Mientras Israel se ve obligada hoy a ir a las urnas, obligación que parte no de la imposición de depositar el sufragio, sino de la inutilidad de este para cambier el rumbo de su país -aquellos que quieran cambiarlo-, Hamás, el martillo fanático e intransigente que golpea Gaza cuando no lo hace el puño de hierro israéli, sigue dando lecciones que demuestran que es el otro problema con el que carga Palestina desde hace tiempo.
"No contentos con el cura la emprendieron con el ama", recitaba a voz en grito el viejo pregonero hispano que relataba las crueles odiseas del Crimen de Cuenca. Y eso es lo que está haciendo Hamás en estos días.
No contentos con convertir a toda la población de Gaza en objetivo de unos fanáticos militaristas por emperrarse en su lucha fanática -y no militarista porque no puede- de lanzar chotes a ciegas para ver si consiguen matar a algún civil hebreo que pase distraido por ahí; no contentos con dedicarse a purgar en plena matanza israelí a un centenar de palestinos de Gaza por el simple hecho de no haberles votado en unas elecciones y preferir una Gaza más libre y menos islámica; no contententos con usurpar un poder que no les corresponde y deportar de sus casas para evitar oposición política a Palestinos que ya habían sido deportados de sus casas por los israelíes, ahora se dedican directamente a otras actividades casi más dignas que las anteriores.
Ahora se dedican a robar comida a su propia gente. Comida que no han conseguido ellos, comida que está destinada a paliar la necesidad de los pocos que han quedado en pie después del último capçitulo del progromo diferido israelí. Y lo hacen por un motivo tan plausible como es que esté siendo repartida por camiones de fatah, la otra opción política en Palestina.
Visto lo visto, la única opción política en Palestina.
Roban camiones enteros con ayuda humanitaria de la ONU y se dedican al latrocinio y es estraperlo para garantizar su supremacia y su poder en esa zona de Palestina que consideran suya. No libre y soberana, sino suya e islámica.
Y eso sería el equivalente al "emprenderla con el ama" del antiguo pregonero. Pero Hamás ni siquiera se contenta con eso. Ellos van más allá que los pérfidos asesinos del sainete patrio. Ellos, cuando acaban con el ama la emprenden con los niños.
Ponen en peligro el futuro -si es que Israel consiente un futuro para Gaza- de la franja por mantener el poder. Poner en riesgo un alto el fuego de un año y medio, que vista la continuidad de las ofensivas hebreas y las promesas electorales de sus partidos es más tiempo de lo que muchos halcones guerreros de israel están dispuestos a permitir la existencia del pueblo palestino.
No lo dificultan por cuestiones relacionadas con la seguridad o con la represión. Lo dificultan simplemente porque no quieren retirarse del poder ilégitimo que han logrado -interpretando dictatorialmente unos resultados electorales- y se niegan a retirarse de las poltronas que han logrado en Gaza. Poltronas con misiles israelies apuntando contra ellas y miseria palestina descansando bajo ellas, pero poltronas al fin y al cabo.
Ponen el riesgo el futuro inmediato y el posterior al negarse a llegar a un acuerdo con Fatah para unificar el gobierno palestino de Cisjordania y Gaza -gobierno que nunca tuvieron derecho a segregar-. Porque esa es la condición que les pone Egipto para abrir las fronteras de su país con Gaza y permitir el libre flujo de trabajadores y de mercancías que permita superar el bloqueo israelí y alimentar a las generaciones venideras de la franja. Porque Egipto, aúnque también es árabe y también es musulmán, se fia de ellos tan poco como Fatah o Israel -o ya puestos el resto del mundo-.
Así que Mohamed Nazal, uno de los líderes que han demostrado que la ofensiva israelí ha sido un fracaso porque el sigue vivendo tan tránquilamente en Damasco, demuestra que está dispuesto a matar palestino si no son yihadistas a robar a los palestinos para alimentar su yihad y dejar morir palestinos para asegurarse de que todos los que quedan son tan locos, tan fanáticos y están tan furiosos como él.
Si Israel es la afección viríca que mata Palestina transmitiéndose por tierra, mar y aire -como todo buen virus y todo buen ejército-, Hamás es la enfermedad venerea que la destroza desde dentro por no saber usar las gónadas adecuadamente. Hay veces que más vale ser eunuco.
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