Esto va a ser corto. Lo prometo.
Durante años he creído que había interpretado mal todo lo que aprendí en la Facultad de Ciencias de La Información. He temido equivocarme de cabo a a rabo en lo que para mí era la construcción de un relato periodístico y hoy, después de mucho tiempo clamando en el desierto del sesgo infromativo de los medios me he encontrado con esto:
"Un hombre de 81 años ha sido detenido y se encuentra hospitalizado después de que su mujer, de 80, fuera hallada muerta en un charco de sangre en su domicilio de Zafra (Badajoz). La investigación apunta a que se trata de un caso de violencia de género.
También el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad que dirige Ana Mato abona esa teoría, y ha emitido una condena del crimen.
El ministerio ha aclarado las cuentas de la violencia de género del año, después de que uno de los asesinatos (el de una mujer ucraniana) se atribuyera a 2010 -que queda así con unbalance de 61 muertas- y que uno de los otros dos sucesos de Cataluña no haya sido confirmado aún. Así, pues, en lo que va de año son dos los casos de violencia machista con víctimas mortales."
Mi sorpresa no es por la noticia. No es por el contenido. No es porque me indigne o me altere. Es porque la redacción que leo me relaja, me hace recordar que mis clases, mis libros y mis conocimientos no estaban equivocados.
"Un hombre de 81 años ha sido detenido y se encuentra hospitalizado después de que su mujer, de 80, fuera hallada muerta en un charco de sangre en su domicilio de Zafra (Badajoz). La investigación apunta a que se trata de un caso de violencia de género".
Primer párrafo. Información pura y dura.
Ni siquiera se dice que el hombre haya matado a la mujer porque no se sabe, no se habla de asesinato, de machismo, de victima de la violencia machista ni de nada por el estilo.
Un lead -encabezamiento de noticia, para los neófitos- como los dioses del Curso Martinez Albertos de Redacción Periodistica mandan; un primer párrafo como los mandamientos de las cinco "w" - qué, quién cuando, dónde, cómo, en inglés claro está- nos enseñan.
Y un porque en su justa medida. Un porque que no se sabe, que no se anticipa, que no se da por sentado. Que solamente se presenta basado en una fuente fiable.
Vamos, periodismo.
"También el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad que dirige Ana Mato abona esa teoría, y ha emitido una condena del crimen".
Un refuerzo justificable y justificado a la teoría expuesta en el encabezamiento. Nada que objetar. Ni una pizca de opinión o de sesgo. Solamente lo que opinan aquellos que se supone que deben opinar al respecto.
De nuevo simple y puro periodismo.
"El ministerio ha aclarado las cuentas de la violencia de género del año, después de que uno de los asesinatos (el de una mujer ucraniana) se atribuyera a 2010 -que queda así con unbalance de 61 muertas- y que uno de los otros dos sucesos de Cataluña no haya sido confirmado aún. Así, pues, en lo que va de año son dos los casos de violencia machista con víctimas mortales".
Esto si que resulta sorprendente, periodísticamente sorprendente. Una aclaración, una contextualización que antes no se hacía.
No se dá un número de víctimas sumando directamente esta, que aún no se sabe si es de género, a las anteriores -que tampoco se sabía si eran víctimas de la violencia machista-.
Todo se coloca en su justa medida y se informa, por primera vez en muchos años, de que no toda mujer muerta a manos de su pareja lo es por motivos machistas.
Todo se coloca en su justa medida y se informa, por primera vez en muchos años, de que no toda mujer muerta a manos de su pareja lo es por motivos machistas.
Hace muy poco tiempo esta hubiera sido la quinta victima en lo que va de año de violencia machista. Se habría titulado algo como el machismo mata casi una mujer por día en 2012 y no se hubiera dado explicación alguna a esos datos. Ni por supuesto corrección de cifras anteriores. Todavía lo hacen. No nos engañemos.
Claro que probablemente tampoco la hubiera facilitado el ministerio.
Y todo ello en el mismo periódico que, hasta hace como quien dice dos días, era el epítome del sesgo informativo en materia de violencia dentro del entorno afectivo -yo la llamo así para incluirla toda, lo siento mucho por ellos y por ellas- que buscaba elevar las cifras a cualquier precio y magnificar el problema para conseguir solucionarlo. Sin lograrlo, por cierto.
Las cosas pueden hacerse bien o mal. Puedes ser militante y periodista. Pero tienes que saber cuando eres una cosa y cuando otra. Parece que, para mi alegría y la del profesor Martínez Albertos, empiezan a recordarlo.¡Que sea enhorabuena!
Veis. Ha sido corto.
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