“Desde el PP de Madrid hacemos un llamamiento a todos los ciudadanos para ir a trabajar. Consideramos que esta huelga no tiene ningún sentido, ni mucho menos convocarla en este momento… Pedimos a los ciudadanos que cumplan con su trabajo porque nos parece totalmente increíble que los sindicatos callasen cuando con el anterior Gobierno se perdían 3.000 puestos de trabajo al día (...) Ahora convocan una huelga contra unas medidas que todavía no han entrado en vigor, que se están debatiendo en el Congreso y que todos los especialistas internacionales creen necesarias"
No es mi estilo empezar con las declaraciones de otro una entrega de estas líneas endemoniadas pero lo que ha hecho tita Espe esta mañana es digno de mención, de crédito no, pero de mención sí.
Así entre chanel y chanel, entre implicación e implicación en redes corruptas, entre recorte y recorte, se ha sacado unos segundos para hacer una declaraciones de las suyas, una de esas arengas y llamadas a la responsabilidad que parecen mesuradas e incontestables, pero que esconden realmente un manual básico sobre las más torticeras y burdas técnicas de manipulación comunicativa que se recuerdan desde la Agitpro bolchevique.
Empecemos, como es sano, justo y necesario, por el principio:
“Desde el PP de Madrid hacemos un llamamiento a todos los ciudadanos para ir a trabajar. Consideramos que esta huelga no tiene ningún sentido, ni mucho menos convocarla en este momento…"
El PP de Madrid, que es un partido político, hace un llamamiento a los ciudadanos a trabajar. No a reflexionar, no a pensar, no ejercer su libertad ideológica. A trabajar. Ellos no tienen potestad moral para hacerlo. El Gobierno sí porque la huelga es contra él, los sindicatos también porque son los convocantes, incluso los empresarios y sus representantes también porque son arte y parte en el conflicto. Pero los partidos políticos no. Después de criticar a los parlamentarios de Izquierda Unida por apoyarla, después de criticar al PSOE por participar en las movilizaciones y manifestaciones contra los recortes y la reforma laboral considera que ella -debe ser porque es presidenta y ella lo vale- si puede interferir, si puede hacer llamamientos, si puede meterse donde no la llaman.
Si no hubiera dicho lo primero quizás podría pasarse por encima de lo segundo, pero la memoria no es tan frágil como tita Espe desearía en estos casos.
Y, por cierto, ¿cuando le parecería a nuestra santa madre protectora y presidenta que sería un momento adecuado para convocar la huelga?, ¿cuando no hubiera problemas?, ¿cuando no se estuviera planeando una reversión a la servidumbre laboral?, ¿cuando realmente no hubiera motivos para hacerla y eso la vaciara de todo contenido?
Cierto es que el sentido de la oportunidad -política o social- no es algo que caracteriza a la ínclita Esperanza. Pero las huelgas se convocan como reacción a los problemas. No en ausencia de ellos.
Continuemos
"Pedimos a los ciudadanos que cumplan con su trabajo porque nos parece totalmente increíble que los sindicatos callasen cuando con el anterior Gobierno se perdían 3.000 puestos de trabajo al día”.
Esto es muy bueno. Realmente bueno.
La presidenta aparta el bolso, se coloca los abalorios y no pide a los ciudadanos que "acudan" a su puesto de trabajo o que "ejerzan" de forma responsable su derecho a la huelga. Sencillamente les pide -en una petición que el verbo posterior convierte en una orden velada- que "cumplan con su trabajo". Porque su única obligación es trabajar. No defender sus derechos, no cuestionar al gobierno, no plantearse el futuro laboral de las siguientes generaciones. Con esas obligaciones éticas los trabajadores madrileños -y supongo que españoles, por extensión, europeos por afectación y mundiales por asimilación- no tiene que "cumplir". Solo tiene que cumplir con su trabajo.
¡Que Doña Esperanza no se gasta una pasta en privatizar la sanidad pública para que nos vayamos de huelga, que ella nos cura los infartos para que podamos seguir "cumpliendo con nuestro trabajo" y poniendo cafés, que lo ha dicho alto y claro!
Y además le parece increíble que los sindicatos callasen con el anterior gobierno. Le debe parecer increíble porque no ocurrió. Y claro lo que no es real resulta realmente difícil de creer.
Porque los sindicatos convocaron una Huelga General en la anterior legislatura y con el anterior gobierno cuando realizó una reforma laboral que no era ni la decima parte de "moderna" -entendida la modernidad como la Edad Moderna de Dickens, claro está- que la que ahora proyecta su partido.
Y en esa ocasión tanto ella como sus compañeros y líderes de partido la apoyaron porque la reforma y cito "hacía caer la carga de la crisis sobre las clases medias que no son culpables de ella". Claro que entonces el PP estaba en la oposición, estaba intentando forzar un adelanto electoral y tenía muy claro que había que desgastar al gobierno. Aunque luego se abstuviera en la votación de esa reforma laboral en concreto.
O la señora Aguirre está perdiendo la memoria por aquello de la edad -que ya le toca- o sigue intentando manipular y tratar a aquellos a los que llama ciudadanos como estúpidos.
Y para rematar la faena esta lo los 3.000 despidos al día. Siempre hemos sabido que muy de letras no era la ex ministra de cultura que convirtió al nobel José Saramago en una simpática señora de nombre Sara y de apellido Mago, pero ahora parece que tampoco es de matemáticas.
Con 3.000 empleos destruidos por día durante la legislatura socialista estaríamos aproximadamente en diez millones de parados. Los 7.600.000 que se hubieran generado durante el gobierno del PSOE y los dos millones y poco que nos dejó la última legislatura de José María Aznar -según la EPA, no según las glorificadoras cuentas que echaba el ejecutivo del proceloso invasor de Irak que quitaba y ponía gente de las listas del paro según la convenía-.
A lo mejor a la presidenta del Chanel y el perfume de Álvarez Gómez se la ha ido la pinza y ha tirado de las previsiones que maneja el actual gobierno para el final de su primera legislatura. Quien sabe.
Y en el último tercio de la dantesca corrida de toros en la que ha convertido su posición ante la huelga, se descuelga con otra lindeza.
"Ahora convocan una huelga contra unas medidas que todavía no han entrado en vigor, que se están debatiendo en el Congreso y que todos los especialistas internacionales creen necesarias"
Claro, se convoca la huelga para que no se apruebe la ley, para demostrar a los que dicen que toman decisiones en nuestro nombre porque les votamos que no les votamos para eso. Que les dimos nuestros sufragios para que nos defendieran no para que simplemente valoraran los deseos de terceros países y de una entidad incorpórea llamada mercados y nos hicieran pagar los errores de otros, las especulaciones de otros y la corrupción y avaricia de otros que nos ha llevado hasta donde estamos.
Por eso se convoca antes de que se apruebe la reforma laboral. Si cree que no lo sabemos es que en realidad la señora Aguirre es más lenta de entendederas de lo que hasta ahora había demostrado. Y eso es decir mucho para una fan de Sara Mago.
Así que, mientras espera que todos los madrileños "cumplan" con su trabajo puede pasar el día leyendo a Milton Friedman, prácticamente el padre del neoliberalismo que en 2005, antes de morir, ya escribió sobre esto, al director de la Reserva Federal estadounidense, al presidente del Banco Central Europeo y otro buen puñado de economistas que ponen él énfasis en la reactivación del crédito y no en la flexibilización del mercado como herramienta de crear empleo y que afirman que esa flexibilización no es la solución para esta crisis.
Pero claro, ellos no son especialistas. No escriben lo que Doña Esperanza quiere leer. No "cumplen", vamos
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