domingo, noviembre 25, 2012

Días en los que todo parece hablar de lo que somos (pero pasan, por suerte o desgracia, los dejamos pasar)


Y de mi sombra un suspiro.
Y de mi piel la soledad.
Y de mi mundo ahora hundido sólo una verdad:
que no estás tú, y que no tengo nada más,
nada más, nada más...
Y se llenan tus palabras,
y te cuesta comprender
por qué escucha cuando le hablas,
pero no quiere entender.

Y se han deshecho vuestros lazos,

y ese cielo tan azul.
Y han quedado sus pedazos,
donde los pusiste tú.

Y es encontrar el vacío.

Y es descubrir
que la vida se te escapa
mientras alguien,
como cruel enemigo, escucha tu verdad
para ignorarla y no creer en nada más,
nada más...

y ahora quién llama al olvido.

Y ahora quién vuelve a contar estrellas
que no brillarán.
Si tú no cuentas conmigo
si no quieres soñar,
vete en silencio
ahora ya puedes olvidar,
olvidar...

Y se llenan tus palabras.

Y te cuesta comprender.
Por qué escucha cuando le hablas,
pero no quiere entender.

Y se han deshecho vuestros lazos,

y ese cielo tan azul.
Y han quedado sus pedazos
donde los pusiste tú.

Y vuelve cada madrugada.

Y vuelve cada amanecer.
El silencio en tu mirada tiene nombre de mujer.
Y se han deshecho vuestros lazos.
Y ese cielo tan azul.
Y han quedado sus pedazos
donde los pusiste, donde los pusiste tú...
Donde los pusiste tú...


Donde los pusiste, donde los pusiste tú...

Donde los pusiste tú...

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