ninguno-, ni por supuesto de sus profesionales o sus trabajadores -de
los que ya tampoco quedan apenas ninguno-, ni siquiera de lo que somos los
medios y los profesionales de ellos en este país. Es solamente espejo de lo que
ellos son, de lo que ellos han decidido que se debe ser y de lo que ellos
quieren que toda España sea.
No es que esos hipopótamos emitidos
en continuidad reflejen las otrora sinuosas curvas de Cospedal o los en otros
tiempos rutilantes cabellos faciales de Rajoy, ahora presas indómitas del
Farmatint y las canas.
Es que esos hipopótamos demuestran
el silencio, el alejamiento de la realidad, la supeditación política, la
manipulación. Demuestran que Telemadrid murió en cuanto el último profesional salió
por la puerta y empezó a morir en cuanto el primer propagandista firmo su
contrato blindado.
Porque emitir hipopótamos mientras
la presidenta In pectore del Partido Popular se enfrenta a los medios para
intentar negar un escándalo mayúsculo que destila acusaciones, que van de la
financiación ilegal al nepotismo, pasando por el fraude tributario y otro
puñado de delitos económicos, solamente puede significar que los que ahora
rigen para su provecho los destinos de lo que fuera un canal público no quieren
involucrarse con ellos.
Porque centrarse en el rojo sudor
del segundo mamífero más pesado de África -con permiso del monarca cazador de
elefantes y cazado, claro está- mientras el Presidente del Gobierno no
hace acto de presencia, protegido por la distancia, los muros de Moncloa y el
vacío del éter, ante los medios, solo significa que quieren protegerle a él de la
culpabilidad de su ausencia y a Cospedal del ridículo de su comparecencia.
Porque tirar de documental en pleno
desarrollo de la actualidad lo único que busca es que ninguno de sus fieles
votantes pueda estomagarse, pueda sentir la abrupta contracción de la arcada,
cuando contemple a aquellos a los que votó enfrentarse a la acusación plausible precismente de aquello que decían que iban a parar
si se les daba el voto.
Y así Telemadrid se convierte por
fin en Espejo de lo que son.
En el cristal a través del cual
vemos sus intereses protegidos en contra de los beneficios de todos los demás y
lo intentan vender como algo necesario y que no admite ninguna discusión.
En una maraña de cables que sirve
para despistar, desviar la atención e intentar evitar que la información llegue
en estado puro -nadie puede manipular una comparecencia, al menos sin que se
note- a aquellos que precisan de ella para saber qué rumbo quieren dar al
futuro colectivo del país.
En una pantalla que, aunque haya
recuperado el brillo fulgurante de los cátodos y los focos, permanece emitiendo
en el negro profundo de la falta de libertad, la manipulación y el interés
político y sectario de una sola ideología.
Y encima con hipopótamos. No podían
haber elegido tigres, leones o monos tití. Tenían que ser hipopótamos. Desde el
"Espe jode lo que somos", no habían elegido un contenido de forma tan
desafortunada.
Porque el hipopótamo es la metáfora
salvaje perfecta de lo que es el Gobierno actual y lo que han conseguido que
sea Telemadrid.
Seres lentos, detenidos en su
evolución, pesados, incapaces de moverse deprisa salvo cuando están en las
aguas, que enfangan continuamente con sus escondidas y demoledoras patadas subacuáticas
para poder mantenerse a flote, que se atacan los unos a los otros entre el fango que su propio enfrentamiento ha provocado y esparcido por el agua, que no paran hasta acabar con todo lo que hay en
el charco que eligen como hábitat y luego se mudan al siguiente...
Y sobre todo que, cuando ven el
peligro acercarse en lontananza, esconden la cabeza bajo el agua, simulando ser
una simple piedra en la esperanza de que nada les afecte, de no tener que
defenderse, de que el peligro pase de largo y les deje permanecer en donde
están, buscando solamente devorar todo lo que precisan sin pensar jamás en el
entorno.
Más o menos lo que hizo Cospedal en
esa comparecencia. Más menos lo que que quiere hacer Telemadrid y para lo que
ha tenido que despedir a 900 profesionales de los medios.
Ahora sí. Ahora, gracias a la
presencia de un inmenso mamífero africano en sus pantallas, Telemadrid es por
fin Espejo de lo que son.
1 comentario:
Muy bueno!
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