ETA lee los barómetros electorales a golpe de bomba matutina. No es de extrañar, pues no sabe utilizar otra cosa para realizar sus lecturas ni para enviar sus mensajes. Pero aunque el modo es el mismo en su arbitrariedad y su violencia, el mensaje cambia sutilmente -o no tan sutilmente, si se tiene en cuenta que un buen puñado de kilos de explosivos nunca es sutil- cuando se acercan las elecciones. Su último mensaje ha sido rubricado con fuego ante la sede del PSE en la guipuzcoana villa de Lazkao.
La mafia que se escuda tras la excusa del independentismo ve acercarse las elecciones e intenta participar en ellas a su modo, según su criterio, de la forma que conoce y no domina y que pretende aterrorizar y no lo logra: las bombas.
Para esta familia mafiosa de extorsiones y advertencias explosivas, la estrategia es atacar a la fuerza emergente, es buscar como objetivo a aquellos que progresan en los sondeos y parecen en mejor posición para lograr ser importantes en Euskadi.
Pero ETA no quiere se asusten y dejen la campaña; los mafiosos de Euskalerria no desean que el Partido Socialista de Euskadi o sus votantes se aterroricen y renuncien a su opción política o su voto por miedo o por cansancio.
Los supuestos abertzales del tiro en la nuca y la bomba en la noche quieren que se cabreen, quieren que les odien y que su odio se transmita a las urnas y de ahí a la Lendakarizta, si es que Patxi López se acerca a ella. Por eso atacan el PSE.
El PNV no les sirve. Ya no. No porque sean de los suyos -como algún españolista de pro y discurso en Valladolid pudiera decir-, sino porque ya están en el gobierno de Euskadi -ya han estado mucho tiempo- y no han caído en la trampa de dejar que su aversión marcara sus acciones.
El PP ya tampoco les sirve para esto. Ya lo ha hecho, ya se ha dejado arrastrar por la furia contra ETA y su entorno -una y mil veces-, pero no es factor electoral en Euskadi. Si eso lo tienen claro hasta las huestes norteñas de Rajoy, como no va a saberlo ETA, cuya capacidad para medrar y vivir de la violencia depende del conocimiento de la tierra a la que explotan y extorsionan.
Así que sólo les vale el PSE para su intento de lograr ser los mas odiados del patio, los que más furor desaten en aquellos que no piensan como ellos.
ETA pretende lograr lo mismo que ya lograra una vez en 1995, cuando fingió querer matar a Aznar para lograr idéntico objetivo al que buscan ahora.
Entonces lo consiguió. Logró que el partido que accedia al poder nacional se dedicara en cuerpo y alma a vengar la fingida afrenta contra su líder -digo fingida porque a nadie se le escapa que ETA sabía perfectamente que esa cantidad de explosivos era insuficiente para derrotar al blindaje del coche de Aznar-. El PP se posicionó en el extremo opuesto de la paranoía y la reiteración obsesiva, convirtiendo la destrucción de la banda mafiosa en el único objetivo de su mandato: España iba bien mientras ETA fuera mal.
Llegarón las leyes de partidos, la constante obsesión con la Kale Borroka, la identificación de todo nacionalista como terrorista, el acoso al PNV y eso engrandeció a ETA. Volvió a presentarse ante los suyos como la víctima, los perseguidos, los luchadores por la libertad de Euskalerria, los que eran cazados por el represor Estado Español.
Era mentira, pero funcionó. La Kale Borroka se reactivo, los atentados subieron, el nacionalismo se polarizó. Las mafias siempre sacan tajada entre la confusión y no hay nada que confunda más que un gobierno obsesionado y tozudo.
Y como ya funcionó una vez, quieren hacerlo de nuevo.
Hostigan al PSE para que, si accede al Gobierno Vasco, lo haga enfurruñado, enfadado, cabreado. Lo haga con la compulsión de enfrentarse a ellos como prioridad, de tenerlos siempre en el candelero.
Para que si el PSE gana las elecciones en Euskadi - o al menos se convierte en una fuerza importante- piense más en los que disparan que en aquellos que no tienen trabajo; se preocupe más de los que ponen bombas que de aquellos que no llegan a fin de mes. Mire más hacia ellos que hacia Euskadi.
ETA busca con bombas lo mismo que otrora las damas victorianas buscaban con desmayos y llantos y los caballeros medievales con cargas imposibles y torneos. ETA busca el teatro del martirio para poder seguir viviendo a costa de sus actividades mafiosas y criminales.
El PP de Aznar cayó en la trampa, esperemos que el PSE de López no lo haga.
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