Lo malo que tiene que tiene la vida es que nunca la puedes negar. Pero este concepto nuestro de lo políticamente correcto hace que lo hagamos o al menos lo intentemos una y otra vez. Hace que busquemos en la negación de lo que acontece una forma de defendernos de lo injustificable de los hechos. Y al final termina pasando. Alguien que no esperábamos nos lo dice, nos lo hace ver y entonces todo se detiene. Todo se nos cambia. Todo se repite.
Günter Grass, que no es mi escritor favorito ni lo será nunca por mor de su robustez verbal y su sobriedad adjetival, se muere o se estás muriendo o al menos ve cerca la muerte y decide escribir un poema.
No es que elija un tema muy adecuado para el poema en cuestión, no es que tire de épica o de estética, de lírica o de ética. Tira más bien de un asunto que no es nada poético y decide usar sus versos y sus rimas -las rimas las supongo porque no controlo en absoluto el alemán original- para criticar a Israel.
Y es valiente al hacerlo porque no está de moda precisamente la crítica al Estado de Israel y a su política. Es valiente porque dice lo que piensa aunque sabe que lo que piensa puede matizarse, puede edulcorarse y puede suavizarse aunque él decide no hacerlo.
Pero, sobre todo, es valiente porque es alemán.
Y ya sabemos lo que va a pasar cuando un alemán que no va rapado, que no se esconde tras un impronunciable apodo en letras góticas en una página oscura de Internet, que no niega el genocidio nazi de los judíos europeos, haga públicas sus críticas al Estado de Israel.
Y las palabras de Grass en contra de Israel y su contrastado, repetido y éticamente baldío concepto de la defensa preventiva nos paran el mundo, nos lo cambian, nos lo repiten.
De esa forma vagamente lírica en la que Grass y muchos poetas alemanes reproducen su poesía Grass no dice nada nuevo. No dice nada que no pudiera ser desechado en los labios de un árabe por considerarle enemigo declarado de Israel, que no pudieran ser matizadas discretamente si vinieran del tristemente para Francia y su política exterior -solamente exterior- Jacques Chirac o del a punto de extinguirse David Cameron.
Y sobre todo no dice nada que no hayan dicho por activa y por pasiva gentes como Marcia Kunstel y Joseph Albright, Noah Chomsky, Erich From, Illene Beatty, El Dr. Ronny Reich, Rashid Khalidi, Don Peretz, Sami Hadawi, Benjamin Beit- Hallahmi.
Solamente dice lo mismo que esas gentes han dicho en alguna ocasión. Pero claro, Günter Grass no luchó en la resistencia francesa y no es líder político de un país que hizo la última guerra mundial en el bando aliado, Grass no es un enemigo declarado de Israel por las guerras y conflictos que mantiene con él.
Y sobre todo Grass no es, como la última cascada de personas, judío.
Y por eso no sabemos, no queremos o no podemos reaccionar ante lo que dice y solamente ante lo que dice y lo hacemos exclusivamente ante los fantasmas que nos vienen a la mente y la culpabilidad por unos actos que nosotros no perpetramos ni consentimos pero ocurrieron hace tiempo en el interior de nuestras fronteras.
Alemania y su clase política no reacciona ante la afirmación de Günter Grass. Reacciona ante su complejo de culpa y de la incapacidad para asumir su historia y seguir adelante.
Porque ¿qué dice Günter Grass que es tan grave?, ¿qué afirma en su poética de métrica fría y distante?
Dice más o menos que la política belicista de Israel está poniendo en peligro el mundo.
Y eso es un hecho. es un hecho tan irrefutable como que la política mesiánica y fanática de Teherán está poniendo en peligro al mundo, como que la mafiosa actitud de los grupos falsamente yihadistas en Gaza está poniendo el peligro el mundo.
Günter Grass dice lo que todos sabemos simplemente se niega a decorar la responsabilidad de Israel en el hecho de que el mundo sea un lugar peligroso con la excusa de que otros también lo ponen en peligro.
Porque quien amenaza con iniciar una guerra -aunque sea justa, como si cualquier guerra que no sea una revolución popular justificada fuera justa- pone el mundo en peligro; porque quien basó la creación de su estado en actos terroristas de grupos como Irgun que mataron y desplazaron a miles de legítimos pobladores de sus tierras pone el mundo en peligro; porque quien incumple resoluciones sobre fronteras del Consejo de Seguridad de la ONU pone el mundo el peligro, porque quien invade ciudades que no le pertenecen, expulsa a poblaciones y arroja niños por las murallas de Jerusalén pone el mundo el peligro, porque quien responde de forma sistemática con las armas y las acciones bélicas masivas ante el terrorismo acosando, asediando y discriminando a poblaciones enteras pone el mundo en peligro, porque quien obtiene y mantiene territorios que no le pertenecen legalmente con la fuerza de las armas en guerras sucesivas pone el mundo en peligro, porque quien invade países extranjeros para crear franjas de seguridad para sus fronteras pone el mundo en peligro, porque quien utiliza sicarios encubiertos para secuestrar a lo largo del mundo o milicianos pagados para exterminar civiles en campos de refugiados pone al mundo en peligro.
Y eso no quita que otros muchos también lo hacen y lo hicieron y también y pusieron al mundo en peligro. Incluidos los nazis.
Pero Alemania no puede o no quiere decir eso. No porque no lo piense sino porque no quiera que ocurra lo que profetiza Günter Grass en su poema. Que la acusen de antisemitismo por ello.
Y por eso sus políticos de todo signo y condición se lanzan a la palestra con todo tipo de argumentaciones para desmentir a Günter Grass, los medios políticamente correctos recogen la polémica introduciendo toda suerte de manejos formales y materiales para desvirtuarle.
Enseguida se recuerda que en 2006 reconoció haberse alistado en las Waffen SS durante la Segunda Guerra Mundial.
Omiten que el alistamiento no era obligatorio pero no hacerlo traía consecuencias cuando menos peligrosas. Omiten que las Waffen SS eran un cuerpo militar que jamás se ocupó de las operaciones de exterminio ni del pogromo judío -eso lo hacían las SS a secas-. Ocultan la realidad de que esas unidades participaron casi exclusivamente en operaciones de frente de batalla porque eran consideradas de élite y que nunca tuvieron a su cargo ni un sólo campo de exterminio, ni las depuraciones, purgas y traslados de los judíos ni nada relacionado con la tristemente absurda Decisión Final del régimen hitleriano. No reproducen las excusas históricas que les valen para otros personajes como fotógrafas cercanas al régimen nazi o incluso papas que militaron en las juventudes hitlerianas.
Pero claro, el ínclito Benedicto no ha hablado contra los judíos.
Y los políticos muy en la línea demagógica de todo político se disfrazan de razonamiento e intentan desmontar un poema que no comprenden porque no quieren leerlo y que no entienden porque se niegan a interpretarlo.
Pero la primera de sus frases ya demuestra que el punto de partida de su razonamiento está viciado por los elementos que Günter Grass denuncia en su poeta que poco a poco, por mor de las respuestas que recibe, se torna épico y casi trágico.
Porque sus más altas instancias recuerdan que Alemania mantiene hoy un “interés único” en mantener relaciones “estrechas y amistosas” con el Estado de Israel.
¿Y eso cómo se come?, ¿cómo se adereza?, ¿cómo se hace transitar por la garganta?
¿Haga lo que haga Israel el único interés es mantener unas relaciones estrechas y amistosas con ese estado?, ¿Ponga en marcha lo planes que ponga en marcha y diseñe las acciones que diseñe el principal objetivo de Alemania será llevarse bien con el Estado de Israel?, ¿qué pasará si el enloquecido gobierno militarista de Israel decide atacar preventivamente a uno de sus aliados o alguno de sus interese?
Realizan una afirmación que les saca de toda posibilidad de afrontar la realidad, de participar en la construcción de la política internacional, de anteponer la justicia o la equidad a sus actuaciones o sus opiniones.
Solo les interesa llevarse bien con el Estado de Israel. Pase lo que pase. Eso no es política internacional. Eso no es diplomacia. Eso es simple y llanamente complejo de culpa. Algo que la historia pasada, actual y sobre todo futura no puede permitirse.
Pero la cosa sigue.
Dicen que no es Israel la que amenaza con exterminar a la población Iraní, sino que es Irán -por lo menos especifican que su gobierno- cuando dice que hay que "extirpar el cáncer que significa Israel".
Y eso sería inapelable si la historia de la humanidad empezara en 1999 por poner un ejemplo. O si la historia contemporánea empezara a contabilizarse a partir del día del perturbado Mahmud Ahmadinejad.
Pero, a menos que haya cambiado mucho la cronología de la historia humana desde que abandoné las facultades, creo que no es así.
Así que, ya puestos, ¿por qué no recordamos algunas lindezas como?
"Los Palestinos son bestias sobre dos patas."
Menahim Begin, discurso al Parlamento, citado en Amnon Kapeliouk, "Begin y las 'Bestias'", New Statesman, 25 de Junio de 1982.
"Debemos hacer todo lo posible para asegurarnos de que los refugiados Palestinos nunca regresarán".
David Ben-Gurion, en su diario, 18 de Julio de 1948, citado en Michael Bar Zohar's Ben-Gurio: the Armed Prophet, Prentice-Hall, 1967, p.157.
O algo más cercano en el tiempo
"Reduciremos a la pobalción Árabe a una comunidad de leñadores y camareros"
Uri Lubrani, PM Ben-Gurion's special adviser on Arab Affairs, 1960. De "The Arabas in Israel" por Sabril Jiryas.
"Es un deber de los líderes Israelíes explicar a la opinión pública, claramente y con coraje, un cierto número de hechos que se olvidan con el tiempo. El primero de ellos es que no hay Sionismo, colonización o Estado Judío sin el desahucio de los Árabes y la expropiación de sus tierras."
Yoram Bar Porath, Yediot Aahronot, 14 de Julio de 1972.
O incluso algunas de hace dos días históricos como quien dice.
"Todo el mundo debe moverse, correr y arrebatar cuantas colinas pueda para incrementar los asentamientos, porque todo lo que tomemos ahora será nuestro...Todo lo que no arrebatemos será de ellos." .
Ariel Sharon, Ministro de Asuntos Exteriores en un mitin de militantes de la extrema derecha del Partido Tsomet, Agence France Presse, 15 de Noviembre de 1998.
O de hace cinco minutos históricos. Un par de meses en tiempo real.
"Cuando un árabe ve a un judío, lo único que debe hacer es inclinar la cabeza".
Arvin Ran. Ex general Israelí y líder de Los Jóvenes de los Asentamientos, apodado "El Mesías de las Colonias", 2012.
Y todo eso ¿lo ignoran los políticos alemanes que afirman que esto de las amenazas lo empezó el loco tirano iraní? Pues no, no lo ignoran.
Pero fingen que no lo recuerdan porque anteponen su ya afirmado "único interés" tremolado a los cuatro vientos, extendido a diestro y siniestro, como algo positivo, sin darse cuenta de que su absurdo e inútil intento de cubrir con ello el bochorno por acciones pasadas, será superado con el correr del tiempo por la más abultada vergüenza de haber tolerado acciones que merecen el rango de mucho más que cuestionables con solamente ese fin.
Y la cosa sigue con unas declaraciones que no tienen desperdicio de Hermann Gröhe, secretario General de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), o sea la mano derecha ideológica de Angela Merkel,
"Günter Grass ignora que Irán cuestiona el propio derecho a la existencia del Estado de Israel”, se indigna.
Pero Günter Grass no lo ignora. Simplemente no le importa. No está criticando lo que hace Irán, está criticando lo que hace Israel. Es como el chiste de los vascos "Hemos venido a por setas, cuando vengamos a por relojes, a por relojes". Lo que sí ignora el contraargumento -que tampoco, sólo lo finge- es que, en la misma línea Israel, cuestiona y niega el derecho a la existencia de un Estado Palestino, Las Naciones Unidas niegan y cuestionan la existencia del actual estado de Israel y de sus fronteras.
O sea que ¿cómo Israel niega el derecho de los Palestinos a un estado eso capacita a los palestinos para poner en práctica la defensa preventiva y lanzar un ataque contra las centrales nucleares israelíes utilizando el infantil argumento del "por si aca"?
O a lo mejor, como las Naciones Unidas, La Liga Árabe y La Unión de Estados Africanos niegan el derecho a las actuales fronteras de Israel tienen excusa para organizar una fuerza multilateral que invada Israel y la reduzca a sus fronteras iniciales y expulse a sus tropas de los asentamientos y las ciudades ilegalmente ocupadas en 1949.
El bueno de Herman sabe que el argumento es insostenible porque si hay un estado en el mundo que niega derechos a mansalva a todos sus vecinos y que se los pasa por la puerta del Templo de Salomón es Israel y el no justifica ninguna postura de ataque preventivo de nadie contra Israel por esa situación
Y luego vuelve a las andadas ya clásicas y deja claro que Israel tiene derecho, al parecer, a un ataque preventivo porque "Ahmadinejad niega el Holocausto y rechaza los controles internacionales sobre su arsenal nuclear".
¡Vaya por dios! Ya salió aquello. Como el déspota iraní es un inculto al que no le importa hacer el más absoluto de los ridículos históricos negando lo innegable pues se merece un ataque preventivo de Israel. Por eso Israel no pone en peligro al mundo. Porque va a bombardear la patria de un negacionista.
Supongo que no aplicarán la misma política si en alguna realidad alternativa o futura Israel decide que ese argumento, sólido donde los haya sin duda, es aplicable a Hungría, Rumanía, Austria, Francia o incluso Alemania, pobladas todas ellas por nutridos grupos de negacionistas de cabeza afeitada y Doc Martins en los pies.
Si no fuera tan peligroso sería hasta gracioso. Si no fuera tan dañino sería hasta ridículo.
Y el resto de la frase parece más real, más pegada a lo que podía llamarse el mundo verdadero de la política internacional. Lo parece pero no lo es.
¿Admite Israel control sobre sus armas nucleares? No, gracias ¿Ha firmado Israel el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares? No, gracias ¿ha explicitado de forma hablada, escrita o audiovisual algún compromiso para no utilizar su armamento nuclear si le viene bien o si lo considera oportuno? No, gracias.
La postura del mundo occidental con respecto al armamento nuclear de Israel se basa principalmente en la fe. Algo muy propio de la tradición del dios de la zarza.
Israel dice que no las tiene y nosotros lo creemos. Luego Israel dice que no las utilizará y lo volvemos a creer. A lo mejor si alguna vez dice que no volverá a utilizarlas también el complejo de culpa absurdo nos obligará a creerla de nuevo.
Si aplicamos el principio del político alemán sería entonces Irán el que está habilitado para iniciar y concluir su programa de no proliferación nuclear porque ellos si firmaron el tratado e Israel no. De modo que, por cronología, la que primero puso a todo su entorno geográfico en riesgo nuclear fue Israel.
Y Hermann Gröhe lo sabe pero no hace hincapié en ello porque interesa llevarse bien con Israel. de hecho alguien ya ha dicho en Alemania que ese es su único interés.
Y para rematar la faena, Gröhe tira de sentimentalismo, algo también que se estila mucho en estas situaciones y asegura que “Resulta de todo lamentable que alguien como Günter Grass demuestre no haber aprendido nada de la historia alemana”.
Lo siento Señor Hermann Gröhe pero lo que resulta algo lamentable es que usted no haya aprendido nada de la historia de Alemania. Que no haya aprendido que manipular la historia, redecorar la realidad, ocultar la información y tomar partido sistemático por algo o por alguien sin cuestionar sus actos, sus pretensiones y sus motivaciones nos conduce indefectiblemente al desastre. Eso fue lo que hicieron los nazis.
Y obviando lo que dicen los políticos que judíos, que se omite por obvio, no por judío -no se me malinterprete- llegamos a la conclusión final ni más ni menos que de Los Verdes alemanes.
Volker Beck, ha acusado a Grass de “contribuir al prejuicio antisemita” según el cual criticar a Israel “sería un tabú”.
Todos le acusan de antisemita por criticar a Israel de forma más velada o menos pero luego dicen que no existe el tabú que acusa de antisemita a todos los que critican a Israel.
Y esa frase, esa última frase, es lo que verdaderamente enciende las alarmas, lo que verdaderamente nos congela y nos cambia la realidad mucho más que el poema de Günter Grass.
Porque esa frase reposada e interpretada altera el orden de lo políticamente correcto en el mundo occidental atlántico.
No es Günter Grass, no es su poema. Son aquellos que le critican los que verdaderamente son antisemitas.
Porque en todas sus intervenciones no hay un solo sintagma como política de Israel, gobierno de Israel, actual ideología del gobierno de Israel, actuaciones de los gobernantes israelíes y nada que se le parezca ni de lejos.
Así que sencillamente llegan a la conclusión de lo que hace Israel no lo hace porque su gobierno aplique una doctrina ideológica en concreto llamada sionismo, lo hace porque es judío. Punto
Por eso sienten la necesidad perentoria de defenderlo contra lógica y natura.
Porque todo aquel que considere que los hechos y actos de Israel no están motivados por el sionismo como doctrina política está diciendo que están motivados por su religión y por su raza que es lo único que tiene la mayoría en común. O sea antisemitismo en estado puro.
Porque todo el que considere que el sionismo es algo que va invariablemente ligado a la naturaleza del judío por el hecho de ser judío y que aquel que critique a Israel por sionista la crítica por ser judía está vinculando una condición ideológica y una forma de pensar a una raza y a un pueblo en su conjunto. Está siendo antisemita.
Está haciendo lo mismo que los nazis. Aunque sea para defenderlos. Pero está haciendo lo mismo que los nazis.
Y si los pobladores del estado Hebreo se libraran del mesianismo de Arvi Ran y otros como él y del fanatismo militarista de Netanyahu y otros muchos iguales que él serían los primeros en temblar de terror ante lo que significa que se coloque sionismo, judaísmo y raza hebrea en un solo paquete.
Significa que hay gente que piensa que están unidos y que si uno falla -y solo puede fallar uno porque lo otro son naturalezas que no admiten fallo ni discusión- considerarán que ha fallado todo.
Si eso no es antisemitismo que venga el dios del paso del Mar Rojo y lo vea.
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