Hay una norma social no escrita, una forma de actuación social que se reproduce desde el albor de los tiempos que, pese a que no está del todo definida, siempre actúa igual: cuanto más complicada es la situación fundamental de un entorno social, cuanto más en juego está su supervivencia, menos interés se pone en los aspectos menos esenciales y más capacidad tienen las instituciones que se dedican a ellos para regularlos.
Así por ejemplo, en plena destrucción del imperio español de los Austrias, las academias de artes, de historia y de la lengua más procelosas se volvieron a la hora de dedicarse a fundamentar o regularizar -dentro de lo posible- estas actividades. En plena crisis del 29, la academia de cine estadounidense se volcó con la definición -en la medida también de lo posible- del séptimo arte y así una multitud de ejemplos desde la Gramática de Nebrija, en plena reconquista, Hasta la Escuela Formal de Arquitectura alemana en plena postguerra de la Segunda Guerra mundial.
¿A qué viene esta presentación? Pues muy sencillo. A que, acuciado el postfeminismo agresivo por otros asuntos, ha levantado el pie del acelerador de esa supuesta discriminación intolerable que suponía el lenguaje sexista, la Real Academia de la Lengua Española se ha decidido por fin a contraatacar.
No es que hubiera ninguna duda para el común de los mortales de que los argumentos sobre la visibilidad de género que esgrimían las postfeministas agresivas para intentar modificar el lenguaje por el artículo catorce -algún día explicaré de donde viene eso del artículo catorce ¡Qué carajo!, lo haré ahora-.
El artículo 14 de la Pepa afirma que la monarquía española es justa y moderada por definición, así que todo lo que haga la monarquía es justo y moderado por el artículo 14. Aunque sea ajusticiar a afrancesados o matar a braceros en Andalucía u obreros textiles en Barcelona.
El artículo 14 de la Pepa afirma que la monarquía española es justa y moderada por definición, así que todo lo que haga la monarquía es justo y moderado por el artículo 14. Aunque sea ajusticiar a afrancesados o matar a braceros en Andalucía u obreros textiles en Barcelona.
Después de esta digresión sigo a lo mío. Bueno pues resulta que la Academia de la Lengua ha respondido a esas guías que proponían, e incluso imponían un lenguaje no sexista.
Vayamos por partes.
"Entre los aspectos que comparten las guías de lenguaje no sexista destaca sobre todo una argumentación implícita que me parece demasiado obvia para ser inconsciente. Consiste en extraer una conclusión incorrecta de varias premisas verdaderas, y dar a entender a continuación que quien niegue la conclusión estará negando también las premisas", dicen los catedráticos –como genérico- de la lengua.
Vamos, que le iban a colar un silogismo imperfecto, un sofisma digno de Protágoras o de Gorgias, a los señores académicos. Eso de que el lenguaje es el reflejo de la sociedad y como la sociedad es sexista por tanto el lenguaje es sexista es algo que ya me hizo reír en su momento, pero que se me antoja que hizo llorar a La Academia de La Lengua.
Pero los señores y señoras –estoy siendo no sexista ¿se han dado cuenta?- académicos, quizás más preocupados por el uso abusivo de la K en los correos electrónicos y los SMS, son demasiado condescendientes con ese feminismo que ha dejado de ser combativo para ser agresivo, que ha dejado de tener su enemigo en la desigualdad para tenerlo directamente en el hombre, en el varón, como ellas dirían.
La Academia acepta las premisas de este silogismo imperfecto como verdaderas. Supongo que toda institución académica de este nivel está un poco desconectada de la realidad, pero se entiende.
"La primera premisa verdadera es el hecho cierto de que existe la discriminación hacia la mujer en nuestra sociedad. Son alarmantes, en efecto, las cifras anuales de violencia doméstica".
La Academia da por sentado que las cifras de violencia de género son las que daban los gobiernos que habían hecho de este elemento su arma ideológica favorita. Pero todos sabemos que no es así. Todos sabemos que esa premisa no es verdadera porque esas cifras no se corresponden con la realidad social. Todos sabemos que han sido engrandecidas, manipuladas e infladas por los motivos espurios que permitían la supervivencia de un colectivo que ha hecho de ellas su única razón de existencia.
Así que la primera premisa comienza a desmoronarse.
“...Y se siguen registrando situaciones de acoso sexual no siempre atendidas debidamente por las autoridades competentes".
La Academia también da por sentada que esa realidad se debe al machismo., Pero la realidad es que el acoso sexual es una cuestión, como diría el ínclito Michael Douglas en la película mediocre que abordó el asunto, es una cuestión de poder. Quien tiene el poder es el que acosa y así lo demuestran denuncias y sentencias contra mujeres por tan poco plausible motivo. El acoso se debe al poder y si la mujer accede al poder también lo emplea -las que lo hacen, no todas-. La veracidad de la premisa ya no se desmorona, comienza a derrumbarse estrepitosamente.
La ingenuidad de la siguiente aparece en todo su esplendor, queriendo dar verosimilitud a las premisas que las feministas radicales han construido para justificar todo su argumentario de lenguaje sexista en este idioma nuestro al que todos tendemos a tratar a patadas.
"Existen todavía diferencias salariales entre hombres y mujeres. Se atestiguan también diferencias en el trato personal en el trabajo, que a veces se extienden al grado de capacitación profesional exigible en la práctica, así como a las condiciones requeridas para acceder a puestos de responsabilidad".
Y claro eso se achaca al machismo porque la perjudicada es la mujer. Es de suponer que sus ilustrísimas de La Academia tampoco están al día de que tampoco eso es achacable al machismo. De que la supuesta discriminación en los sueldos no depende exclusivamente de eso.
Así que la primera premisa hace ya más agua que el Acorazado Potenkin en la Guerra de Crimea
"Es también real el sexismo en la publicidad, en la que la mujer es considerada a menudo un objeto sexual".
Eso es innegable, pero las letras mayúsculas y minúsculas que componen la Academia de la Lengua también obvian un hecho fundamental. Las mujeres y la publicidad también tratan a los hombres como objetos sexuales. Así que el problema no debe estar en el machismo.
"Son igualmente verdaderas las actitudes paternalistas que algunos hombres muestran hacia las mujeres, sea dentro o fuera del trabajo".
Eso se lo acepto. No hay reproche, pero una sentencia de cuatro no hace verdadera una premisa. Porque son algunos. No todos, no la mayoría. Solamente algunos.
La Real Academia de la Lengua considera que se debe a un error formal eso de construir un silogismo imperfecto porque considera que las premisas son ciertas. Pero no es así.
El feminismo ha creado un sofisma, una verdad falsa que se sabe de antemano que es falsa, porque sabe que sus premisas son erróneas.
Y lo mismo pasa con las siguientes premisas
"La segunda premisa, igualmente correcta, es la existencia de comportamientos verbales sexistas. El lenguaje puede usarse, en efecto, con múltiples propósitos. Puede emplearse para describir, ordenar, preguntar, ensalzar o insultar, entre otras muchas acciones, y, desde luego, también puede usarse para discriminar a personas o a grupos sociales".
El feminismo radical sabe que, quizás por nuestra tradición judeo cristiana, nosotros no insultamos. Soltamos un rosario de insultos que normalmente suelen seguir, en un orden u otro esta gradación.
Pongámonos groseros: Gilipollas, Hijo de puta, Idiota, Cabrón.
Pues bien, ellas saben -o deberían saber, si se ponen a hablar de lenguaje- que dos de ellos atentan directamente contra el hombre como tal. Gilipollas significa en griego "engendrador de estúpidos" e Idiota viene a significar "hijo de un esclavo -no de una esclava, de un esclavo-.
Así que el hecho de que hijo de puta y Cabrón sean referidos a circunstancias relacionadas las mujeres no hace que el lenguaje sea sexista. Cuando nos ponemos a insultar nos metemos con padre, madre, mujer, marido y todo lo que se nos pone por delante. No hay sexismo, hay mala educación. La segunda premisa se viene abajo antes de construirse -¡qué malo es no saber griego cuando se intenta pontificar sobre el lenguaje!-.
Y vamos con la tercera -que esto parece ya una sevillana de Los del Río-.
“La tercera premisa verdadera es el hecho de que numerosas instituciones autonómicas, nacionales e internacionales han abogado por el uso de un lenguaje no sexista. En casi todas las guías que menciono se alude, en efecto, a la abundante legislación que propugna abolirlo”
Esa es absolutamente cierta. Muchas, todas ellas partiendo del mismo concepto y de la misma posición ideológica han creído importante abolir -¿se puede abolir un lenguaje?- el lenguaje sexista.
También muchas instituciones propugnaron lo justo de la esclavitud, lo justo del sometimiento legal de la mujer al hombre, lo necesario de la separación entre razas para conseguir una sociedad estabilizada ¿hace falta que siga?, ¿hace falta que llegue a cuantas instituciones públicas y privadas defendieron como justo el exterminio sistemático de una raza o la esclavización sistemática de otra?.
Que las instituciones propugnen algo como justo no lo hace justo. Pero la premisa sí, es verdadera.
Y vamos con la cuarta premisa de este sofisma que La RALE y sus academias asociadas consideran un falso silogismo por pura caridad cristiana y que todos sabemos que es un sofisma de cabo a rabo.
“La cuarta premisa, casi un corolario de las anteriores, es igualmente correcta. Es necesario extender la igualdad social de hombres y mujeres, y lograr que la presencia de la mujer en la sociedad sea más visible. Hago notar que las palabras visible, visibilidad, invisibilidad, visibilizar o visibilización están presentes en las nueve guías analizadas”.
Esta es la única que mueve a una reflexión personal.
Es necesario que aquellos que tienen que ser visibles para una sociedad, porque sirvan de ejemplo, de llamada o de impulso sean visibles. Es necesario que sean visibles con nombres y apellidos. No es necesario que la mujer sea visible como no lo es que lo sea el hombre. La visibilidad es algo que alguien decide de forma voluntaria y personal -de eso los homosexuales saben mucho y quizás deberíamos aprender de su concepto de visibilidad- no es algo que deba imponerse por ley o por lenguaje.
Así que para mí -y especifico que para mí- esa premisa también es falsa.
De modo, que aunque nuestra academia de la lengua quiera ser condescendiente o cauta o caritativa, el lenguaje no sexista que se ha presentado como el paradigma de educación en la igualdad por el feminismo rabioso no es un silogismo imperfecto basado en premisas ciertas que han sido erróneamente relacionadas.
Es un sofisma de cabo a rabo porque hasta las premisas, la inmensa mayoría de ellas, en las que se asienta son falsas y se sabe que son falsas por aquellas que las utilizan.
Y eso sin entrar en los errores que cometen a nivel lingüístico. Que eso da para otro post.
5 comentarios:
Me extrañó que fuese El País el lugar donde se publicase este texto, pues dicho periódico es uno de los medios más afines a la ideología de género. Luego empecé a entender que ese diario se prestase a ello, dadas las concesiones que hacía a los mitos feministas. Es posible que el autor haya querido curarse en salud, y demostrar a toda costa que no es "machista", porque sabía que lo acusarían de ello. Por eso nada mejor que empezar repitiendo algunos de los dogmas del feminismo, como el de la supuesta "discriminación salarial", un tema que no venía a cuento, pero que le sirve al autor para que nadie dude de su inquebrantable adhesión al Régimen. En Corea del Norte debe suceder algo parecido, de manera que cuando muere el querido líder de turno, todos saben que quien no llore demasiado en público será sospechoso de ser un agente contrarrevolucionario. En cualquier caso, y al margen de que en dicho texto se de una de cal y otra de arena, lo importante es que por primera vez, personas de prestigio se han atrevido a cuestionar alguno de los dogmas de esa nueva religión de sustitución llamada feminismo. Algo es algo.
Una pequeña precisión etimológica a dos ejemplos que pones:
"Jilipollas significa en griego 'engendrador de estúpidos' e Idiota viene a significar 'hijo de un esclavo' -no de una esclava, de un esclavo-."
En realidad 'gilipollas' (que, efectivamente atenta contra la dignidad del varón) lo que literalmente significa es "picha-fría". El elemento "gili" es uno de los pocos retos que han quedado en el español de la lengua que antiguamente hablaban los gitanos. Esta lengua procede de la India y está (remotamente) emparentada con las nuestras, porque es una lengua indoeuropea. La palabra "gili" es el pariente en aquella lengua de lo que en latín era "gelu" (y que da el moderno "hielo").
Y respecto a 'idiota', sí procede del griego, pero en esta lengua significaba "particular, peculiar" (aplicado a un individuo lo describía como "ciudadano particular"; la palabra "idioma" también viene de ahí: en principio era un "dialecto", las peculiaridades del habla de una zona). El uso de "idiota" con el valor que hoy tiene deriva de un eufemismo bastante común: en vez de decir que fulatino es retrasado mental, decimos piadosamente que es "una persona un tanto peculiar".
Pero hay un montón de ejemplos de usos lingüísticos que, si los varones tuvieran la misma sensibilidad que las feministas, tendrían que ser inmediatamente prohibidas. La palabra "carajo" (con todos sus usos negativos) siginificaba "pene" (y aún significa esto en algunas zonas). La palabra "leche", usada en maldiciones varias, no es más que el término vulgar para "semen". Podemos recordar también lo que pasa con "huevón" en gran parte de América. Y, en fin, si miramos en el diccionario de la Real Academia, veremos que una de las acepciones del término "macho" es "mulo" (con independencia de su sexo), otra es "hombre necio" y en Cuba significa "cerdo".
(Athini Glaucopis)
He sabido del blog por un amigo que habitualmente escribe en el mío. Este comentario es para felicitarte por el tuyo y desearte larga vida en una tarea que está reclamando muchas iniciativas como ésta.
Muchas gracias, Emilio.
Se intentará seguir en la brecha.
Puede que sea cierto, mi querida diosa Palas, la de los de ojos brillantes, pero otra línea etimológica utilizada es la que hace proceder la palabra de Hilie (en griego clásico, retrasado, tonto y "frío"...) y pollae (en la misma lengua engendrar, de hecho, polla viene precisamente de esa raiz griega).
Una de las explicaciones posibles es que los gitanos tomaran el gili del griego, ya que existía un término "hilienpnéu·ma -mas o menos- que venía a significar algo así como "espíritu frío" y que también se aplicaba como insulto.
Vete tú a saber de donde sacaron su "gili" los gitanos, que en su origen no andaban en tierrras muy lejanas a la zona de influencia griega y macedonia
Con respecto al idiota, ¡Oh, mi homérica deidad, es más que posible que tengas de nuevo razón, aunque otros defienden que es una vulgarazación de Ilota que, literalmente, era el que nacía hijo de esclavo -no el que lo era por deudas o por perder una guerra, etc-
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